Desde el día 1, hasta el día 100.

Del día 1, al día 100.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Holi~ pues, no se exactamente qué es esto, solo se que un dia se me ocurrio y por fin lo he terminado (?) es el segundo one shot que escribo y no estoy tan satisfecha con el como con el primero, pero aun asi es bonito y he tardado lo mio en acabarlo -w- 

Asi que nada, espero que os guste (?) y me dejeis muchos comentarios sobre lo horrible o bonito que os parece ah 

 

Disfrutad ^^

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Día 1.

 

Llegada a Japón.

 

 

Odio este país.

 

Acabo de pisar tierra firme y ya es un asco. Primero cae un chaparrón en cuánto salgo del aeropuerto, después piso una caca de león, ya que un perro no podría expulsar tal coloso por su trasero. Seguidamente los taxis pasan de mi cara.”Claro, no soy japonesa”. Pensé.

 

Y cuando mi día no podía ir peor pasé a un café y nadando en mi taza encontré un bicho asqueroso.

 

No volveré a ir ahí, jamás.

 

 

 

Día 2.

 

Reconocer los alrededores.

 

 

¿Cómo podían acostumbrarse unos insignificantes humanos a tal ritmo de vida? El metro estaba tan colapsado que los guardias de seguridad nos daban palos para que pudiese entrar el máximo número de personas posible, y a penas se podía respirar, y cuando lo hacías sólo conseguías aspirar diferentes olores desagradables que preferí no identificar.

 

Cuando creí que ya había visto lo peor, shinjuku me demostró lo contrario. Yo había venido aquí con la esperanza de que al ser martes estuviese desierto, pero ni en broma, cada centímetro de suelo era pisado, cada pequeño charco esparcido a la ropa de la gente.

Refunfuñé y decidí que lo mejor sería pasar dentro de algún edificio e intentar acostumbrarme a este rápido ritmo de vida.

 

 

Día 3.

 

Primer día de trabajo.

 

 

Resoplé.

 

Mi mesa llena de papeles mezclados, una torre de vasos de papel que antes contenían café, mi pelo un desastre porque a cada momento me lo revolvía por los nervios. Y un reloj que hacia “tic” incesantemente justo sobre mi cabeza colgado en la pared.

 

Por qué este país es tan acelerado.” Era más una afirmación que una pregunta.

 

 

Después de diez horas de trabajo sin parar más que para tomar café por fin iba camino a mi piso. No era nada caro ni lujoso, sólo una simple habitación y una pequeña cocina con lo necesario para sobrevivir, ya que como me han informado mis compañeros de trabajo lo normal aquí es comer fuera de casa siempre y rara vez se cocina en el hogar.

 

 

Inserté la llave en la cerradura, e iba a entrar, pero por el rabillo del ojo vi cómo abrían las persianas de un lugar pintado de rosa y azul pastel. Rápidamente me giré para mirarlo mejor. Parecía una especie de café, y en su interior había muchísimo movimiento.

Intrigada, volví a meter la llave en el bolso y con los pies llenos de dolorosos callos me adentré en el lugar.

Efectivamente, el lugar estaba teñido de colores pastel; rosa, azul y algo de blanco en las mesas, los manteles estaban impecables, las adornaban unas servilletas color azul cielo que hacían un extraño pero agradable contraste con las paredes rosas. El señor que estaba a cargo de hacer los cafés en cambio no era tan agradable a la vista. Parecía un señor de unos sesenta años, con bastante vello en los brazos y una expresión poco amigable.

 

 

Un café no hará mal.” Pensé, y con la mente resuelta me senté en una esquina del lugar para escanearlo todo a conciencia.

En cuánto tomé asiento y estaba dejando mi abrigo a un lado, noté una sombra frente a mi, y cuando miré a la dueña de esa sombra no pude callarme.

 

Cute”.

 

 

Día 4.

 

¿Volver?

 

 

Fantástico. Mi segundo día de trabajo y ya tengo a dos japoneses enviándome cartas de amor. Pensé que eso ya había pasado de moda o había quedado olvidado.

 

Fuí caminando a casa, y noté que volvían a abrir el café al que fuí ayer a la misma hora que el día anterior.

A decir verdad, el caramel macchiato que me tomé fue el mejor que había probado en toda mi vida, y mi tripita me estaba pidiendo otra dosis de dulce cafeína. (Eso, y ver la adorable personita que me lo sirvió.)

 

No lo noté el día anterior, pero colgando del techo en la entrada al café había un avión de tela que volaba cada vez que la puerta se abría, y me pregunté en seguida que si sería idea de la adorable señorita camarera.

Me senté en el mismo lugar de ayer, y ella llegó rápidamente con una bandeja en cada mano y la libreta de pedidos en su boca, con las mejillas sonrosadas de forma tan natural que llegué a pensar que no todo el mundo necesita frenesí para vivir aquí.

 

Como el día anterior, me entregó la carta y seguidamente juntó sus manos manteniendo la espalda totalmente recta, como un pequeño palito de madera, o quizás debería compararlo con el palito de madera de un helado recién devorado, porque la dulzura que emanaba simplemente era comparable.

 

 

Uhm...hoy pediré un latte” le entregué la carta y su sonrojo aumentó enormemente cuando nuestros dedos se rozaron una milésima de segundo. “gracias dulce señorita”. Sonreí de corazón, esta personita a pesar de no haberme dirigido la palabra era como una inyección de cosas empalagosas en mi sistema, y podría acostumbrarme a ello.

 

Cuando escuchó mi halago, en cambio, se puso la libreta en la cara para que no notase su sonrojo aumentar, y seguidamente salió corriendo para leer mi orden al señor barista.

 

Comencé a trabajar con mi portátil mientras tanto para matar tiempo y adelantar algo de papeleo. No pude hacer demasiado porque un pequeño “thud” se escuchó frente a mi un par de minutos después. Bajé la pantalla para mirar y los ojos de esa pequeña personita se abrieron con pánico. Fruncí el ceño algo confundida, hasta que noté lo que había pasado; en mi taza de café había un adorable osito dibujado en la nata, y mi boca volvió a hablar por si sola.

 

Cute”

 

 

Día 5.

 

Mi cabeza va a explotar.

 

 

Fin de semana. ¡Por fin!. Me despedí de mis compañeros rápidamente, caminando de espaldas porque era completamente consciente de que sus miradas iban dirigidas a mi trasero y no a mi rostro.

 

Iba relamiéndome los labios al llegar frente a casa. Estaba totalmente drenada, pero un café más no haría daño a mi agotado cuerpo. ¿No?

Mientras batallaba conmigo misma, la adorable camarera salió por la puerta con un abrigo que era dos veces más grande que ella para colocar un cartel frente a la ventana (que era tres veces más grande que ella) lo pude leer desde aquí. Decía: “ahora puedes llevar tu café a casa, hemos ampliado los horarios hasta las 24 horas, por favor pruebe nuestro nuevo café americano” ¿pero no es adorable?

 

Una vez la ví no pude resistirme. Me acerqué por su espalda para inspeccionar el cartel desde detrás de ella. Cuando sintió mi aliento en su nuca dio un pequeño saltito y se colocó las manos en la cara para huír de mi; yo me eché a reír, es la persona más tímida que había conocido en mi vida.

 

Pasé y fuí directamente a mi rincón particular. Ella vino corriendo hacia mi, sólo que esta vez el señor barista le iba empujando para que viniese.

Como siempre, me puso la carta frente a los ojos, mirando al suelo con el rostro completamente rojo. Esos mofletitos tan rosa que dan ganas de pellizcar. Suspiré absorvida por su dulce presencia que de alguna forma daba color a mi aburrida y monótona vida.

 

Me llamo Tiffany” Me presenté por fin.

 

 

Día 6.

 

¿Tu nombre al menos?

 

 

Sábado y estaba metida en casa.

Sábado y no tengo amigos.

Sábado y tampoco tengo conocidos.

 

Sábado y...espera, están abriendo el café.

 

Sonreí aliviada cuando noté que la pequeña camarera seguía la misma rutina de siempre cuando entré al café.

Andaba de aquí para allá porque al ser fin de semana estaba todo algo más abarrotado, y yo fruncí el ceño decepcionada, porque normalmente llegaba a mi mesa en cuánto me sentaba, y ahora estaba tardando 40 segundos...41...42...43...¿huh?

 

Totalmente adorable. Apareció frente a mi con la carta en la mano y el brazo estirado lo máximo posible para no acercarse demasiado a mi. Comprendí que aun no está acostumbrada a que un cliente le dé su nombre porque si, así que decidí jugar un poco para ver hasta donde llegaban los límites de su timidez.

 

En lugar de coger la carta directamente, me permití acariciar sus dedos unos segundos simulando que fue sin querer. La vi ponerse rígida y su rostro tornarse carmín una vez más. Antes de que pudiese huír agarré su mano y entrelacé los dedos para que no escapase, ahora o nunca.

 

 

Dime tu nombre, adorable camarera”

 

 

Día 7.

 

Taeyeon.

 

 

Domingo. Siempre odié los domingos porque haga lo que haga termina siendo aburrido. Estaba tumbada en mi cama panza arriba observando lo interesante que es mi techo. Había estado los últimos cuarenta minutos jugando con mi Pou, pero eso ya no me distraía lo suficiente, así que me encontré pensando en esa adorable personita...su voz sonaba totalmente contrario a lo que yo me esperaba, era algo husky y madura en comparación a su pequeño cuerpo y su aspecto jovial.

 

No es que me queje, y además su nombre es bastante peculiar y eso si encaja con su imágen. Reí como una idiota al recordar sus ojos intentando no escapar de sus órbitas y salir corriendo ya que el resto de su cuerpo no era capaz de hacerlo.

Y cuando solté su mano, consiguió hacer una reverencia y decirme su nombre.

 

Taeyeon” Dijo, con un obvio temblor en su voz.

 

Yo respondí, tratando de iniciar una conversación. “Yo soy Tiffany, por si no lo recuerdas.” Pero ella hizo otra reverencia y se marchó para continuar su labor.

 

Eso me decepcionó bastante, yo la veía como una posible candidata a ser mi amiga, tendría que esforzarme mucho hoy.

Miré mi reloj, en aproximadamente diez minutos la pequeña Taeyeon empezará a preparar el café, así que me levanté y me arreglé un poco más para estar presentable, al fin y al cabo quería hacer mi primera amiga aquí en Japón.

Cogí las llaves, la cartera y el portátil ya que quería pasar el resto del día tomando café y así aprovechar para adelantar papeleo atrasado. Justo al salir por la puerta, ella llegó con un barril en sus brazos que era prácticamente de su mismo tamaño, tambaleándose un poco. Así que corrí para ayudarla y lo sujete desde el otro lado.

 

Su cabecita se asomó por un lateral, y en cuánto vió que era yo, volvió a esconderse detrás para que no viese su sonrojo.

 

No deberías llevar en peso algo del tamaño de tu cuerpo, ¿sabes? Es malo para tu espalda.” Ahí vamos, hora de comenzar mi misión.

 

 

G-gracias.”

 

Juro que sólo con esa mini palabra que a penas logré escuchar mi día se volvió más brillante. Y por supuesto no tardé ni una milésima de segundo en contestar, quería oírla más y tener una conversación con ella.

 

No es nada Taeyeon, deberías trabajar menos ¿sabes?”

 

Dejamos el enorme barril junto a la cocina y ella se sentó encima, secándose el poco sudor que se había formado en su frente.

Me permití observarla un poco más, ya que normalmente sólo puedo verla cuando viene a mi mesa. Su pelo es corto, color castaño oscuro, las puntitas teñidas de rubio y desde que la conozco no la he visto con el suelto, siempre lo lleva en una coleta que le hace parecer aun más jóven.

 

 

Uhm...m-me iré a..¡tra-trabajar!” Se levantó algo incómoda al notar mi mirada, pero yo la agarré para que no se fuese tan rápido.

 

 

Espera, aún quedan cinco minutos, tómate un café conmigo” Me la llevé de la mano hacia mi mesa en la esquina con un par de tazas humeantes de chocolate caliente, y ella ni siquiera podía mantener la cabeza alta. “Cute”

 

 

Uhm...¿p-por qué querías tomar algo conmigo?” Hasta su tartamudeo me parece adorable.

 

 

Quiero ser tu amiga, pero pareces un poco tímida y no he tenido oportunidad de hablar contigo, por eso te he arrinconado hoy.” Dije, mientras daba un sorbo a mi chocolate caliente.

 

 

Sus ojos se iluminaron de pronto, agarró mis manos y me dedicó una preciosa sonrisa, y por primera vez me quedé con la boca abierta en toda mi estancia en este nuevo país.

 

 

Día 30.

 

¿Por qué?

 

 

Domingo otra vez.

 

Las cinco de la mañana y yo no podía dormir. Hacía un frío terrible incluso protegida bajo mis sábanas, pero ese no era el motivo de mi insomnio. Mi cabeza estaba concentrada en la voz relajante y el rostro agradable y cálido de mi nueva amiga. Últimamente me pasaba los días así, había conseguido su número de teléfono, y un mote adorable para ella, todos los días pasaba al café a visitarla o simplemente a tomar algo y disfrutar del tranquilo ambiente que siempre había allí, al contrario que en el resto del país.

 

Decidí abrir kakaotalk con la esperanza de que me respondiese.

 

 

[5:13: Pinkmonster] : Tae, ¿estás despierta?

 

[ … ]

 

 

Supongo que no lo está. Pensé. Volví a dar otra vuelta bajo mis sábanas, tratando de encontrar una postura que lograra adormilarme al menos un poquito.

Cerré los ojos mientras refunfuñaba una y otra vez, hasta que escuché mi teléfono vibrar. Inmediatamente me giré hacia mi mesita de noche y leí el mensaje.

 

 

[5:20: Dookongie] : ¿Qué haces despierta?

 

 

Resoplé. Yo quería una conversación y ella casi siempre lo hacía imposible.

 

 

[5:23: Pinkmonster] : No puedo dormir...

 

 

[5:24: Dookongie] : ¿Por qué? :(

 

 

Pensé unos minutos. ¿Por qué no podía dormir realmente?

 

 

[5:30: Pinkmonster] : No lo sé, ¿quieres venir para que lo averiguemos?

 

 

Oh mierda, ¡¿qué acabo de decir?!” [5:30: Pinkmonster] : N-no, ¡espera, no leas eso!

 

 

[5:31: Dookongie] : D-dame tu dirección, voy para allá.

 

 

Le di mi dirección y con una energía inagotable me intenté arreglar un poco el pelo desastroso y los enredos en mis rizos naturales que se habían formado al revolverme en la cama una y otra vez durante toda la noche.

El timbre sonó unos segundos después. Corrí para abrir la puerta, sin notar que ni me había cambiado a algo más presentable. Recibí a mi invitada en un camisón horrible y viejo, desgastado y con dibujos de conejos de color rosa.

 

Ella rió, eran pocas veces las que lo hacía y era algo inusual de escuchar para mi. “Bonito pijama Tiffany.” La dejé entrar, era la primera vez que alguien visitaba mi piso.

 

Debido al poco espacio de mi hogar, me encontré extrañamente cerca de ella, así que tosí un poco para despejar mi mente de su particular olor a café dulzón. “Pasa, ¿quieres beber algo?”

 

 

De todo menos café, si tomo más cafeina creo que tendré insomnio toda mi vida” Soltó una cálida risa, seguida de una sonrisa agradable.

 

 

Yo era consciente de que nuestra relación había mejorado enormemente, pero aún así estaba dudando de si llevar vino para ella o no. Las dos somos mayores de edad y ella incluso mayor que yo, ¿no creo que le importe, no?

 

Me acerqué al sofá y destaponé el vino, sirviéndolo en dos copas con las manos algo temblorosas. Sus ojos no se despegaron un segundo de mi, y yo me preguntaba una y otra vez si había hecho algo demasiado atrevido, o si es alérgica al vino, o si simplemente le molesta haber venido hasta aquí sólo por mi.

De pronto me sentí culpable.

 

 

Tae...siento haberte hecho venir hasta aquí.” Dije, sentándome a su lado para seguidamente dar un largo trago a mi copa, sintiendo un diferente dulzor al del café al que estaba acostumbrada a pasar por mi gaznate.

 

 

Agarró la mano que estaba sosteniendo la copa, sorprendiéndome en el proceso. “No pidas perdón, para eso están las amigas, ¿verdad? Y gracias por el vino, aunque es extraño beberlo a las...” Miró su reloj, soltando una risa agradable de nuevo. “...las 6 de la mañana, woah”

 

 

Curvé mis labios en una sonrisa ámplia, agradeciendo en silencio que se preocupase por lo suficiente para hacer eso por mi. “Eres un poco extraña Tae, cualquier otra persona me habría llamado loca.”

 

Todos estamos un poco locos.”

 

 

 

Día 45.

 

Inesperado.

 

 

Capuccino, portátil, un dibujo de osito en mi crema, y una personita correteando por todas partes para atender a los clientes.

¿Mi rutina se había convertido en esto? Quizás la razón de mi insomnio era el exceso de cafeína, o quizás...

 

 

La noche anterior...

 

 

 

[Mensaje entrante de Dookongie] : >> Fany...gracias por estar conmigo. Espero verte hoy, llevas algunos días sin venir...¡espero que no te haya molestado algo! <<

 

 

ººº

 

 

Lo leí una y otra vez “Gracias por estar conmigo” el resto ni me molesté en revisarlo. ¿Quería decir eso que disfrutaba tanto como yo de su compañía?, y, ¿qué debería responder?, ¿te hecho de menos, he estado demasiado ocupada? Nunca fuí de esas personas que dan explicaciones de lo que hacen.

Pero ella me hace sentir especial. Cada vez que trae un dibujo en la nata de mi café, cada vez que se sonroja porque invado su espacio personal, cada vez que es un poco más valiente de lo normal y coge mi mano al despedirnos, cada vez que siento un poco más cerca el calor de su cuerpo...cada vez que me sonríe de esa forma tan cálida, cada vez que...Oh.

 

Espera. ¿En qué diablos estoy pensando?

 

Mi pequeña amiga interrumpió mis pensamientos de la noche anterior. Examiné su rostro cuando se sentó frente a mi, tenía una expresión no demasiado satisfactoria, a lo cual supuse que fue por no responder su mensaje anoche.

Pero tenía demasiado en la cabeza, demasiado en qué pensar.

 

 

¿P-por qué no...respondiste?, ¿estoy...molestándote con mi presencia?” Aun así seguía tartamudeando cuando se trataba de hablar de algo sobre ella o sus sentimientos.

 

 

Abrí los ojos como platos y en seguida agarré sus manos para reconfortarla, negando frenéticamente con la cabeza. “Por supuesto que no, mi dookongie. He estado ocupada con el trabajo y al llegar a casa no tenía energía ni para cruzar la calle, siento haberte dejado sola, lo siento.” Mi estómago hizo zig zags, explosiones y todo tipo de cosas extrañas cuando su mirada cambió a la dulce de siempre.

 

 

¡A-ah! O-oye...si no te molesta yo podría...p-podría...” se lamió el labio inferior más nerviosa que nunca, y yo me pregunté que diablos hacía mirándoselos. “...q-quiero decir, cuando estés demasiado cansada solo llámame e iré corriendo para lo que necesites.”

 

 

Me mordí el labio para no pellizcar sus mejillas, aun no habíamos llegado a ese nivel de contacto físico, pero sí que entrelacé los dedos con los de ella, sintiéndome cálida y cómoda como nunca.

 

Eres un amor, Taeyeon”

 

 

 

Día 50.

 

Feliz resfriado.

 

 

Maldije mi suerte por novena vez en el último minuto.

Ayer cayó un chaparrón con vientos que perfectamente podían ser capaces de hacer que volara, y por supuesto mi paraguas se rompió.

Sí. Acabé empapada.

Pero eso no fue todo. Al llegar a casa y buscar en mi bolso las llaves no estaban, así que tuve que esperar a que un cerrajero viniese, y se tomó su tiempo. 5 horas, para ser más exactos.

 

Así que aquí estoy, envuelta como un gusano en cinco sábanas gordas, una bufanda, guantes, gorro de lana y una torre de tazas de té vacías que ni me había molestado en recoger en todo el día.

 

Soplé la nariz en otro pañuelo que ya estaba demasiado usado y lo arrojé al suelo junto a sus 100 hermanos. Tenía una congestión horrible y se me estaba subiendo a la cabeza. “Creo que empiezo a tener fiebre...” Dije para mi misma, como para mentalizarme.

 

Mi móvil vibró en la mesa del salón, y estiré la mano para alcanzarlo y leer el mensaje. Mensaje que me hizo sonreír en seguida.

 

 

[Mensaje de Dookongie] : Phany-ah, llevas unos días sin venir así que supongo que te ha pasado algo. No te muevas de casa y espérame, me pasaré por allí después de mi turno, por favor abrígate todo lo posible y toma cosas calentitas porque hace un frío terrible hoy.

¡Oh! Te llevaré café, seguro que lo echas de menos.

 

 

Irónicamente caí dormida después de leer el mensaje con el móvil en la cara.

 

 

Thud

 

Ugh...¿que ha sido eso?” Me froté los ojos intentando que el sueño producido por la fiebre y el resfriado se fuesen de una vez.

 

 

Toc toc

 

 

¿Tiffany estás bien?” Se escuchó una voz tras la puerta.

 

 

Enseguida me desperecé y miré la hora. Eran las 2:54 de la mañana, y el café solía cerrar a la 1:00 así que Taeyeon...”¡Voy, voy!” Corrí hacia la puerta y la abrí, soltando un suspiro de alegría al ver que no se había mojado gracias a la lluvia. “L-lo siento, me había quedado dormida.”

 

 

No importa Tiffany” Se deshizo de los zapatos y una vez entró a casa alzó las cejas y empezó a juzgarme con la mirada. “¿Estás enferma y no me habías dicho nada?” Su mirada cambió a algo que me horrorizaba. Decepción.

 

 

S-sí, pero es que...no quería preocuparte, trabajas hasta tarde y no sé, no es jus-” Uno de sus dedos me silenció. Frunció el ceño y finalmente me cogió de la mano y me metió en el sillón.

 

Quédate aquí, te haré algo caliente.” Se levantó del suelo pero yo agarré su muñeca, mirándola preocupada.

 

 

Taeyeon...acabas de salir de trabajar y estoy segura de que te caes de sueño, así que no importa, estoy bien de verdad. Sólo vete a casa y déjame descansar, verás como mañana estoy bien.” Traté de poner mi mejor mirada de cachorrito desvalido, pero creo que no sirvió de mucho.

 

 

No, no. Soy la única que puede cuidar de ti, así que sé una buena Phany y quédate aquí mientras te traigo algo, ¿de acuerdo?” Me acarició la frente con el dorso de su mano, y mi cuerpo aumentó de temperatura inesperadamente.

 

 

 

 

 

Me relamí los labios como un gatito una vez tuve la tripita llena. Esa sopa me había sabido a gloria y la compañía era cálida y atenta.

La miré de reojo una vez puse el plato en la mesa. Me dedicó una agradable sonrisa y subió las mantas por encima de mis hombros, pero en lugar de apartarse presionó sus labios en mi frente durante dos segundos que me parecieron demasiado cortos.

 

 

P-perdón, no sé...por qué lo he hecho. ¿Me habrá dado la vena materna o algo así?” Dijo entre pequeñas risitas.

 

 

¿Te importa traerme la medicina? Está en mi habitación, en el segundo cajón del armario.” Me escondí bajo el lío de mantas para esperarla. Por alguna razón ese “beso” había hecho enloquecer mi corazón y de pronto toda mi confianza se había esfumado, necesitaba cambiar de tema.

 

Volvió unos segundos después con un vaso lleno de agua y la medicina en su otra mano. Me dedicó una sonrisa traviesa antes de acercar el vaso con la medicación disuelta en el agua a mis labios. “¿Qué haces?” Era más bien una pregunta para mi misma, porque la tenía demasiado cerca para concentrarme.

 

 

Vamos, el gusano no debe salir de su escondite de mantas aun Tiffany.” Sonrió, se acercó, y me puso el vaso en los labios. Y yo me sonrojé por primera vez gracias a ella.

 

 

Me bebí todo el contenido del vaso y después me estremecí gracias al repugnante sabor de las pastillas. Se quedó sentada en el suelo con una expresión serena.

Era muy diferente aquí en la intimidad a cuando nos veíamos en el café. Aquí conmigo era una chica amable, algo más relajada y paciente, comfortable, con una mirada comprensiva y quizás llena de afecto y agradecimiento, y el sonido de su voz sonaba como algo capaz de apaciguar una fiera, y el tacto de sus manos era suave como la seda.

 

En qué estoy pensando otra vez.

 

Uhm...” Miré el reloj. Quería seguir acaparándola para mi...”..son las 3:34 de la mañana Dookongie, deberías marcharte y descansar”

 

Hmm tienes razón. ¿Necesitas algo más antes de que me marche?” Apartó un mechón de pelo de mi frente, y yo de pronto me perdí en su mirada.

 

Esta noche algo pasaba.

No sabía si era cosa de estar enferma, o de tenerla más tiempo de lo normal, o de tenerla aquí en mis dominios para mi sola...pero definitivamente...”Quédate a dormir.” Dijeron mis labios sin permiso alguno.

 

Ella se puso roja enseguida, jugueteando con sus dedos. “U-uh...p-pero s-sólo tienes una ha-habitación Tiffany...será mejor q-que me vaya a casa.”

 

 

Por favor...” Acaricié su suave mejilla con mi dedo indice, perdiéndome inconscientemente en su mirada de nuevo. “No quiero estar sola.”

 

 

Su mirada se ablandó un poco, y con mano temblorosa trazó una línea de caricias desde mi frente ardiendo, bajó por el puente de mi nariz, se curvó un poco para trazar mis párpados, que no sabía cuando había cerrado, e inesperadamente, rozó con suavidad la comisura de mis labios.

 

Abrí los ojos de par en par cuando la noté ahí, la miré y miré pero no entendía.

 

 

E-está bien...” Retiró su mano rápidamente y me la ofreció, la cual cogí sin rechistar

 

No te preocupes, no muerdo.” Dije con la voz alegre. Hacía tiempo que no dormía acompañada de alguien, y además ese alguien era Taeyeon.

 

Ella volvió a sonrojarse, y yo no pude evitar aplastar sus suaves mejillas con mis manos una vez me dejó acostada en la cama.

Me miró unos segundos que me parecieron eternos antes de volver a presionar sus labios en mi frente. Esta vez cerré los ojos y me apoyé en sus hombros, ese pequeño beso me hizo sentir zig zags en el estómago, pero yo culpé a mi enfermedad. ¿Qué podría ser si no?

 

Uh...c-con permiso...” Se deshizo de su suéter y los calcetines, quedando en una camiseta de color negro algo simple, y se metió bajo las sábanas junto a mi.

 

 

En seguida me giré a su lado para mirarla. Ella también lo estaba haciendo.

Aparté el flequillo de sus ojos, y noté como debajo de las sábanas se acercaba aun más a mi cuerpo. Sentí un pequeño escalofrío de nervios al sentir el calor que emanaba su cuerpo, y no pude evitar acariciar su brazo desnudo para sentir su cálida piel con los dedos.

 

Me acerqué aun más a ella, subiendo las caricias hasta su hombro, su cuello, su mandíbula, su mejilla...y sus labios. “¿Tiffany?” Casi sonaba asustada con esa voz susurrante y nerviosa.

 

La miré a los ojos en la total oscuridad de mi habitación, y me pegué a ella completamente, dejando que mi cuerpo se amoldara con el suyo en su totalidad, y se sentía tan bien estar cerca de su acogedor calorcito y sentir su respiración nerviosa justo frente a mi...

 

¿Sí dookongie?” No aparté la mirada de la suya, porque no quería asustarla más aun.

 

 

U-uh...¿e-estás mejor?, ¿necesitas algo?” Parpadeó rápidamente, y noté que sus ojos se desviaban durante un segundo a otro lugar de mi rostro que me hizo tragar saliva.

 

 

Cogí su mano bajo las sábanas y entrelacé los dedos con los suyos, dedicando una agradable sonrisa solo para ella. “Todo lo que necesito está aquí ahora Taeyeon, sólo quédate conmigo y deja que te vea al despertar, eso es todo lo que quiero.”

 

 

 

Día 46

 

¿Huh? 2x1

 

 

Desperté de mi sueño.

 

Los pajarillos cantaban, mis sábanas estaban calentitas, el colchon blandito, yo con la ropa más cómoda existente y por existir, y encima Tae-. “¿huh?,¿Taeyeon?” Abrí los ojos de par en par y revisé toda la habitación, pero ni ella ni sus calcetines estaban por aquí cerca.

 

Bajé hasta el salón con la cabeza pesada y escalofríos contínuos por culpa de el estúpido resfriado, que aunque había mejorado un poco seguía ahí intentando asesinarme por dentro.

Un olorcillo delicioso me llevó hasta la cocina, donde encontré sopa recién hecha en una olla y un poco de arroz cocido en la arrocera.

 

Esa boba ha tenido tiempo de hacerme comida pero no de...” Resoplé, me serví el desayuno y me lo zampé aun con esa cara de amargada que seguramente tendría.

 

 

 

 

 

Cerré la puerta del café, o más bien se cerró ella sola gracias al viento que se había desatado desde la mañana, y me senté en mi mesa de siempre. En todo el día no había dejado de fruncir el ceño, ni de taconear en el suelo con desesperación.

¿Por qué?, porque esa idiota...ugh.

 

 

Me levanté y me dirigí a las despensas, donde sabía que estaría mi adorable camarera para darle una buena dosis de regañinas.

Malo que la suerte no esté de mi lado, justo al abrir la cortina de la cocina mi esperada amiga también salía, y su bandeja repleta de tazas de café caliente me cayeron en toda la ropa.

 

¡Aaaaahh!, ¡Auch!” Empecé a dar saltos para de alguna manera aliviar el calor abrasador.

 

¡Tiffany!, ven, ven, vamos” Me llevó hasta las despensas y abrió el grifo con agua fría para echármela por encima. Cerré los párpados con fuerza sintiendo el cambio brusco de temperatura, que definitivamente no le haría ningún bien a mi resfriado y mi congestión. “Mierda Tiffany, ¿qué haces aquí y fuera de tu cama?, ¿es que no has leído mi nota? Ugh.”

 

 

¿Nota? “¿De qué nota hablas?. Lo único que yo sé es que te pedí que te quedases hasta por la mañana conmigo y cuando he despertado no estabas, eso es lo que yo sé.” Me salió algo más desagradable de lo que pretendía, pero por alguna razón me sentía sumamente decepcionada con ella.

 

Ella se quedó cabizbaja recibiendo mi sermón, y yo me enfadé aun más porque en vez de querer ahorcarla quería llamarla adorable.

 

 

Lo siento...” Murmuró.

 

 

¿Huh, has dicho algo?”

 

 

Se acercó un poco más a mi, y la mirada se me fue yendo abajo, más y más abajo hasta sus...

 

 

Pany-ah...” Volvió a murmurar.

 

 

¿Huh...has dicho algo...?” Dije, inclinándome poco a poco hasta sus labios.

 

Centímetro a centímetro su aliento se hacía más cálido, más tentador.

Milímetro a milímetro el roce de sus labios eran más y más suaves, más esponjosos, más dulces, con ese toque especial del amargor del café amargo.

 

 

N-no...” Movió las manos por todas partes, tirando todo lo que había sobre el lavabo a ciegas cuando caminó hacia atrás, y yo solté una risita.

 

 

Finalmente estampé mis labios en los suyos con un roce lento, inmóvil, pero dulce y agradable. Ella cerró los ojos al momento, tratando de que sus piernas no flaquearan y caer al suelo junto a las inocentes tazas de café.

Inocentemente sus manos se sujetaron por fin a mi blusa, que había cambiado de blanco a marrón gracias al incidente de antes, y se puso un poco de puntillas para alcanzar a besarme mejor. Mi estómago hizo zig zags, mi columna sufrió una electrocución placentera, los dedos de mis pies se enrollaron hacia abajo.

 

Y todo porque empezó a mover sus labios de manera sutíl, despacio, probando el terreno, y yo sentí mis mejillas enrojecer y arder por el subidón de empalagosidad de sus labios color rosa.

Comencé a dejarme llevar y acaricié sus mejillas con los nudillos de forma cariñosa, sus labios seguían prácticamente inmóviles, moviéndose de la manera más dulce y sutíl del mundo...hasta que algo nos hizo estar alerta.

 

 

¡Taengooooo!, ¿dónde estás? El café está hasta arriba de gente.” El señor barista apareció por entre la cortina de la cocina, alzando una ceja mientras observaba las manos de la camarera sujetando mi blusa húmeda y sucia. “¿Ha pasado algo aquí?”

 

 

¡N-no! T-tiffany y yo sólo estábamos hablando. Disculpa ya voy.”

 

 

El señor de cejas pobladas salió de la despensa con el ceño fruncido, y la pequeña camarera soltó un suspiro de relajación.

 

Pero no duró demasiado.

 

 

¿Taeyeon...?” Busqué en su mirada una respuesta, a ser posible positiva.

 

 

U-uh...tengo que ir a trabajar, Tiffany. Ehm...” Se puso de puntillas para alcanzar mi oído, y yo pensaba que no iba a hacer que mi corazón latiese más deprisa aun. “...me pasaré luego por tu piso, p-para hablar de esto...Ahora quédate en tu cama y no vuelvas a salir.”

 

Seguidamente se fue sin decir nada más, y yo me quedé algo plantada en el suelo, acariciando mis labios.

 

Es la primera vez que me habla tan decidida y algo “enfadada”, de pronto sí parecía tener la edad que tiene. Así que le hice caso y volví a casa no sin mi café y algunos dulces que me llevé a la cama para disfrutar bien calentita bajo mis cobijas.

 

 

 

 

El reloj se me estaba haciendo insoportable.

 

Las horas lentas.

 

Todo lo que trataba de hacer para distraerme acababa siendo aburrido.

 

 

Solo me encontraba tocándome una y otra vez mi labio inferior con los ojos cerrados, para tratar de recordar el tacto de sus labios suaves, con ese distintivo sabor a café recién hecho.

Y en medio de esos pensamientos tan fascinantes sonó el timbre de la puerta. Así que me puse las zapatillas y corrí hasta la puerta, donde encontré a mi preciosa camarera cabizbaja sujetando una bolsa que desprendía un olor muy rico.

 

 

Adelante Taeyeon.” Me aparté de la puerta para dejarla pasar. Aun llevaba el uniforme del trabajo así que supuse que había venido directamente a mi casa. Me sentí caliente por dentro de forma acogedora gracias a pensar eso.

 

Dejó la bolsa sobre la mesa del comedor y se quedó sentada en el sillón. Sonreí un poco al notarla tan nerviosa, aunque tratase de ser más abierta y divertida conmigo, al final sólo era una pequeña camarera de 26 añazos, tremendamente tímida y tan adorable que dan ganas de aplastar sus mofletes sonrosados.

 

 

Bueeeeno...” Empecé, sentándome a su lado, no demasiado lejos de ella. “...¿de qué querías hablar?”

 

Se quedó cabizbaja encontrando muy interesantes sus uñas blancas e impecables, tratando de encontrar las palabras adecuadas. “¿P-por qué...?”

 

 

Creo que lo sabes de so-”

 

 

Me gustas Pany.” Me interrumpió.

 

 

¿Perdón?” Creí no haber escuchado bien, y le hice repetirlo, esta vez agarrando sus manos para que me mirara a los ojos sin dudar.

 

 

T-Tú...m-me gustas. D-desde la primera vez que te vi sonreírme por el simple gesto de dibujar un oso en la nata de tu café. Y-yo...p-perdón, no podía dejar de pensar en ti y empecé a ser muy obvia, además...aigoo, no debí ser tan obvia aquella noche que me escribiste porque no podías dormir, y aun así a la mañana siguiente desaparecí, p-porque soy un pollo asustadizo...”

 

 

Dookongie...” Por primera vez, me sentía extraña con esta preciosa camarera amable y dulce como el mismo azúcar.

 

 

P-por eso, lo siento mucho por besarte antes, no es que yo quisi-”

 

 

Puse un dedo en sus labios, sintiendo una electrocución sólo con haber tocado esa parte tan personal de su rostro.

Y seguidamente lo aparté. Para entrelazar nuestros dedos y acortar la distancia entre nuestros labios. Poco a poco su aliento con aroma a café se estrelló en mi rostro, y fue ella quién finalmente presionó sus sonrosados labios con los míos, soltando mis manos unos segundos después para de forma dudosa rodear mi cuello con sus finos brazos.

 

Ladeé la cabeza y con sumo cuidado abracé su cintura, dejando que mis ojos se cerrasen del todo. Hacia tiempo que no sentía algo tan delicado y agradable como los besos de mi pequeña y dulce camarera, que seguía besándome con muchísima timidez, algo a lo que no estoy acostumbrada.

 

Se separó de pronto, suspirando feliz, o eso me pareció.

 

 

¿Tiffany?” Sus ojos de cachorrito grandotes y vivaces me causaron zig zags y nauseas al mismo tiempo en el estómago. Era tan adorable que quizás es demasiado.

 

Oye, oye, no te des tu el mérito.” Dije, acercándome de nuevo a sus labios. “porque fuí YO quién te besó, mi pequeña camarera dulce.”

 

 

 

Día 100.

 

The end

 

 

Metí la llave en la cerradura, arrojé los tacones a algún lado de la entrada a casa, y grité.

 

Dookongieeee, estoy en casa.”

 

Mi preciosa novia taconeó por el piso de arriba y apareció al final de la escalera vestida con su pijama de ositos azúl, lanzándose a mis brazos para llenar mi cara de besitos, como siempre.

 

 

Bienvenida Pany, te he dejado algo de almuerzo en la mesa, vamos.”

 

 

La pequeña personita invasora de hogares me llevó hasta la mesa, donde, como siempre, me plantó un montón de platos de comida y algún que otro temtempie.

 

 

Gracias Dookongie” Me sonrió, y se sentó a mi lado.

Noté que andaba algo más nerviosa de lo normal, pero decidí no darle demasiada importancia hasta que acabase mi almuerzo.

 

 

 

 

 

 

10:54 de la noche.

 

Domingo.

 

Mi preciosa camarera sigue nerviosa, y finalmente decidí preguntar al ver que no era capaz de decirlo por si misma. “Está bien señorita, ¿qué te pasa?”

 

 

Me miró con esos ojos de cachorrito que causan alboroto en lo más profundo de mi ser, y por fin decidió abrir su boca para hablar. “Pany...llevo días pensandolo y aun no encuentro una explicación...¿p-por qué...te gusto?”

 

 

Solté una risita y me moví hasta su regazo, encontrandome juguetona de pronto. “Pues hubo un día horrible en el que me sentía sola en el mundo, y un café color rosa y azúl pastel me llamó la atención. En ese sitio una pequeña camarera tímida me sirvió uno de los mejores cafés que había tomado en mi vida, así que el día siguiente decidí volver.

La pequeña camarera me sirvió de nuevo la bebida, y cuando me quise dar cuenta ya había huído de mi mirada, pero dejó un adorable oso dibujado en la nata de mi café. Y de pronto ya no me sentí tan sola en el mundo.”

 

Ella rió un poco, escuchándome atentamente. “Después de ese día, volví y volví, tratando de ser más cercana a esa pequeña persona que se dejaba la piel trabajando cada día.

Un sábado agotador por fin supe su nombre, y su voz me dejó un sentimiento acogedor en el cuerpo, a pesar de que aun era tímida conmigo.

Unos días después el hielo se rompió un poco entre nosotras, así que nos dimos el número de teléfono para conocernos mejor. Mi pequeña camarera siempre era divertida, atenta, cariñosa y tímida, y a mi me gustaba justo así.” Sonreí junto a ella al escuchar mi pequeña confesión.

 

Un día llovía tanto que se me rompió el paraguas y acabé echa un desastre al llegar a casa, así que caí enferma.

La adorable camarera vino y me regañó por no decírselo, así que se quedó a dormir conmigo, y no podía haber dormido más cómoda y feliz que esa noche, porque estuvo a mi lado todo el tiempo. Por desgracia, esa boba no estaba cuando desperté, y al ir a buscarla a su lugar de trabajo por fin pasó lo que quería que pasara, aunque fuese de forma inconsciente.” Solté una risita al ver su interesada expresión, esperando que continuase.

 

La besé, y en ese momento...en el que nuestros labios se rozaron de forma tan tímida y pura lo supe, me había enamorado hasta los huesos de esa camarera preciosa que me solía servir café por las noches al llegar agotada del trabajo.

Estaba y estoy enamorada de ti, consciente o inconscientemente, no importa. Me enamoré de ti desde el día 1, hasta el día 100. Hoy.”

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
S_gg18
#1
Chapter 1: Joy~~ si que fue tierno y empalagoso :3 Que cosa más tierna acabo de leer. Ha estado muy bonito y no sé si veas animes, yo no muchos, pero! Hay uno que se llama acchi kocchi que es muy lindo, me hizo acuerdo, tienen un parecido muy sutil. Gracias por escribir ^-^/"
keyla00990-LauraG #2
Chapter 1: Es totalmente adorable ^_^
La historia me a gustado desde el inicio hasta el final >:O
Eres supergenial MjPinkGangsta escribiendo, ojala que sigas compartiendo mas historias con nosotras. ;-)
claudia09
#3
Chapter 1: lo ame ;-; <3
harukasempai
#4
Chapter 1: Que lindo......taeyeon usaba un uniforme y de camarera/.\ es Japon asi que la imaginacion me lleva a sea conclusion *-*......
BlackPearl891205
#5
Ay que hermosooooooooo !!!! ;u; <3 lo ameeeee. Muchas gracias por este shot ! En serio fue ahermosoooo~ !! *-*
Taengfeel #6
Chapter 1: Hermoso!!!!!
IloveuKimHyunA
#7
Chapter 1: So cute~
Escribe más shots~<3
-Yiime- #8
Chapter 1: Ohh que lindo
me gusto, me gusto !!!!
Asukar
#9
me guuuusta~