Como era posible que las haya engañado de esa forma, Tiffany hablaba perfectamente el coreano y lo más sorprendente era haber escuchado cada una de sus palabras sin dificultad alguna…

Observo su móvil el cual marcaba las diez y cuarto de la noche había pasado exactamente una hora desde que Taeyeon la había dejado, sus padres no estaban en casa no había escuchado el portazo del cuarto de la bajita como de costumbre desde que vive ahí. Se encontraba completamente sola.
Busco entre sus maletas sacando un álbum de fotos conforme pasaba las páginas vagos recuerdos recorrían su mente.

— ¡Stephanie regresa aquí! El abuelo se molestara si te alejas tanto –la pequeña niña de 8 años voltio al escuchar la voz de su madre-

— Descuida mamá estaré bien ¿Por qué no sabía que el abuelo tenia patos? –sostuvo la mano de su madre mientras realizaba aquella pregunta, la última vez que había visitado a su abuelo no tenía animal alguno corriendo por su patio-

— Porque era una sorpresa mi niña –una voz gruesa interrumpió, Tiffany zafo el agarre y corrió hacia su encuentro, el hombre la tomo en brazos esperando un beso en la mejilla el cual no dudo en ser dado-

— Creí que no te gustaban los animales, la abuela me lo había dicho –las pequeñas manos tomaron las mejillas del hombre mayor dándole pequeñas caricias-

— A mí no pero a ti si, dime… ¿Cuál de esos dos te gusta más? –la pequeña Stephanie viajo su mirada hacia aquellos dos patitos, el grande de lindas plumas blancas y el mediano color amarillento el cual parecía que no podía andar, el abuelo sabia la respuesta de su nieta menor.

— Aquel chiquillo de allá abuelo –señalo-

— ¿Por qué ese y no el blanco es más grande?

— Puede ser lindo para ti, pero este de aquí puede parecer chiquito y feo pero es único abuelo, lo llenare de amor y muy pronto será el pato más hermoso que tus ojos hayan visto –el hombre esbozo una amplia sonrisa ante la respuesta de la niña, acaricio sus cabellos bajándola. La menor sin dudarlo corrió hacia el pequeño animal tomándole entre sus brazos- hola Lucky seamos los mejores amigos.

Sonrió ante aquel recuerdo tomando entre sus manos aquella fotografía, la pequeña y adorable Stephanie y el feo pe