Cientos de preguntas pasaron por mi cabeza mientras su dedo apuntaba en mi dirección.

¿Quién era? ¿Cómo me conocía? ¿Por qué podía ver el color en su pañuelo?

¿Qué estaba pasando?

-Sí eres tú- balbuceó antes de sonreír amablemente. –Llevo días buscándote, pensé que jamás te encontraría.

Lo vi bajar su brazo lentamente mientras la manga de la campera iba tapando el objeto que no podía dejar de observar.

-¿Oh?- exclamó y tuve que verlo a los ojos. –Acaso…- llevó su mano a la altura del rostro y señaló su muñeca- ¿lo ves?

Parpadeé varias veces antes de asentir lentamente.

-¡Vaya!- dijo sorprendido al tiempo que se tiraba el cabello para atrás. –Pensé que no sería posible-

-Disculpa- lo interrumpí atreviéndome a hablar. Me miró con la mitad de la frase en el aire. -¿quién eres?

-¿A qué te refieres con eso? Tú me llamaste, es por ti que estoy aquí.

-¿Qué?- el suelo tembló bajo mis pies. –Si no te conozco, cómo podría yo haber-

-¿Acaso conoces a alguien?- preguntó, provocando que cierre la boca de repente.

No, no conocía a nadie, no podía hacerlo.

-Disculpa, no quería ser grosero- susurró reverenciándose frente a mí.

La gente a nuestro alrededor iba y venía sin dirigir si quiera una mirada en nuestra dirección.

-¿Quién eres?- fui capaz de gesticular con la angustia atorada en la garganta.

-En su momento te darás cuenta y no será necesario que te lo diga. Lo importante es que te encontré, de verdad pensé que el pañuelo no funcionaría.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Sé mucho de ti, Lee Seunghyun, tal vez más de lo que tú mismo sabes- hizo una pausa y sonrió, tal vez para aliviarme. –Sé que es imposible que diferencies los colores, pero ya me había quedado sin ideas así que debía intentarlo.

-¿Cómo es posible que sepas eso?

-Llevo demasiado tiempo cerca de ti- se encogió de hombros.

-¿Por qué puedo verlo?- pregunté señalando a su muñeca.

-¿Sabes qué color es?- volvió a levantar el brazo para que vea mejor el pañuelo.

-Rojo- respondí, volviendo mi atención a sus pupilas grises.

-¿Cómo estás tan seguro si nunca lo has visto?

-Aprendí a diferenciar los colores por sus contrastes- respondí y noté que no entendía lo que estaba diciendo. Dejé escapar un pesado suspiro antes de intentarlo de otro modo–Siempre supe que era un color chillón y llamativo. El gris tiene diferentes tonalidades, ¿sabes? Después de tantos años aprendí a distinguirlas y supuse que ese era justamente el rojo. Ahora explícame, ¿por qué puedo verlo?

-Porque necesitaba que me encontraras - respondió con una sonrisa.

-Entonces me estás queriendo decir que tú lo hiciste. Todo esto- tragué sonoramente mientras señalaba a nada en particular.

Asintió frenéticamente. -Conseguí despertar una mínima parte de tu cerebro por unos minutos.

¿Qué?

No sabía que más decir. Nada tenía sentido.

-Mira a tu alrededor Seunghyun- dijo en un tono dulce. Le hice caso. –El ser humano está configurado para ver, pero nunca observa lo que lo rodea. Todo pasa desapercibido a sus ojos al menos que les cambie un poco la realidad- hizo una leve pausa y continuó. –Si de repente un árbol cayera- hizo un corto gesto con la barbilla y una gran rama se desprendió de un árbol desplomándose en el pasto. Las personas voltearon a ver lo ocurrido. –O si ese chico se tropezara por ir distraído con el celular- imitó la acción y vi cómo, el muchacho en cuestión, pisaba mal una grieta, teniendo que sacudir los brazos en el aire para hacer equilibrio y no caer de cara en el piso. –Nadie se tomaría la molestia de notar lo que está sucediendo en su entorno- concluyó, viendo cómo unas chicas que caminaban más atrás se reían disimuladamente del pobre chico.

-¿Quién eres?- volví a preguntar.

-Ya lo sabrás- respondió desatando el pañuelo de su muñeca. –Lo importante ahora es que ya di contigo, esto no volverá a ser necesario.

Pensé que los ojos se me saldrían de las orbitas mientras el color rojo iba desapareciendo como consumido por llamas para transformarse en el gris familiar que tanto odiaba.

-¿¡Qué has hecho!?