Alzó su brazo apuntando hacia la luna y preguntó, “¿Lo mismo que mide la luna?”. A lo que contesté “Eso, sumado a la intensidad de su brillo”, ella me miro y sonrió, haciendo que escapara de mí un profundo suspiro.
Desde ese día las cosas no cambiaron en lo absoluto entre nosotras, ninguna volvió a mencionar lo que pasó ese día, pero al saber que ella sentía algo por mí, yo estaba algo confundida y no estaba totalmente segura de cómo interpretar sus caricias y sus abrazos, no estaba segura tampoco de hacia dónde íbamos, pero lo importante no era el destino sino que íbamos juntas.
Las cosas se estaban haciendo cada vez más obvias a pesar de que en el grupo se podía camuflar, nuestras peleas y juegos eran más cada día y eso llamaba la atención de nuestro entorno, a Luna por ejemplo le encantaba, decía que éramos lo más tierno que había visto. A mí me avergonzaba un poco escuchar ese tipo de cosas, tapaba mi cara con mis manos o mi pelo cada vez que decían cosas así; creo ser bastante cursi e infantil pero no me agrada que los otros me vean así. Tanto se hacía evidente para el resto lo que pasaba entre nosotras que no podíamos evitar mirarnos mientras bailábamos o cantábamos, para nosotras no era algo importante, lo hacíamos sin darnos cuenta pero incluso nuestros admiradores ya lo habían notado.
Empecé a temer de que pudieran surgir rumores extraños que pudieran afectarla a ella, si bien no niego que me preocupaba mi imagen, porque en este ámbito laboral la imagen es tu recurso principal, lo que más me preocupaba era el que ella pudiese ser afectada de alguna forma. La única solución que veía era mantenerme fría y racional, por el bien de ambas, me mantuve alejada ignorando sus miradas y sonrisas; tú siempre estabas ahí y muchas veces te puse entre las dos, quiero que me perdones por eso.
Amber: Ahora entiendo muchas cosas… si bien lo recuerdo, hubo un tiempo en que las dos estaban mucho más cercanas a mí, supongo que era su puente.
Krystal: Sabes que no es sólo eso, eres muy importante para Sulli y para mi, las dos te amamos mucho, simplemente te viste accidentalmente involucrada en algo en lo que no debías.
Amber: Lo entiendo, ahora puedes continuar.
Nunca le conté a Sulli acerca de mis preocupaciones, me alejé de pronto, sin aviso. Después de una tarde de ensayo, tú, Luna y Victoria fueron a comprar algunas cosas para que comiéramos juntas, Sulli dijo que estaba muy cansada para ir y cuando yo me levanté del suelo para acompañarlas ella me afirmo de la ropa y me persuadió para quedarme.
Cuando ustedes se fueron se puso frente a mí e inició por cuestionar mi manera de actuar preguntándome si la estaba evitando, quería saber si ella había hecho algo para molestarme, si había cometido algún errar hacia mí, recuerdo que sus ojos se veían tristes y me odié por ser la causa de esa tristeza. Le respondí que no, que ella no había hecho nada, que no había ningún problema, que las cosas estaban bien y que siempre estarían bien.
Ella al escucharme volteó dándome la espalda y agacho su cabeza diciendo “Entonces no lo entiendo, cada vez que voy a acércame a ti tú te haces a un lado, cuando te hablo prácticamente me ignoras, incluso cuando nos hacen posar juntas te vez incómoda, incluso así dices que todo está bien. ¿Qué es lo que está bien?”. Su voz se quebró y con ella mi voluntad por mantenerme fría, me acerque y la abracé desde atrás, creí que sólo yo la estaba pasando mal con esta situación, pero fui egoísta, ella me extrañaba y sufría sin entender nada. La solté y ella permaneció inmóvil, la rodee poniéndome interceptando a su mirada a punto de estallar en lágrimas y le pedí perdón.
Quise hacerle entender que en nuestro medio hasta el más mínimo detalle podía ser malinterpretado o ser convertido en un circo, el desprestigio era algo tan accesible como el mismo aire y que no me permitiría que ella se viera perjudicada por dichos mal intencionados. Impaciente, me dijo que mi preocupación no era necesaria, que entre nosotras no había nada y que no teníamos nada que esconder, automáticamente mi cara al escuchar eso hizo un gesto como queriendo expresar un “¿estás hablando en serio?”, yo me encontraba muy segura de que lo que había pasado en el parque no era mi imaginación, no sé por qué, pero a pesar de lo mucho que eso me indignó, como siempre le seguí el juego.
Quedamos en que pondríamos un filtro en nuestra relación por el bien de nuestra carrera profesional, nos comportaríamos más como compañeras de grupo que como amigas por lo menos por un tiempo, que mantendríamos una distancia pertinente pero sin ignorarnos, fue un acuerdo mutuo y por nuestra seguridad.
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