A/N: ~~Lamento los errores que tenga este fic, no tengo un beta y a veces no los releeo antes de publicarlos. Trataré de corregirlo luego, pueden avisarme en los comentarios. (u,u) Muchas gracias por leerlo de todos modos (n.nU)~~

Les recomiendo escuchen ÉSTA  canción mientras lo leen. 

Se me ocurrió luego de volver a ver ESTE video. Y también inspirado en ESTO  y ESTO

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Un reflector se encendió, casi cegando a los presentes; seis figuras masculinas y menudas sentadas en seis incómodos banquillos. 
Cada uno vistiendo ropas con telas brillantes, joyería costosa y exótica.

Sombras al fondo corriendo de un lado a otro al compás de órdenes en varios idiomas.

Una pequeña luz roja  parpadeante sobre una caja negra.

Más sombras acercándose, frotando sobre su rostros  utensilios suaves y húmedos. Llenando su cabellos de aerosoles que picaban en la nariz y mareaban con sus empalagosos aromas.

Todo eso era tan ajeno y familiar a la vez. Ya estaba acostumbrado.

Luhan podía controlar su rostro.

Podía controlar las  palabras que  resbalaban  por su lengua,  acariciando sus labios en una melodiosa, cautelosa y ensayada voz de tono angelical. 

Podía controlar su respiración. 

Sus blancas perlas brillando con cada sonrisa que actuaba como un reflejo.

La perfecta fachada, tallada con sumo detalle para el deleite de todos los presentes.

Sin embargo, había algo que no podía controlar:

El aterciopelado roce de una mejilla  ajena sobre la propia que, no importaba cuantas veces sucediera, siempre  le causaba  escalofríos.

Inconscientemente se volteó a  encarar esa mejilla. Se encontró con un rostro. Uno tan conocido como cautivador.

Luhan  sabía que Minseok estaba hablando.  Lo sabía porque podía ver cómo sus labios articulaban palabras inaudibles. Sólo de eso era consciente.

Luchaba para mantener su atención en lo que decía en lugar del movimiento de esos carnosos labios. Intentos fútiles.
 

Sus acciones estaban hablando por él de nuevo. A menudo le pasaba. Al mirar los rostros, mejor dicho, ése rostro en particular.Luhan se perdía completamente.

Cuatro muros opacos  confinaban la mente de Minseok. El interior de ésta, no era más que una habitación en donde sólo existía una presencia; La suya. Tan simple y sin chiste.

Un cuarto de cuatro paredes con la luz apagada; De repente la luz se encendía poco a poco, entrando por el techo.

La figura pálida y pequeña, de mejillas prominentes y suaves,  aparecía  en medio de una habitación completamente blanca. Descalzo, desnudo, incoloro, se mantenía de pie con los ojos cerrados, ambas manos a sus costados. Los puños apretados.
Su pequeña silueta no tenía sombra.  

 

Luhan miraba atento a Minseok. Los espejos en sus pupilas  se abrían y cerraban. Recibían la luz que reflejaba aquello llamado color. Perdido  en esas avellanas profundas, brillantes y esos pequeños  labios de flor de cerezo que  bailaban.

Dentro de la habitación, una nube se cernía sobre la cabeza de esa persona: Una ola de polvo ocre lo  golpeó  suavemente en el rosto, deslizándose sobre sus hombros. Pintándolos. 

El individuo separó los  pequeños labios.
Una nueva   ola ;  esta vez polvo de color coral, cayó  delicadamente sobre él, bañándolo  de pies a cabeza.
Dio un suspiro.

Luhan sólo admiraba ese rostro, esa piel. Porque nada más existía.

Otra oleada de color azul brillante se estrelló en la espalda de Minseok. La figura abrió  sus ojos de avellana. 

Los latidos de su corazón se aceleraron ante la cercanía.

Un violeta furioso chocó contra  su pecho. Cayó al piso de rodillas, apoyado en sus manos.

Minseok reía.

Verde  salpicado en su rostro.

Luhan sonreía, sin ensayar.  Sin darse cuenta. Una imperfecta sonrisa.

Rojo resbalaba por sus rodillas.

Luhan se relamía los labios, sacando la punta de la lengua, humedeciendo  sus labios de comisura a comisura.

En la habitación, un fluido cristalino comenzó a  llover del techo. Primero en gotas. La figura se empapaba poco a poco y los colores se mezclaban en su piel. Las gotas se estampaban como un torrente  contra su espalda, fuertes, cálidas y cariñosas.

Luhan  sintió su garganta seca,  tragó saliva para humectarla, tragando saliva.

La figura levantó los dedos de sus manos que temblaban, admiró las palmas azules y verdosas que escurrían. 
Las puntas de sus cabellos goteaban.
En el suelo; una corriente colorida que se convertía en  un mar negro, era arrastrada fuera de la habitación.

-Grabando en 3...2..1-

Luhan volvía el rostro  hacia la cámara. Minseok hacía lo mismo al mismo tiempo, poniendo una cara atenta y amigable.

Ambas manos se buscaban lejos de la vista de las cámaras, justo detrás de la espalda de Jongdae. Sobre el  muslo de Minseok. Los dedos se entrelazaban.

Y entonces la explosión de colores ocurría y se expandía. Silenciosa. Vivaz. Preciosa.

Las comisuras de los labios de Minseok y Luhan se elevaban simultaneamente y compartían  miradas cómplices.

Unos llaman a eso fantasear. Pero Minseok siente que no puede ser sólo eso.

 La  humedad en sus labios. El escozor en su piel.  Ésta última  convertida  en un campo minado donde el más mínimo toque, roce o respiración desencadenaría una explosión. Cada vello de su cuerpo alerta en posición de firmes, como soldados al acecho.

 Entre ellos, existe  una conexión.

Porque sólo cuando esos enormes y brillantes ojos lo miraban, Minseok se sentía lleno de  emociones  que nunca imaginó poseer. El lienzo llano  que era su existencia, era atacado.  Se llenaba  de colores, se llenaba de vida.

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Espero les haya gustado. En lo personal me gustó el escribrlo. Lo siento. Tal vez sea algo confuso.