Muchas veces decimos estar enamorados cuando no es más que un simple cariño… Y en circunstancias extremas, llega a ser una gran obsesión.

  Jessica Jung cruzó la línea entre el amor y la obsesión, y la enorme apreciación que sentía por su amiga Kwon Yuri desde pequeña evolucionó llevándola a cometer locuras imperdonables.

 Afortunadamente para ella, el destino le regalo una oportunidad para ser finalmente feliz y puso en su camino a la única persona capaz de mostrarle el verdadero significado de amar…

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POV Jessica

 Salí del departamento de Yuri con lágrimas en los ojos y maldiciendo a la estúpida Tiffany. Por mi mente pasaron mil maneras de separarlas, pero en todas ellas encontraba algún error y no podía permitirme eso. Esta vez lo haría perfecto y Kwon Yuri sería definitivamente mía.

 Tan sumida en mis pensamientos estaba que no preste atención a mí alrededor y no fue hasta que escuché un grito que llamó mi atención no detuve mi andar.

Fueron sólo segundos; simples segundos en los que pude ver todo lo que me rodeaba en cámara lenta, como si de una película se tratara.

 Frente mío, desde la otra calle, un trío de señoras abría sus ojos extensamente para luego cerrarlos mientras movían sus cabezas hacia un costado, evitando mirarme. Y a mi derecha, una enorme camioneta gris se acercaba a gran velocidad hacia mí.

A pesar de la distancia, pude notar que su conductor tenía más interés en discutir por su celular que en mirar por dónde conducía.

 Metros; mínimos metros eran los que me separaban de esa bestia de metal. Metros eran los que me separaban de mi inminente final.

 “Pero quizás… quizás sería mejor si esta pesadilla terminara aquí mismo.”

 Cerré mis ojos con fuerza y esperé el impacto.

 No obstante, el golpe con el vehículo nunca llego… pero sí el de mi cuerpo contra otro.

 En el instante en que cerré mis ojos, alguien fue aún más rápido que la camioneta y envolvió mi cintura con un brazo con firmeza y con el otro rodeó mi cabeza, protegiéndome de la dura calle de cemento.

 Sentí nuestros cuerpos rodar por el pavimento y escuché varios ruidos ensordecedores. Lo único que pude distinguir fueron los gritos de personas y el golpe de dos, o tal vez más autos colisionar.

 Mi rostro estaba oculto en el cuello de mi salvador mientras mis manos se habían aferrado inconscientemente a su suave camisa de seda.

Habíamos dejado de rodar y nos quedamos inmóviles por unos segundos, ambos tirados en la calle.

Pude sentir su pecho despegarse lentamente de mí. Levante mi cabeza para poder ver a la persona que me había salvado la vida y grande fue mi sorpresa al ver que mi supuesto salvador era en realidad mi salvadora.

-¿Estás bien? –preguntó con su mirada fija en mí, pero no respondí.

Ella se separó un poco más de mí y volvió a preguntar.

-¿Te has hecho daño? ¿Necesitas ir a un hospital?

Parecía autentica preocupación. Iba a contestarle cuando una persona se nos acercó.

-Señoritas, ¿se encuentran bien? –un hombre de mediana edad nos preguntó arrodillándose para quedar a nuestra altura.

-No se preocupe por mí, señor. Pero creo que ella debería ir a un hospital

 Los dos me miraron ansiosos por una respuesta. Ambos con sus ojos puestos en mí, sin embargo sólo un par de ojos pudo cautivarme con la profundidad que poseían.

 -No… Estoy bien. Sólo un poco aturdida por lo que acaba de pasar –dije apartando mi mirada de esos encantadores ojos cafés para pasearla por el desastre que había cerca. Al parecer, la camioneta que se dirigía hacia mí chocó contra un autobús.

-De acuerdo. ¿Puede ponerse de pie? –el hombre me extendió su mano y sonrió de lado cual caballero de brillante armadura. “Así que por eso se había acercado en primer lugar…”

-Claro que puede –antes de siquiera rechazar al sujeto, la muchacha de cautivantes ojos se apresuró y se levantó tomando mi mano mientras apartaba con su cuerpo la mano extendida del hombre.

-Creo que lo mejor será alejarnos de este lugar. Con su permiso. –Y sin mi consentimiento, tiró con suavidad de mi mano llevándome a quién sabe dónde.

Caminamos con nuestras manos juntas hasta un estacionamiento cercano, deteniéndonos frente a un llamativo deportivo blanco. La joven de ojos cafés soltó mi mano para abrir la puerta del copiloto.

-Si no quieres ir al hospital, al menos déjame llevarte a tu casa. –Ella propuso. La observé más detenidamente.

 Alta, tez levemente morena, de cabello largo y castaño tan brillante como sus ojos, hermosa figura y rostro con rasgos delicados perfectamente marcados.

-No.

Ella alzó una ceja por mi tajante respuesta y cerró la puerta del auto.

-¿No? –preguntó acercándose lentamente con una pequeña sonrisa en los labios.

-Tengo auto, no necesito que me lleves a ningún sitio –declaré cruzando mis brazos.

Dejó de acercarse y me miró un momento mientras sonreía. Sostuve su mirada sin problemas.

Continuó caminando hacia mí y cuando estuvo a poca distancia inclinó su cabeza levemente a la derecha quedando muy cerca a mi rostro.

-Bien. Pero ten más cuidado al cruzar la calle, ¿de acuerdo? –pidió con una sonrisa antes de llevar una mano a mi cabeza para acariciarla, despeinándome un poco en el proceso.

“¡Me acaba de regañar como a una niña pequeña!”

Aparté su mano bruscamente y la miré con el ceño fruncido.

-Yah! No soy una niña!

-Puedo ver eso –comentó recorriendo mi cuerpo con sus ojos como si fuera lo más normal del mundo.

Su acción me molestó de tal manera que pude sentir mis mejillas calentarse.

Tras unos segundos sin dirigirnos la palabra, la chica de ojos cafés se dio la vuelta y camino hasta su auto, pero antes de abrir la puerta habló.

-¿Tú… estarás bien sola? –preguntó con una pequeña sonrisa.

-Ya te lo he dicho, no te necesito

La miré por última vez antes de empezar a alejarme de allí. Mi auto estaba aparcado a sólo unas pocas calles del lugar, así que sin prisa, me dirigí hacia mi vehículo.

“Hoy fue el peor día de mi vida… Yuri ahora está con esa Mushroom otra vez, casi muero y esa chica… ”

Detuve mis pasos y sacudí mi cabeza de un lado al otro. El rostro de la castaña llegó a mi mente sin consentimiento alguno.

“Ni siquiera sé por qué pienso en ella… lo mejor será que olvide este día. Aún debo pensar en cómo separar a Tiffany de mi Yuri…”

 

Una semana después

 Traté de llamar a Yuri a su celular por la mañana al igual que lo estuve haciendo estos pasados días, pero no contestó. Intenté una vez más antes de salir rumbo a mi trabajo y sorpresivamente, esta vez sí lo hizo. Sin embargo, no era la voz de Yuri la que escuché al otro lado de la línea.

“…Jessi”

Era ella, la causante de su dolor.

“Sé que estas ahí, Jessi…”

La única responsable de su sufrimiento.

“…Jessi…”

Quien arrebató a la morena que tanto ama de su lado.

“Necesitamos hablar, Jessi”

-¿Me devolverás a Yuri? –pregunté rápidamente.

“Ella nunca ha sido tuya” su tono cambió. Ahora parecía casi tan frio como el mío.

-¿De qué quieres hablar entonces, Hwang?

“Te lo diré cuando te vea, Jung”

-Sólo di dónde y cuándo –ordené perdiendo mi paciencia.

“Hoy, 6pm en el departamento de Yul”

Yuri

-¿Ella también…?

“No te hagas ilusiones, Jung. Ella no estará a esa hora”

Sin decir nada más, corté la llamada. Escuchar su voz por más tiempo sería terrible para mis oídos.

“Sólo nosotras dos… Eres más estúpida de lo que recordaba Tiff…” pensé mientras sentía como se formaba una sonrisa en mis labios.

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 Conduje todo el camino con una sonrisa en el rostro. Pensar en que tendré a Tiffany sola por Dios sabe cuánto tiempo y nadie estará cerca para molestarme me hacia completamente feliz.

“K. & Co.” susurré el nombre de mi nuevo lugar de empleo cuando finalmente llegué allí.

Esta compañía es reconocida mundialmente por tener sólo a los mejores modelos de todas partes del mundo, diseñadores increíbles y fotógrafos expertos a su disposición. Ser parte de ellos es un honor para todo aquel que trabaje en cualquiera de esos rubros. Y por supuesto, también lo es para mí.

No esperaba que después de haber modelado una vez para ellos me llegara un llamado suyo citándome para hablar de un posible contrato, pero no por eso me negué.

Ese día me reuní con una de las dueñas y directora de la sección de modelaje, Kim Hyoyeon. A simple vista parecía una mujer fácil de dominar. Rubia, de altura promedio y con rostro angelical. Pero como dicen, las apariencias engañan.

Necesité hablar con ella unas horas para comprender que no se trataba de ninguna ingenua. Esa mujer era muy hábil y sin darme cuenta, me tenía firmando mi contrato. Incluso había renunciado a mi antiguo manager sin notarlo.

Hoy conocería a mi nuevo manager. Según me habló Kim Hyoyeon, sería una persona que lleva años trabajando en su compañía y es alguien altamente capacitado.

Entré al enorme edificio sonriendo y mis pensamientos sobre esta tarde llenaron mi mente. “Sólo espera Tiff. Haré que te arrepientas de haberme quitado a mi Yuri”

Siguiendo las indicaciones de Kim, me dirigí al 8vo piso donde fui recibida por una joven muchacha castaña.

-Es usted la señorita Jessica Jung? –preguntó cortés la joven.

-Así es, estoy aquí para ver a Kim Hyoyeon.

-Por aquí, por favor –la castaña hizo un ademán con sus manos para que la acompañara.

Caminamos en silencio por un angosto y solitario pasillo y nos detuvimos frente a una gran puerta blanca.

La castaña tocó dos veces a la puerta y entró sonriendo. Yo la seguí.

-Jessica Jung, llegas a tiempo para conocer a una persona muy importante –dijo Kim Hyoyeon sonriendo mientras se levantaba de su asiento y se acercaba a mí.

-¿A mi manager? –pregunté. Vi como caminaba hacia la castaña y le hablaba por lo bajo con una sonrisa diferente “Eso es todo, Nicole. Puedes descansar. Te veré en la reunión con el comité de medicina”

Cerró la puerta y se giró para responderme. –Aún mejor –no habló más, pues una morena de gran altura entró por la puerta que acababa de ser cerrada.

Mi mandíbula cayó unos centímetros al reconocer a esa morena.

-Tú!? –fue casi un grito lo que salió de mi boca.

-Tú? –mientras que su tono fue más relajado y casi burlón.

-¿¡Qué estás haciendo aquí!? –volví a preguntar incrédula por su presencia.

-¿Se conocen? –había olvidado por completo a Kim. Maldije mentalmente a esa morena, su sola presencia me había hecho olvidar el lugar en donde me encontraba.

-Algo así –respondió la chica de largas piernas por ambas.

Kim simplemente asintió poco convencida y caminó hacia la silla en la que estaba sentada antes de que llegara.

-Tomen asiento –pidió mirándonos.

La morena en un acto caballeroso, abrió la silla por mí con una sonrisa… cálida.

-Jessica, quiero que conozcas a Choi Sooyoung. Ella también trabajará contigo a partir de hoy.

-¿Eres mi manager? –pregunté a Sooyoung mirándola.

Kim estaba por responderme cuando la morena la interrumpió rápidamente.

-En realidad—

-Sí, lo soy

Ambas compartieron miradas cómplices y después de un suspiro por parte de la rubia, volvieron sus ojos a mí.

-Jessica, ella es tu nueva manager y también tu fotógrafa personal con quien trabajaras durante los próximos meses, Choi Sooyoung

-Mucho gusto, Jessica –dijo Sooyoung extendiendo su mano con otra sonrisa. “A esta chica realmente le gusta sonreír” pensé.  Acepté su gesto por mera cortesía.

-Bien. Ya que hemos terminado con las formalidades, Jessica, ¿podrías esperar fuera un momento? Sooyoung debe firmar unos papeles más y luego podrá comenzar con su trabajo.

-Claro, señorita Kim

Salí de la oficina y me quedé de pie a un lado de una gran ventana con vista a la ciudad. Miré mi reloj y sonreí. “8:24 am… Cada vez falta menos, Tiff…”

Sin esperarlo, sentí una mano posarse sobre mi hombro. Giré mi cuerpo encontrándome nuevamente con esa morena que comenzaba a darme dolores de cabeza.

Estaba sorprendida por su repentina presencia, pero disfracé mis emociones velozmente.

-¿Está todo listo? –pregunté fríamente.

Sonrió antes de responderme –Claro, ahora podrás disfrutar de mí completamente –bufé antes empezar a caminar rápidamente por el pasillo, observando todo a mi alrededor.

 “Disfrutar” dice. ¿Acaso es idiota? De lo único que quiero disfrutar es de un abrazo de Sooyoung.

 Me detuve abruptamente al darme cuenta de mis pensamientos.

La gigante morena me miró confundida. Estaba por poner su mano en mi hombro nuevamente así que la aparte de un golpe antes que lo haga.

-No te atrevas a tocarme, Choi Sooyoung. No me hables ni me mires. Y para lo único que debes dirigirme la palabra es por algún asunto estrictamente laboral.

Ella estaba asombrada por mi orden. Pero después de unos segundos asintió.

Choi Sooyoung cumplió con lo que le había ordenado en la mañana. Durante las últimas horas no hemos intercambiado palabra por ningún motivo. Incluso evitó mis ojos cuando nuestras miradas se cruzaron un par de veces antes.

El único momento en que me habló, fue cuando me preguntó sonriendo débilmente qué era lo que quería almorzar y después de regresar con mi pedido, las cosas volvieron a estar igual.

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-Eso es todo, Jessica. ¡Gracias por su duro trabajo! –gritó Sooyoung después de apagar la cámara fotográfica.

Suspiré agotada. Estuve la mayoría de la tarde de pie posando para esa tonta fotógrafa indecisa. “Tal vez estaría mejor si…”  “Creo que le falta algo aquí…” “No lo sé…” Aún no entiendo cómo puede ser ella un supuesto gran manager y también una fotógrafa en este lugar. ¿No se supone que es sólo para profesionales?

-Ya puedes retirarte. En la noche te llamaré para darte tus próximos horarios –dijo una voz a mis espaldas. Giré mi cuerpo para ver a Choi.

-Bien –asentí sonriendo de lado. Faltaba menos de dos horas para mi encuentro con Tiffany.

Me dirigí hacia el vestidor y me despedí del conjunto primaveral que tuve que modelar.

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 Estaba caminando por el estacionamiento de la empresa cuando divisé una figura femenina apoyada sobre mi auto. 

“Pensé que lo había entendido…”

-¿Qué haces aquí? –pregunte fríamente una vez llegué a mi auto.

-Quiero hablar contigo.

-Habla.

-Aquí no. ¿Qué te parece si vamos a cenar esta noche? –“Esta chica es…”

-Tengo prisa, Choi. Si tienes algo que decir, dilo ahora –estaba perdiendo la poca paciencia que me quedaba.

-¿Una cita importante? –“¿Estaba curiosa?”

-Una reunión importante –corregí.

Creo que fue mi imaginación pero al momento en que cambie cita por reunión, Sooyoung sonrió un poco.

-Si no dirás nada más, me retiro –dije pasando a su lado y abriendo la puerta de mi auto pero cuando iba a entrar, una mano me detuvo haciéndome girar.

No dijo nada. Ninguna de las dos lo hizo. Sólo se quedó en silencio mirándome a los ojos profundamente. Con esos hipnóticos y penetrantes ojos cafés.

Apartó sus ojos de los míos y se disculpó por su atrevimiento antes de marcharse.

Sabía que fueron pocos segundos lo que duró la unión de nuestras miradas, pero parecieron segundos eternos.

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-¿Ella no está aquí? –pregunté buscando a Yuri con la mirada.

-No, ya te lo he dicho antes.

Una semana. Sólo le había tomado una semana a esta idiota cambiar todo el departamento de Yuri para convertirlo en… Rosa!

Los cuadros, los muebles, la televisión, ¡incluso las lámparas de Yuri! No había nada de ella. Y los reemplazos eran todos rosados con detalles infantiles.

-Veo que tu obsesión sigue intacta –comenté mientras me sentaba en un horrible sofá rosa.

-No puedo cambiar algo que amo –dijo encogiéndose de hombros. Se sentó en un sofá individual que estaba frente a mí.

-Yo tampoco –Nos miramos a los ojos con odio reflejado en ambas.

-Tienes que olvidarla. –Levante una ceja al escuchar su tono. Frío.

-No puedo olvidar a alguien que amo.

-Tú no la amas, Jessica

Apreté mis puños contra mis rodillas con fuerza para evitar golpearla en ese mismo instante. Aunque no sería tan mala idea.

-¿Cómo lo sabes?... ¿Cómo sabes que no la amo? ¿¡Cómo puedes saber lo que siento, Tiffany!? ¿¡Cómo!? –Levanté mi voz, casi gritaba. ¿Acaso esta estúpida cree que puede ver a través de mí?

-¡Hiciste una tumba falsa y fingiste su muerte, por el amor a Dios! ¡Quieres atarla a ti por cualquier medio! Jessica, lo tuyo nunca fue amor, lo que sientes por Yuri es casi una obsesión.

Ambas habíamos abandonado nuestros asientos y estábamos de pie con nuestros ojos echando chispas. Ella se estaba conteniendo, igual que yo. Poca era la distancia entre nosotras.

-Eso no es cierto. Yuri no es ninguna obsesión. Yo… yo tuve que hacerlo para que tú no me la quites otra vez –mi garganta comenzaba a quemar. Quería gritar… llorar.

 -¿Otra vez? –preguntó más calmada, relajando sus hombros.

-Antes de que llegaras a nuestras vidas, Yuri era mía. Ella era mi vecina, mi amiga, mi confidente y la única para mí, y yo significaba lo mismo para ella... Pero un día apareciste de la nada y te llevaste todo. Yuri dejó de tener ojos para mí y siempre estuvo al pendiente de ti. ¡Por años se trató sólo de ti!

-¡Eso no es cierto Jessica!

-¡Sí, sí lo es! ¡Yuri me apartó de su vida por tu culpa! –no sabía en qué momento habíamos empezado a elevar ambas nuestra voz nuevamente. – ¡Tú lo arruinaste todo!

En menos de un segundo, Tiffany me tomó con fuerza de los brazos y me sacudió violentamente.

-¡Entiéndelo de una vez Jessica; Yuri jamás te alejó de ella! Fuiste tú quien se alejó de nosotras. Siempre en tu propio mundo, siempre evitándonos con escusas estúpidas.

No iba a soportar esto por más tiempo. Ella no tenía motivos para tratarme de ese modo.

Así que la golpeé. Justo en medio de su horrible rostro de niña buena.

Mi puño chocó contra su nariz tan fuerte que creí haber escuchado un ruido.

La sangre no tardó en aparecer. Tiffany llevó sus temblorosas manos hacia su rostro. Salía mucha sangre… demasiada.

Pero lo más extraño es que ni siquiera pude sentir el golpe en mi mano.

Tiffany me dio una mirada que logró confundirme unos segundos. Parecía asustada, temerosa, como si estuviera a punto de llorar; sin embargo, sus ojos lucían vacíos, como si no fuera ella.

A pesar de eso, sonreí de lado al tenerla tan sumisa y me pregunté “¿Qué sucedería si…?”

Apreté mi mano una vez más para formar un puño. Y la volví a golpear. Esta vez, en su ojo izquierdo.

Nuevamente, no sentí nada pero sin detenerme a pensarlo, le di un golpe más en su rostro, luego otro y otro. Comenzaba a divertirme con eso. No podía cansarme de hacerlo. Golpeé su rostro y sin notarlo, también había golpeado su cuerpo.

Estaba fuera de control; tenía su sangre en mis manos y parte de mi ropa. El cuerpo de Tiffany estaba tendido en el suelo. Había rastros de una pelea por todo el lugar. Y aún después de todo, seguía sin sentir nada. No estaba cansada y mis nudillos no dolían.

Mi mente se quedó en blanco durante unos minutos. Mis párpados comenzaban a pesar. Tenía mi mirada fija en el suelo.

Pude ver el cuerpo de Tiffany moverse con pereza. Sin problemas se puso de pie mostándome su espalda.

Mientras levantaba mi vista, todo los que me rodeaba cambiaba.

Los colores de la habitación desaparecían. Los cuadros que colgaban de la pared, los muebles, los sofás y la televisión; todo comenzó a desvanecerse lentamente.

La rosada habitación se había convertido en un cuarto blanco, vacío. Sólo había un colchón en el suelo.

Tiffany comenzó a girar su cuerpo lentamente hacia mí. En el proceso, su largo cabello desapareció rápidamente, su vestido floreado manchado de su sangre se convirtió en una bata blanca y su rostro tomó forma de hombre.   

-La doctora Kim quiere verte, Jung. –dijo “él” seriamente.

Me sentía mareada. Mis párpados pesaban cada vez más, al igual que todas mis extremidades.  

Sin esperar por una respuesta, el hombre frente a mí sujetó mi brazo con fuerza y comenzó a jalarme fuera de aquel cuarto.

No había notado en qué momento había cambiado mi traje negro por esta fea camisa de fuerzas que hacía que mis brazos se cruzaran.

Llegamos a una puerta blanca con dos guardias parados a cada lado, custodiando.

-Entra Jung. La doctora de espera. –ordenó el enfermero empujándome dentro.

 

POV Hyoyeon

La puerta de la sala de “entrevistas” se abrió lentamente dando paso a una rubia con mirada perdida.

“Mi caso estrella” pensé, ¡y no era para menos! La joven desarreglada con rostro demacrado frente a mí era nada más y nada menos que Jessica Jung, la paciente más compleja que he tenido en mis doce años como Psiquiatra.

Desde que su familia le interno después de un intento de suicidio hace más de un año, ha sido una pesadilla para los enfermeros. Ataques de ira momentáneos, cambios de humor, insomnio e intentos de homicidio contra otros internos están entre algunas de sus tantas "travesuras".

Lo mejor de todo es que hasta ahora ningún diagnostico puede adaptarse a su estado y las medicinas no causan ningún efecto en ella. Como si fuera inmune a ellas.

Observé a la rubia unos segundos más antes de comenzar con el “interrogatorio” semanal.

-Jessica, ¿quieres sentarte? –pedí ofreciéndole el lugar que había frente a mí al otro lado de la mesa. Ella no dijo nada y caminó hasta la silla.

-¿Tuviste otro sueño, Jessica? –empecé como habituaba. Ella asintió con su cabeza.

La mente de Jessica Jung había creado un mundo alterno al que sólo podía ingresar durante sus sueños. Allí, el tiempo parecía no transcurrir. Por lo que me ha comentado, siempre comienza con el día en que una amiga suya, Kwon Yuri, la hecha de su departamento tras descubrir todas las mentiras que Jessica dijo y finaliza despues de tomar venganza de la pareja de Kwon, Tiffany Hwang.

-¿Puedes contarme qué sucedió? –Debía sonar tranquila, de lo contrario quizas podría tener otro ataque.

Jessica mantenía su cabeza baja y sus ojos quietos. –Conocí a alguien. –Murmuró mordiendo su labio inferior.

-¿Alguien…? –Eso me había tomado por sorpresa. Agarré mi libreta y un bolígrafo para anotar el cambio.

-Se llama Sooyoung –respondió alzando su cabeza mientras sonreía débilmente.

-¿Sooyoung? Dime, ¿cómo conociste a Sooyoung? –Pregunté con curiosidad.

-Ella me salvó la vida, sabes. Estaba a punto de morir y ella empujó mi cuerpo… —comenzó a relatarme la rubia su sueño y a su nuevo personaje.       

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Muchas veces decimos estar enamorados cuando no es más que un simple cariño… Y en circunstancias extremas, llega a ser una gran obsesión.

Jessica Jung cruzó la línea entre el amor y la obsesión, y la enorme apreciación que sentía por su amiga Kwon Yuri desde pequeña evolucionó llevándola a cometer locuras imperdonables.

Afortunadamente para ella, el destino le regalo una oportunidad para ser finalmente feliz y puso en su camino a la única persona capaz de mostrarle el verdadero significado de amar… Aunque sea sólo en sueños.

 

 FIN

 

My Beautiful Dream

 

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N/A: Terminó~~ (al fin xD)! Todas tuvieron un buen final a mi parecer, incluso la malvada Sica :) Espero que les haya gustado la historia y las dos últimas couples :D El SooSica fue tan dificil… No sabía cómo hacerlo, hasta que pensé en Jessica y comprendí que estaba quedando… malita de su cabeza. Y nosécómo se prendió una lamparita sobre mi cabeza xD