1. Llueve

Los viejos hábitos.

 

 

 

Como cada mañana, la moto paró frente al instituto, y de ella bajó de un salto Hyuna, inmediatamente precedida por su novio, Junhyung. A pesar de que la diferencia de estatura entre ambos no era muy notoria, Hyuna se puso de puntillas, sacándole el casco de la cabeza con parsimonia, y un deje de picardía. Se moría de regocijo cuando aquello ocurría delante de grupitos de chicas de cursos inferiores. Como no cabía esperar dentro de su vida perfecta, su novio también lo era. Alto, y guapo, con calificaciones excelentes, Junhyung solía ser el típico chico que, a pesar de ser callado, triunfa durante la época de instituto. En definitiva, ambos, y juntos eran lo que podría haber sido en una serie americana, la pareja de adolescentes perfecta. Pero ni Hyuna era animadora, ni Junhyung era el capitán del equipo de rugby del instituto. Nada más alejado de la realidad.

Entre carantoñas, mayoritariamente por parte de Hyuna, que se había amarrado a su brazo con posesividad, llegaron hasta las tres chicas que la esperaban en la puerta. Las típicas tres chicas sin suficiente personalidad como para volar solas. Gayoon, de su mismo curso, pero algo mayor, y Jihyun y Sohyun, ambas un año menores, y por tanto, últimas en haber entrado en aquel grupito, que sonreían estúpidamente, de manera alternativa, a Hyuna, y después a Junhyung, quien, con un gesto algo ambiguo, besó de manera fugaz y despreocupada los labios de su novia, antes de introducirse dentro del edificio del instituto.

 

Gayoon yah, ¿habeis tenido el examen de Historia ya? Podrías intentar pasarme las preguntas...— Los ojos de Gayoon se perdieron un instante por la montaña de personas que entraban en el instituto, y casi hasta se puso de puntillas, cuando Hyuna, de un suave empujón, le devolvió al mundo. — ¿Me estabas si quiera escuchando?

Hyuna echó un rápido vistazo a su alrededor, intentando buscar la causa de la repentina falta de atención de su mejor amiga, cuando alguien pasó por su lado, revolviéndole el cabello a Jihyun.

¡Doojoon-ah! ¡Cuántas veceees... ! — Jihyun le pegó un empujón a su hermano, mientras éste ya se alejaba riéndo, acompañado de una figura de menor estatura, perdiéndose entre la masa de gente. Hyuna miró a ambos únicamente un instante, como quien mira la mancha en la camiseta de otra persona, y rápidamente volvió a desviar la mirada a Gayoon.

¿Lo has hecho, o no?— Hyuna chasqueó la lengua, y tras un gesto de cabeza, entró en el edificio del instituto— No importa, ya me buscaré la vida, o algo...

 

Ya en la planta superior, y habiéndose desprendido de las menores -que compartían clase en el piso de abajo- Hyuna y Gayoon intercambiaban unas palabras, entre la clase de la mayor, y la suya. El año pasado habían decidido tomar caminos distintos en su educación, y por tanto, habían sido separadas la una de la otra.

Realmente, aún no entiendo cómo acabaron esas dos mocosas viniéndose con nosotras.

A mi me caen bien — Repuso Gayoon, con el ceño fruncido. Detestaba la manera en que Hyuna trataba de hacer como si aquel grupito fuera “selecto”.

Es lógico que te caigan bien. Te pones idiota cada vez que el hermano de Jihyun se acerca. – Gayoon trató de ocultar su repentino sonrojo, con un gesto de sorpresa. Que Hyuna fuera observadora, no era ninguna novedad. Tampoco lo era que criticase sus gustos de manera tan certera. – Pero te voy a decir una cosa, ese Doojoon, no me gusta. Parece un poco... Perdedor.

 

Gayoon miró de reojo la entrada de la clase de Hyuna. El susodicho, sentado en la esquina más lejana, desvió un instante la mirada hacia ellas. Como si supiera que le estaban nombrando. Gayoon miró rápidamente de nuevo a su amiga, y negó con la cabeza.

No tienes ni idea. Además, estoy segura de que es buen chico.

Créeme, éste año está en clase conmigo. No da una, lo único en lo que está interesado, es el estúpido fútbol. – Hyuna rodó los ojos sarcásticamente, gesto que a Gayoon le pareció más que excesivo.

¿Es capitán de su equipo, no? – Inevitablemente, los ojos de Gayoon se abrieron, con un entusiasmo que rápidamente trató de ocultar, de manera inútil, y algo patética.

Gayoon, ni se te ocurra. No quiero pringados entre nosotros. – Sin más gesto, que un movimiento con las manos, Hyuna se despidió de su amiga, entrando en clase, dejando a la mayor con gesto de enfado. Cómo odiaba tener que depender de las decisiones de ésta.

 

A pesar de la certera sentencia de Hyuna, no era verdad que Doojoon no diera una. Intentaba esforzarse en clase, como el que más, pero bien cierto era que muchas veces su mente viajaba, hasta acabar ensimismado en su única obsesión: el fútbol. Podría pasarse horas enteras hablando con su mejor amigo, Yoseob, de todo aquello que planeaba hacer en el campo. Y si bien era cierto que a su pequeño amigo compartía gusto con él en aquel deporte, era bastante difícil, la mayoría del tiempo, seguirle.

La mañana transcurrió de manera apacible, dentro del instituto. Con esa atmósfera que se crea cuando afuera se avecina una tormenta. Las luces de todos los pasillos quedaron encendidas toda la mañana, y fuera, el cielo estaba algo más que encapotado. Parecía que las nubes estuvieran cargándose, para romper a llover en cualquier momento. Durante el recreo, la gran mayoría de los estudiantes se amontonaron en la cafetería, por el miedo a que la lluvia les pillase fuera. Desde todos los puntos de la sala, se escapaban miradas al selecto grupito que descansaba en una de las mesas más grandes. Gayoon, enfrascada en su libro de matemáticas, sentada eternamente junto a su amiga Hyuna, que miraba a la puerta incansablemente, y frente a ellas, en el otro banco de la mesa, Jihyun, Sohyun, y Dongwoon, que conversaban de cualquier cosa sin importancia.

 

No sé dónde estará… — Hyuna chocaba las uñas contra la mesa casi frenéticamente, buscando con la mirada a su novio, por todas las puertas que daban acceso a la cafetería. Gayoon miró de reojo los dedos con manicura reciente de Hyuna, algo molesta.

¿Junhyung, dices.. ? — Sohyun miró con preocupación a su abeja reina, casi con miedo de dirigirse a ella. Hyuna se levantó casi de un salto, al ver entrar por la puerta a Hyunseung, el mejor amigo de su novio.

Hyunseung ah, ¿viene contigo? — Hyuna miró alrededor del recién llegado, perdiendo la esperanza al instante, volviéndosele a dibujar ese más que acostumbrado puchero de capricho en los labios.

¿Junhyung? No, no le he visto desde hace un buen rato. — Hyunseung frunció el ceño, mirándo a la joven, dejándose caer al lado de Gayoon, cuyo gesto de molestia se había hecho aún hasta más notable.

Hyuna, Junhyung se ha ido en la tercera clase, y no ha vuelto, deja de buscarle y tranquilízate, probablemente no esté en el colegio. — Hyuna miró a su amiga sorprendida, como si le hubiese ocultado un gran secreto. Apoyó el codo en la mesa, y la mejilla sobre la mano, y resopló.

Pues podrías habérmelo dicho antes, y me habría ahorrado preocupaciones… Últimamente falta demasiado, o se va…

Ya sabes cómo es Junhyung, no le des importancia. Hyunseung sonrió tranquilizadoramente, gesto que hizo que Hyuna sintiese un cosquilleo en su interior. El mejor amigo de su novio podía llegar a ser muy reconfortante.

 

Unos pisos más arriba, en una de las clases de primer curso, alguien le lanzó una bola de papel a Yoseob, golpeándole suavemente en la cabeza, antes de caer entre sus manos. Echó un vistazo a su alrededor un instante, dando con la mirada de su amiga Jiyoon, que sonreía burlona. A pesar de haber sonado hace rato la campana del recreo, al igual que otras tantas personas, habían decidido quedarse dentro de clase. Jiyoon se acercó hasta la mesa de Yoseob, sentándose al borde de ésta, mirándole aún con la eterna sonrisa de simpatía.

Jiyoon era el ejemplo perfecto de persona extraña. Nadie podría decir con seguridad nada de su vida privada. Refugiada en su sonrisa, era capaz de caer bien a la gente desde el primer momento, y, sin embargo, no estar seguro de poder decir quienes eran sus amigos realmente, y quiénes no. Era capaz de parecer una persona solitaria, o la persona más sociable del planeta, todo de un instante a otro.

¿No sales al recreo, Seobie-ah?

Yah, no me llames así, ni que fuera un niño pequeño. Yoseob se encogió un poco de hombros, estirándose en su silla. Estaba esperando a Doojoon, pero no parece que vaya a bajar, así que supongo que no.

Siempre estás pegado a él, ¿eh? Me hacéis gracia juntos, es una lástima que no estéis en la misma clase.

Yoseob dirigió la mirada a la chica un instante, pensativo, y volvió a encogerse de hombros, jugando con la bola de papel entre sus manos, en el momento que su amigo se asomó por la puerta de la clase, haciéndole un gesto de cabeza.

¿Te quieres venir? Yoseob se levantó de la silla, en dirección a su amigo, aún mirando a Jiyoon, quien negó despacio sin borrar la sonrisa, mientras veía al chico alejarse.

 

Éste sábado me ha dicho mi hermana que van a hacer una fiesta para menores en el centro, ¿qué te parecería ir? Quizá encontremos algo interesante… Doojoon rió entre dientes, caminando a paso lento al lado de su amigo, con ambas manos metidas en los bolsillos. Normalmente la gente que va allí son… Bueno, como mi hermana y sus amigos, pero realmente no salimos nunca de fiesta, siempre estamos solos.

Yoseob miró de reojo a Doojoon, alzando despacio una ceja, y negó, llevándose también ambas manos a los bolsillos.

Hyung, el domingo tengo que madrugar, tengo clase con Gina… ¿Porqué no vas tú? Quizá lo que necesites para quitarte la obsesión por el fútbol, sea una novia… El menor rió suavemente, siendo empujado por su compañero a modo de broma.

Ah, Gina, lo había olvidado. ¿Cómo os va? Ya apenas me hablas de ella.

Yah, hyung, sólo es mi profesora particular, no sé qué debería contarte de ella…

Profesora particular que está buena, tres horas seguidas de clase solos, ¿no te dice eso nada…?

 

Bajaron hasta la entrada del instituto hablando, donde un apresurado Junhyung se cruzó delante de ellos, caminando por el pasillo a grandes zancadas. Desde la puerta de la cafetería buscó con la mirada a sus amigos, respirando profundo una única vez, y se acercó a ellos, apoyando ambas manos en los hombros de su novia al llegar, provocando un pequeño sobresalto en ésta, y la atención del resto de componentes en la mesa. Junhyung sonrió para todos ellos, sentándose rápidamente al lado de Hyuna.

Oppa… ! ¿Dónde estabas?

Lo siento, me entretuve en la biblioteca y ni siquiera oí el timbre. Hyuna entrecerró un instante los ojos, confusa, y Gayoon miró rápidamente a Junhyung, intentando que el mayor le devolviese la mirada para poder leer aquella mentira. Sin embargo, Junhyung, manteniendo la sonrisa, acarició la espalda de su novia con tranquilidad, quien acabó por relajar los músculos. ¿Te llevo entonces también ésta tarde a casa, como siempre?

Hyuna asintió distraídamente, notablemente más relajada ante la presencia de Junhyung, apoyandose un poco sobre él.

Podríamos pasar antes por el centro comercial, quiero mirar algo…

 

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La moto azul marino paró frente a la casa de la chica, cesando el ruido al instante. A pesar de haber terminado la jornada escolar hacía rato, ambos llevaban aún el uniforme, y traían consigo las mochilas. La luz, cada vez más tenue, iba dando poco a poco en el cielo paso a la negrura de la noche, con el cielo aún encapotado. Ella, abrazada a su novio por la cintura, tardó un rato en moverse, pero cuando lo hizo, fue para acercarse al oído de éste. Con un deje de lascivia pegajosa impregnado en la voz, susurró, aún sentada detrás de él:

Hoy mi casa está vacía, ¿te apetece... ? Junhyung se giró un instante, únicamente para mirarla de reojo, y sonrió, aún manteniendo las manos sobre el manillar de la moto, y el casco en uno de los brazos.

Hyuna, tengo cosas que hacer, anda, bájate ya... – Con su puchero de infinito capricho, la joven volvió a acercarse a su oreja, mordiéndosela con picardía.

Oppa hace mucho que no... Que no entras.. Vamos, será sólo media hora... Hyuna apretó un poco los brazos alrededor de su cintura, pegando con sutileza el pecho a su espalda. Tras resoplar levemente, Junhyung asintió, con desgana, y la eterna sonrisa de medio lado en la cara.

Que sea media hora, hoy, realmente, tengo prisa.

 

En algún otro lugar, no demasiado lejano, un sudoroso Doojoon corría tras un balón, en un improvisado campo de fútbol. Hacía ya bastante que el sol se estaba ocultando a su derecha, pero, para disgusto de su amigo, que se había mantenido en un banco a varios metros desde el principio, el mayor no parecía tener demasiada intención de marcharse aún del lugar. Cada tarde, siempre y cuando el mayor no estuviese entrenando con su equipo, ambos marchaban a aquel campo improvisado, y mientras uno se dedicaba a correr tras el balón de lado a lado incansablemente, el otro solía extender los libros por todo el asiento de piedra, y, desviando cada cierto tiempo la mirada hacia su amigo, se dedicaba a terminar las tareas del instituto, hasta que la luz natural desaparecía.

 

Aquel día en concreto el cielo se había mantenido plomizo, y, a pesar de la reticencia del menor para salir, Doojoon le había conseguido convencer. Era uno de aquellos días en los que la lluvia se iba acumulando en las nubes, como amenazando a todo aquel que se atreviese a salir, sin avisar de cuándo comenzaría. Yoseob, alertado, le pegó un grito a Doojoon cuando ya era completamente de noche, recogiendo despacio los cuadernos que había esparcido por el lugar.

Doojoon-ah! Deberíamos ir yéndonos ya, mira como está el cielo… El mayor se giró para mirarle, como si acabase de reparar en que su amigo aún estaba allí, y, manteniendo el balón entre los pies, desvió la mirada al cielo, arrugando un poco la nariz.

¿Tú crees? Tampoco parece que… En aquel mismo momento, resonó un trueno desde lejos, de manera lo suficientemente fuerte como para que Yoseob pegase un respingo, y, acto seguido, haciendo que el trueno sirviese de aviso, comenzó a llover, casi como si alguien hubiese abierto un grifo. Alarmado, Yoseob terminó de recoger sus cosas, y Doojoon abrazó al balón, echando ambos a correr para salir de allí sin terminar completamente calados.

 

Aquel mismo trueno, resonó en la lejanía, amortiguado por las ventanas de la casa de Hyuna. Junhyung, tumbado sobre la cama de su novia, la sujetaba sobre las caderas, mientras ésta se movía sobre él, ambos cercanos al o. Hyuna gimió agudamente, mientras sentía su cuerpo, encima de el de él, contraerse de placer. Un rayo iluminó un instante su figura, desnuda y algo sudorosa, manteniendo los ojos cerrados mientras alcanzaba el clímax. Poco después, él acabaría, también por llegar al o, gimiendo roncamente. La joven se dejó caer con cuidado sobre el su pecho, con la esperanza de que hubiese olvidado el trato que habían hecho al entrar en casa. Hyuna jugueteó con los dedos por su pecho, acariciándoselo con mimo, y sonrió con picardía, manteniéndose un instante en silencio, intentando normalizar su respiración. Junhyung llevó una de sus manos a acariciarle el cabello, de manera algo torpe, sonriendo, exhalando un suspiro largo. Tras un rato de silencio algo parecido a incómodo, la chica se decidió a hablar.

 

Uhm… Podríamos ver una película, o algo… Deslizó los dedos, trazando el contorno del tatuaje de su novio, aún tumbada sobre él, poniendo morros de capricho. Lo que fuera por poder estar un rato más con él.

Te he dicho que estaría media hora, tengo cosas que hacer, y se me ha hecho tarde, creo que voy a irme ya. Se incorporó un poco, besando la frente de su novia, y consiguió salir de la cama, vistiéndose casi de manera fugaz. Hyuna se incorporó también, mirándole desde la cama, aún desnuda.

Pero oppa, está lloviendo…

 

Junhyung miró un único momento la ventana, ya desde la puerta de su habitación, aún con el pantalón a medio abrochar, dirigió la mirada a ella con esa sonrisa de tranquilidad que acostumbraba a tener siempre en los labios, le lanzó un beso a modo de despedida, y salió de la habitación.

 

Hyuna se quedó largo rato mirando el lugar donde antes había estado su novio, únicamente tapada por las mantas de su cama. Cuando finalmente oyó la puerta de fuera cerrarse, se asomó rápidamente a la ventana, donde su novio, aún con la misma prisa con la que se había vestido, se puso el casco y salió con la moto bajo la lluvia incesante. Hyuna suspiró, pesadamente, y barrió con la mirada toda su calle. La luz de la casa de enfrente estaba encendida, y casi podía adivinar la figura de su mejor amiga, Gayoon, sentada frente al escritorio, estudiando incansablemente. Sentía un extraño vacío en su interior, y ni siquiera estaba segura de qué podía tratarse. Aquellas cosas no le pasaban a Hyuna Kim.

 

Se dejó caer de nuevo en la cama, pesadamente, y se envolvió rápidamente entre las mantas, dándose cuenta, de manera repentina, de que llevaba en penumbra desde que ambos habían llegado. Estiró las dos piernas, y cerró los ojos. Aún podía oler a Junhyung en aquella cama.

Alargó la mano, para alcanzar la lámpara de su mesita de noche, y en el último momento agarró el teléfono. Necesitaba hablar con alguien, de lo que fuera. Tomando una bocanada de aire marcó el más que conocido número de teléfono de la casa de enfrente, y esperó a que diera señal, algo intranquila.

 

… … … ¿Diga? -- Hyuna se quedó un instante en silencio, desconcertada por la voz masculina.

¿D-dongwoon-ah? ¿Puede ponerse Gayoon? Tragó saliva un instante, algo nerviosa. Dongwoon, el hermano menor de Gayoon, estaba creciendo demasiado deprisa, y demasiado bien. ¿Desde cuándo tenía esa voz? Hyuna esperó paciente al teléfono.

¿Hyuna? Gayoon está estudiando… Hyuna apretó un instante los labios, al otro lado del teléfono, con un nudo en la garganta. Por alguna extraña razón, se moría de ganas de romper a llorar, y no creía que fuese capaz de aguantar el muro de seguridad mucho más tiempo. Tragó fuerte, e intentó mantener la voz firme, agarrando con fuerza el teléfono.

Por eso mismo llamo, pásame con ella, Dongwoonie. Al otro lado del teléfono, pudo escuchar a Dongwoon llamar a su hermana, y un leve click en la línea.

¿Hyuna? La joven sintió sus músculos destensarse al escuchar a su mejor amiga. De manera repentina, se sentía con fuerza. No se derrumbaría con Gayoon, nunca lo había hecho. Con la voz de nuevo firme, como estaba acostumbrada a ser delante de sus amigas, habló con seguridad.

Ésta mañana no me respondiste, ¿tuviste el examen de Historia ya?

No, no, estaba estudiándolo ahora… ¿Qué te pasa? Gayoon apoyó un codo en la mesa, sujetando el teléfono, y miró por la ventana distraídamente. Cuando eran pequeñas, solían llamarse por teléfono, y jugar viéndose por la ventana. Cuando realmente se sentía unida a su amiga.

No me pasa nada, ¿y a ti? Hyuna se mordió los labios, procurando sentirse lo más cortante posible. No importaba cuántas veces le hablase mal, Gayoon siempre estaría pegada a ella. Y en aquel momento, ser hiriente era lo que mejor la hacía sentir.

Pero si me has llamado tú... Gayoon distinguió por la ventana dos figuras corriendo bajo la lluvia. La de delante, algo más alta, frenó en seco, delante de su casa, haciendo que la de menor estatura chocase contra su espalda. Al instante les reconoció a los dos, no sólo a la vista, si no por el griterío que estaban formando ambos. La joven se rió, en voz baja, mientras veía a Doojoon y su amigo Yoseob jugar completamente calados. Desde hacía bastante tiempo, pasaban ya de noche bajo su casa, de camino a algún lugar, llevando una pelota de fútbol entre los pies. Por un instante, pensó en la última vez que Hyuna y ella habían reído de verdad juntas.

¿Te has reído? ¿Me estás si quiera haciendo caso? El tono notablemente enfadado de Hyuna sacó a Gayoon de su ensimismamiento. No importa, mañana, cuando acabes el examen, pásame las preguntas, yo también tengo que hacerlo.

¿No deberías preparártelo tú también? Quizá no sean las mismas preguntas, no deberías arriesgarte tanto…

Tengo muchas cosas que hacer, ¿sabes? Mañana te veo, besitos. Y otro click en la línea. Gayoon se quedó un momento escuchando el pitido intermitente al otro lado del teléfono, con la mirada aún clavada donde antes habían estado los dos amigos jugando. Suspiró y colgó también el teléfono, volviendo la vista de nuevo a sus apuntes.

 

 

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Comments

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JUNAHfever #1
Chapter 1: Muy buenas !!! soy fan de 4Minute (mi preferida es hyuna) y de B2ST (mi preferido es junhyung) y me encantaría que continuases el fic !! nos estamos leyendo :3
Aridenadel
#2
Por favor síguela! Acabo de empezar en el mundo del k-pop y enseguida quede atrapada por 4minute, es el primer fic en español que encuentro de ellas, por favor actualizalo, si??
voldermin #3
Chapter 1: o porfavor siguela quede enganchada realemente es un fic que vale la pena!
Hikaru_4M #4
Hola! Me ha gustado esta introduccion a la historia, interesante y promete bastante, espero poder leer los siguientes episodios.
Suerte con el FF