“Kris, comprame este!”

Tao sostenía entre sus manos la perfecta simulación de felpa de un Husky Siberiano de ojos azules, aunque Tao insistía llamarlo un ‘lobo’ para agregarle un poco de significado al animal. ‘Wolf’ era el sobrenombre que los compañeros del equipo de basquetbol de la escuela le habían puesto, por lo tanto, era el nombre que su camiseta oficial llevaba sobre su número.

“Mejor compra dos! Tú te quedas con uno, yo con otro, y pueden ser algo de parejas…o como nuestros hijos”

Kris sonrió al observar a Tao. Le sorprendía como Tao podía actuar tan inocente en ocasiones y tan pasional y agresivo en otras.

Pagó por ambos y salieron de la tienda tomados de la mano.

“Lo llamare Baby. ¿Cómo llamaras al ese?”

"¿Que tal Eureongie"

Kris se detuvo un par de pasos adelante, justo frente a Tao, se acercó y atrapó suavemente su mandíbula con su mano derecha. Lo atrajo hacia si, uniendo sus labios suavemente frente a las miradas sorprendidas de varios transeúntes del lugar.

Sintió la sonrisa de Tao contra sus labios y se encontró a si mismo sonriendo a la vez. Tao lo hacía inmensamente feliz, todas y cada una de sus ocurrencias y caprichos, todos y cada uno de esos pequeños detalles que le hacían enamorarse aún más del menor.

Al separarse, Tao repaso con su lengua sus labios, saboreando una vez más los dulces besos del mayor.

“Treinta y tres”

El más alto lo miró extrañado y negó con la cabeza.

           “Treinta y cuatro. La número veintitrés fue anoche, en mis sueños”

El menor sonrió, Kris tenía las más perfectas y eficientes formas de hacerlo feliz durante los últimos dos meses y medio. A su lado, las sonrisas llegaban solitas; y sin en algún momento por alguna razón alguna lagrima aparecía, el mayor sabía muy bien cómo deshacerse de ellas.

“Déjame sostenerla por un momento, si? Solo un momento”

La final del campeonato estatal de basquetbol. Kris y todo el equipo había entrenado por esto durante meses y cual fiel novio Tao se encontraba en primera fila, sosteniendo la chaqueta del número 00 entre sus manos.

Todavía se podía sentir la colonia del mayor en ella.

“Tienes que estar loca, Anna”

“Sera solo un momento, lo prometo, quizás una selfie con ella y nada más. Cuando su equipo gane las estatales Kris seguramente estará en mira de las ligas profesionales, algún día será una famosa estrella de basquetbol y yo tendré una fotografía con su chaqueta deportiva favorita”

“Ve y dile lo mismo a Sehun sobre su princesa Lu a ver que responde” –Tao levanto una ceja– “Mejor ve y compra refrescos”

"¿Quieres que Kris sepa de nuestro beso en la boca para "experimentar"?"

"Ya lo sabe, y tambien sabe que no significo nada"

Una anotación más y Kris simulaba orejas de lobo con sus manos sobre su cabeza mientras miraba a Tao y le guiñaba un ojo.

             “No tienes idea cuanto amo nuestra relación de amor-odio, Tao. Una Coca-Cola Light?”

Tao asintió y le dedico un beso.

Kris casi marcaba otra anotación y Tao no pudo más que acercar la chaqueta a su nariz, inhalando la adictiva esencia del mayor.

125 puntos a favor y tan solo 30 en contra. Se podría decir que fue uno de los mejores partidos de la temporada y el trofeo en el asiento trasero del BMW de Kris lo avalaba.

“MVP una vez más”

“¿No estas orgulloso de mi, Taozi?”

El menor se inclinó lo justo y besó la esquina de la boca de su novio.

“Ojos en el camino, babe. Nos espera una larga noche para celebrar”

Los dedos de la mano de Kris buscaron los de Tao, entrelazándolos y acercándolos a sus labios mientras aseguraba el volante con la otra.

“¿Por dónde empezamos? Los chicos tienen planeado pasar un buen rato en el club, esta vez Joonmyeon y Kyungsoo también estarán allí. ¿Quieres ir, o prefieres que nos quedemos solos en mi casa y miremos alguna película mientras te abrazo?”

“Podemos pasar un tiempo con ellos y luego vamos a tu casa”

“Tus deseos para mí son órdenes”

Las primeras impresiones nunca se olvidan, las primeras veces mucho menos.

Brazalete Gucci, cartera Gucci, lentes Gucci, mochila Gucci, reloj Gucci, traje Gucci…Gucci hasta las adorables bolsas bajo los ojos del menor. Para Kris no fue difícil decidir que regalarle a Tao para conmemorar sus primeros seis meses juntos.

No fue fácil de encontrar, pero el especial brillo dentro de la pequeña caja negra con letras doradas le aseguraba que no había nada que a Tao le emocionara mas recibir.

No sabia si seria algo demasiado comprometedor y si el menor lo tomaría como una forma de presión, pero un anillo no significaba que tuvieran que casarse en los próximos meses. Kris Wu solamente quería dejarle en claro a todos los demás que el chico de cabello rubio y adorables ojeras ya le pertenecía exclusivamente a alguien.

Al abrir la pequeña caja, los ojos del menor se llenaron de lágrimas e inmediatamente se lanzó a los brazos de Kris.

Eran probablemente muy jóvenes para casarse, pero eran lo suficientemente mayores para comprometerse a pasar el resto de su vida junto a la persona que realmente aman.

Las cartas comenzaron a llegar de parte de varias universidades. Dentro y fuera de la ciudad, estado y hasta del país, todos parecían querer en su equipo a la estrella del equipo campeón nacional de baloncesto.

Una vez más, Kris Wu era un nombre que muchos conocían.

Cualquiera hubiera pensado que lo de ambos era solamente un amorillo de secundaria que acabaría horas o máximo un par de días después de la graduación del menor. La verdad es que Kris eligió  de entre todas las universidades, una que le quedaba a tan solo una hora de camino para estudiar Arquitectura, como su padre.

 Las tres de la tarde en punto, un BMW  rojo se detenía frente a las puertas de la secundaria. El rubio se bajó del auto, bien abrigado y con una bolsa en su mano derecha.

Sonrió al ver a Tao esperándolo junto a Anna a solo unos pasos de la entrada, caminó hacia él y lo besó en la frente. Sostuvo la bolsa frente a Anna mientras esta lo miraba extrañada.

“Tao me dijo que eras una fan”

El mayor sonrió. En el interior se encontraba una chaqueta oficial del numero 00, ‘Wolf’ escrito en la espalda y un autógrafo de Kris bajo este.

Anna rodó los ojos.

“Ya lo supere, Kris” –Tao intentó quitarle la bolsa– “Pero la conservaré, gracias”

La chica se alejó a paso rápido, escondiendo con su bufanda su amplia sonrisa.

Kris se acercó y depositó un suave beso sobre los labios de Tao. Al separarse, el menor le sonrió y acomodó con sus manos el cuello del abrigo del mas alto.

“Ciento cincuenta y cuatro”

El mayor negó con su cabeza.

“Ciento cincuenta y siete” –acomodó parte del cabello que cubría la frente del menor –“Anoche te besé tres veces en mi sueños”

“Solo tres veces?”

“Después de eso perdí la cuenta de todo lo que te bese”