Llorar por mi es una perdida de tiempo

I don't deserve her

Aun no comprendo porqué ella seguía ahí, como siempre, esperando por mí, suplicándome, intentando conquistarme. No se rendía, no parecía avergonzada… yo sí lo estaría. Me sentiría tonta estando en su lugar, rogando por un amor que nunca llegaría, porque esa era la verdad, no la amaba, nunca correspondí sus sentimientos y parecía que eso nunca cambiaría, porque no lograba amarla, simplemente no me nacía.

Ella lo sabía, estaba consciente de eso, aun así insistió, pobre muchacha. Se merecía a alguien mejor, lo sé, pero soy egoísta, y aunque no la quería… la deseaba. Por eso nunca terminé de matar la ilusión, para mantenerla a mi lado, para hacerla mía cada vez que lo deseara. Un comportamiento despreciable, pero ¿Qué podía hacer? Así era y así me amaba.


 

Desperté esa mañana y lo primero que noté fue una pierna desnuda sobre las mías, yo estaba boca arriba, mientras ella se recostaba boca abajo dejando parte de su cuerpo descansar sobre el mío. Su rostro era muy atractivo, una inusual mezcla entre lo angelical y lo erso.  Pero por más sensual y hermosa que fuera…no dejaba de ser una extraña, seguramente algún ligue de momento que hice la noche pasada uno del cual no recordaba ni el nombre. Me moví con cuidado para no despertarla, odiaba cuando despertaban antes de que pudiera escabullirme, siempre actuaban dulcemente y buscaban seguir con la acción, o peor aun, pedían mi número con la intención de obtener algo serio. Por eso prefería levantarme antes y cuando despertaran, despedirlas, así, sin más.

Una típica mañana, bueno no tan típica, no se daba todos los días pero sí con bastante frecuencia; despertar al lado de una desconocida, escaparme de sus garras, tomar una ducha y pedirle que se marchara, esa era mi rutina; el detalle que variaba ese día era… esa taza de café. Aun estaba humeante, posada sobre la mesa de noche al lado izquierdo de mi cama y eso solo significaba una cosa, ella había venido, posiblemente aun estaba en casa. Capté un leve olor a tocino “Si, está aquí” tomé una bata rosada de mi armario, ella me la había obsequiado un mes atrás “No sé porqué se esfuerza tanto” pensé al recordar todos los detalles que la pelirroja tenía conmigo. Salí de la habitación, dirigiéndome directo a la cocina, podía escuchar la radio y a ella tarareando la canción del momento. Al fin entró en mi campo visual, pude verla, preparando unos huevos, al parecer era lo único que le faltaba para terminar el desayuno… un desayuno para tres.

-Buenos días, Taetae- Me recibió con su radiante sonrisa, como si nada pasara, como si no hubiera una mujer desnuda en mi cama- Espero que tengas hambre porque he preparado tu desayuno favorito.

Suspiré, en verdad no sabía que hacer con esa mujer.

-Tiffany ¿Qué haces aquí?- le pregunté, se que fui algo descortés, pero no era sano para ella, estar cerca de mi le dañaba.

-¿No puedo venir a visitarte cuando quiera? Entonces ¿Para qué me dista las llaves, tonta?- pregunta, sin borrar esa sonrisa de su rostro “Terca no te va a gustar estar aquí en un rato”

-Mejor vete- sabía que no importaba, ya ella había visto a mi acompañante, aun así, no quería humillarla más de lo que ella mismo lo hacía.

-Mejor  ven y siéntate que la comida se enfría- suspiré, derrotada y tomé asiento frente a ella en la mesa, mirando de reojo el tercer plato, ese que se ubicaba a un lado, esperando a una tercera persona- Veo que al fin le has dado uso a mi regalo, pensé que no te gustaba.

-No me gusta- digo con sinceridad- Odio el rosa, pero tú lo amas y no voy a dejar tu obsequio en el olvido- no dijo nada.

Comimos en silencio, solo se escuchaba el radio hasta que la desconocida apareció.

-Buenos días- dijo en una ronca voz, Tiffany y yo volteamos a verla- No se detengan, yo ya me marcho- agregó girando sobre sus talones, lista para huir de ese incomodo momento.

-Espera- Fany la detuvo- Siéntate con nosotras- rodé los ojos ¿Cómo alguien podía ser tan tonta y masoquista? La extraña la miró sorprendida, era obvio que no se esperaba eso.

-Eh… yo no creo que eso sea una bue…

-Tonterías, ven, únete- le interrumpió, la chica hizo caso y se acercó. Era una mesa de cuatro puestos, una silla a cada lado. Ella decidió tomar el puesto a mi izquierda. Irónicamente estábamos sentadas en tres puntos y ¿Qué figura se formaba al unir esos tres puntos? Sí, un triangulo. En esas boberías pensaba yo mientras Fany escudriñaba intensamente a la muchacha.

-Y… ¿Cuál es tu nombre?- preguntó y presté atención porque yo no lo recordaba.

-Jiyeon- la pelirroja asintió levemente antes de seguir con sus preguntas.

-¿Cuántos años tienes?

-Veinte - Fany me miró con ojos llenos de reproche.

-Eres muy joven… Taeyeon tiene veintisiete.

-Ah…

Silencio, un muy, muy, muy incomodo silencio. Tomé una tostada y la llevé a mi boca, evitando las miradas de las dos féminas, eran tan intensas. Tan insoportables. Una me miraba con urgencia, como pidiéndome ayuda y la otra, bueno la otra estaba sumida en los celos, como era de esperarse.


 

La escena fue muy pesada, tanto así que no pronuncié palabra durante todo el “desayuno” me limité a comer sin verles a la cara, y si levantaba la vista era para concentrarme en algún objeto de mi apartamento “Por favor, Dios, mátame” no es que me causara alguna vergüenza, no, solo que era molesto e irritante tener la atención de ambas sobre mí, por suerte aquello llegó a su final y Jiyeon, se marchó, claro que no perdí oportunidad de detallar su cuerpo  para ver cómo esos jeans negros se ceñían a él de aquella forma tan deliciosa.

-Muy linda- dice Tiffany luego de acompañar a Jiyeon hasta la puerta, sí, ella siempre tan educada- Pero también es muy joven- cerré los ojos ante el inminente sermón.

-Es mayor de edad, no la desfloré, es buena en la cama y eso es todo lo que me importa- contesté aun con los ojos cerrados, estaba demasiado agotada por la noche anterior, no tenía fuerzas para discutirle. Y sí los abría ella comenzaría a regañarme, así que esperaba que entendiera la señal. No quería discusiones tontas.

-Por favor, Taeyeon ¿Cómo has llegado a ese punto? Mírate, involucrándote con niñas, eso es…

-Eso no es tu problema- le corté de una vez, abriendo los ojos e irguiéndome en mi asiento- Compréndelo ya, Tiffany, no somos nada, no tienes derecho a reclamarme. Así que por favor, deja el tema, por la paz.

-Es cierto… no somos nada…- dijo más para sí misma, como si tratara de convencerse- Pero no pierdo la esperanza- agregó con una tenue y triste sonrisa.

Abandoné la mesa, sin poder aguantar ni un segundo más aquella situación. Odiaba que hiciera eso, que me hiciera sentir como una desalmada… yo ya había sido clara con ella, pero hela ahí, persistente, incansable y terca, haciéndose daño por gusto y arrinconándome entre sus sentimientos y la pared. Sentía que me los imponía. 


 

Ella sentía que le estaba imponiendo mis sentimientos, pero no, yo solo quería ganar su amor, demostrarle que a mi lado no tendría que preocuparse por nada, que no necesitaría salir todas las noches en busca de un cuerpo que le brindara calor, porque me tendría a mi, todo el tiempo a su lado. Pero Taeyeon estaba ciega, cegada por un tonto miedo. Era estúpido su comportamiento, se sentía sola, pero no me dejaba acompañarla, necesitaba amor, pero no me dejaba amarla. Y por esa actitud muchas veces llegué a pensar en rendirme, pero no… no pude, tan solo la simple idea de no volver a verla me hacia pedazos y es que yo vivía por y para ella, nada ni nadie podía cambiar eso.

-¿Otra vez pensando en ese duende?- esa era Jessica, quien acababa de entrar a mi salón de clases.

-¿Duende? Utiliza otra palabra para referirte a ella, Sica, esa es ofensiva- dice Sunny, siguiéndola de cerca, pero la castaña solo se alzo de hombros.

-¿Qué tal su día, chicas?

-No, no, no, no cambies el tema, Tiffany, ya sabemos que piensas en esa protuberancia de piso- esta vez Soonkyu no se quejó, en vez de eso dejó salir una risita divertida.

-Mira este salón, tan limpio y reluciente… tan distinto al mío que ya da asco- dice Sunny aunque no tenía nada que ver con el tema y Jessica se lo hizo saber con la mirada.

-¿Y eso a quien demonios le importa?- preguntó Sica con fastidio.

-A ti, tú fuiste la que hizo enojar a las del aseo con tu actitud  arrogante- responde la de pequeña estatura- ¿Cómo se te ocurre decirles que en vez de estar chismoseando en los pasillos se dedicaran a trabajar para quemar la grasa que les sobraba?- Jessica desvió la mirada, sin mostrar interés alguno y yo reí ante la pequeña anécdota.

-Olvídalo Sunny, en algún momento tendrá que limpiar tu salón, es su trabajo. Ahora, tú…- volteó a verme- Dime que hizo esa imbécil para tenerte así, tan desanimada.

Sonreí levemente, no era algo que me gustara vociferar, en realidad, era un poco humillante. No es que me avergonzara de amarla, no, pero sí estaba consciente de que era algo penoso que otros supieran como me trataba y como me rechazaba una y otra vez. Además contarle lo que había pasado el día anterior sería degradante.

-Tiffany…- la usual voz seria de mi amiga americana se hizo más suave, así que la miré con curiosidad, pero ella me veía con tristeza- No llores, por favor- me pidió, arrugué el entrecejo y ahí me di cuenta de que estaba llorando.

Limpié mis lagrimas con rapidez, que tonta podía ser algunas veces.

-No ha pasado nada, no se preocupen es solo… lo usual- les dije intentando despreocuparlas.

-¿Segura?- insistía Sunny, le sonreí, intentado ser lo mas convincente posible y asentí- Pero Fany…- la campana sonó, informándonos que el final del receso había llegado- Esta bien, nos vemos a la salida- dijo encaminándose a su salón, Jessica la siguió luego de susurrarme un  “Me lo dirás más tarde, Stephanie”


 

Y cuando Jessica decía algo, se cumplía, siempre se salía con la suya y en este caso consiguió que le contara sobre ese hiriente momento en el apartamento de Taeyeon. Yo aun seguía en el mismo lugar, mi escritorio de madera, ese que estaba forrado de trabajos y exámenes por revisar, ella estaba de pie, junto a una de las ventanas, seguramente observando a los alumnos correr fuera de la escuela, como si escaparan del mismo inframundo. Su rostro era serio, no sereno, serio, como si ya se imaginara lo que yo estaba a punto de contarle.

-Entonces… ¿Qué pasó luego de que te dejara en su casa?

Me lo pensé una vez más, no creía buena idea contarle lo sucedido, Jessica podía ser bastante sobreprotectora y temperamental,  por eso las discusiones entre ella y Taeyeon eran frecuentes.

-Jessi…

-Solo dilo.

-No fue nada ella solo…

-¡Maldición, Tiffany, deja de defenderla!- dejó su posición para acercarse al escritorio y posar sobre él sus manos, ganando así un apoyo firme- Te dije, que estaría con alguien, y tu lo supiste apenas viste ese auto desconocido afuera de su casa, pero eres tan necia… Estoy segura de que hiciste de idiota de nuevo ¿Hasta cuando? ¿Cuándo vas a dejar de tirar tu dignidad a la basura? ¿Cuándo?- me miraba con ojos enfurecidos, a mi parecer, era una actitud un tanto exagerada, pero, luego recordé que Jessica era quien soportaba mis depresiones, quien secaba mis lágrimas y permanecía a mi lado cuando no podía ni con mi alma. Era ella quien me había soportado durante dos deprimentes años.

-Yo ya no tengo orgullo, ya no tengo dignidad, ya no tengo nada… ella tiene todo de mí.

Esperé otra respuesta agresiva, pero esta nunca llegó. Solo se alejó de nuevo y volvió a mirar por la ventana, creo, que lo hizo para evitar golpearme.

-Es increíble, te pisotea, juega contigo dándote alas y cortándotelas, te atrapa en un círculo vicioso y tú, tú todavía la amas. No me creo su cuento, se que aunque te diga mil veces que no tienen nada, te envía mil mensajes subliminales para mantenerte con ella, y eso me enoja tanto, tanto que quisiera golpearla.

-¿De nuevo?- pregunté con una sonrisa amarga.

-Sí, lo haré en cuanto tenga la oportunidad.


 

Fue algo inesperado, unos días después de lo ocurrido volví a encontrarme con Jiyeon. Era otro club, las dos estábamos acompañadas pero al vernos todo lo demás se fue al olvido y terminamos en uno de los cubículos del baño. Mi boca y mis manos se dieron gusto recorriendo gran parte de su cuerpo y si no me hubiera detenido para decirme que siguiéramos en otro lugar, yo la habría hecho mía de nuevo justo ahí.

-Vamos a comer afuera- me sugirió, la miré por unos segundos considerando mis opciones, estudiando cada posible situación. Si aceptaba, estaríamos teniendo una cita- No te voy a amarrar Taeyeonnie, solo quiero comer cuanto antes- añadió riendo- Vamos, yo invito- me dijo, tomándome de la mano y aunque estaba algo renuente, terminé siguiéndola.

Para mi sorpresa, a pesar de que era una chica muy joven, era muy madura, su cabeza no estaba llena solo de estupideces y acciones hormonales, era muy inteligente, tenía sus metas bien planteadas y no tenía miedo a independizarse, de hecho, estaba preparando sus cosas para mudarse sola.


 

Sin darme cuenta, sin notarlo, terminé desarrollando un apego hacia ella… me arrepentí, eso era lo que siempre intentaba evitar. Odiaba sentirme así, con esa estúpida sensación de vacío, odiaba estar pensando en alguien todo el día. Odiaba lo que esa muchacha estaba haciéndome.

-Quiero presentarte a alguien- me dijo un día mientras caminábamos por el parque- ¿Te gustaría ir a mi departamento? Quiero que conozcas a mi hermana.

Habían pasado solo unos cuantos días desde que se mudó y ahora quería estrenar el lugar con una cena. Como ya era costumbre, terminé aceptando.

-De acuerdo ¿A que hora?- ella no me respondió, se lanzó sobre mi y me abrazó como si fuera su peluche favorito, bueno, ella decía que era su peluche favorito o si no, que era su novia de bolsillo.

-Te lo diré luego, déjame planearlo todo mejor- y me besó con esa fogosidad que tanto me encantaba.

-Creo que tendré que complacerte más a menudo, si con eso me gano este tipo de besos- comenté en broma, entrelazando nuestros dedos, haciéndola sonreír.

-No es necesario, te los daré cuando quieras…donde quieras- me susurró pícaramente al oído.

Sí, estaba cayendo, más y más hondo, sin poder evitarlo… hasta que me enganché en una rama.

Después de esa noche, en la que me presentó a su hermana mayor, decidimos salir las tres por unos tragos. Eunjung, su hermana, era muy amable y nos llevamos bien al instante así que la noche fue excelente. Por lo menos lo fue antes de que apareciera Tiffany, con sus amigas y… una desconocida. Ninguna notó mi presencia, caminaron directo a una de las mesas sin enfocarse en nada más. Las observé discretamente y vi como esa chica que no conocía, se mantenía cerca de Fany, dándole besos en la mejilla, tomando su mano, pasando su brazo sobre los hombros de esta y todas sus acciones eran correspondidas por la pelirroja.

“¿Ya se cansó de esperar por mi?” y ese pensamiento hizo que el sabor de alcohol fuese más ligero, comencé entonces a beber con más rapidez hasta que Jiyeon me detuvo.

-El alcohol no irá a ningún lado, Tae, ve con calma- me susurró- Además no creo que quieras que Tiffany te vea en mal estado ¿O sí?

Ella también lo notó, pero no dijo nada, solo me ofreció una dulce sonrisa.

-Mira que sorpresa, no esperaba verte aquí, Kim pero, me alegra- Jessica se acercó, con una sonrisa inmensa.

-¿Te alegra? Las dos sabemos que no soportas respirar el mismo aire que yo respiro, Jung, no salgas con hipocresías- respondí, totalmente a la defensiva.

-No, no, no, Taeng, eso era antes- sonrió aun más.

-¿Antes de qué? ¿Antes de que Tiffany encontrara con quien reemplazarme? ¿Eso era todo lo que querías? ¿Qué no estuviera detrás de mi?- levantó una ceja y dio unos pasos. Jiyeon se mantuvo al margen, observando-  Pero que tristeza, ya no soy yo el objeto de interés, pero tampoco lo eres tú.

-Por favor- soltó una risa- ¿En verdad crees que tengo un interés amoroso en ella? No, Taeyeon, mi único interés era alejarte de ella… porque eres una maldita sin escrúpulos. No te la mereces y nunca la vas a merecer.


 

Jessie me habló de esa situación, claro, luego de sacarnos del bar con mucha astucia convenciendo a las demás de que conocía un lugar mejor.

-Así que esa mujer es la causante de tus lágrimas- me dice Hyomin, pasando un brazo sobre mis hombros apegándome a ella con confianza. Asentí sin mirarla, iba un poco perdida en mis pensamientos- Es egoísta, muy egoísta- añade de la nada. La miré con desconcierto y ella se alzó de hombros antes de seguir- No te valoraba antes, cuando te tenía ahí, pidiendo su amor y ahora que sabe que alguien mas está interesada en ti…- se señala con una tonta sonrisa pintada en los labios- ¿Reacciona de esa forma? Es una actitud reprochable pero…entendible.

-¿Cómo lo notaste todo? Yo ni siquiera me di cuenta de su presencia hasta que Jessie regresó a la mesa.

Las demás platicaban ruidosamente sin prestarnos atención.

-Cruzamos miradas una vez y la rabia que había en sus ojos me dijo todo…estaba celosa.

Sonreí, por dos razones, la primera, pensar en que Taeyeon había reaccionado así era simplemente divertido, siempre era yo quien jugaba ese rol de la chica dolida y la segunda, ahora comprendía porque mi nueva amiga se comportó de esa forma, tan excesivamente cariñosa.

-Y aprovechaste el momento, como buena oportunista que eres- bromeé.

-Por supuesto, debo tomar cualquier oportunidad que se me presente para besarte y como placer extra podré ver su cara colérica cada vez que te vea a mi lado.

“A su lado” lo decía como si… estuviera segura de que lograría conquistarme, no negaré que me atraía intensamente. Con sus tonterías, bromas sin fin,  chistes malos, comentarios tontos… con su dulzura, su gentileza y esa adorable sonrisa que siempre tenía para mí, logró hacerse un pequeño espacio en mi corazón pero ella no estaba conforme con solo un espacio, ella lo quería todo.


 

Tres semanas, solo ese tiempo transcurrió antes de que perdiera la cordura. Ya no podía ver a Jiyeon a la cara, ya no sentía que fuera correcto tenerla a mi lado, yo no la merecía así como tampoco merecía a Tiffany. Tomé una decisión, terminé nuestra corta relación, ella estaría mejor con alguien más, alguien que caminara el mismo camino que ella, más joven, soñador, yo ya había pasado esa etapa. Me escondí en mi antiguo caparazón, volviendo a las mismas andanzas, fiestas y ligues de una noche, todo para poder sacarme a Tiffany de la cabeza, esa hermosa pelirroja que ya no había vuelto a buscarme y que quizás ya no sintiera nada por mi.

-Luces fatal- escuché una ronca voz en la entrada de mi habitación y no, sorpresivamente no era la chica de veinte años… era aquella por la cual había estado suspirando.

-Tiffany- dije, con suavidad,  disfrutando de esa extraña sensación que tenía al pronunciar su hermoso nombre, ella me regaló una brillante sonrisa, como siempre.

-Hyoyeon me dijo que estabas enferma- me dice, acercándose con lentitud hacia la cama- ¿Cómo te sientes?- preguntó sentándose a mi lado, acariciando mi cabello con delicadeza.

-Como una porquería- le respondí.

Era cierto que estaba enferma y que me sentía fatal físicamente pero mi respuesta no solo tenía referencia a eso, también aplicaba al estado de mis sentimientos. Me sentía como una basura ahora que entendía el daño que le había causado… ahora que comprendía que yo también la amaba.

Ella sonrió de nuevo con ternura, sin dejar de peinar mi cabello con sus delgados dedos.

-Entonces cambiemos eso- no percibió el doble sentido en mis palabras- Es solo un resfriado ¿Verdad?- asentí, se levantó de la cama- Iré a comprarte algunas medicinas y te prepararé algo de comer- salió de la habitación pero asomó la cabeza a los segundos para decirme algo más- Espérame- sonrió y me guiñó un ojo. Siempre tan encantadora.

La esperé, mirando algún programa de televisión y luego de unos veinte minutos regresó, con una bolsa llena de medicamentos para contrarrestar la gripe.

-Fany, es solo gripe, no es nece…- me calló metiendo un comprimido a mi boca.

-Shuu, calla y toma todo lo que te de, el farmacéutico me dio algunas indicaciones.

No dije nada más, dejé que hiciera conmigo lo que quisiera. Estaba feliz de tenerla a mi lado, pensando en que si estaba ahí era porque aun sentía algo por mí y que quizás tenía chance de reparar el daño que había causado, quizás podía ser la mujer que ella necesitaba.

-Tae… estaré en la cocina, llámame si necesitas algo…- decía pero yo no le prestaba atención, estaba absorta, mirando cada detalle de su rostro, de su cuerpo, admirándola por completo y fue así que noté ese collar… un collar de plata con un dije en forma de “H”

Nunca le había visto esa cadena, no conocía a ninguna persona cercana ella con esa inicial y por alguna razón no creí que fuera por su apellido ¿Quién era? Entonces pensé en la chica del bar y me llené de miedos.

Un rato después aparecía de nuevo en mi habitación con una taza de sopa, sonreía, se veía feliz. Insistió en alimentarme, no me opuse y de nuevo dejé que me tratara como a una bebé, no dejaba de hablar, contándome sobre sus días de trabajo, sobre sus estudiantes, pero no me hablaba de cosas más personales, decidí entonces aventurarme a preguntar.

-Pany- le llamé cuando ya había terminado de darme el caldo.

-¿Sí, Tae?- tardé unos segundos en preguntarle, pero por su mirada supuse que ya imaginaba que preguntaría.

-¿Estas saliendo con alguien?- me atreví al fin, fue ella quien tardó en hablar.

-Sí, llevamos un mes saliendo… y estoy muy feliz.

Era nueva, esa fuerte sensación en mi pecho, esa compresión en mi garganta,  ese temblor que se apoderó de mi  cuerpo al escuchar su respuesta, todo era nuevo. Ahora sabía como se sentía sufrir por amor.

No pude decir nada, no sabía que decirle, o sí… sí lo sabía, pero no me atreví a decirlo, a pedirlo.


 

Transcurrieron unos meses más, ella era demasiado buena para sacarme de su vida, para ignorarme o hacer como si nunca me hubiera conocido, así que seguía a mi lado pero solo como mi amiga, sus afecciones románticas eran solo para… Hyomin, su novia, para la mujer que le había devuelto la dignidad y que la trataba como si fuera una princesa.

Era la novia perfecta, atenta, cariñosa, divertida, inteligente, trabajadora, sincera, etc… no terminaría de enumerar todas las virtudes de esa mujer, virtudes que Jessica se había encargado de restregarme en la cara. No tenía como competir contra ella, no luego de todo lo que le había hecho. No podía borrar la imagen que Tiffany tenía de mí, ya era demasiado tarde.

-Estoy sorprendida- me dijo Hyomin, parándose a mi lado, acompañándome en la barra mientras el resto de las chicas se ubicaba en una mesa, preparándose para pedir algo de comer antes de iniciar con la ingesta de alcohol.

-¿Por qué?- pregunté sin saber a que se refería. Ella sonrió.

-Por haberte mantenido al margen de mi relación con Tiffany, la verdad pensé que intentarías recuperarla- confesó.

Sonreí con amargura antes de darle un trago a mi bebida.

-No puedo recuperar algo que nunca ha sido mío- le dije, tratando de ocultar la tristeza que acunaba mi pecho.

-Sí lo fue, pero preferiste pretender que no era así.

-Ya eso no importa, ahora está contigo, así está bien.

Y que hipócrita podía ser, porque eso le decía pero bien sabía yo lo que realmente quería, yo deseaba fervientemente tener a Tiffany para mí, yo se la arrebataría si pudiera y no lo había hecho por miedo a ser rechazada, porque sabía que el amor que tenía por mi había muerto.

-Es bueno que pienses así porque…- se detuvo  y volteé a mirarla, sintiéndome repentinamente muy tensa- Le he pedido que… se case conmigo.

Esas pocas palabras fueron suficientes para destruirme. La miré mientras ella mantenía su vista fija en Fany, admirándola desde lejos con una pequeña sonrisa. Supe que la castaña amaba sinceramente a la mujer que yo quería, lo supe con solo ver sus ojos. Lo que me había dicho no lo hacía porque quisiera lastimarme, más bien me lo dijo porque…

-Te lo digo porque… en unos minutos Tiffany lo anunciará y no quiero que pongas esa misma cara que tienes ahora frente al resto. Se lo orgullosa que eres Taeyeon, no te gustaría derramar lagrimas frente a nadie- sentí sus dedos sobre mis mejillas, estaba secando mis lagrimas, esas que salían sin que yo pudiera evitarlo- Así que no llores, no aquí, no frente a ellas,  no frente a mí porque haces que me sienta como si te estuviera robando algo. Se que aun la amas, no tienes que mentirme y si pudiera te dejaría el camino libre… pero no puedo, la amo demasiado como para dejarla contigo, tanto así que no puedo apartarme de su lado… aun cuando sé que… sigue amándote.

Hice lo que pude para dejar de llorar, no podía ser tan patética.

-¿Sigue enamorada de mi?- sonreí- ¿Por qué me lo dices? Es algo tonto.

-Lo sé… es darte esperanzas y fuerzas, pero estoy apelando a tu consciencia. Sabes que estará mejor conmigo, que yo puedo hacerla feliz mucho mejor de lo que tu podrías.

Asentí, no podía negarlo, ella tenía razón.

-Tienes razón…- bufé- Tienes toda la razón, Hyomin.


 

Llegó el día que tanto temía, el día de la boda, el día en el que la perdería. Estaba tan asustada, la simple idea me volvía loca, no sabía que hacer, no hallaba una forma de calmarme, en unas horas sería la ceremonia y yo seguía en mi cama, hecha un desastre, con los ojos rojos,  no por llorar, sino por no dormir, tenía días sin poder descansar  y estaba tan agotada.

La depresión estaba consumiéndome por completo, había perdido peso, estaba más pálida de lo normal. Desde el momento en el que Hyomin me  lo dijo todo… luche por no llorar y lo logré, excepto por ese momento en el bar, no había llorado, no sabía si sentirme orgullosa o tonta, no sabía si el retener mis lágrimas era lo mejor pero lo hice.

Hyoyeon, mi amiga y compañera de trabajo estaba preocupada, parada enmedio de mi habitación.

-¿Iras a la boda?- asentí, tenía que ir, se lo debía a Tiffany ¿No? Éramos amigas tenía que estar presente- Pero… si ella te ama ¿De verdad crees que quiera verte ahí? será dificil.

-Si me invitó es por algo- respondí bruscamente.

-Quizás solo fue por educación- me quedé callada.

-Sí… quizás.

Con pesadez me preparé… e hice lo mejor para cubrir mis ojeras, para hacer pasar por desapercibida la pequeña demacración de mi cuerpo, no quería que me viera así, no quería que se arrepintiera de lo que iba a hacer. No, ella tenía que casarse, era lo mejor.


 

Sí, era lo mejor, lo supe cuando la vi decir el “Sí” que tanto deseaba no saliera de su boca, lo supe cuando la vi besar a Hyomin, cuando vi su sonrisa brillante y las lagrimas en sus ojos.

 Tiffany me amaba, pero también  amaba a su ahora esposa. Lo comprendí y por suerte no cometí una estupidez  en la ceremonia o en la fiesta. No, solo estuve como un fantasma, manteniéndome alejada para no opacar su felicidad, pero a la vez lo suficientemente cerca como para poder verla.

Al caer la noche decidí marcharme, ya no tenía nada que hacer allí, desaparecí sin que nadie lo notara y me encerré en mi habitación, con una botella acompañándome y las lagrimas cayendo por mis mejillas, sin parar, como si estuvieran alegres porque al fin las había dejado salir y fue así que comprendí que el que ella llorara por mi era un error, no se lo merecía, yo no merecía ni una de sus lagrimas, pero que… yo llorara por ella era lo contrario, ella se merecía cada una de mis lágrimas.

 



Hola!! espero les haya gustado, es la primera vez que escribo algo del TaeNy... aunque me salió un poco deprimente ¿Verdad? 

 

La aparicion de Hyomin y Jiyeon fue... no sé, tengo grandes sentimientos por el T-Generation -w-

Aunque al principio tenía planeado que fuera JeTi y no MinFany, pero ya está hecho!!! si les gustó no duden en comentar y dejar un upvote ;) me encantaria saber que piensan.

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Comments

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adrialpra #1
Chapter 1: Muy buena tu historia y aunque prefiera a EunYeon, me encantó tu relato.
amadeo1719
#2
Chapter 1: Es hermosamente emodramaticoshorosocortavenas ese final, si no te lo negare es del tipo de fics que sabes que me fascinan, oh si bebe; y mira que me lo he leido ahorita, para desestresarme luego de un dia algo estresado D: hahaha casi me desmayo hace rato, pero leer algo tan bueno con el sonido de la lluvia cayendo, es .... indescriptible
Casi me dieron ganas de golpear a Taeyeon!
XD y me dio risa los comentarios de Sica hahahah xD
-w- imaginar TaeJi es afsdcsdfcdfggbfdvfdbg justo en mis tobias!!!!
Shó se de tus sentimientos T-Generation, hahaha soy tu madre!!
te amo bebe
sonelf1509
#3
Chapter 1: Oh por Dios!!! mi corazón, de verdad fue muy doloroso, por poco y lloró!!! Me encantó, te quedó perfecto.
Me gustó mucho que Fany quedara con alguien que realmente la valora, me huebiera encantado que TaeNy terminara bien pero Tae no se la merecia, así que así está bien!!! Espero que escribas más historias TaeNy, me gustó demasiado tu forma de redactar.
DanaMargery97 #4
Chapter 1: Oww en verdad me encantó *-*
DarkGirl2 #5
Chapter 1: Un "poco" deprimente ? casi me haces llorar solo no lo hice por que mi familia me veria raro :'c
Aun asi me gusto :D