Final

The deer and the samurai (español)

Muy pronto la noticia acerca de la búsqueda por todo el reino del principe Xiao Lu , llegó a oídos del joven heredero Xiumin.
Uno par de sirvientes de palacio hablaban  acerca de cómo el matrimonio entre  los herederos de las familias Long y  Xiao Lu  debía de efectuarse muy pronto. Sin embargo nada se sabía del paradero de éste ultimo.
 

Esa noche, al igual que las anteriores, Xiumin y Luhan  se encontraron.  Sin embargo  en lugar de conversar o empezar a  adorar el cuerpo del otro a la luz de las velas en el recinto de Xiumin, éste le hizo preguntas  al ciervo encantado.

Preguntas sobre su  pasado y  su identidad, insistió hasta que el otro le confesó su linaje real y su destino de casarse con alguien a quien no amaba. Luhan le aseguró  que no le importaba ni la maldición que lo aquejaba ni ese matrimonio forzado.  Siempre estarían juntos.  No quería ni necesitaba a nadie más, no le importaba el reino, ni la decisión egoísta de sus padres. 

 

 Xiumin no estaba tranquilo. A pesar de lo mucho que amara a Luhan, no podía evitar sentir que estaba robando, si ya le era difícil esconder al mágico ser, lo sería mucho más luego de saber que éste estaba  destinado para alguien más.

 

Luhan le aseguró que todo saldría bien siempre y cuando se mantuvieran en secreto.

 

 

Sin embargo, los secretos son como las perlas, nunca pueden estar encerradas durante mucho tiempo en la oscuridad,  tarde o temprano son escupidas hacia el exterior. Brillan incluso más que la verdad.

 

 

 

 

*************

 

En el palacio vecino, el cuidador de dragones  se desesperaba día a día, pues la maldición que había echado sobre el joven Luhan no duraría mucho más, se supone que él mismo se encargaría de cazar aquél cervatillo para evitar que    fuese encontrado . Pero por mucho que buscó  y buscó, no encontró rastro alguno, WuYi Fan sabía que el joven estaba vivo en algún lado. Podía sentirlo aunque no sabía con exactitud dónde.

 

***************

Como todos los días, Luhan, el ciervo brincaba por las praderas, divirtiéndose con los conejos y las aves. Disfrutando de su libertad hasta que la noche llegara nuevamente.
Se detuvo a beber agua del río y siguió corriendo hasta que se sintió un poco mareado. Lo ignoró por supuesto, pensó que era algo pasajero.
 De repente un dolor terrible en el estómago lo  invadió. Cayó y se retorció en el piso, presa de un terrible dolor que abrasaba sus entrañas.

 

Se abrazó a si mismo...y notó... ¡Unas manos!  ¡Podía tocarse!  Sentir sus cabellos dorados entre sus dedos, la calidez de su piel bajo los rayos del sol. Mirar su reflejo el rio. Esto no debía pasar. No en el día. Abrumado, se regocijó por lo que creyó el fin de su transformación. Había  vuelto a la normalidad.

 

Imaginó una vida junto a Xiumin sin tener que esconderse. Juntos cabalgando  hombro con  hombro. 
Rió,  pues no podía esperar a contarle. Sin importarle su estado desnudo, corrió por los campos, ocultándose entre algunos árboles y maleza.  Las piedras y demás hierbas le picaban y laceraban  los pies, no eran como sus pezuñas fuertes y gráciles a las cuales ya se había acostumbrado.

 

El camino le tomaría más de lo debido, estaba tan perdido en su ensoñación que ignoró el sonido de los cascos de caballos a lo lejos.
Pronto,  éstos se acercaron furiosos hacia él, en ese momento, pensó en correr y esconderse. Sus piernas  eran más lentas y torpes.  Tropezó y al caer. Se golpeó la cabeza.
 Lo último que escuchó fue el relinchido de unos caballos y una voz grave gritar,
-"¡Alto! .... Hemos encontrado algo...es...el Príncipe!!"

 

************

 

Cuando Luhan abrió los ojos, la paja del granero, el olor a vacas, caballos y  los suaves cacareos de las gallinas habían sido reemplazados por  sedas finas, almohadas de pluma de ganso, bandejas de plata llenas de bocadillos empalagosos y carnes de primera sobre la mesa.

 

Se encontraba en su habitación, la que hacía semanas no visitaba. Tembló al pensar en su madre, su padre y  al joven  Tao, cuyo rostro sombrío e inexpresivo sólo había visto una vez.

 

Y entonces lloró, lloró por Xiumin, aquél que nunca volvería a ver. Ni siquiera  pudo despedirse. Sus suaves manos ya no acariciarían su lomo, sus dedos no se enredarían en su cabello. No vería esa dulce sonrisa  de nuevo. Empapó sus ropas y sábanas sollozando silenciosamente por el único hombre al que amó y con el que jamás podría volver.

 

Un par de golpes se escucharon en la puerta.
 Luhan interrumpió su llanto y comenzó a temblar
¿Debía mentir? ¿Qué le diría a sus padres?

¿"Fui convertido en un animal del bosque y rescatado por un hombre del que me enamoré y quiero  volver con él" ???

 Eso sí que era un chiste. Una cruel broma de mal gusto, maldijo al destino por jugar así con él.

 

Luhan pensó que tal vez si escapaba por la ventana aún podría volver con Xiumin. Se levantó de la cama, con su bata de seda fina cayéndole por los pies, y arrastrándose  delicadamente a sus espaladas con cada paso insonoro.
Se asomó por la ventana de piedra hacia el exterior...lo sabía...al menos cincuenta hombres armados rodeaban su habitación. Así jamás podría huir.

 

De nuevo los golpes se escucharon en su puerta.

 

-Amo Xiao Lu, soy Wu Yi Fan  ¿Puedo pasar?

 

Su confidente y mejor amigo.  Al menos a Wu Yi Fan debía darle una explicación. Él había sido el  único que había mostrado comprensión por su situación cuando  conoció a Tao. Recuerda que esa noche, cuando la cena  real terminó, corrió a los establos a llorar tranquilo. Allí había hablado con Wu Yi Fan para desahogarse, contándole de su horrible destino.

 

-A....delante...pronunció con voz ronca.

 

La puerta se abrió y entró lentamente, cerrando la puerta a sus espaldas.

 

Wu Yi Fan no había cambiado un ápice; Con su porte majestuoso a pesar de ser sólo  un trabajador del castillo. Siempre con su aire  misterioso y melancólico.
 Su capa negra hecha de piel de dragón lo envolvía.

 

-Mi señor- hizo una reverencia- me llena de dicha su presencia al tenerlo de vuelta en el castillo. Todos estábamos horrorizados al pensar que usted  ya no se encontraba en este  mundo. Sus padres le extrañaron much- sus palabras fueron silenciadas.

 

-¡WuYi Fan! - exclamó  tirándose a los brazos del otro. Se soltó a llorar de nuevo.
-¡Lo siento mucho!!!  ¡Yo...Yo.. no! que-ría preocu-par los! -el pobre no podía hablar entre llanto y llanto

-Tranquilo, mi señor. Ahora está de vuelta y todo volverá a la normalidad-pronunció  con una amargura en su tono, imperceptible para Luhan.

 

Wu Yi Fan rodeó son sus brazos al joven, en un abrazo que parecía sincero. Parecía, pues,  oculto bajo su manga se encontraba una daga envenenada.

 

-¡No tu -no!- no en-tien-des! Na-die! ¡yo no- quiero!!- gritó el joven librándose del abrazo mortal y limpiándose las  lágrimas con la manga de sus ropas, se  incorporó  y caminó lejos de WuYi Fan.

 

-Yo....no...deseo casarme con el joven Tao....y lo sabes-pronunció finalmente

 

-Pero mi señor las órdenes y deseos de su fam..-intentó acercarse-

 

-¡Tienes que ayudarme a salir de aquí!!!  ¡Te lo ordeno!!!, no, ¡te lo imploro!! ¡Pero por favor!...¡Por favor!...-el joven se aferró a las ropas de WuYi Fan mirándolo a los ojos empapados en lágrimas.

 

Mejor  deseo no pudo haber pedido. Los demonios  debieron haber escuchado sus rezos. El rostro del temible WuYi Fan se torció en una encantadora sonrisa.

 

-Como usted ordene, mi señor, -hizo una reverencia.

 

El corazón de Luhan se sintió ligero y un brillo de esperanza se anidó en él.

 

-Sólo si promete guardar en secreto lo que pueda ver  esta noche.

 

-Entiendo- Aseguró Luhan.

 

WuYi Fan, haciendo  uso de su magia,  logró dormir a todos los guardias del castillo. Luhan no hizo preguntas, sólo lo siguió hasta las puertas del lugar. El hechicero le acercó un corcel  negro.

 

-Mi señor...si lo encuentran de nuevo...yo...ya no podré serle de ayuda-advirtió.

 

-No te preocupes WuYi Fan, me has  ayudado tanto, eres un verdadero amigo- le miró con dulzura- Creo que jamás podré pagarte por lo que has hecho.....

 

-Señor...sólo una cosa más....no vuelva....nunca más.

 

-¿Eh?

 

-Por su seguridad, la mía y la de todos en el castillo.

 

-Ah..entiendo.

 

-Gracias, mi señor Luhan.

 

-Nunca te olvidaré WuYi Fan.

 

El hechicero hizo una reverencia final  mientras observaba la silueta del príncipe alejarse hacia el bosque.

No había tiempo que perder y debía despertar a alguien en el castillo y llevárselo lejos muy lejos.  La única persona que le importaba. Huang Zitao.
La única razón por la cual jamás había intentado antes huir del castillo junto a su amado, era porque le importaba la decisión del joven Tao, su lealtad y palabra hacia su pueblo. Pero ahora que había embrujado a todos en el castillo, y con la desaparición continua del Príncipe Luhan, se sabría el culpable, sólo el rey conocía el linaje del hechicero, pero creyendo que carecía de poder suficiente lo había recogido como a un trabajador más manteniéndole en el castillo para domar bestias para su colección.

 

WuYi Fan solo esperaba que al despertar, Tao lo perdonara. Despertarían lejos de todo y todos los que alguna vez conocieron, para estar juntos al fin.

 

*******************

 

El joven Xiao Lu cabalgó y cabalgó hasta llegar al lugar que había sido su hogar durante las últimas semanas. Gritó el nombre de Xiumin por los alrededores en medio de la  noche. Hasta que los sirvientes salieron a ver la razón del escándalo.

 

-¿Donde está Xiumin!?

 

-¿Quién es usted?-preguntaron.
 

-¡Díganme en dónde se encuentra! ¡Es urgente!- ignoró las interrogantes.

 

-Es...usted..acaso es el... ¡el Pincipe Xiao Lu!!

 

Los sirvientes reaccionaron con asombro al ver el fino corcel,  el rostro del joven y la ropa de cama de éste, pues ni se había fijado en cambiarse.

 

-Así es. ¡Díganme en dónde se encuentra su amo Xiumin!

 

-¡El señor no está! Salió por la tarde y no ha regresado. Rumbo al bosque. Regresa cada noche pero hoy no lo hizo ¿Qué asuntos tiene usted con el señ-

 

El joven no esperó a que el sirviente terminara cuando le indicó  al caballo, de un azote, pegar carrera hacia el bosque.

 

Apenas podía ver pero era más importante encontrar a Xiumin, su corazón galopaba al compás de los cascos del corcel.

 

***************************

 

 

La maleza se le enredaba en los pies al jove Xiumin. La diminuta llamarada dentro de su lámpara se hacía cada vez más pequeña.

 

-¡Luhan!! .... ¡Luhan!!

 

Esa noche no había regresado  ¿Y si le había pasado algo malo?  La paranoia lo acosaba desde que supo la identidad  y origen del hermoso joven.
Le asustaba perderle.  El simple hecho de imaginar que algo malo le sucedía.... "No, no puedo pensar en eso, debo encontrarlo" -se dijo a sí mismo y siguió gritando el nombre de su amado en medio del bosque.

 

-¡Luhaaan!!!

 

Escuchó un crujido a sus espaldas  y volteó rápidamente. Unos brillantes ojos lo acechaban.
 

-¿Lu...han?-preguntó a la agazapada silueta.

 

Un gruñido.

 

No. definitivamente ese no era Luhan. Xiumin desenvainó su espada y la apuntó directamente a la figura cuadrúpeda frente a él.

Era un lobo de las montañas, pero si bien lo dicen, los lobos nunca andan solos. Un gruñido a su derecha, otro a su izquierda, a sus espaldas, dio vueltas lentamente, girándose, intentando enfrentar calda flanco. Muy pronto se vio rodeado por dientes, gruñidos y colas en un círculo.

 

Sin previo aviso. Uno de los lobos brincó hacia el brazo que no sostenía la espada. La lámpara  de brea cayó entre la maleza prendiéndose  en llamas rápidamente.

 

Xiumin luchaba contra los lobos; dándoles en el hocico, en el lomo, donde fuera para alejarlos, algunos aunque heridos, regresaban por venganza.

 

Arañazos en sus brazos y espalda.

 

El humo se hacía más denso y el calor insoportable.

 

Los lobos se fueron chillando. Ahuyentados por las llamas que lamían los troncos de los árboles, trozándolos.

 

-Lu..han...- susurraba. El humo había entrado a sus pulmones, la visión se le nublaba.

 

Cayó de rodillas al suelo, apoyándose en su espada levantando la vista, buscando una salida. Una mirada, una silueta. Ansiaba ver al ciervo aunque fuera una última vez. Le parecía escucharlo llamarlo. Ah... ¿Así era como debía terminar?

 

Si  Luhan ya no se encontraba en este mundo muy pronto lo alcanzaría, aunque una parte deseaba que él se encontrara feliz, aunque unido a alguien más, pero sano y salvo.

 

Xiumin divisó la silueta oscura del ciervo que se acercaba ¿Sería este su final? ¿Se reuniría con él?

 

-¡Xiumin!! ¡ Xiumin!!- gritó la silueta saltando las llamas.  Entró al círculo de  fuego. No era un ciervo, sino un caballo negro.

 

-Lu...han.....- Xiumin pronunció  lánguidamente.

 

El  negro corcel con el joven Luhan montado sobre él se levantó en las patas traseras, temiéndole al fuego.

 

-¡Vamonos,  Xiumin!-

 

Luhan tomó el brazo del otro y lo jaló para montarlo al caballo.  El equino  dio un par de pasos atrás y saltó como pudo, no sin quemarse las patas traseras.  Sin embargo, seguía corriendo y corriendo alejándose del siniestro.

 

Al llegar al pueblo todos estaban envueltos en conmoción al ver el bosque en llamas. Los aldeanos corrían por ayuda y agua al río. Luhan deseaba detenerse, dejar a Xiumin descansar en la comodidad de su hogar, además el caballo estaba herido.

 

Xiumin se abrazaba a su cintura jadeando. Apoyaba la cabeza en la espalda de Luhan, sus heridas debían ser tratadas.

 

-¡Rapido!  ¡Alguien atiéndalo!- ordenó a los sirvientes. Xiumin fue bajado del caballo cuando a éste le fallaron las patas y se dejó caer al piso.

 

-¡Luhan!-exclamó Xiumin, extendiéndole una mano.

 

Luhan lo miró, esa mano levantada al aire esforzándose por alcanzarlo mientras sus hombres intentaban llevarlo dentro. Luhan reprimió sus lágrimas y habló aun con un doloroso nudo en su garganta .

 

-Atiendan a su amo. El incendio fue causado por un aldeano y cuando su amo fue a ver qué sucedía, fue atacado por lobos. Escondan a este caballo en su granero.... Ustedes... no me han visto- sentenció.

 

Luhan dio media vuelta, dejando a Xiumin con la mano extendida. Se acercó a otro caballo y lo montó.

 

-¡LUHAN!! ¿QUÉ ESTAS HACIENDO?  ¿A DÓNDE VAS!???-gritó desesperado el malherido muchacho.

 

-Xiumin, si mañana unos hombres vienen y preguntan....-

 

-¡NO! ¡Cállate! ¡Me voy contigo!-

 

-¡Estas herido!-

 

-¡No me importa! ¡No pienso quedarme aquí!!-

 

-¿Y qué debo hacer? ¡¿Llevarte para que mueras conmigo!?? ¡ No seas ridículo, Xiumin!- Luhan apretó los puños a las riendas hasta que los nudillos se le pusieron blancos. Respiró profundamente y se bajó del caballo.

 

Caminó hacia Xiumin. Sus hombres lo soltaron.
 Luhan se abrazó  con todas sus fuerzas al cuerpo maltrecho de su amado. Xiumin sintió las manos de Luhan hundírsele en las llagas ensangrentadas. Grabó ese escozor en  su memoria y en su cuerpo.
 

-Me están buscando. Y tú sólo me retrasarás. No vas a morir conmigo. Mejórate y volveré por ti cuando estés mejor y los hombres del palacio no estén cerca. Te amo, mi guerrero Bāozi. -susurró en su oído.

 

Xiumin suprimió un sollozo que no sabía que estaba aguantando. Se aferró con todas sus fuerzas.

 

-Si no regresas te buscaré, perseguiré y cazaré por el resto de mis días, maldito ciervo.

 

Luhan intentó reír, aunque sólo soltó un quejido a falta del aire en sus pulmones debido al abrazo.

 

Y pensar que así fue como empezó todo.

 

-No mueras.- Pidió Xiumin.

 

-No puedo hacer eso... Tú eras quien iba a matarme en primer lugar ¿no? No puedo morir si no es en tus brazos. Volveré...-Luhan tomó los hombros de de Xumin y lo desprendió de su cuerpo de un golpe. Corrió al caballo, montó  y no levantó la mirada ni miró atrás. Jaló las riendas del caballo y salió del pueblo. Xiumin en cambio no dejó de mirar su silueta alejarse cabalgando en medio de la noche. Hasta que el cansancio lo invadió y cayó al piso.

 

*****************************

 

 

Durante días. Nadie tuvo tiempo de preguntar las razones del incendio.
Todo el reino hablaba sobre la nueva  desaparición del heredero Tao, no se sabía nada de él ni de su hechicero. Los rumores pululaban por todos lados.
La vergüenza golpeaba las caras de las familias Long y Xiao Lu.

 

Sin herederos al trono, y sin enemigos,  sólo quedaba  el mencionado descendiente de la última dinastía de los guerreros Bāozi.

 

Se rehusó a tomar el liderazgo. Sin embargo las tierras debían tener un gobernante. El consejo insistió una y otra vez. A pesar de la constante negativa:

 

-"¡¿Qué está esperando mi señor!? ¡Esta es su oportunidad de tomar el trono!, ¡Necesitamos un guía, esto es para lo que ha entrenado tanto tiempo!"-exclamaban.

 

Su gente lo apoyaba y necesitaba. Luego de sopesarlo profundamente, finalmente accedió.

 

Fue dueño de todas las tierras, más de las que podía recorrer  y mantener. Tenía cientos de sirvientes. Miles de obligaciones que lo agobiaban día a día. Pero todo era por su gente.

 

A veces. Los sirvientes hallaban al señor mirando por la ventana, como esperando algo o a alguien. Cuando preguntaban, el sólo sonreía y decía:

 

-Hubo una vez un ciervo al que nunca pude  cazar, me preguntaba dónde estará.

 

 

*******************************

 

 

Cierto día llegó una carta dirigida al gobernante de esas tierras. Le advertía de la llegada del gobernante del reino vecino. Una reunión amistosa debía llevarse a cabo, con el fin de unificar las tierras y fuerzas.

 

No importaba el número de invitaciones que recibía, al final siempre resultaban ser invitaciones para planear bodas con princesas y príncipes de otros  lugares. Siempre las rechazaba, ya ni él mismo sabía qué o a quién estaba esperando.

 

Hacía mucho que no salía a cazar. Y realmente lo extrañaba, pero no por ir a matar animales. Extrañaba el campo, el pasto bajo sus pies, la brisa del viento y el sol sobre su rostro. Sus heridas físicas habían sanado. Pero no su corazón, siempre anhelante.

 

Esa noche accedió a la reunión que tan entusiastamente le enviaba el Rey. Éste al parecer había enviado una carta en donde decía que  ansiaba su encuentro.

 

La cena transcurrió sin novedades, hablando de lo mismo, política, fiestas, chismes. Por  suerte el rey y la reina sólo habían asistido a cenar. Nunca se tocó el tema de una unión y tampoco venían acompañados de una joven casadera.
 Eso  alivió y entristeció al joven Xiumin al  mismo tiempo. Durante toda la cena estuvo ausente en pensamiento.

 

-Ehm.. Baozi... ¿Señor? ¿Qué piensa?

 

-¿Eh? ... Ah..lo siento.

 

-Ejem.. -El Rey mostró cierta molestia - Le estaba diciendo que mi descendiente nos acompañará a cenar también, y lamenta el retraso pero tuvo que atender  unos asuntos urgentes en el palacio…

 

Eso era, otra plática de matrimonio con un "señor" o "princesa"...estaba harto..con su mejor rostro de amabilidad  habló:

 

-Ah...está bien…puede venir a cenar, pero si me disculpan, no podré acompañarles, me temo que  mañana desde temprano.

 

-Ah, espere por favor, mi hijo esperaba conocerlo desde...

 

-Con todo el debido respeto no puedo esperar más.

 

-Lamento mucho haberle hecho esperar tanto tiempo.

 

Anunció una voz entrando al recinto al mismo tiempo en el que las  puertas se abrían.
Allí se encontraba la figura esbelta y primorosa de un joven de cabellos dorados, ojos brillantes y sonrisa arrebatadora.

 

Xiumin se levantó de su sitio, abrió los ojos de par en par.  Tal vez  su boca también lo hizo, no estaba seguro. No daba crédito a sus ojos. Tantas veces había soñado con ese rostro que no estaba seguro de que esta vez  no fuera otro sueño. Tampoco estaba seguro de si estaba caminando él mismo o la figura se acercaba  cada vez más rápido a él.

 

-No le he presentado a mi hijo, Luhan. Muchos no sabían que teníamos un hijo porque estuvo lejos de nuestro lado mucho tiempo. Pero ahora que al fin está con  nosotros y ha podido cumplir con todos sus deberes reales, mi esposa y yo decidimos recompensarlo y lo primero que pidió, bueno, fue una  reunión con usted.

 

Las palabras del hombre no podían importarle menos a alguno.

 

Luhan dio un paso adelante mirando fijamente a Xiumin.

 

-Mi señor- dio una reverencia.- Si no le molesta...me gustaría  que me mostrara el campo, he oído que usted posee la mayor extensión de tierras de la región.

 

- Oh no, hijo, me temo que eso tal vez no sea posible pues  el señor dijo..-

 

-Será un placer....-extendió su brazo, tendiéndole la mano.

 

En el momento en el que sus manos se rozaron. No pudieron reprimir una sonrisa. Sus manos se estrecharon.  Se miraron fijamente como antes, con el mismo brillo en sus ojos que la primera noche que pasaron juntos. Las palmas de sus manos cosquilleaban. Sus respiraciones se agitaron, ambos sintieron la necesitad de  huir de nuevo. Justo como en los días cuando corrían  por los campos tomados de las manos.

 

Como dos tontos salieron del castillo.

 

Como dos locos  corrieron hasta el campo.

 

Las miradas asombradas de los sirvientes no faltaron.

 

Pero nada de eso importaba ya. Porque estaban juntos al fin. Y esas manos no volverían a soltarse nunca. 

 

 

************************************
 

Gracias  a mi kuso tomodachi Luna, ....que soporta estas cosas, desvaríos mios  y todavía acomoda mi desmadre <3 

 

 

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Comments

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Ulyana
#1
Chapter 2: Autora-nim, y no puedes hacerla con mas capitulos? :)
Ulyana
#2
Chapter 2: Que historia tan bonita... A veces no encuentro historias de XiuHan que sean similares a esta. Que bueno que llegue a leer esta mini-historia.
MiyuLisis #3
Chapter 1: Asi lo dejas? Noooooo no no no no no NO! Por queeeeee? Y ahora como sabremos que pasa con los chinos y el coreano y todas esas cosas que dejaste en el aire? Yo tengo la solución sacas una continuación de tu cabeza y la publicas, este fic necesita justicia y un final!!
Muy bueno
LunaLocatisLunatica
#4
Chapter 1: woooW ok, OK!!!!
primero que nada. nadie juzga que esto sea un drabble, ok, lo entiendo, mi alma puede vivir con eso.Pero que lo dejes así, con tanto dolor, tanta traición, tantos pinches baozis y ciervos haciéndolo y un entrenador de dragones de origen desconocido poniendo maldiciones a diestra y siniestra y luego mis pobres feels.... Tienes un pedo bien serio con eso de destruir a tus seguidores con historias malignas, ya sea con finales muerde uñas o sin final.... SIN FINAL!!!...
Ame el estilo narrativo, como todo pasó rápido pero muy descriptivo y agradable, también la sensación de entender lo que pasa aunque no se hagan mucho hincapié en que tipo de ropa vestían o como eran los palacios donde crecieron, todo eso se sobreentiende por la descripción de las personas y su forma de vida. Eso me gustó mucho.
Si te vuelvo a ver en la siguiente semana recuerdame golpearte y luego abrazarte juerte.... adorable vixen!....