capitulo 4

Afortunado Accidente

Jugueteé con el iPod entre mis manos y observé a mi madre manipulando unos libros que acababa de sacar del armario.

- Mamá, ¿echas de menos a Minho cuando no estás con él?

Se giró y me miró con verdadera sorpresa.

- Cuando estoy contigo no.

- En serio mamá - insistí—. ¿Le echas de menos?

- Sí, claro que le echo de menos.

- ¿Estás deseando que acabe de trabajar para verle?

Asintió con una sonrisa.

- ¿Estás enamorada de él?

- ¿A qué viene tanta pregunta?

- Él lo está de ti, me lo ha dicho hoy. ¿Y tú de él?

- Sí - me respondió en voz baja—. Pero lo más importante de mi vida eres tú, ya lo sabes.

- Mamá, no es un reproche. Solo quiero saber si tú también le quieres. No hay nada de malo en ello.

- Sí. Sí le quiero.

- ¿A mi padre también le querías?

- ¿Qué te ocurre, cariño? - me preguntó con preocupación acercándose a mi cama.

- Nada, no me ocurre nada. ¿Le querías?

- Ha pasado mucho tiempo, pero sí, sí le quería.

- ¿Y él a ti?

- A su manera supongo que sí. Pero a ti siempre te ha querido mucho.

Me quedé helada.

- Nunca me habías dicho eso ... Siempre pensé que no quiso saber nada de ti cuando te quedaste embarazada.

- No, no fue así.

- Apenas me has contado cosas de mi padre, y como las pocas veces que yo te he preguntado veía el Dolor en tu mirada ... siempre lo he dejado pasar.

- Nunca te he contado lo que ocurrió porque no quería mentirte.

- ¿Tan horrible es la verdad? - pregunté con cautela.

- No, no es horrible. Solo que te veía muy joven como para contártela.

- ¿Y aún me ves así?

- Siempre te veré como a una niña. Pero supongo que ya no lo eres ... tanto. Y por otro lado, tienes Todo el derecho del mundo a saber quién es tu padre.

- Sé quién es Jonathan Katz, el chico moreno que aparece contigo en toda esa cantidad de fotos que guardas con tanto recelo.

- Efectivamente.

- En realidad yo solo quería saber si querías a Minho. Ya sabes que me cuesta creer que una mujer se pueda enamorar de un hombre ... Como yo no les encuentro nada atractivos ...

- Lo sé.

- Ya sé que lo sabes, eres mi madre.

Se echó a reír y acercó una silla junto a mi cama.

- ¿Quieres saber lo que ocurrió?

- Solo si tú me lo quieres contar. No necesito un padre, y mucho menos a estas alturas ...

Me acarició la mejilla y tomó aliento. Después comenzó a hablar.

- Conocí a tu padre en mi primer año de carrera. Teníamos la misma edad, solo que él estudiaba telecomunicaciones y yo ... bueno eso ya lo sabes, arquitectura. En aquella época se hacían muchas fiestas los fines de semana, donde se reunían estudiantes de diferentes facultades. En una de esas fiestas fue donde le conocí. Me llamó la atención su forma de ser. Era ... diferente. La mayoría de los hombres, y en eso te doy la razón, hija mía, son imbéciles, y con dieciocho años son patéticos. Sin embargo, él no era así. Era tímido, educado, respetuoso y no iba de machito fanfarrón por la vida. Tenía mucha más conversación que el fútbol y las mujeres. Enseguida encajamos y nos hicimos muy amigos. Aquella

Amistad nos llevó a una etapa más y comenzamos a salir juntos. Más tarde pasamos a mantener Relaciones. Ya llevábamos juntos un tiempo cuando, un mes de octubre, descubrí que no me venía la Regla. Enseguida supe que estaba embarazada. Lo supe porque lo sintió en mi interior. Fui a una farmacia Y me hice con un test de embarazo. Y efectivamente, estaba embarazada de ti mismo cogiéndome de la Mano—.

Con la confirmación del embarazo me acerqué a su casa para darle la noticia, pero no había

Nadie. Sus padres viajaban mucho y era habitual que no estuvieran, y como en aquella época no había Móviles a los que llamar, me volví al coche y me quedé allí esperando, pensando en que no tardaría en Regresar de donde fuera que hubiera ido. Ya llevaba un tiempo en el coche esperan o cuando otro coche Apareció y estacionó enfrente. Había oscurecido, pero pude ver al chico rubio que conducía.

Permaneció allí un rato, hasta que me di cuenta de que había alguien más con él y que se estaban Besando y abrazando. Cuando la puerta del copiloto por fin se abrió, y supongo que esperaba encontrar a Una chica saliendo de él, no pude creer lo que estaba viendo ... Era mi novio quien cerraba la puerta y Corría hacia su portal desapareciendo de mi vista en unos segundos.

- ¿Mi padre era gay? - pregunté tratando de no reírme por respeto a mi madre.

- Sí, es gay.

- Lo siento mamá - dije acariciándole la mano.

- No, por Dios, no lo sientas por mí. Yo solo lo sentí por ti.

- Pues por mí no lo sientas. De hecho me acabas de dar una alegría ... Siempre pensé que había sido un cerdo asqueroso contigo.

- No, no lo fue. Desde luego que no hizo las cosas bien y que me engañó, pero más tarde entendí que Él solo había tratado de vivir una vida que no le correspondía. Las cosas antes no eran como lo son Ahora. Supongo que nunca es fácil ser gay, pero hace casi dos décadas aquello que podía suponer el rechazo De todos, incluida la familia, amigos, compañeros ...

- ¿Y qué ocurrió entonces?

Respiró con profundidad y después continuó.

- Me armé de valor y subí a su casa. Le dije que habíamos terminado, que me había mentido y que le había visto con otro chico. Lloró desesperado durante horas y me rogó que le perdonara, que no se lo Contará a nadie. Y así lo hice. Nunca jamás le conté lo sucedido a nadie.

- ¿Pero no le dijiste que estabas embarazada?

- No. Después de la larga conversación que mantuve con él aquella noche decidí que lo mejor era No decir nada. Sin embargo, él lo supo meses después. Trató de mantener el contacto conmigo, pero yo lo Evitaba siempre que podía. Una tarde, cuando ya estaba embarazada de seis meses, coincidimos por Casualidad en la otra punta de la ciudad. Iba a ver a mi amiga Myriam y él ... no recuerdo qué hacía por Allí. Cuando vio que estaba embarazada supo enseguida que era de él. Yo traté de negarlo, pero terminé Por admitirlo. Me dijo que se casaría conmigo y que cuidaría de las dos. Se puso tan contento como un niño y deseaba responsabilizarse de sus actos, pero no se lo permití. Le dije que yo había cumplido mí Parte del trato y que su secreto estaba a salvo, pero que no quería que mi hija tuviera un padre Gay. Me dijo que cambiaría y todas esas cosas que uno llegar a decir ... como si fuera posible evitar la erupción de un volcán ... Llegamos a un acuerdo. Él participaría en tu manutención, estudios, etc., y yo le Dejaría verte a menudo mientras fueras pequeña. Después, le mantendría informado y le enviaría fotos de Ti. También le hice jurarme que jamás te contaría que él era tu padre.

- Bueno hasta ahora lo ha cumplido, nunca he tenido noticias de él.

- Lo sé.

- ¿Y le sigues manteniendo informado?

- Sí, claro que sí. Le veo dos veces al mes, más o menos. Fue él quien me convenció para que te dejara ir en moto.

- Ya decía yo ...

- En realidad te la regaló él.

- ¿En serio? - pregunté sorprendida.

- Sí, a él también le encantan. En eso sois iguales.

- ¿Me parezco a él?

- Muchísimo. La inteligencia, el cuerpo fuerte y atlético, la estatura ... ¿O es que

Crees que la estatura la has heredado de mí?

- Ya imaginaba que no, es que eres muy pequeñita mami - dije cariñosamente.

- Para mi época no soy tan baja - protestó.

- ¿Qué época es esa ?, ¿el Pleistoceno?

- ¡Será posible ...! - dijo levantándose de la silla y achuchándome como a un bebé.

- ¿Le vas a decir que me lo has contando?

- No, si tú no quieres. Pero si quieres conocerle, por mí no hay problema.

Me quedé un tanto pensativa.

- Aún no lo sé. Por ahora no le digas nada.

- Como tú quieras. ¿Estás bien?

Le di un beso en la mejilla.

- Muy bien, gracias por contármelo.

¡Ves como no era para tanto!

- Supongo que no.

- Así que tengo un padre gay ...

- Eso parece.

- Podrías tomar nota.

- Sí, ya sé que te gustaría.

- ¿Lo sabes? - hubo cierto tono de sorpresa en mi pregunta.

- Soy tu madre, ¿recuerdas? - se rio.

Una vez más la espera se hizo larguísima. El vacío que sintió en mi interior por la ausencia de Taeyeon No era capaz de llenarlo con nada. Repasé los vídeos de Beyonce que Minho había cargado en mi nuevo IPod, pero ni siquiera ella y su magnífica voz consiguieron distanciar mis pensamientos de lo único que, Empezaba a darme cuenta, me importaba.

Comprobé de nuevo la hora en el iPod. Habían pasado ya más de dos horas desde que cruzara la Puerta de mi habitación para no regresar. Tampoco el hecho de que mi madre me hubiera puesto al Corriente de la verdad sobre mi padre, había calado en mí de una manera especial. Reconozco que me Sorprendió y me agradó conocer que también él era gay, pero no había despertado en mí el interés que Pienso a otra persona le hubiera surgido tras averiguar la verdadera historia de su padre biológico. Al fin Y al cabo, eso era precisamente todo lo que representaba para mí, biología. No era más que una cuestión de ADN. Fijé la vista en el picaporte de la puerta relucientemente blanca, con la esperanza de verlo girar Hacia abajo. Pero aquello se hizo esperar. Y la espera trajo consigo tristeza, inevitablemente me dejó una Profunda tristeza. Mi madre se incorporó de un salto cuando sonó su móvil y me indico con un gesto que Salía fuera a atender la llamada. No estaba segura, pero me pareció que era Minho. Me dio un vuelco el Corazón cuando Taeyeon cruzó la puerta que mi madre había dejado abierta, apareciendo inesperadamente Frente a mí.

- ¿Qué tal sigues? - preguntó.

- Bien, gracias, ¿y tú?

- Yo también. ¿Te duele?

Lo que me dolía era el corazón.

- Apenas, solo molestias, pero estoy bien - respondí. Posó una mirada silenciosa en mí durante Unos instantes.

Sospeché que fue porque soné seca y distante. No tenía ganas de hablar. Una extraña mezcla de Sentimientos se había adueñado de mi voluntad durante la larga espera que me había supuesto verla de Nuevo aquella tarde—. Cuando quieras - dije retirando con torpeza la sábana que me cubría.

- Mañana o pasado te consigo sin falta un pijama - comentó examinando mi cuerpo desnudo.

- Muchas gracias, pero no hace falta, el camisón está bien.

- ¿No me digas que te empieza a gustar?

- En realidad no, pero da igual, no te molestes.

Sus ojos me mantuvieron la mirada aunque no dijera nada. La estudié durante un segundo mientras se Ponía los guantes de látex, después desvié la vista al techo para que pudiera hacer su trabajo sin sentirse Observada. Permanecimos en silencio durante mucho tiempo. De hecho, el silencio era tal, que d vez en Cuando se oía a mi madre hablar al otro lado de la habitación.

- No creas que me he olvidado de tu periódico - dijo de pronto—. ¿Eso lo quieres o tampoco?

Me sonreí y cuando bajé la vista me encontré con su mirada burlona.

- Si tú ya no lo quieres ...

- No, ya he leído mi horóscopo. Y el tuyo también —añadió.

- ¿Y cómo sabes cuál es el mío?

- Tengo tu ficha.

- Eso no vale, juegas con ventaja - se encogió de hombros sonriente—. ¿Y qué decía mí

Horóscopo? - quise saber yo—. ¿Que tuviera cuidado al cruzar la calle?

- No, tenía que ver con rechazar algo, no lo recuerdo bien ...

- ¿Un pijama, tal vez? - le seguí el juego.

- Sí, algo así ... Ya te digo que no me acuerdo bien ... - me guiñó un ojo.

- ¿Y qué decía el tuyo?

- Que iba a conocer a una chica que con tan solo dieciséis años ya estudiaba en la Facultad de Medicina.

- No me lo puedo creer - murmuré molesta—. ¿Ya te lo ha contado mi madre?

- A mí me parece admirable.

- Tú también has estudiado medicina.

- Sí, por eso lo digo - se rio—. Pero yo comencé a los dieciocho.

- Tampoco hay tanta diferencia.

- Empecé la carrera como el resto del mundo, a los dieciocho - puntualizó.

- Bueno, pues yo empecé un poco antes.

- Bastante antes, me parece a mí.

- Antes, simplemente antes. - ¿Cuánto antes?

- A los catorce - me rendí.

- O sea que estás en tercero.

- Sí.

- ¿Sabes ya que especialidad te gustaría hacer?

- Oncología, creo.

Levantó la cabeza para mirarme.

- Excelente elección.

- Gracias - respondí intrigada por su forma de mirarme—. ¿La tuya cuál fue?

- Urgencias.

- Excelente elección también, yo aún no la he descartado.

- Aún tienes tiempo para elegir y ver qué te gusta más.

- ¿Si volvieras a empezar qué elegirías ahora?

- Oncología - respondió sin titubear.

- Urgencias es duro, ¿verdad?

- Todas son duras. Al final siempre ves dolor. En muchas ocasiones serás capaz de aliviar ese Dolor y en otras no - me quedé callada observándola, porque el corazón se me hizo un nudo. No por lo Que me dijo sino por cómo me lo dijo. Volvió a alzar la cabeza para mirarme—. Tranquila, gracias a Dios nunca he perdido a ningún paciente - sonrió con aquella sonrisa que me cortaba la respiración.

- ¿De un infarto tampoco?

- No. ¿Por qué de un infarto? - preguntó distraída.

- Por lo guapa que eres - confesé mirando cómo apretaba el tubo en busca de más sustancia Blanca.

Se sonrojó levemente, pero continuo con su trabajo sin mirarme.

Nos quedamos en silencio otra vez y oí a mi madre hablar al otro lado de la puerta, se me había Olvidado por completo que había salido a atender la llamada. Me pareció extraño que tardara tanto si se Trataba de Minho, por lo que pensé que igual tenía que ver con su trabajo.

Sin decir nada, cubrió mi cuerpo con una gasa y subió la sábana para taparme.

- ¿Ha podido comer? - hablé para romper el silencio.

Por fin me miró, y cuando lo hizo parecía abstraída, como si su mente estaba regresando de un Lugar muy lejano.

- Una ensalada y pollo asado.

- ¿Y qué tal?

- Vaya ... ya me lo dirás tú cuando te toque comer la comida de aquí.

- ¿Un asco?

- No, tan mal tampoco. ¿Cuál es tu comida favorita?

Me hizo gracia su pregunta.

- No sé, tengo varias, pero si algo me encanta son los langostinos.

Asintió con la cabeza.

- A mí también me gustan mucho.

- ¿Voy a volver a verte antes de que acabe tu turno? - me decidí a preguntar.

- Lo siento en el alma, pero sí, me vas a tener que ver otra vez. Voy a terminar convirtiéndome en tu Peor pesadilla, ya lo verás.

- No es verdad, me encanta verte.

- Eso sí que no es verdad. A veces me da la sensación de que cuando vengo estás enfadada Conmigo.

- Porque no te veo - murmuré.

- Oh mar, que lo admite.

- Sí, bueno, un poco. Pero luego se me pasa.

- ¿Pero por qué te enfadas?

- Pues por eso, porque no te veo.

- Pero sí que me ves.

- No lo suficiente. Antes me has dicho que en un par de horas volvías y has tardado más, porque he Estado mirando la hora en el iPod.

Soltó una carcajada.

- Pues toca el timbre.

- Pero eso es para una emergencia - repliqué.

- De la forma en que lo has dicho a mí me suena a una emergencia.

- Pues sí que lo es.

- Pues llámame.

- Pues lo haré.

- Hazlo, me parece bien. Prefiero venir cuando tú me avises a venir diez minutos más tarde de lo Previsto y encontrarte enfadada conmigo.

El resto de la tarde transcurrió vacía, tediosa y aburrida, como siempre que no contaba con la Compañía de Taeyeon. Cuando cruzó la puerta con su bata blanca, sin saber exactamente cuánto debería que Esperar para volverla a ver, la pesadumbre me golpeó de lleno.

Minho regresó con su carácter natural y alegre. Lo cierto era que siempre estaba contento. Supuse que Sería por volver a ver a mi madre. A mí me ocurrió exactamente lo mismo cuando veía a Taeyeon, aunque Ella pensara que en ocasiones no lo demostrara. Estuvimos de charla los tres y me di cuenta de que era la Primera vez que eso ocurría. Siempre desaparecía cuando Minho venía a casa y apenas habíamos Compartido alguna comida o cena durante el tiempo que llevaba viéndose con mi madre. Traté de Disimular el vacío que me provocaba la ausencia de Taeyeon y aparenté estar interesada en la conversación Que manteníamos, aunque mi cabeza estaba al otro lado del pasillo, con ella, cómo no, con Taeyeon.

Alcé la vista cuando tocaron a la puerta. Me sobresalté cuando descubrí que era ella la que entraba En la habitación.

- Hola, buenas tardes - saludó en general aunque su mirada se centró, un poco más de lo que me Hubiera gustado presenciar, en Minho.

Minho se puso en pie para recibirla. Era siempre tan atento ... Con mi madre lo constantemente y Conmigo también, aunque nunca le había ofrecido muchas posibilidades de mostrarme su buena Educación, porque siempre estuvo una excusa para salir por la puerta por la que acababa de entrar. 

Yo también lo hubiera hecho si mi cuerpo me lo había permitido. Si alguien merecía ese recibimiento Desde luego era Taeyeon, y no toda esa gente de la realeza que estaba acostumbrada a ver en la televisión.

- No, por favor - dijo Taeyeon con amabilidad haciendo una señal para que volviera a sentarse—.

Solo venía a decir que ya han abierto el restaurante, por si les apetecía cenar. Yo me quedo con Tiffany y Así aprovecho para examinarla.

Cuando los dos desaparecieron, no antes de que mi madre me besara unas cuantas veces como si Partiera a un lejano destino, hablé.

- Yo también me hubiera levantado para recibirte si este hematoma me dejara moverme - Confirmé.

- Gracias - sonrió—. No te preocupes que dentro de poco estarás mucho mejor. Aquí tiene su Periódico de hoy, señorita - anuncio alargando el brazo hacia mí. Cuando fui a cogerlo lo retiró burlona -. Pero prefiero que sigas sin leer por lo menos hasta mañana. Así que te lo guardo aquí - agregó Abriendo el segundo cajón de la mesilla.

La observé mirar las rosas mientras empujaba el cajón. Me gustaba cómo las miraba. Se las hubiera Regalado todas, si no hubiera sido porque semejante delataría en exceso mis sentimientos por ella, y Eso hubiera provocado con absoluta seguridad su r chazo.

- Muchas gracias por acordarte.

- You're welcome. ¿Quieres que te lo lea?

- No, muchas gracias, solo te faltaba eso. Pero me puedes hacer un resumen, en realidad con tu Opinión me basta.

- Un horror, el mundo está hecho un verdadero horror.

- Y a mí que ahora me parece el lugar más maravilloso que se pueda habitar ... —Hablaba en General.

- Y yo en particular. ¿Y tú mundo cómo está? - Quise sable.

- Si lo comparo con todo lo que está ocurriendo ahí fuera, maravilloso.

- ¿Y si no lo comparas?

Me miró fijamente a los ojos con aire pensativo.

- Desconcertado - tardó en respondedor.

- ¿Siempre escoges las palabras antes de hablar?

- Cuando hablo contigo ... sí.

Me impactó su sinceridad.

- ¿Para no dar pie a nada?

- I don't know.

- Tranquila, no he usado el timbre y no lo voy a usar - confirmé—. Aunque me esté muriendo de Ganas por verte.

- Lo sé - dijo ruborizándose ligeramente.

- ¿Venías a tomarme la tensión?

- Sí, pero también para ver cómo estabas.

- Pues estoy como siempre, mucho mejor cuando te veo que cuando no te veo.

- Lo apuntaré en tu hoja de seguimiento - murmuró ajustándome el tensiómetro.

- Apúntalo, me parece bien - dije estirando el brazo para alcanzar su barbilla.

Alzó la vista y me miró intensamente. Después, rodeó con su mano libre mis dedos y bajó mi brazo Hasta apoyarlo de nuevo sobre la cama.

- Te va a doler, y más con el tensiómetro puesto - habló sin soltarme la mano.

- No me importa.

- Pero a mí sí.

- Estoy bien.

- Lo estarás, pero ahora no lo estás - estiró los cuatro dedos que la escayola me dejaba libres, Sosteniendo el peso de mi mano sobre su palma. A continuación los rozó suavemente con el pulgar—.

¿Qué tal llevas las escayolas?

Sentí cómo se deshacía el contacto entre nosotras cuando se disponía a retirarme el tensiómetro.

- Bien, a veces me pica, pero hasta el momento es soportable. ¿Tengo las manos hinchadas? Se giró de nuevo hacia mí y deslizó su mano bajo mis dedos para elevarlos sobre el colchón, Observándolos un instante.

- No, qué va, las tienes muy bonitas - dijo con una naturalidad asombrosa.

No pude evitar sonreír. Era la primera vez que oía a Taeyeon decir que le gustaba una parte de mí Cuerpo. Aunque en realidad, no había dicho que le gustara. Solo había mencionado que las tenía bonitas.

Como siempre, escogía una cuidadosa forma de hablar que dejaba abiertas muchas posibilidades, pero Nada en concreto.

- Gracias. Tú también las tienes muy bonitas.

Se sonrió para sí y caminó hacia el extremo de la cama.

- Va a ser mejor que me vaya - me costó entenderla por el tono tan bajo que había empleado.

- Hasta mañana entonces - murmuré.

Giró la cabeza en mi dirección y me miró de nuevo.

- Trata de descansar.

Asentí como si nada. No que viera mi decepción tras su repentina decisión de salir a toda Prisa de allí quería.

- Tú también.

- Sunny habrá llegado ya - volvió a hablar mirando su reloj—. Si necesitas cualquier cosa ...

- Sí, lo sé, no te preocupes. Tengo el timbre - la interrumpí.

- Sí ... - titubeó— el timbre. - Tranquila, vete ya, estaré bien.

- Buenas noches - se despidió posándome brevemente la mano sobre el brazo desnudo.

- Buenas noches - respondí flexionando el brazo para tocarla, pero mis dedos apenas rozaron su Codo bajo la bata blanca.

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Karly34 #1
Sube amor accidental por favor
Cass_Addiction19 #2
<3
Skyth06
#3
Chapter 23: Hermosa adaptación
natovida #4
Chapter 14: Siento que esto va a tener un triste final, apropósito de quién es la historia original?
ashleyurdiales24 #5
Chapter 11: I love it?
ashleyurdiales24 #6
Chapter 10: Me encanta
Actualiza pronto por favor
Karly23 #7
Chapter 1: Amo todas tus adaptaciones e venido a aquí solo por ti ?