¡Libérenme!

Take Me Away

 

 

 

 

En su soledad pero aún firme en querer ser liberada Meisa sigue orando por su rescate, con las manos en posición de rezo en medio de la oscuridad sigue levitando tratando de no abrumarse, siente el tiempo perdido pero conserva la esperanza, ya pudo comunicarse con el pianista nuevo, a quién conoce por nombre y al cual logró decirle algo, aunque fue interrumpida por la voz misteriosa.

 

 

Voz – ¿Que estás pensando?

Meisa – Se supone que sabés todo lo que pienso, ¿para que te gastás en preguntar?

Voz – Te has vuelto lista en tan poco tiempo, aunque no te estaba poniendo a prueba. No me hechés la culpa de la interrupción, es solo que no quiero que los demás sepan de mi existencia en el piano, es muy peligroso como los humanos manejan su destino.

Meisa – Debés dejarme comunicarme con alguien que pueda liberarme.

Voz – Te recuerdo que pediste estar sola y aislada, es el deseo que cumplí para vos. Es justo lo que digo, los humanos no quieren hacerse cargo de sus propias decisiones.

Meisa – Tomaste por demás de literal el deseo, menos mal que no pedí estar muerta.

Voz – Has perdido el respeto hacia mí con el tiempo.

Meisa – No puedo respetar a alguien que no me deja hacer nada más que estar levitando en la nada. Vos deberías entenderme ya que ni siquiera  te puedo ver, tampoco dejás que nadie hable, tu forma de decidir también es errada, cumplís deseos pero no los entendés. Lo único que alcancé a decirle a Jin es “himnario”, espero que entienda el mensaje.

Voz – Yo no pedí estar aislado, y no me molesta estarlo tampoco. Tampoco querían que las personas que entraron me descubrieran. No soy malo, eso es la conclusión que hiciste al pensar que no te dejo hacer nada, pero te dije la forma en que podés ser liberada.

Meisa –Hablando en tono enojado- cuando logre liberarme me aseguraré de que nadie nunca más te pida nada.

 

 

Al Día Siguiente, El Detective Shun y el pianista Jin arreglaron citarse en un bar.

 

 

Shun - ¿Cómo descubriste esa melodía?

Jin – Una vez tocando el piano sin darme cuenta la empecé a tocar.

Shun - ¿Cómo es posible que te acordés la composición?

Jin – Cuando practicaba sentía inconciencia y tocaba sin pensar, mi mente se ponía en blanco, tocaba la tecla que siempre toco mal y volvía en mi otra vez, eso pasó un tiempo hasta que empecé a recordar la melodía perfectamente, después empecé a imaginar esa silueta de mujer vestida de blanco, la que usted también pudo ver.

Shun - ¿Pero en verdad ni siquiera la escuchaste antes de tocarla?

Jin – Nunca.

Shun – Meisa estaba practicando ese himno que vos inconcientemente conociste, hay un aura raro que se siente cuando tocás el himno, si ese es el himno que Meisa estaba practicando, de alguna forma ella se está comunicando con vos.

 

 

 

La conversación se estaba volviendo inusual, la mirada atónita del pianista solo confirmaba lo irracional de la situación, y más aún, el detective estaba hablando de algo surreal, como si en verdad estuvieran en un Drama, pero era la vida real, y pasaba algo real que ninguno podía explicar.

 

 

 

Shun – Tenés que lograr tocar esa canción entera, puede ser la forma de dar con la ubicación de Meisa.

Jin – Pero ni siquiera sé cómo se llama esa canción, no tengo las partituras, ni siquiera sé cómo encontrar…

 

 

Antes de que termine la frase el detective Saca de su traje el Himnario, ante la mirada asombrada del pianista, lo secuestró de la casa de La desaparecida después de hablar con los amigos de ella en el parque la otra vez, siguiendo su instinto.

 

 

Shun – La canción debe ser la que estabas tocando, de la cual me dijiste que  era Kolob.

Jin – No existe ese Himno, yo le puse el nombre porque no sé que melodía era así que lo primero que pensé fue ese nombre…

 

 

Antes de que el pianista termine la frase el detective abre el himnario para mostrar la partitura con el título “Kolob”, algo que deja aún más asombrado al pianista, quién abre los ojos más grandes aunque disimuladamente, y mira al detective.

 

 

Jin – El Himnario que Meisa mencionó en una de las visiones –lo dice atónito-

Shun –mirando extrañado, al oír información que aún el pianista no le había dicho- Por lo visto hay cosas que no me dijiste aún, esto es lo que vamos a hacer, Vas a practicar este himno, en el piano de esa capilla, y lo vas a hacer bien, sin errar en la tecla, hasta que logrés terminar todas las estrofas.

 

 

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