Capitulo 2

"BESAR A UN ANGEL"

TentenMusa y dulceyulsic gracias por sus UPVOTES y a todos los que se suscriben MMM el yulsic sera algo lento aunque creanme que les gustara como ya les habia mencionado antes es la adaptacion de un libro que lei y se me hiso muy interesante adaptarla a yulsic algunos capitulos los dividire en 2 o mas por que es algo largo espero y no les moleste tanta letra. Habran muchos personajes pero el que se gano mi corazon fue el tigre que jugara un papel muy imporatnte en el desarrollo de la historia y habra uno que otro Rated M espero y no les moleste mmm cualquier cosa no duden en preguntar los dias que subire capitulos seran los sabados y domingos y si puedo subire entre semana aunque no aseguro mucho sin mas preambulos les dego el ca´pitulo 2.

 

<><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><>

 

Capitulo 2

 

 

 

Al otro lado de la habitación, Jessi se detuvo delante de un espejo antiguo para mirarse. Lo hacía por costumbre, no por vanidad. Para Lee, la apariencia lo era todo. Consideraba que llevar el rímel corrido era peor que un holocausto nuclear.

 

El nuevo corte de pelo de Jessi, a la altura de la barbilla y un poco más largo por detrás, era ligero, juvenil y delicado. A ella le había encantado desde el principio, pero le había gustado aún más esa mañana, cuando Hyuna había protestado sobre lo inadecuado que era ese estilo para una boda.

 

Jessi vio acercarse a su novio por el reflejo del espejo. Compuso una sonrisa educada y se dijo a sí misma que todo saldría bien. Tenía que ser así.

 

—Coge tus cosas, cara de ángel. Nos vamos.

 

A ella no le gustó ni un ápice aquel tono de voz, pero había desarrollado un talento especial para tratar con personas difíciles y lo pasó por alto.

 

—María está haciendo un soufflé Grand Marnier para el convite de bodas, pero no está listo aún, así que tendremos que esperar.

 

—Me temo que no. Tenemos que coger un avión. Tu equipaje ya está en el coche.

 

Necesitaba más tiempo. No estaba preparada para estar a solas con él.

 

—¿No podemos coger un vuelo más tarde, Yul ? Odio decepcionar a María. Es una joya y hace unos desayunos maravillosos.

 

Aunque la boca del hombre se había curvado en una sonrisa, los ojos parecieron taladrarla. Eran de un inusual color ámbar pálido que le recordaba a algo vagamente estremecedor. Aunque no podía recordar lo que era, ciertamente la inquietaba.

 

—Mi nombre es Yul, y tienes un minuto para llevar ese dulce culito tuyo hasta la puerta.

 

A Jessi le dio un vuelco el corazón, pero antes de que pudiera reaccionar, él le dio la espalda y se dirigió a los otros tres ocupantes de la habitación con voz tranquila pero autoritaria.

 

—Espero que nos disculpéis, pero tenemos que coger un avión.

 

Hyuna dio un paso adelante y le dirigió a Jessi una maliciosa sonrisa.

 

—Vaya, vaya. Alguien está impaciente por celebrar la noche de bodas. Nuestra Jessi es un bocadito apetecible, ¿verdad?

 

De repente, a Jessi se le fueron las ganas de tomar el soufflé de María.

 

—Me cambiaré de ropa —dijo.

 

—No tienes tiempo. Estás bien así.

 

—Pero...

 

La firme mano de Yul se posó en su espalda y la empujó resueltamente hacia el vestíbulo.

 

—Supongo que éste es tu bolso. —Ante el asentimiento de Jessi cogió el bolsito de Chanel de la mesita dorada y se lo tendió. Justo entonces, el padre y la madrastra de Jessi se acercaron para despedirse.

 

Si bien ella no pensaba llegar más allá del aeropuerto, quiso escapar del contacto de Yul que la conducía hacia la puerta. Se volvió hacia su padre y se odió a sí misma por el leve tono de pánico en la voz.

 

—Tal vez tú podrías convencer a Yul de que nos quedemos un poco más, papá. Apenas hemos tenido tiempo de hablar.

 

—Obedécele, Jessica . Y recuerda que ésta es tu última oportunidad. Si me fallas ahora, me lavo las manos. Espero que hagas algo bien por una vez en tu vida.

 

Hasta ahora, siempre había soportado las humillaciones de su padre en público, pero ser humillada delante de su nuevo marido era demasiado vergonzoso y Jessi apenas consiguió enderezar los hombros. Levantando la barbilla, dio un paso delante de Yul y salió por la puerta.

 

Se negó a sostener la mirada de su esposo mientras esperaban en silencio el ascensor que los llevaría al vestíbulo. Segundos después, entraron. Las puertas se cerraron sólo para abrirse en la planta siguiente y dar paso a una mujer mayor con un pequinés color café claro.

 

De inmediato, Jessi se encogió contra el caro panelado de teca del ascensor, pero el perro la divisó. Enderezó las orejas, emitió un ladrido furioso y saltó. Jessi chilló mientras el perro se abalanzaba sobre sus piernas y le desgarraba las medias.

 

—¡Quieto!

 

El perro continuó arañándole. Jessi gritó y se agarró al pasamanos de latón del ascensor. Yul la miró con curiosidad y luego apartó al animal de un empujón con la punta del zapato.

 

—¡Mira que eres travieso, Mitzi! —La mujer tomó a su mascota en brazos y le dirigió a Jessi una mirada de reproche. —No entiendo lo que le pasa. Mitzi quiere a todo el mundo.

 

Jessi había comenzado a sudar. Continuó aferrada al pasamanos de latón como si le fuera la vida en ello mientras miraba cómo aquella pequeña bestia cruel ladraba hasta que el ascensor se detuvo en el vestíbulo.

 

—Parece que se conocen —dijo Yul cuando salieron.

 

—Nunca... nunca he visto a ese perro en mi vida.

 

—No lo creo. Ese perro te odia.

 

—No es eso... —ella tragó saliva, —es que me pasa una cosa extraña con los animales.

 

—¿Una cosa extraña con los animales? Dime que eso no quiere decir que les tienes miedo.

 

Jessi asintió con la cabeza e intentó respirar con normalidad.

 

—Genial —masculló él atravesando el vestíbulo. —Simplemente genial.

 

La mañana de finales de abril era húmeda y fría. No había papeles pegados en la limusina que los esperaba junto a la acera, ni latas, ni letreros de RECIÉN CASADOS, ninguna de esas cosas maravillosas reservadas a las personas que se aman. Jessi se dijo a sí misma que tenía que dejar de ser tan sentimental. Lee se había metido con ella durante años por ser exasperadamente anticuada, pero todo lo que Jessi había querido era una vida convencional. No era tan extraño, supuso, para alguien que había sido educada con tan poco convencionalismo.

 

Se subió a la limusina y vio que el cristal opaco que separaba al conductor de los pasajeros estaba cerrado. Al menos tendría la intimidad que necesitaba para contarle a Kwon Yul cuál era su plan antes de llegar al aeropuerto.

 

«Hiciste unos votos, Jessi. Unos votos sagrados.» Ahuyentó a la inequívoca voz de su conciencia diciéndose que no tenía otra opción.

 

Yul se sentó junto a ella y el espacioso interior pareció volverse pequeño repentinamente. Si él no fuera tan físicamente abrumador, ella no estaría tan nerviosa.

 

Aunque no era tan musculoso como un culturista, Yul tenía el cuerpo fibroso y fornido de alguien en muy buenas condiciones físicas. Tenía los hombros anchos y las caderas estrechas. Las manos que descansaban sobre los pantalones eran firmes y bronceadas, con los dedos largos y delgados. Jessi sintió un ligero estremecimiento que la inquietó.

 

Apenas se habían apartado del bordillo cuando él comenzó a tirar de la corbata. Se la quitó bruscamente y la metió en el bolsillo del abrigo; después se desabrochó el botón del cuello de la camisa con un movimiento rápido de muñeca. Jessi se puso rígida, esperando que no siguiera. En una de sus fantasías eróticas favoritas, ella y un hombre sin rostro hacían el amor apasionadamente en el asiento trasero de una limusina blanca que recorría Seul mientras Michael Bolton cantaba de fondo Cuando un hombre ama a una mujer, pero había una gran diferencia entre la fantasía y la realidad.

 

La limusina se incorporó al tráfico. Ella respiró hondo, intentando tranquilizarse, y olió el intenso perfume a gardenia en su pelo. Vio que Yul había dejado de quitarse la ropa, pero cuando él estiró las piernas y comenzó a estudiarla, Jessi se removió en el asiento con nerviosismo. No importaba lo mucho que lo intentara, nunca sería tan bella como su madre, y cuando la gente la miraba demasiado tiempo, se sentía como un patito feo. Los agujeros de las medias doradas, tras el encuentro con el pequinés, no contribuían a reforzar su confianza en sí misma.

<><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><>

  lo siento si es algo corto pero mañana subire el resto jejejeje

 

 

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
pao283 #1
Chapter 5: Actualiza pronto
Anditwasallyellow #2
Magnificent!!!
lisset #3
Chapter 5: Si si otro hoy pofa esta genial aunque no entendi lo ultimo
DjYulsic
#4
Chapter 5: Yo quiero otro capitulo hahahaha no se si odiar a Yul o odiar al padre de jessica jajaja, quiero mas , mas
lisset #5
Chapter 4: Genial continua =)
ilabya10 #6
interesting~
lisset #7
Chapter 3: Mas mas eres muy buena me gusta mucho el fic