California, Estados Unidos de América. 31 de Diciembre de 2014

Lauren Gilbert, Lauren, mi Lauren, era mi todo, la razón de gran parte de mi vida, ella era la indicada, estaba segura, eso lo demostraba el anillo de un diseño exclusivo de Tiffany&Co que descansaba dentro de la pequeña caja de terciopelo negro que estaba en mi bolso, ayer había pasado por él, lo encargué meses atrás y había participado en parte de su diseño. Mañana, a las 0:00 sería el segundo aniversario del día en que nuestros caminos se cruzaron, también sería el día y la hora en que le pediría que pasara el resto de sus días a mi lado. La había citado hoy a las 9 de la noche, pasaría por ella e iríamos a un lugar en el que había preparado algo especial para la ocasión, apenas eran las 9 de la mañana y mis rodillas ya estaban temblando. Mi padre aún no sabía de nuestra relación pero eso poco me importaba, tendría que aceptarlo. 
Hacía un año desde que Joseph y yo nos graduamos de la universidad, él había obtenido muchas ofertas de trabajo apenas obtuvo su título con honores y yo tenía la ventaja de ser la hija del dueño del grupo YMH, así que tenía trabajo asegurado. 
Alguien tocó mi puerta y le pedí que pase, era mi papá.
- Miyoung, necesito hablar contigo de un asunto muy importante, ¿ya has desayunado?
- No, papá, estaba a punto de bajar y pedir que me trajeran algo.
- Le di la mañana libre a los empleados, regresarán hasta el medio día, ¿qué te parece si te arreglas y desayunamos fuera? Cuando regresemos hablaremos tranquilamente del asunto importante.
- Está bien, papá, en 30 minutos estaré lista para irnos.
- Correcto, estaré en mi despacho.
Me levanté rápidamente de mi cama y me dispuse a tomar un baño, me puse unos jeans, un jersey, me apliqué ligero maquillaje y tomé un abrigo, este clima estaba bastante frío para estas fechas.
Mi padre estaba esperándome en la sala de estar y no en su despacho como había dicho, salimos al garage y tomó el BMW, me sorprendió que quisiera conducir él mismo hasta el restaurante, no le gustaba que le hicieran plática cuando estaba al volante así que opté por ensimismarme en mis pensamientos.

El desayuno con mi papá transcurrió como siempre, él se mostraba un poco ansioso, lo que hizo que mi curiosidad despertará, estuvimos de vuelta a la casa en menos de una hora. Al llegar a casa, me pidió que fuéramos directamente a su despacho. Ambos tomamos asiento en la pequeña sala de estar que se ubicaba frente a un enorme escritorio.
- Tiffany, hay algo que tengo que decirte, es un asunto de suma importancia.
- Adelante papá, soy toda oídos.
- ¿Conoces a la familia Chang? - comenzó a decir mi padre - Son los dueños de la corporación Yun, ellos y nosotros hemos estado trabajando en un proyecto que nos llevará directamente a la cima, no podemos perderlo, sabes que nuestro negocio no ha andado para nada bien este último año, hemos tenido pérdidas que los han dejado pendiendo de un hilo, afortunadamente, el proyecto con la familia Chang tiene el éxito asegurado, ellos están dispuestos a unir fuerzas con nosotros, pero necesitamos de tu completa participación.
- Me parece magnífico, bien, ¿cuál sería mi papel en todo este asunto?
- La familia Chang tiene dos hijos, el menor no está interesado en su negocio familiar, así que el mayor es el que se encuentra al mando junto con el padre, su nombre es JaeHyun, es tres años mayor que tú. Estoy seguro que lo has visto en alguna parte.
- Si, recuerdo haberlo visto en la gala que organizó la tía Jen para recaudar fondos para los menos afortunados, también le he visto en el periódico.
- ¿Y qué te parece? - cuestionó mi padre mirándome fijamente, como si quisiera saber mis pensamientos.
- Me parece un hombre decente, en la universidad solían decir que era brillante, parece estar totalmente dedicado a su trabajo. - contesté sintiéndome un poco amedrentada.
- Sus padres creen que nunca va a convivir con alguien, así que para cerrar el trato nos han puesto una condición.
- ¿Cuál es la condición?
- Tendrás que casarte con él.
Eso fue todo, esas cinco palabras hicieron que mi pacífico mundo se pusiera de cabeza, ¡¿Qué demonios era lo que acababa de escuchar?! ¿Casarme? Con Lauren por supuesto,  ¡¿con un desconocido y por intereses monetarios?! ¡JAMÁS!. En ese momento, mi padre debió de ver la confusión, el enojo y la negativa en  mi cara, pues ¡¿se ha vuelto loco?!
- ¿Qué dices?
- Papá, no creo que esto sea una proposición sensata, no quiero casarme con alguien a quien no conozco y no amo, y más porque ahora...- me detuve, respiré profundo, era ahora o nunca - tengo una novia, su nombre es Lauren y pienso casarme con ella
Ok, ya lo había soltado todo. Observé que mi padre se puso pálido para después mostrar una expresión fría e impenetrable.
- No me importa que tengas una relación, terminarás con ella y punto. Jamás te he preguntado si quieres o no, te casarás con Jaehyun, él ya ha aceptado y yo les he asegurado tu participación, espero que sea por las buenas o...
- ¿O qué papá? - respondí desafiante. Nunca me gustó que intentaran controlar mi vida, esto era demasiado, mucho más de lo que podía permitir.
- Me aseguraré de que Joe desaparezca misteriosamente, cortaré el pago de las facturas médicas de tu amiga  Clara que ha estado en coma todos por diez años, también a los padres de tu noviecita los dejaré en la ruina, tengo los medios para hacerlo y no dudaré en usarlos si no te casas con JaeHyun. Ni creas que podrás ayudarlos, te mantendré encerrada toda tu vida, si es necesario, ¡Hombres, ya pueden pasar! - en eso un grupo de aproximadamente quince hombres hicieron su entrada, al parecer mi padre había contratado un pelotón para recluirme del mundo si no aceptaba sus proposiciones...
Me había quedado helada, mi propio padre planeaba destruir mi vida por el maldito dinero y poder, provocaría la muerte de Clara y eso mataría de dolor a sus padres, destruiría el futuro por el que Joe había trabajado incansablemente privándolo de la vida, los padres de Lauren tenían dificultades para alimentar a sus hijos y aún así mi padre planeaba quitarles lo poco que tenían. 
Mi padre era un monstruo de la clase más vil y rastrera, no puedo creer que alguien que solía leerme cuentos de hadas antes de dormir y darme un dulce beso en la frente, esté frente a mí, con un grupo de hombres, dispuesto a destruir mi vida. Si mamá estuviera aquí ella no dejaría que él me hiciera esto. Todas esas atrocidades no debían hacerse realidad nunca,  no podía permitirlo, debía salvarlos aunque eso significara que tendría que sacrificar algo, por Clara, por Joe y por Lauren, ese algo era a mi misma, no había de otra. Con esa resolución, temblorosamente me puse de pie.
- Está bien, lo haré, pero con la condición de que te olvides de la existencia de Joe y Lauren, dame una semana para despedirme de ella.
Con ello salí rápidamente de ese despacho rumbo a mi habitación sin mirar a mi padre,  casi no noto que estaba siendo seguida de dos hombres, mi mundo había dado una vuelta de 360 grados, había pasado del cielo al infierno, tenía los nervios destrozados, la mente hecha un caos y mi corazón...mi corazón moriría al terminar esta semana.