Capítulo CUATRO: No te enamores de mí

Rules

No te enamores de mí.....

Al principio pensó que sería un juego, que sería divertido verla tensa por el deseo, saberla excitada y escuchar cómo le suplicaba que le hiciera el amor.

Pero no estaba resultando divertido. Yul empezaba a no sentirse cómodo por su presencia, no por ella, sino por su propia incapacidad de frenarse. Esa mañana, después de besarla, no había sido capaz de pensar en otra cosa, no había sido capaz de mirarla porque sabía que si lo hacía, si ella le sonreía o si trataba de provocarle no iba a poder detenerse.

No había atendido en clase, aunque eso tampoco era algo anormal dentro de esa semana. Después de haberla visto en ropa interior la tarde del domingo y decidir seducirla, su cabeza no podía quitarse la idea de tenerla desnuda en su cama.

Del mismo modo que Jessica, Yul se había acostado con un sinnúmero de chicas, en los baños del campus, en el asiento trasero de su coche, en su habitación... Igual que ella, no había estado con ninguna chica más de un par de veces, lo hacían después de alguna fiesta y quizás repetían al día siguiente, pero nunca duraba más allá de eso. Parecía más entretenerse con una y con otra mientras esperaba a la indicada.

Durante la hora de la comida Jessica no se había sentado con su grupo, de hecho, ni siquiera estaba en el comedor.

Después de ese beso se había sentido tan inquieta que ni siquiera podía mirarle. Esa noche se había dado cuenta de que lo que había estado sintiendo por él no era solo amistad. Que, cuando las chicas que pasaban la noche con él la llenaban de curiosidad diciéndole lo bueno que era, no era solo eso, curiosidad. Y sobre todo se había dado cuenta de que, al oír una risa femenina en su cuarto lo único que había sentido eran celos. Unos celos que le habrían llevado a sacar a esa chica de los pelos, y no solo a la puerta sino a la calle, lejos de él.

Cuando dieron las seis y llegó a la cafetería deseó que no estuviera allí. No porque no quisiera verle sino por no saber cómo reaccionar en su presencia.

— ¿Hoy no viene el chico que no es tu novio pero que vive contigo y te besa? —preguntó Donghae, su jefe, mientras secaba unas tazas con un trapo blanco.

—No. Pero él no me besa, lo que viste fue solo un juego. Y  vive conmigo porque es mi amigo de la infancia y estudiamos juntos.

—No da la sensación de que seáis sólo amigos de la infancia. A ese muchacho le gustas.

—Bueno, no creo que eso sea algo importante para atender mesas —su tono sonó más seco que nunca en los dos años que llevaba trabajando allí y, a pesar de la mueca y la sonrisa que le había dirigido, Donghae levantó las manos como en son de paz.

Esa tarde no fue Yul a la cafetería, en su lugar fueron Ravi, Yoona y Sunny.

Quienes hicieron de esas dos horas, un rato más que agradable. Pero sus nervios se dispararon a la hora de volver a casa, a la hora de volver a ver a Yul, de volver a estar a solas con él.

Dejó el coche en la plaza que siempre ocupaba ella y acto seguido subió al apartamento. Parecía un cordero a punto de sacrificar, y todo por la dichosa tarde anterior. Se sonrió internamente al meter la llave en la cerradura, al notar lo rápido que latía su corazón.

El apartamento volvía a estar a oscuras, así que respiró profundamente al dejar el bolso e ir a por su botella de agua. Se giró pensando que, como los dos días anteriores, Yul estaría allí para asustarla, pero tras ella no había nadie. Miró hacia su habitación y su puerta estaba abierta, por lo que él no parecía estar en casa.

Caminó hacia su habitación, mirando de reojo hacia la cama de Leo.

— ¿Me buscabas? —preguntó con una sonrisa.

— ¿Qué haces en mi cuarto?

—Esperarte, por supuesto. Hoy me has evitado todo el día —dijo agarrando una de sus manos y tirando contra sí para llevarla al colchón con él.

—Hoy no me apetece jugar, Yul. Estoy cansada. Supongo que no debí dormir bien anoche —Yul se creyó la excusa y, a su vez, también la agradecía. Estaba más tranquilo que por la mañana, aun así también él necesitaba esa pequeña tregua.

—Entonces no te incordiaré. ¿Quieres cenar? ¿Pedimos una pizza? —ella sonrió y asintió efusivamente. Pizza era sinónimo de película de acción, de sofá y de una noche tranquila. Siempre había sido así.

Esa mañana amanecieron cada uno en su cama, sin besos, sin visitas en el dormitorio o sin sueños eróticos. Se levantaron al sonar los despertadores y, sincronizados como siempre, se ducharon y desayunaron para marcharse.

Ninguno mencionó nada acerca del juego de seducción y así pasó el día.

Pero llegó el viernes y sin la posibilidad de salir con otras personas prometía ser más difícil que ninguno.

Estaba tan desorientado esa semana que no miró el horario del baño.

Se duchaban uno antes que otro día sí día no, y esa mañana le tocaba primero a Jessica, por lo que nada más levantarse, se metió en la ducha.

Yul entró en el baño igual que lo había hecho la mañana anterior y se desnudó sin darse cuenta de que ella estaba duchándose. Tenía el agua cerrada mientras se enjabonaba así que ni siquiera la oyó. Al ponerse frente a la ducha los dos se quedaron mirando.

— ¡Yul! —Él no respondió. Se quedó mirando su cuerpo sin decir una sola palabra—. Estoy yo, ¿Es que estás ciego? —pero él siguió sin decir nada, buscando una justificación y a su vez algo que le tranquilizase.

—Que te diera tregua todo el día de ayer no quiere decir que hoy te vayas

a librar —Jessica trató de cubrirse rápidamente pero resbaló con el jabón y cayó de culo en el suelo de la ducha—. ¿Estás bien? —preguntó, conteniendo una carcajada por la estampa.

— ¡Auch! —Se quejó frunciendo el ceño—. ¡Esto es por tu culpa!

Yul se acercó a ella y le ofreció una mano para ayudarla a levantarse. Al tirar Jessica resbaló otra vez, solo que ahora se llevó a Yul con ella, terminando uno sobre el otro en el suelo de la ducha. Las manos de él quedaron a los lados de ella, pero la cara quedó justa entre sus pechos.

— ¡Mmm, vaya! Sólo tenías que pedirlo, nena... —sonrió de medio lado, quejándose acto seguido por el jabón que le había entrado en los ojos.

Se puso en pie a toda prisa para aclararse la cara mientras ella lo miraba desde el suelo conteniendo una carcajada. Se suponía que no le había gustado que la interrumpiera como lo había hecho, sin embargo debía reconocer que eso, lejos de ser seductor resultaba gracioso.

Cuanto más se frotaba más se quejaba de que le escocía, así que se levantó para ayudarle.

Teniendo su cara entre las manos le tentó besarle, tenía los ojos cerrados y no la veía, luego podía decir, simplemente, que le había rozado con un dedo o usar cualquier otra excusa, pero sólo acarició sus labios con los dedos.

— ¿Qué ha sido eso?

—Nada. Tenías espuma.

—Gracias. Tu jabón huele de maravilla, pero escuece como mil demonios

—Jessica sonrió por aquella afirmación mientras le daba con agua en los ojos. —

Se supone que no es para los ojos, sino para el resto del cuerpo.

Cuando ya no escocía, Yul se apartó un poco de ella con una sonrisa. La primera experiencia de la ducha había sido ligeramente más agradable y excitante que esa, aun así también le había gustado estar así, a pesar del golpe, a pesar de la irritación en los ojos... Acarició su cintura haciéndole cosquillas y se acercó para darle un beso en la mejilla.

—Te dejo tranquila. Avísame cuando termines.

— ¿Y por qué no te quedas? Ya estás a medio duchar —sin querer habló en voz alta. Yul la miró completamente sorprendido y sin mediar palabra volvió a entrar en la ducha, esta vez deteniéndose a mirar su cuerpo desnudo

—. Yo...

—Siempre has sido preciosa, Jess... —dijo con un tono de voz suave. Ésta vez no sonaba a burla, a broma o a tomadura de pelo. Sonaba sincero.

—No te enamores de mí, Yul. Eso no entra en el juego —bromeó, aun sabiendo que prácticamente acababa de descubrir sus propios sentimientos hacia él.

Yul no respondió. Su expresión se había vuelto un tanto extraña y después de mirarla a los ojos salió de la ducha para volver cuando hubiera terminado ella. Se fue a su cuarto después de recoger su ropa del suelo y secarse un poco.

El desayuno fue nuevamente silencioso. Leo se había marchado antes de que ella terminase de comer y se había quedado sola antes de lo habitual.

Aquella mañana había empezado divertida, pese a la tensión entre ellos, había estado bien, pero ahora parecía como si Yul estuviera enfadado con ella y no sabía exactamente cuál era el motivo.

En clase había evitado mirarla nuevamente y a la hora de la comida Jessica se sentía incómoda, así que no quiso acercarse para comer con su grupo para no incomodarle. Como vivían tan cerca se fue a casa.

Al entrar en el apartamento notó un aroma agradable, ¿comida? Se acercó a la cocina para ver y lo encontró allí.

—Pensaba que comerías con el grupo.

— ¿Y por eso estás aquí? ¿Para evitar estar conmigo?

—Esta mañana has estado muy serio, parecía que me evitabas, así que no quería incomodarte más aún. Es raro pretender comer sola aquí, pero más raro es tenerte delante o a un lado y saber que evitas mirarme.

Yul no dijo nada en respuesta. Se acercó a la nevera buscando con qué preparar algo más de comida para poder comer los dos.

— ¿Puedo preguntarte algo? —Él asintió con un sonido nasal—. ¿Quieres cancelar el juego? No importa si quieres. No gana ni pierde ninguno.

Seguimos siendo los de siempre sin mandar por el retrete nuestra amistad.

Es viernes, podrás salir y acostarte con quien quieras.

— ¿Tan desesperado me ves por un polvo?

—No es eso. Es que siento como si por este juego estuvieras deprimido.

A ratos, como en la ducha esta mañana, te ríes bromeas, incluso me provocas, pero llevas dos días...

—No quiero cancelar el juego. Esta noche veré algún documental estúpido sobre la vida de los osos polares en el ártico. No saldré para no tener tentaciones y no romper la tercera regla. ¿O es que tú si quieres cancelar el juego?

—No. No quiero. Pero tengo una nueva regla que añadir. —Cuando Yul abrió la boca con intención de decir algo ella le frenó, poniendo los dedos sobre sus labios—. Lo sé. Sé que no debería añadir nada nuevo. Pero esto no es una regla como tal. Sólo quiero que, si te sientes incómodo en algún momento...

—Ahora mismo me siento incómodo. Era divertido los primeros días. Los tres primeros días has llegado a ponerme al límite. Evitarte es la única manera que tengo de que se me pase. Ya sabes. Supongo que tu estarás igual, eres una libertina —sonrió, haciendo que ella sonriera también.

—Vale. Te acepto la excusa. Pero si en algún momento...

Yul la interrumpió acercándose a ella y abrazándola con fuerza.

 

 

 

Hola pase a terminar este minific Yulsic espero sea de su agrado , me gustaria tambien que me dijieran que pareja quieren ?

Yulsic? Taeny? Yoonsic? SunSic? Taengsic? dejenemelo saber por favor.En un rato mas subo el ultimo capitulo...

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Comments

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Eriika
#1
Chapter 5: Releído
DivisionOne_Seven
#2
English version please ~
gabriela021
#3
Chapter 5: Buen fic. Me gustaría ver algún fic de Yuri y SeoHyun, no sé por que pero me parece tierno esa couple, Salu2
Just_Vicky-Jung
#4
Chapter 5: YuuuulSiiiic <3
uhmmmm pero que lindo es Yul... fue asdfjklñ
valecita8 #5
Chapter 4: Taeny por favor
yung1316 #6
Chapter 1: oh por dios....actualiza...es mucho para mi corazón esperar
Just_Vicky-Jung
#7
Chapter 2: Jajajajaja son unos grandes manipuladores ambos. YulSic es amooor!!! Jajajajaa
TaeNysSica
#8
siiii jajajajaja me encanta
pantojita_jung #9
Chapter 2: por dios tu fic me encanta! actualiza pronto!! xD esos dos no tardan en caer 7v7
DannySsmilex
#10
Chapter 2: Wow me gusto, tu fic esta muy bueno actualiza pronto!!