Como el Señor del Tiempo, Tao rige el límite de estancia  de cada persona en la Tierra.

Veía cómo su vivienda - una gran fortaleza que es hostil a los extranjeros, pero cálido a los que son bienvenidos - oscurecía con la noche cuando esta se cuela a través de una parte de la Tierra.

Sus paredes camufladas  reflejaban la oscuridad de las nubes, y las estrellas son los nombres de todos los mortales que actualmente viven en la Tierra con su tiempo restante pasando volando junto a ellos.

Tao suspiró mientras pasaba un día, y una serie de nombres de personas que se encontraban en todo el mundo desaparecieron de sus paredes cuando su tiempo en la Tierra había pasado.

Cada minuto, pensó Tao, por desgracia, mientras repasaba su vida  parpadeando a través de sus propios ojos y no había nada que pudiera hacer para evitarlo.

Sacudiendo lejos el sentimiento de depresión, dio un paseo fuera de su fortaleza, él saltó de nube en nube,  vestido con su habitual camiseta negra y pantalones cortos negros a juego con zapatillas negras con líneas plateadas a los lados. Hizo girar su bastón de acero de platino, mientras miraba como la civilización evolucionaba por debajo de él, una sola decisión puede afectar a otra en  gran medida.

Entonces, se sintió a si mismo empujado cerca del templo principal del Dios del sol, un hombre brillante y enérgico llamado Chanyeol. ¿Por qué estaba aquí? ¿Por qué hubo una fuerza repentina que le movía a  venir aquí?

Esto sólo significa una cosa, las Parcas lo estaban llamando  para hacer algo que el  encontró en el tiempo y que una vez se le dijo que cada decisión es mejor hacerla en el amanecer de un nuevo día, ya que  señala una nueva vida, nuevas decisiones que tomar y las nuevas acciones a tomar.

Como el dios del tiempo, él tiene un poder peligroso. Era el dios más solicitado incluso por los dioses mayores que le rogaban  y suplicaban extender la vida de un mortal por el bien del amor,  la venganza,  etc.

Ellos no entienden  que él  tiene sus límites.

Lo único que puede hacer es  retardar el tiempo de la gente, no hacer que duren para siempre, porque eso significa engañar a la muerte, y permitir  a alguien  engañar a la muerte significa pedir una guerra al Dios del inframundo, un alma sorprendentemente amable de nombre SuHo, porque  eso va en contra de las reglas que construyeron para sus reinos desde el comienzo.

Ser el Dios de tiempo es difícil. Es elegir  que  alma  reciclar para otra vida por si acaso  él o ella  todavía tiene algo que hacer en este mundo  para sí misma u  otra persona. Es el alma la que es inmortal, no el cuerpo, ya que este es sólo un contenedor.

Y a medida que comienza el nuevo día, Tao se sienta allí, en una nube con vista al Templo del Sol, y observa como Chanyeol  sale de su morada, observa a sus sirvientes prepararle su carruaje solar   para montar  todo el día hasta la puesta del sol.

Al ver a alguien por los jardines, cerca de donde los rayos del sol del carruaje están empezando a iluminar, Tao descubre que él no es el único observando en silencio por el costado del campo, donde  todo se lleva a cabo.

***

Byun Baekhyun era un simple mortal, un siervo del templo del sol y vivía bajo la protección de Kyungsoo.

Sus ojos se abrieron a la hora programada que se propuso a sí mismo para despertar. En silencio, apartó la manta y se sentó. Tan silenciosamente como pudo, camino de puntillas hacia la puerta, la que conducía al patio, y ya estaba a medio camino cuando escuchó a alguien  aclararse la garganta.

― ¿A dónde crees que vas?― preguntó Kyungsoo, con la  ceja levantada y los brazos cruzados. Estaba claro que acababa de  despertar, a juzgar por la expresión de descontento en su rostro, el cabello desordenado y la túnica arrugada.

¡Oh, no! . Baekhyun pensó con pánico.

Se puso una sonrisa tímida. ―Um ,¿ voy a hacer mis deberes matutinos?

―No tienes deberes matutinos, Baek ― dijo Kyungsoo , frunciendo el ceño .

―Los cambiaron. Alguien está  ocupado, así que me ofrecí a tomar su turno― Baekhyun respondió inmediatamente.

Kyungsoo no parecía impresionado. ―Creo que he estado contigo durante mucho tiempo como para saber que no eres del tipo que se ofrece a ser voluntario para cubrir a otro porque: Uno, Eres un muchacho perezoso, y dos, no soy tan ajeno a tus continuas desapariciones en las mañanas, sabes.

Bajo su  mirada hacia el suelo. Por supuesto. No es exactamente la persona más dotada por Jongdae, el Dios de los ladrones, cuando se trata de sigilo. Él tenía que ser descubierto algún día por su agudo compañero de armas.

Viendo como él no pronunciaba una palabra, Kyungsoo continuó. ―Ahora, déjame preguntarte esto: ¿qué estás haciendo? ¿Por qué te levantas en horas impías de la mañana, incluso antes de que Lord Chanyeol lo haga?

Al oír el nombre de su Señor, Baekhyun hizo todo lo p