Capítulo único

Amortentia

Mi novio no sabe nada sobre Harry Potter. Y lo poco que sabe es porque vio las películas conmigo y por lo que le comento cada vez que estoy leyendo algún libro o ve una imagen en algún sitio. Por lo demás, cero conocimiento. En cambio, a mí me encanta. La amo. Es una de mis sagas favoritas (y eso que leí de todo y sobre todo). Me gusta el mundo mágico y todo acerca de él: Hogwarts, Hogsmeade, las criaturas. Todo, absolutamente todo. Y es por ese motivo que un día Mingyu decidió que deberíamos salir a pasear al centro y recorrer las tiendas de libros y el mundo de la literatura.

Y es un poco raro cómo sucedieron las cosas. Todavía sigo pensando que lo ocurrió ese día, fue uno de los momentos en los que fui feliz.

 

 

Recorrimos esos puestitos callejeros, que venden un poco de libros usados, música y alguna que otra revista con el mismo tema. Mingyu se compró un CD; yo, un libro. Luego entramos a un café, hacía frío y queríamos tomar algo calentito. Pedimos nuestras bebidas y una porción de tarta para cada uno. El bar estaba lleno, la gente buscaba refugio del frío y el viento. Se escuchaban risas y voces contando alguna anécdota.

Cuando salimos el cielo se había nublado y tenía un tono blanco grisáceo, ese tono que indica que pronto va a empezar a nevar. Caminando por las tiendas, encontramos una librería que además tenía temática de Harry Potter. Sin dudar, tomé a Mingyu de la mano y lo arrastré conmigo hacia dentro de la misma.

-Vamos a ver qué hay.

Por supuesto, no había pasado ni cinco minutos que yo ya quería llevarme la tienda entera. Tenía de todo. Bufandas e insignias de cada casa. Muñecos de los personajes. Varitas. Las golosinas de Honeydukes. Y hasta algunos libros de la Biblioteca de Hogwarts (¡estaba “El monstruoso libro de los monstruos”!). Mientras llenaba una canasta que me había dado un dependiente de la tienda para que pudiera llevar las cosas que iba a comprar y poder recorrer el lugar sin que me molestaran, Mingyu me llama:

-Hey, Won. ¿Qué es esto?

Y al bajar mi vista a sus manos, veo que estaba sosteniendo un pequeño frasquito rosa. Amortentia leía la etiqueta. Enseguida sentí que el calor me subía hacía los pómulos. ¿Cómo se lo explico?

-Este…e-es una..poción. Sí, eso.

-Qué raro. Sabes una cosa, huele a libros. Justo como hueles tú.

Y ese, ese instante es del que les hablaba. Una sonrisa se extendió por mi rostro, junto con un rubor y la felicidad recorriendo cada célula de mi cuerpo. En el mundo de Harry Potter, la Amortentia es una poción que sirve para hacer que una persona se obsesione (palabra clave: obsesione) con la persona que se la hizo beber; lo que la bebida no logra es enamoramiento, amor. Pero lo curioso es que la bebedora huele tres olores. Tres olores específicos, huele tres cosas que le recuerdan a esa persona especial. Por ejemplo, Hermione Granger olía césped recién cortado, pasta de dientes y pergaminos, cosas que le recordaban a Ron Weasley, el chico del cual estaba enamorada. Y Mingyu huele libros, estoy asumiendo que le recuerda a mí.

-¿Qué pasa?- me pregunta con una sonrisa. Y lo único que puedo hacer es tomar el frasco que sostenía, dejarlo a un lado y acercarlo a mí para besarlo. Está sorprendido, puedo sentirlo porque al principio no me devuelve el beso pero no tarda demasiado en hacerlo. Con sus manos libres rodea mi cintura y me pega a su cuerpo, sus manos me acarician amablemente. Yo uno mis manos en su nuca. Y es un beso perfecto-. En serio quiero saber qué pasa.

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