La caminaba con taeyeon cogido de la mano. Se sonreía a sí mismo mientras se dirigían hacia sus respectivas casas en mitad del silencio de la noche en lymington.

-¿Te duele la nariz?
-No mucho... ha sido el golpe, no creo que la tenga rota –taeyeon arrugó la nariz e inmediatamente se quejó-. No sé qué le voy a decir a mi madre de todo esto...

Tiffany se detuvo y se colocó delante de ella, colocando sus manos sobre sus hombros y mirándole directamente a sus ojos, los cuales brillaban porque la luz de las farolas se reflejaba en ellos.

-Envíale un mensaje a tu madre. Dile que vienes conmigo, que volvemos a ser amigas. Podemos pasar la noche en Coral Gables. Tengo ropa limpia... -esbozó una sonrisa-. Podrías, también, explicarme qué es todo eso... y podríamos hablar de nosotras.

Taeyeon accedió, asintiendo con la cabeza y devolviéndole la sonrisa.

Volver a Coral Gables significaba mucho para taeyeon. Significaba volver al lugar donde las cosas se volvieron serias y donde fue realmente feliz por última vez. Para tiffany significaba exactamente lo mismo y taeyeon podía darse cuenta de eso al instante.

Coral Gables por la noche era precioso. Al ser una ciudad situada cerca del mar, tenía cierto encanto. Definitivamente, a taeyeon le iba a gustar trasladarse aquí con tiffany si le aceptaban en la universidad.

Las dos salieron del coche y caminaron hasta el portal, cruzándolo hasta llegar al ascensor donde las dos se miraron.
Taeyeon, quien tenía los cabellos sucios y la nariz hinchada con la camiseta blanca manchada de sangre, miró a tiffany quien estaba impecable. Ambas se rieron al mirarse.

Salieron del ascensor, cogiéndose tímidamente de la mano, y se adentraron dentro del apartamento.

-Quítate la camiseta, voy a ponerla a lavar –tiffany le sonrió-. Bueno, ¿por qué no te das una ducha si quieres? Coge lo que necesites, ¿vale? Pondré a lavar todo lo que quieras.

Taeyeon quitó la chaqueta y justo después la camiseta, tendiéndoselas a tiffany.

-Gracias, tiff.
-Ve a ducharte, anda.

Ambas se sonrieron antes de que taeyeon desapareciese por una de las puertas del pasillo que conducían hasta el baño.

Tiffany estaba en el sofá, sentada, con las manos en la cabeza. Acababa de escuchar todas las grabaciones que taeyeon tenía almacenadas en su teléfono móvil y no pudo contener sus lágrimas. Taeyeon estaba sentada a su lado. Llevaba uno de los pantalones de tiffany puestos junto con su brasier y nada más, así que suaves brazos le rodearon desde su costado y la atrajeron en un abrazo.

-Estoy bien, tiff. ¿Lo ves? ¿Me ves? Estoy bien. Te tengo a ti -murmuró taeyeon-. No tienes que preocuparte de nada. Todo ha pasado.
-Quiero destrozarle con mis propias manos, taeyeon -se giró, mirándole de frente-. Quiero hacerle sufrir, quiero que sienta el daño que te ha hecho, que me ha hecho, que nos ha hecho, en su piel, en sus huesos -sorbió por la nariz y pestañeó-. La próxima vez que ella te amenace de esta manera, por favor, dímelo. No quiero ni que piense en acercarse a ti o te juro que se arrepentirá.
-Shhhh, tiff... –taeyeon besó su mejilla-. Estoy bien. Ya me has visto todo el cuerpo, no tengo nada más que algunos arañazos y la nariz algo magullada, pero estoy bien. Te lo prometo. No quiero que llores -cerró los ojos y escondió su cara en su cuello-. Ciento haberte hecho pasar por todo esto... ciento haberte dicho que no te quería cuando obviamente lo hacía.
-Como he dicho antes, yo también siento lo que te dije. No eres una cobarde, taeyeon. Con esto, me has demostrado que eres todo lo contrario. Un poco temeraria, tal vez, porque no quiero saber ni qué habría pasado si no hubiese llegado o si Irene no me hubiese avisado pero... lo hiciste por mí. Me duele pensar que realmente quisiste dejarme marchar sólo para que yo estuviera bien.
-A mí me dolía pensar que tal vez me odiases –taeyeon la miró, frunciendo los labios y encogiéndose de hombros-. Pero quería que fueras feliz.
-Soy feliz -confesó tiffany, sonriente.
-Yo también.

Taeyeon se acercó a ella poco a poco y le besó los labios cariñosamente, notando como la mano de tiffany se colocaba sobre la suya y respondía ese beso cálidamente, girando su cuerpo para estar justo en frente de ella, y colocando su otra mano detrás de la nuca de taeyeon para acercarle. Ella arqueó su espalda atrayendo su cuerpo al de tiffany, mordiéndole el labio inferior suavemente, consiguiendo que abriese la boca para introducir su lengua dentro de ella, acariciando todos los rincones de su interior.

-No te imaginas lo mucho que te he echado de menos, tiffany -taeyeon suspiró contra sus labios, cerrando sus ojos-. A todas horas, constantemente.
-Yo también... y te debo una disculpa por lo que te he dicho esta mañana en el puerto. Siento no haberte creído con lo de Irene, me puse celosa, lo admito.
-Lo imaginé. Eres muy graciosa cuando estás celosa –taeyeon dejó escapar una pequeña risotada, acariciándole las mejillas con sus pulgares.
-Creo que tenía motivos, ¿no?
-Es posible... pero, ¿a qué ahora te parece una completa estupidez?
-Absolutamente.
-Pues entonces no tienes porqué disculparte. Estoy bien. Estás bien. Estamos bien. Y ya no tenemos que preocuparnos de nada, absolutamente de nada. Aunque..., tengo una pregunta.
-Dispara.
-¿Por qué cortaste con Leeteuk después de decirte todo aquello?
-Porque cuando me lo dijiste, me di cuenta, pero cuenta de verdad, de que tú para mí no eras un capricho o una fase. No podía tener una relación con alguien que no quería. Pero, ¿sabes? Me alegro mucho de haberlo hecho. Supongo que él tampoco me quería. Y no me importa en absoluto. Me he llevado el premio gordo a casa.

Taeyeon estaba tumbada a su lado y sabía que de un momento a otro cerraría los ojos y se quedaría dormida. Se le quedó mirando, jugando con sus cabellos mientras le daba calor con su cuerpo, pegando su pecho al suyo y sonriéndole mientras la observaba a través de sus pestañas.

-¿En qué piensas? -Le preguntó tiffany, curiosa, enredando su dedo en un mechón de su cabello.
-Mhm... –Taeyeon dibujó una sonrisa en sus labios-. En que, una vez me venga aquí, si me aceptan en la universidad, voy a poder dormirme así siempre, y despertarme de la misma manera.
-Por supuesto. Me siento muy afortunada de tenerte aquí, taeyeon. Eres lo único que me mantiene cuerda estos días, y espero que sea así por mucho tiempo.
-Tanto tiempo como desees. Me alegra que las cosas hayan salido bien -musitó, acercándose más a ella y hundiendo su cara en su cuello-. Me alegra poder dormirme contigo otra vez.
-Ya estás delirando..., duérmete -rio, besándole su cabello.
-Idiota... encima que quiero ser algo cariñosa, o romántica, o como quieras llamarlo...
-Aprecio tu esfuerzo -sonrió-. Pero duérmete, que mañana tenemos que ir al puerto.

Tiffany se despertó antes que taeyeon. Cuando abrió los ojos, se encontró sus cabellos encima de su pecho, y notó como su brazo cruzaba su estómago y lo abrazaba. Le miró con una sonrisa y paseó sus dedos por su espalda, acariciando los lunares que tenía en su espalda y notando el cuerpo relajado de taeyeon reposando sobre ella.

Miró la hora cuando giró la cabeza hacia su mesita de noche, y vio que era demasiado pronto como para estar despierto.

Quería moverse, pero eso implicaba mover a taeyeon, y se negaba a hacer tal cosa. Estaba plácidamente dormida sobre su cuerpo, como una niña pequeña, y no se atrevía a despertarla de ese sueño.

Sin embargo, taeyeon tardó tan sólo unos minutos en abrir sus ojos lentamente para encontrarse con la mirada de tiffany fijada en ella. Sonrió adormilada, estirando sus brazos y acurrucándose aún más con ella.

-Buenos días -susurró tiffany, mirándole.
-Buenos días -respondió taeyeon, aún sonriente, inclinándose hacia ella para darle un pequeño ligero beso sobre sus labios-. ¿Qué hora es?
-Demasiado pronto... aunque no puedo dormirme. ¿Qué tal has dormido?
-Por lo que puedes ver... se ve que bien. ¿Te he molestado?
-Para nada.

Taeyeon esbozó una sonrisa al escuchar su respuesta y apoyó su cabeza en su pecho otra vez. Comenzó a dibujar figuras con la yema de su dedo sobre el pecho de tiffany mientras ella le miraba.

-¿Vendrás al muelle?
-¿Bromeas? Me muero de ganas. Además, el lunes tienes la regata y tienes que darlo todo hoy. Pienso estar ahí para animarte, ya lo sabes.
-No esperaba menos de ti -sonrió alegremente-. Por lo que veo, te has aficionado a venir al club náutico...
-Nunca pensé que me gustaría tanto este lugar. Y tú eres la culpable.