Salvando vidas

Miénteme

Removió una vez más el líquido denso y blanquinoso antes de sumergir completamente su mano izquierda resistiendo la sensación de quemazón hasta asegurarse de que toda su piel quedara recubierta por una fina capa cerosa, espero hasta que se hubiera secado por completo cogió un pequeño pincel y lo introdujo en un botecito pequeño luego con sumo cuidado de no derramar ni la mínima gota de ese líquido, se pintó la palma de la mano con él, inspeccionó minuciosamente su trabajo hasta cerciorarse de que ambos líquidos eran totalmente imperceptibles a la vista, por último, cubrió su mano con un grueso guante, retocó su maquillaje, limpió cuanto había usado y se apresuró hacia la puerta intentado pasar desapercibida.

- Sales ahora? – resonó una voz a sus espaldas.

Se giró tranquilamente, mientras acababa de enfundar su mano derecha con el otro guante – si, tengo una reunión –

- Una reunión?, pero a las ocho en punto… -

- No te preocupes, no llegaré tarde -

Seohyun arrugó el morro en señal de reprobación – hace frio, ponte la bufanda –

- Claro –

- Y conduce con cuidado las carreteras pueden estar heladas –

- lo haré –  dijo mientras se acercaba a ella y le revoloteaba el pelo – algo más mami – rió al ver como Seohyun volvía a arrugar nuevamente el morro – van a salirte arrugas si sigues haciendo eso – comentó mientras salía por la puerta escuchando de fondo las protestas de la menor.

Se subió a su coche y se abrochó correctamente el cinturón, comprobó los espejos y musitó un – como a Seohyun le gusta – antes de iniciar el motor. Condujo durante unos treinta minutos antes de entrar en un parquin y cambiar de coche, luego condujo unos quince minutos más, hasta llegar al parquin del apartado hotel dónde se había citado, accedió a la planta cuarta directamente desde el ascensor del parquin y se acercó a la puerta de habitación 403.

 Golpeó dos veces la puerta, espero exactamente tres segundos y dio tres golpes más, esperó hasta que la puerta se abrió unos diez milímetros – eres tú? – le preguntó una voz masculina.

Qué clase de idiota se citaba con un agente de inteligencia militar y le preguntaba ¿eres tú?, no le extrañaba lo más mínimo que la hubieran mandado con urgencia, un tipo así guardando un secreto tan importante era claramente una amenaza de seguridad de máximo nivel – no lo sé – respondió al fin – a qué tú te refieres? –.

- Bueno a.. – Tanteó la voz – pasa – dijo finalmente con una fingida seguridad.

El hombre cerró la puerta tan buen punto había cruzado el umbral de la misma, la empujo contra ella y apretó contra su sien el cañón de una pistola que temblaba ante el nerviosismo de la mano que lo sujetaba – llevas armas – preguntó.

- No, habíamos quedado en que nada de armas –

- Si, es verdad –

- ¿Entonces porque tengo una apuntando mi cabeza? –

- Protección –

- ¿Si tanto desconfías no deberías registrarme? –

- Si, debería –

Se empezó a girar cuando la voz de su inseguro acompañante le encomió a estarse quieta - ¿Qué haces? – preguntó.

- Girarme y poner las manos contra la puerta, o vas a registrarme de cara con mis manos libres, eso sería algo peligroso, ¿no crees? –

- Claro, si, pon las manos en la puerta – le ordenó.

Acató sin más la orden y notó como las manos de él le recorrían sus brazos, pobre inepto, pensó al notar la culata del arma, la estaba registrando con el arma en la mano, espero a que sus manos pasaran por sus hombros hasta llegar justo debajo su pecho, entonces con un rápido movimiento atrapó el arma con su mano izquierda mientras impulsaba con un movimiento brusco el codo de su brazo derecho hacia atrás, impactando en la nariz del pobre infeliz. Se giró con el arma en la mano mientras el hombre restaba en el suelo sujetándose la nariz rota – alza la cabeza, o vas a inundar todo esto de sangre – comprobó el arma antes de quitarle el cargador y meterse las balas en el bolsillo – ¿sabes que tenías el seguro puesto?, ¿acaso sabes manejar esta cosa? –

Él se levantó lentamente – claro que sé – protestó – he estado en el servicio militar –

El servicio militar, o la mejor manera de poner armas al alcance de idiotas, pensó mientras se dirigía al minibar en busca de algo de hielo – y bien, qué es lo que esperas conseguir, o mejor dicho cuanto –

- Mucho – contestó al fin – sabes cuánto vale esta información, una integrante del grupo más reconocido de Corea es en realidad una espía, y de las importantes, esto es oro y más en la situación actual, he tenido acceso a archivos clasificados de tu misión, el mundo está a punto de ponerse en guerra –

- Podrías haber vendido esa información a alguno de los países implicados, salen en tu información robada, ¿no es verdad? –

- Si – respondió con cierto orgullo – pero soy un patriota –

- Un patriota que se vende a precio de oro –  sacó su móvil y lo dejó encima de una mesita que había entre dos sillones – es tuyo este mensaje –

El hombre se sentó en el sillón continuo, aun apretando el hielo contra su nariz, alzó el móvil para no tener que agachar la cabeza y miró la amalgama de letras  “NGE 1 YKXVÑKSZK KS KQ SÑJU” – Si-

– Hay una serpiente en el nido – cogió nuevamente su móvil – ¿a quién te refieres? ¿o era simplemente para llamar mi atención? –

- En principio sí, pero luego, el mensaje rebotó, hay alguien más conectado, alguien está recibiendo cuantos mensajes y llamadas emite este móvil y está cerca –

Nada, no sabía nada, hasta deseaba que ese pobre hombre hubiera podido averiguar algo, pero la verdad era que el texto del mensaje era puramente casual, de nada le servía y eso no era bueno para él – bien, podemos llegar a un acuerdo – lo miró, su nariz estaba tomando unos tintes azules nada favorecedores, se levantó y se acercó a él – déjame que te ayude con esto, agarró el hielo con la mano derecha y fingió que el guante de la mano izquierda le molestaba, dejó el hielo momentáneamente encima de la mesa y se retiró el guante de la mano izquierda antes de fingir que recolocaba la nariz – lo siento – dijo apartándose y colocándose de nuevo el guante.

El hombre se llevó ambas manos a la nariz – el dolor está desapareciendo – constató con sorpresa.

Cogió las balas que había dejado en su bolsillo, y las colocó una a una encima la mesa, dejó también el cargador vacio y el resto del arma junto a él – nunca me han gustado estos chismes, demasiado ruido, demasiada sangre, demasiado dolor – se giró y se aproximó a la maleta que reposaba encima la cama.

- Espera y mi dinero –

- No hay dinero – le contestó sinceramente, cogió la maleta y deshizo la cama mientras oía el tintinear de las balas a su espalda rebotando contra la mesa, cogió un frasco de pastillas que llevaba y lo volcó por las sabanas revueltas – esta reunión ha acabado –

- qué paza, qué me had hezdo – le oyó lloriquear. Se miraba sus dedos inútiles, incapaz de moverlos correctamente, pronto reparó en que tampoco notaba su lengua, ni sus labios, nada.

- veneno – le contestó – silencioso, limpio e indoloro – revisó  minuciosamente la habitación mientras él se iba apagando en ese sillón – lo siento, pronto habrá acabado –.

Salió tranquilamente de la habitación y se dirigió nuevamente hacia el ascensor, condujo hasta un pequeño callejón, se desenfundó la mano izquierda, pegó una fina lámina de papel en ella y le prendió fuego, eliminando los restos de veneno que pudieran quedar en ella.

(…)

- De mayor quiero ser como tú, mamá, seré como tú ya verás, seré un médico genial – dijo la niña mientras su madre la arropaba

- Quieres ser médico –

- Si, y salvar vidas, papá me dijo que tu salvas vidas – siguió algo somnolienta.

Su madre no pudo reprimir una mueca de tristeza – sí – dijo al fin –salvo vidas -.

(…)

- Salvamos vidas – se repitió a modo de consuelo mientras observaba como la pequeña llama acababa con los restos del veneno – estamos salvando vidas –

Su móvil sonó iluminando con su resplandor el salpicadero del coche – si -

- Seohyun está arrugando el morro – le relató simpáticamente la voz de Yuri - dice que ya te lo ha advertido antes -

- Aún falta un cuarto de hora –

- ¿Pero vas a llegar tarde? –

Miró el reloj del coche – quizá unos diez minutos –

Escuchó como Yuri se reía alegremente – vas a ver la cara que pone cuando se lo diga, te esperamos, bye –

Dejó el móvil en el asiento de copiloto, se arrancó los restos de la capa cerosa y encendió el motor, el móvil vibró una última vez, era Yuri, le mandaba una foto de Seohyun con el ceño fruncido “dice Seohyun que piensa culparte por todas las arrugas que le salgan”.

Sonrió, se sentía feliz de tenerlas a su lado, no sabía cómo podría aguantar todo esto sin la alegría que esas chicas le proporcionaban, haría cualquier cosa por seguir teniéndolas a su lado, sabía que les ocultaba quien era, les estaba mintiendo y mentiría hasta el fin de sus días, porque las amaba, las necesitaba.

 


 

 

Hacia muchísimo que no actualizaba y quiero retomar mis dos fics, así que, si queda alguien aquí, perdón.

Les he presentado al tercer personaje en discordia.

¿y ahora qué? Jugamos al quién es quién

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Comments

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Soo_love18
#1
Chapter 3: Hi! n.n/
me encantan tus fic lastima que siempre te pierdes u.u jum¡
Esto...
Sooyoung es la agente?
dime que si!!! jajaja
no se que parejas arás pero un soori no estaria mal 7.7
bye actualiza pronto...
JessTi #2
Chapter 3: Me parace que son Jessica, Taeyeon y Yuri aunque no estoy segura de Sunny Como sea pon JeTi plisss :D me Gusta tu historia actualiza pronto porfavor! Y una duda este es un conflicto oriental unicamente?
gbrujndl #3
Chapter 3: Quien es?/
sonyeshidae
#4
Chapter 2: JeTi ponle!!! jeti
gbrujndl #5
Chapter 2: Jeti, Yulti o Soori por.favooor!
Por cierto no.entendí ese código.me.lo explicas?
gbrujndl #6
Chapter 1: Imagino.que 121798 es Yuri! Espero que esto.sea Jeti, Yulti o Soori!