Quería ser libre.

El mundo debería de haber cambiado mucho desde la última vez, ¿Por qué se le ocurrió pensar que todo seguiría igual?  . . .Podía contar con los dedos de su mano derecha las veces que había logrado ver el mundo exterior y aun así albergaba la ilusa esperanza que éste no hubiera cambiado.

Quería volver a experimentar ese tipo de felicidad, en la que podía sentirse sin ningún tipo de responsabilidad, ninguna carga ni peso como si el universo dependiera de él. A menudo se preguntaba cómo serían las cosas si fuese una persona libre, si fuese como los demás… pero a la vez ese era solo un pensamiento que muchas veces recorría por su cabeza, solamente un sueño. Al menos no podían privarlo de soñar.

Cada vez que se sentía triste trataba de recordar los momentos que había vivido con él, en esas ocasiones en las que lo visitaba más frecuentemente. Al inicio se había asustado con su presencia pues siempre se encontraba solo con la compañía de sus paredes y muebles blancos sin ninguna de imperfección, hasta que un día alguien más se encontraba en la habitación con él. En el momento en que sus ojos se encontraron sintió miedo, en sus 10 años de vida jamás había visto a alguien como él, el oscuro color de sus ojos curiosos examinando cada rincón del lugar, sus ropas que a diferencia de Jimin quien siempre vestía ropas blancas, color crema e incluso amarillo, las de la otra personas eran completamente lo contrario, una pequeña degradación de negro y rojo casi imperceptible. Muchas preguntas pasaban por su mente, ¿Quién era él? ¿Cómo había llegado ahí? ¿De dónde venía? ¿Por qué estaba llorando?

Quería acercarse y limpiar sus lágrimas pero sus piernas no parecían obedecer, fue hasta que el otro se percató de la presencia de Jimin que su rostro cambió repentinamente de una expresión de tristeza a una de asombro y con pasos apresurados se le acercó hasta estar a escasos centímetros de distancia. Había acertado, pensaba que esa persona tenía ojos muy expresivos, que mostraban claramente sus cambios de expresiones e inclusive tal vez humor.

-... ¿Quién eres?-

-Jimin- respondió con un susurro. Por alguna razón que no podía explicar comenzó a sentir un calor recorrer por sus mejillas, la mirada intensa del otro le ponía nervios. Intentó dar un paso atrás para poner un poco de espacio entre ellos pero el otro no lo permitió y avanzó hacia adelante. - Y… ¿Quién eres tú?-

-Mi nombre es Taehyung.- En ese momento Jimin no lo sabía pero ese día luego lo recordaría como aquel en el que su vida comenzó a tener algo de color, por muy extraño que eso pueda sonar considerando que los colores que Taehyung siempre usaban era oscuros.

Con esas simples palabras algo nació en ellos, Jimin pensaba que tal vez es lo que los demás llamaban “Amistad” pero a veces se sentía más que eso. Con el tiempo se dio cuenta que Taehyung tampoco era normal, podía aparecer y desaparecer en instantes esa había sido la razón del por qué se habían encontrado. Taehyung decía que lo único que buscaba en la vida y en los distintos universos que visitaba era la felicidad. Pero había llegado a un mundo en que todo era tristeza y dolor, en donde las personas lastimaban a todos a su alrededor e incluso a ellos mismos. Cómo parecía vivir disfrazando su tristeza con una felicidad falsa y en su afán de huir de ese lugar había encontrado a Jimin.

A partir de ese día Taehyung lo visitaba con frecuencia siempre llevando regalos de los lugares a los que visitaba, desde pequeños lápices de colores hasta objetos que ninguno de los dos podía identificar pero que se divertían averiguándolo juntos. Sus visitas solían variar, algunas eran cortas que duraban unas horas y había otras en las que parecían días.

Taehyung se había convertido en la persona favorita de Jimin, aunque este siempre renegaba que eso era obvio porque era la única persona en su vida pero Jimin insistía que era verdad. Solía ponerse triste cada vez que se quedaba solo, no tenía nada que hacer en esa casa tan grande y al menos cuando Taehyung visitaba se sentía menos vacía.

Conforme iban creciendo Jimin iba notando cambios en el menor, recordaba que de pequeños solía ser muy inocente y alegre, incluso juguetón pero ahora habían ocasiones en las que casi no lo veía sonreír o al menos no de una manera honesta y sin importar cuántas veces preguntara o se preocupara Taehyung siempre iba a asegurarle que todo estaba bien que solamente se sentía cansado.

Para distraerle Taehyung comenzó a llevarle flores, flores de diferentes colores, con diferentes fragancias. La siguiente vez llevó algo más que flores, globos que solían ser de color amarillo porque según Taehyung cada vez que veía algo de ese color instantáneamente le hacía pensar en Jimin.

Un día el menor tuvo una idea, viajar juntos. Al inicio se negó, no sabía qué es lo que había ahí afuera y a pesar que se sentía curioso por salir aunque sea una vez en su vida le ganaba más el temor de lo desconocido, además sab