I. Soledad.

𝑀𝑜𝓃 𝒷𝑒𝓁 𝒶𝓃𝑔𝑒 」𝓒𝓱𝓪𝓷ℬ𝓪𝒆𝓴ރ

Nunca olvides nuestra promesa, porque yo nunca te olvidaré a ti.”

Si claro.

Otro fatídico día donde mis piernas pesan, siento el peso de mi existencia sobre mis pies, todo parece tan lejano ahora, tan solitario. Mamá no está en casa, la nota pegada en el refrigerador con la típica frase “No volveré hasta dentro de dos noches, hay comida en el refrigerador si tienes hambre.” Miro a mi alrededor buscando algo que sé que no encontraré pero mi cerebro o mi corazón cualquiera de los dos no desea aceptar, la realidad me golpea tan fuerte como una patada en el estómago.

Soledad.

De eso se ha tratado los últimos meses, la obligación de levantarse cuando no desea hacerlo, comer y no tener hambre, sonreír y no sentirse feliz, ojalá las cosas fueran tan simples como antes.

De mala gana se levanta del sofá buscando las escaleras, una, dos, tres, las cuenta hasta llegar a su habitación. El sonido de la puerta interrumpiendo el tétrico silencio de la casa y sus pies golpeando con fuerza el suelo, los recuerdos volvían como todas las veces.

“Te amo, Baek.” No, tu nunca me amaste, pensó. Una lágrima caía sobre la mejilla del chico, todo era tan solitario sin él esperando en la puerta para recibirlo. Por qué me dejaste así.. En el fondo de su corazón quería pensar que todo lo vivido antes hubiera sido una mala jugada de su mente o una fantasía creada por un joven con problemas más grandes de los que sus propios hombros podían soportar, pero no.

Todo había sido real, tan real como enfrentar su situación actual.

Sin prestar demasiada atención a su habitación se dejó caer sobre su cama, descansando su cabeza sobre la enorme almohada de color beige, sintió algo que molestaba por sobre su cabello, alzó su mano por inercia tocando por sobre su cabeza y encontró algo, al acercarlo a su rostro, palideció.

No puede ser…

—Estás callado ¿Piensas en algo? —Baek estaba sentado al lado de ChanYeol, ambos mirando el hermoso lago en medio del bosque.

—Tal vez pienso que estás llegando a la edad donde no me necesitarás más, el ciclo de la humanidad es inevitable.

—Yo siempre voy a necesitarte Chan, lo sabes muy bien —intervino el chico con la voz afligida, sabía lo que significaba eso. Cuando los humanos cumplen la mayoría de edad, el hilo que los une con su ángel guardián desaparece y son asignados a nuevos para que recorran el camino del destino.

Pero Baekhyun se negaba a cambiar a ChanYeol, su ángel guardián desde que tenía uso de memoria, su único y verdadero amor; volteó su rostro a observar al del ángel el cual mirando aún hacia el frente pudo observar el perfil tan hermoso que poseía, si pudiera retratarlo lo habría hecho con todo el gusto, si hubiese sabido que ese sería la última vez que pudiera verlo.

—Mira esto —llamó la atención del más bajo. Baek volteó a mirarlo fijando su atención en lo que colgaba de la palma de la mano del ángel, era un hilo rojo con una moneda como colgante.

—¿Qué es eso? —preguntó Baek, siendo como siempre el mismo chico curioso que ChanYeol recordaba desde que el chico era un infante.

—Mi cadena de la suerte, en realidad quiero que la mires, la imagen tallada en el centro del colgante es una representación del amor verdadero, un día volverá a ti, ahora es mío pero un día será tuyo.

—Chan, nunca me dejarás ¿verdad? —con miedo en su voz, se atrevió a preguntar escondiendo su mirada en la del más alto.

—Nunca te dejaré Baekkie.

Esa noche fue suya, suya para besarse, amarse como ellos sabían hacerlo, contemplarse en silencio y saber que dentro de ellos la llama del amor era tan fuerte que parecía imposible separarlos. Pero tuviste que solo desaparecer, por qué me dejaste así tan desolado, mi corazón estaba roto, mi llanto incesante y la diosa luna sin darme una respuesta a mis silenciosas plegarias para que volvieras a mi pero jamás fueron escuchadas, no hubo respuesta sólo las esperanzas se desvanecieron como la ceniza en el viento. Sus sollozos eran tan suaves que apenas podía darse cuenta de lo que sucedía alrededor.

No podía ser, después de tanta espera entre sus dedos estaba el colgante de Yeol tal y como lo recordaba, una parte de él sentía el regocijo de seguir vivo pero otra parte sentía el sufrimiento por haber esperado tanto y aún así no haber podido verlo pero era todo real.

Yeol había vuelto a la tierra.

Esa noche pudo dormir feliz, al menos su corazón pudo encontrar algo de paz y una razón para seguir viviendo pero no todo era color de rosa, al día siguiente un ángel de alas resplandecientes entró por su ventana por un momento la luz lo cegó y una enorme alegría llenó su pecho pero la realidad era otra.

—Me presento, me llamo Sehun y soy tu nuevo ángel guardián.

No, no, eso no podía estar pasando, Yeol vuelve por favor.

Y de nuevo el joven Baek lloró a la luz del astro mayor su dolor, la espera había sido en vano

 No supo cómo llegado al lugar pero sus piernas no responden más. Solo el sonido de la noche que le acompañaba en la soledad, quería acabar con todo, si no podía tenerlo no tenía nada.

La vida humana es esto, una decisión que trae una consecuencia, tiras demasiado y algo cae. Se acercó a la orilla de aquel enorme barranco en la altura de una de las montañas cerca de su hogar, escucha un aleteo surcar los amplios cielos nocturnos, lo supo, Sehun. Cerró sus ojos y se dejó caer, pero el golpe nunca llegó, jamás tocó el piso.

El ángel le miraba de forma furiosa, sentía que en cualquier momento sus alas se transformaría en unas de fuego que podría quemar hasta la cenizas al humano necio que tenía que vivir salvando.

Lo que hago por ChanYeol.

—Me puedes explicar qué diablos te pasa, pudiste haber muerto.

—Y eso qué cambia —inquirió el humano de forma molesta.

—Qué eres un completo idiota, no quería hacer esto pero me ves obligado a hablar. ¿Sabes qué? Yo dejé el colgante en tu almohada cuando me asignaron ser tu nuevo ángel guardián. No era para que quisieras suicidarte, humano insensato, es por orden de ChanYeol.

Entonces Baek volteó a mirarlo con toda la atención, había dicho ¿Órdenes de ChanYeol? Sehun logró identificar las acciones del humano, curiosidad pero decidió cortar esas alas de esperanza que estaba creando por sus palabras.

—No como tú crees, él ya no te recuerda Baek, nuestra naturaleza no nos permite amar humanos. Porque nuestro ciclo es convertirnos en guardianes de diferentes humanos según lo escribe el ángel que nos asigna. Los humanos olvidan a su primer ángel guardián cuando crecen y cumplen su mayoría de edad, tú no lo hiciste. —Sehun le miró analizando al humano, no tenía nada de especial a decir verdad pero todo era un favor al final. —ChanYeol cuando te daba besos o abrazos el te daba su energía y por ende te transfirió todos sus recuerdos sabiendo que él no te recordaría pero sabía que tu no te darías por vencido, si bien no tengo permitido hacer esto pero Yeol quiere que lo encuentres, humano tonto, por eso te deje el colgante para que al menos tus esperanzas y tus ganas de encontrarlo fueran más. Pero supongo que me equivoque.

La voz de Baek resonó en el silencio.

—Voy a encontrarlo, solo dime como hacerlo.

Entonces por primera vez una sonrisa apareció en el rostro de Sehun.

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