Tiffany

Al día siguiente me encontraba en la clase del señor Sooman.

-¿Habéis oído hablar de los Nazgäris?-Preguntó el profesor mirándonos a todos atentamente. Ninguno respondió ni levantó la mano. El profesor escribió la palabra "Nazgäris" en la pizarra y se frotó las manos.

-Los Nazgäris son un 'clan' de brujos. Son los más conocidos y los más peligrosos. No son brujos normales, éstos son brujos con poderes superiores a los normales. Usan la mágia negra combinada con la mágia blanca, algo que para nosotros es imposible de conseguir.-Explicó seriamente.

Recuerdo algo sobre eso. Mi madre solía hablarme de ellos, pero jamás me contó eso. Solo que eran peligrosos, y un mago normal no podría combatir con ellos. Un pensamiento cruzó por mi mente.

¿Qué tan peligroso era el mundo de la mágia?¿De verdad estaba lista para entrar en él?

-¿No se les puede combatir?-Preguntó un chico.

Sooman levantó su mano y apuntó al chico con su dedo.

-Esa es un muy buena pregunta. ¿Cómo se les combate a tan poderosos seres?-Empezó a escribir en la pizarra con energía y rapidez. Dejó la tiza a un lado y señaló las palabras escritas en la pizarra.

"Luminium, Expoctrum, Kargurum".

-Son hechizos.-Explicó.-¿Quién me sabe decir para qué sirven?

Sentí movimiento a mi lado y vi que Boram había levantando su mano.

-El hechizo Luminium sirve para espantar a los espectros de la muerte. Expoctrum es para anular un hechizo ya lanzado, y Kargurum es para...-Sooman la interrumpió.

-Para combatir la mágia negra.-Rodeó la palabra "Kargurum" y dibujó dos flechas saliendo de la palabra.-Pero solo la mágia negra. ¿Sabéis que se pueden combinar hechizos, verdad? Pues esa es la respuesta.-Nos miró a todos con una gran sonrisa. Como si hubiera descubierto el mayor de los secretos del mundo.

-Pero, ¿qué hechizo combinar?-Preguntó él y dejó la respuesta en el aire. Se giró de nuevo y escribió en la pizarra.

-¡Esa es la cuestión!-Dijo más para sí mismo.

Vaya, estaba empezando a pensar que el profesor Sooman tenía ciertos problemas de estusiasmo...o quizás bipolaridad. A mi lado, Jessica elevó una ceja.

-Okey, acabamos de descubrir que está completamente chiflado.-Susurró mientras soltaba una risita.

De repente sonó aquella campanita anunciando el final de la clase. Guardé mis libros de mágia y salí con Jessica y Boram.

-Chicas, debo ir a la biblioteca. No me esperen.-Dije y sin más me fui directa a la biblioteca.

. . .

Cogí la pluma y la mojé ligeramente en el bote de tinta a mi lado.

Tenía que escribirle una carta a mi padre. Hacia una semana que no le escribía y realmente lo echaba de menos. Además, una de las normas de la Academia era que solo podías escribir una carta una vez a la semana. Arg, qué estrictos.

"Querido papá:

Siento mucho no haber podido responder tus cartas, pero me tienen muy ocupada aquí. Me encanta la Academia, y ¿sabes? He aprendido a usar varios hechizos, nada interesante pero es emocionante, ¿verdad? A veces me pregunto qué pensara mamá. ¿Estará orgullosa?

También quería decirte que he conocidos muchos amigos aquí. Son muy amables y bueno, respecto a Jessica, ella sigue igual.

He conocido a una chica. Es un tanto misteriosa, y llama mucho mi atención. Pero a veces es muy indiferente. ¿Mamá también era así?

Tengo que irme, no olvides que te quiero mucho y te echo de menos.

Con amor, Tiffany"

Terminé de escribir y con una sonrisa guardé la carta.

-Hola.

Brinqué del susto y la carta cayó al suelo. Giré mi cabeza y me encontré con unos ojos ónices muy conocidos por mí. Y esa sonrisa arrogante solo la tenía ella.

-¿Te asusté?-Pareció preocupada, pero yo sé que no. El brillo burlón en sus ojos la delataba. Observé su hermoso cabello rubio ondulado caerle por los hombros y ciertos cabellos por su cara.

Recogí la carta del suelo y la guardé en mi bolsillo. Me giré de nuevo y ella seguía con aquella sonrisa.

-¿Qué haces aquí?-Soné un poco ruda, y me lamenté por ello. Pero Taeyeon al parecer no, es más, sonrió de nuevo. Se apoyó en la mesa y me observó.

-¿No puedo venir a la biblioteca?¿O es solo para chicas pelirrojas de lindas sonrisas?-Preguntó en tono burlón pero seductor a la vez.

Oh, Dios. Me sonrojé como nunca y respiré hondo varias veces. Maldita Taeyeon, mira lo que me haces.

Ella lo notó, lo sé por que su sonrisa se ensanchó aún más. De verdad tenía una sonrisa muy bonita, y esos ojos no ayudaban mucho a mi bienestar emocional.

Estúpida Taeyeon.

-¿Qué hacías?

-Escribir una carta a mi padre.-Respondí en un susurro. Su presencia me ponía nerviosa. Vaya que sí.

-Anda, además de hermosa también es educada y cariñosa.-Dijo de nuevo en aquel tono burlón.

-Taeyeon, ¿qué haces aquí?-Pregunté sin poder evitar mi curiosidad, además, estaba lo suficientemente nerviosa para caerme del sitio. Y me niego a pasar por un momento vergonzoso. Menos con Taeyeon.

Ella cambió de posición y se acomodó más en la silla, prácticamente se acostó en la silla; apoyando su espalda y su brazo izquierdo en el respaldo de la silla. Su rodillas rozó la mía accidentalmente.

-He venido a verte. Te estaba buscando.-Dijo en un tono serio pero sin quitar aquel tono seductor.

Aparté un mechón de mi cara y lo coloqué tras mi oreja. ¿Vino a verme a mí?

-Uh, ¿para qué?-Casi tartamudeé.

Ella sonrió ante mi casi tartamudeo, pero fue una sonrisa leve. Sus ojos brillaron y no supe identificar qué escondían.

-¿Te gustaría venir a un sitio conmigo?

Yo me quedé en silencio. ¿Ir con Taeyeon?¿Estoy soñando? Respiré un par de veces. Eso, respira, Tiffany. ¡Relájate! Kim Taeyeon, no, la hermosísima -y seductora- Kim Taeyeon quiere ir contigo a un sitio. Espera...¿qué sitio? De repente un pensamiento algo loco cruzó mi mente.

¿Y si me hacía algo?

Recordé las palabras de Jessica: "Los rompecorazones son así, parecen amables pero no lo son". Pero, Taeyeon no era una rompecorazones...¿verdad?¿Y si lo era?

-¿Qué pasa?-Taeyeon me sacó de mis pensamientos.-¿Te da miedo ir a solas conmigo?

Vi como sonreía divertida. Y vi algo que no me hizo estremecer. Taeyeon me daba esa sensación de peligro constan