1.

Snow

El humo de mi quinto cigarrillo se esparce entre la nieve que cae frente a mi ventana. El frío que siento no es a causa del clima y lo sé perfectamente. El blanco espectáculo que contemplo me hace sentir melancólico esta noche y no es por los tragos de ron que he venido tomando desde hace una hora, es sólo esa manía que tienes de conjugar mal el verbo “estar”.

No sé cuántos días han pasado desde que estuve sobrio por completo, he perdido la cuenta de cuántas botellas y cigarrillos he ingresado a mi organismo pero tengo la seguridad de que es una cifra pequeña comparada con la sensación de vacío en mi pecho. Las palabras que me dijiste aquel día todavía retumban en mi cabeza cada que intento dormir. No es insomnio, es sólo el temor de tenerte entre mis sueños y que luego, al despertar, vueltas a irte.

Siempre te sentí  tan lejos de mi pese a estar a mi lado, nunca entendí lo que pasaba por tu mente cada que me mirabas como si quisieras decirme tus secretos y no lo hacías. Conmigo nunca funcionaron las cosas implícitas, yo necesitaba algo de ti. Necesitaba palabras, acciones, muestras de amor que sólo me ofrecías cada que me entregaba a ti, cuando por unos minutos era el hombre más estúpidamente feliz de la tierra sólo con sentir tu corazón tan palpable y tan unido al mío. Pero al terminar volvías a ser el mismo, el mismo imbécil que rompía mi corazón con una simple palabra. “Lárgate”, esa era mi favorita.

Humillarme frente a ti nunca fue importante para mí porque obtenía un poco de tu cariño, aunque fuera porque estuvieras cegado por la pasión que se esparcía entre ambos cuando estábamos juntos. Te amé tanto y hoy todavía me sorprende lo idiota que llegué a ser al creer que en fondo tú también lo hacías.

¿Por qué tenías que arrojarme tu trago de vodka aquella ocasión?, ¿por qué tenía que ponerme tan furioso por arruinar mi cita de aquel día y exigirte que me pagaras por el daño?, ¿por qué terminé bebiendo de tu misma copa y durmiendo contigo en la misma cama esa noche?, ¿por qué tenías que sonreír y mover mi mundo con solo un gesto?, ¿por qué te entregué todo de mi desde aquella primera vez? Si desde el principio fuiste claro al advertirme que no te gustaban las complicaciones y aun así, al final, terminamos complicándolo todo.

Ser un objeto nunca fue tan perfecto para una persona como lo fue para mí ser un juguete tuyo, porque de esa manera podía tener un pedazo de ti aun sabiendo que no era el único. Siempre fuiste así, ¿no? Tú mismo me lo dijiste el día en que todo terminó. “No te necesito, ¿sabes cuántos tíos se mueren por que yo me los folle?, ¿crees que eres alguien importante para mí? ¡Por supuesto que no!” Siempre lo supe, pero nunca quise aceptarlo. Fingir demencia era la mejor manera para sobrellevar la ausencia de mi dignidad.  

Nunca fui exigente, siempre acepté lo poco que me dabas y agradecía por ello. Cada caricia quedó guardada en mi memoria, cada beso y los “te quiero” que se te escapaban mientras hacíamos el amor. Esos te quiero que encogieran mi corazón, los mismos que cuando  eran dedicados por mí se ignoraban por completo. Me seguía repitiendo que yo podía sentir amor por los dos, que todo estaría bien siempre y cuando aceptara tus condiciones. Obviamente, me equivoqué.

Nunca supe qué fue lo que hice mal, y a estas alturas me pregunto si el del problema fui yo o simplemente fue que nunca dejaste de ser el hijo de puta de siempre, el que no podía ver tras toda esa nube de idolatría que sentía por ti. Pero sabiendo eso ahora, todavía quiero verte. Aun espero que entres por esa puerta y me pidas que te haga el amor, que cure tus heridas, que borre tus recuerdos por una noche.

Las canciones que muchas veces te dediqué y que aún guardo en mi corazón, las mismas que canté e hicieron que por un momento pudiera ver un destello de admiración en tus ojos. Lucías tan asombrado, y cuando dijiste que nunca pensaste que podría cantar de esa manera, lograste que mi amor por ti creciera un poco más, parecías tan sincero. Incluso fue por ti que aprendí a tocar el piano, por ti comencé a componer.

Después de eso comencé a pensar que podías llegar a cambiar, pensé que podía llegar al fondo de tu corazón si me empeñaba en mostrarte el mío a través de mis canciones. Y es tan irónico que fuera justamente en un invierno cuando me dejaras. Esa noche la nieve azotó tan fuerte a las calles de Seúl y yo pasé tanto frío, incluso mis lágrimas podían congelarse en mi rostro.

Te busqué, te rogué, incluso fui detrás de ti el día de tu cumpleaños sólo para encontrarte con otro chico en el mismo lugar donde me llevaste a mí por nuestro primer mes. Rompiste mi corazón por segunda vez y, no obstante, volví a ti para ser rechazado una tercera ocasión. Siempre fuiste un misterio pero quería creer que podía descifrarte a su debido tiempo.

A estas alturas, aun sabiendo la clase de basura que eres, deseo con toda el alma que regreses y que puedas ver la nieve caer junto a mí, que me quites el frío y que juntos volvamos a hacer arder este cuarto congelado y gris. Pese a saber perfectamente que estoy siendo un completo idiota, te extraño y añoro estar entre tus brazos.

Aun sabiendo que no significo absolutamente nada para ti quiero ser parte de tu vida, quiero que puedas correr a mi cuando tus demonios te atormenten y tus cicatrices vuelvan a abrirse. Quiero ser esa persona en quien puedas descargar tu furia con besos y caricias y que cada vez que juntos lleguemos al éxtasis pueda decirte que te amo y que estoy dispuesto a dar mi vida por ti. Porque desde el primer momento que te vi, supe que serías mi vida entera y a pesar de ser un bastardo no puedo dejar de amarte, Taecyeon.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Tsuki90
#1
Chapter 1: OMG!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Me encantó!!! honestamente Ketchup, cada vez que te leo siento que todavía me hace falta mucho (demasiado). Adoro tu Angst y tu Minjun, no sé pero cada fic donde lo leo eso como si esa esencia que le pones siguiera allí, cambia de ambiente pero es tan nostálgico y él... nunca se pierde, me encantó, no dejes de escribir, sabes que no somos muchas en este mundillo xDDD Gracias por compartir tus historias, son inspiradoras :)