Cap. 21
Una adicción llamada Lee ChaerinTaeyeon atravesó las puertas batientes del pub, me vio y se acercó a nuestra mesa. Antes de saludarme, le dio un repaso a mi acompañante.
-Así que esta es Chaerin. —Me lanzó una mirada acusadora.
-¿Dara, Por qué la tenías tan escondida? -La miré con un gesto interrogante. «¿De qué está hablando?», me pregunté. -Venus se moriría de envidia. —Añadió. De no haber sido porque conocía muy bien a Taeyeon, habría jurado que sólo estaba coqueteando, pero sabía que si alguna vez a lo largo de su vida había hablado en serio, era en ese momento. -Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida. -Dijo.
Era un cumplido sincero, pero percibí cierta actitud a la defensiva junto a mí. Taeyeon también lo advirtió y se sentó.
Cogió la mano que había junto a la mía, sobre la mesa, para estrechársela. Al igual que en el restaurante de París, su primer impulso fue apartarla, pero Taeyeon no se lo permitió.
—No, no. —Insistió con amabilidad. -Aquí estamos en familia.
Echó un alegre vistazo a su alrededor
-Y la verdad es que nadie se atrevería a negar lo que acabo de decirte. Me alegro de que estés mejor. —Dijo, ya un poco más seria.
-Después de lo que me insinuó la tía Gyeong... bueno, no me dio muchos detalles, claro, por lo de la confidencialidad médico-paciente... pero pensé que te dejaría muchas secuelas. -Señaló la minúscula cicatriz de su hermoso rostro, la única que no desaparecía bajo el maquillaje.
-¿Es esa la única señal?
Chaerin tragó saliva.
—Sí. —dijo, al parecer sin importarle que Taeyeon le sostuviera la mano.
—¿Tía Hildergat? —Pregunté, perpleja. -¿La doctora es tu tía?
—Bueno, más o menos. Yo la llamo tía. Vivíamos en el mismo edificio cuando yo era pequeña. Era la típica chiflada adicta al trabajo y nadie sabía muy bien qué hacer con ella. No estaba casada y todo eso, porque siempre estaba demasiado ocupada con su trabajo.
-Durante un tiempo, se dedicó a tratar única y exclusivamente a as, por lo general sin cobrarles.
Al oír la palabra as, Chaerin dio un brinco junto a mí.
—Ya, y por eso me la mandaste a mí. —Chaerin soltó muy despacio.
Taeyeon ni se inmutó.
—No, no es por eso. No conocía a nadie más. Gracias a la tía, yo también quería ser médico, pero luego pensé que no conseguiría ganarme la vida, dado el modelo que tenía. —Se echó a reír. -¡Pequeño error!
Junto a mí, una mujer de hermoso rostro permanecía con la mirada perdida.
Taeyeon utilizó ahora ambas manos para sostener la mano de mi Chaerin.
—Sé lo que eres. —Dijo. -Y me da absolutamente igual. ¿Por qué no lo olvidas, al menos durante esta noche?
La expresión del rostro de Taeyeon cambió de repente.
-Hay algo mucho peor. —bromeó.
—¿El qué? —pregunté, aunque tenía una ligera idea.
—Que eres su novia. —Lo dijo mirándola a ella y señalándome a mí con el pulgar. -Lo cual no sería así si yo te hubiera conocido antes.
—¡Taeyeon! —farfullé, a modo de advertencia.
—No la pierdas de vista. —Me dijo Taeyeon, guiñando un ojo. -Ya sabes que no soy monógama.
—Y tanto que lo sé. —suspiré teatralmente.
Taeyeon se inclinó y me dio un beso cariñoso. El objeto de nuestra competición amistosa se había apartado un poco y nos contemplaba alternativamente a Taeyeon y a mí como quien está presenciando un partido de tenis.
—¿Puedo dar mi opinión? —preguntó, bastante indignada.
—¡No! —le prohibimos las dos al unísono.
Se ruborizó un poco, soltó definitivamente la mano de Taeyeon y se puso en pie.
—Volveré cuando haya terminado el duelo. —Nos dijo.
-Mientras tanto, voy a empolvarme la nariz. —Dio unos cuantos pasos y luego se volvió hacia nosotras. -Me quedaré con la que gane.
Parecía contenta otra vez y nos dedicó una encantadora sonrisa antes de irse.
—Madre mía. —silbó Taeyeon. -Está buenísima. ¿Cómo lo llevas?
—Fatal. —Me sujeté la frente. Estaba completamente segura de tener el aspecto de un perro mojado.
Taeyeon me observó con una mirada solidaria.
—¿Todavía tienen los mismos problemas?
—No lo sé. —En realidad, no podía responder a esa pregunta en esos momentos. -Creo que estará un tiempo sin trabajar. -Al menos, eso era lo que había interpretado yo tras la conversación de aquella tarde.
—¿Un tiempo? —Taeyeon arqueó un poco las cejas.
También ella resultaba encantadora cuando hacía ese gesto, aunque de una forma completamente distinta.
—Todavía no lo hemos hablado.
—Ajá. —Insistió Taeyeon. -No quieres contarme los motivos. —Me conocía demasiado bien.
—No puedo. —Protesté. -Son cosas suyas.
Taeyeon asintió, con una mirada de complicidad.
—O sea, que has descubierto algunas cosas.
—Eso creo. —Tuve que admitir, pero me sorprendió darme cuenta tan de repente. Taeyeon no dijo nada, se limitó a mirarme.
-¡La quiero tanto! —Se me escapó. -No puedo seguir viviendo sin ella. —Añadí, con una mirada de desesperación.
Taeyeon sonrió.
—Te entiendo perfectamente. —Dijo, al mismo tiempo que me cogía la mano. -Es una mujer increíble. —Sacudió la cabeza. -Me cuesta creer que sea...
—¿Que sea una a? —Concluí, en tono amargo.
—Sí. —Taeyeon sacudió de nuevo la cabeza. -Jamás he conocido a una mujer que tuviera menos aspecto de a que ella.
—Eso es cierto. —Confirmé con un suspiro. -Pero no cambia los hechos.
—Tal vez sí. —Taeyeon expresó sus dudas con su habitual lógica. -Si su yo interno está tan en desacuerdo con los aspectos externos, como por ejemplo su profesión, algún día no le quedará más remedio que tomar una decisión.
Tenía cierta razón.
—Pero... ¿y si no lo hace? —Al fin y al cabo, esa posibilidad también existía.
Taeyeon se encogió de hombros.
—Pues entonces, mucho peor para ella.
—Y para mí. —Proseguí, como si le leyera el pensamiento.
-No sé cuál de las dos se volverá loca antes.
Taeyeon me dedicó una sonrisa alentadora.
—No creo que sea para tanto. —Sonrió de nuevo. -Forman una pareja muy atractiva.
Bajé la cabeza para ocultar mi incomodidad.
—Chaerin es atractiva. —dije, con la intención de corregir sus palabras.
—¿Ah, sí? —comentó Taeyeon, medio en broma. No se tragaba el cuento. -¿Y tú eres fea?
Rehuí su mirada, inquieta.
—No... —Reconocí. -Pero comparada con ella...
—Ella es increíblemente guapa. —afirmó Taeyeon. -Eso e
Comments