ESA PERSONA, TÚ
Capítulo único. 

Jessica miró el cielo con lágrimas en los ojos, por un momento pensó que el tiempo la acompañaba en sentimiento ya que las inmensas nubes grises empezaban a llorar con ella. Su papá, el único hombre de su vida había fallecido después de meses luchando contra el cáncer de pulmón; su madre, a su lado lloraba desconsoladamente ante los ojos empáticos de los demás, el dolor de perder a alguien a quien amabas era inimaginable. Con tan solo once años Jung Jessica se encontraba perdida, y a tan corta edad vio como antes la perfecta caligrafía tatuada en bronce en la muñeca izquierda de su madre con el nombre de su fallecido papá cambiaba a un color rojo sangre. Solo había visto ese color en su abuelo paterno.

Días después aprendió junto con su hermana menor (Wendy) que cuando conoces a tu alma gemela su nombre quedará tatuado en cualquiera de tus muñeca con un color representativo… Sin embargo, nunca será rojo mientras esté vivo.

Durante los siguientes años le restó importancia, le era más interesante aprender a tocar piano, dibujar y  cantar.  Eso duró hasta que tuvo quince años y durante una de las tantas fiestas organizadas por su grupo de amigos, el sonido efímero de la guitarra y una voz dulce llegó a sus oídos.  

Su nombre era Taeyeon, Kim Taeyeon

Para la americana de cabello castaño, la rubia de baja estatura se volvió el centro de su universo, así que un día no se sorprendió cuando su nombre apareció en su muñeca derecha en una perfecta caligrafía de color azul perlado. No odiaba el azul pero tampoco era su color favorito, no obstante, estaba feliz, así que corriendo para dar las nuevas noticias se dirigió a la casa más hermosa que había en la urbanización: la casa de los Hwang.

Tiffany Hwang era su amiga de la infancia. Nacieron en el mismo hospital en California y desde entonces eran inseparables, hasta el punto de llorar los domingos cuando una tenía que volver a su casa después de pasar todo el fin de semana durmiendo en el hogar de la otra.

Yep. Bff’s.

Sin embargo, cuando llegó al jardín jadeando por el esfuerzo se sorprendió al encontrar a la rubia riendo a carcajadas con la chica de ojos como luna. Una punzada de celos tocó su corazón, así que decidió por segunda vez en su vida no compartir un secreto con su mejor amiga.

***

Nunca se imaginó que un amor correspondido doliera tanto. Porque así como cuando en tu muñeca se marca el nombre de tu alma gemela, esta misma arde como si te echaras limón y vinagre en una herida abierta cuando hay sentimientos románticos de por medio y para colmo de los colmos no es correspondido.

Jessica se despertó a las tres y cincuenta y seis de la madrugada con su muñeca ardiendo a más no poder, lágrimas surcaban su rostro mientras aguantando algún quejido para que no la oyeran bajaba corriendo las escaleras a buscar hielo. Las letras azules ardían, sus bordes antes finos ahora se encontraban engrosados y en carne viva con un ligero brillo dorado. ¡Para! ¡Para! ¡Para!

El hielo había funcionado pero horas más tarde cuando iba camino al colegio una ligera sensación de quemadura seguía en su piel, las ojeras marcaban sus delicadas facciones y el humor a perros acentuaba más la falsa personalidad fría que se ganó en toda la institución.

Agradeció que empezaba la estación de otoño y el clima cálido daba paso al frío para poderse cubrir con un sueter que le quedaba grande de brazos y así ocultar sus manos, esa marca estaba horrible. Quería faltar, quería largarse de ahí, ocultarse debajo de sus sábanas y llorar hasta quedarse sin lágrimas, no quería las miradas de los demás encima de ella, por lo menos no por ese día.

Se sintió idiota al pensar que podía ocultarles su mala cara a sus amigas que aunque no la bombardearon con preguntas sus miradas eran un libro abierto.

***

El tiempo pasa rápido. Y ahí estaban las tres recibiendo sus diplomas.

Cuatro de las siete noches de la semana su muñeca ardía, cada una de ellas eran noches sin dormir, sin descanso y días en donde su apariencia física mostraba lo mal que le estaba pasando, aun así con esfuerzo logró ser una de las primeras de su clase.

- ¡Felicitaciones!
- ¡Qué orgullo!
- Ahora empieza una nueva etapa en sus vidas.

Palabras bellas caían por todos lados. Pero la mirada llena de preocupación por parte de su hermana la acechaba desde temprano; Wendy sabía y se lo hizo notar semanas atrás cuando a media noche la encontró colocándose hielo sin inmutarse y dándole un sermón sobre el amor… Quizás, ya se había acostumbrado al dolor de la muñeca, quizás ya no quedaban más lágrimas por derramar.

La marca podía desaparecer, Wendy creía en eso, pero solo era un rumor.

Ese día Taeyeon lucía radiante.
Meses antes cambió su cabellera rubia a un negro fulminante con un flequillo cubriéndole la frente; su tez pálida resaltaba más.
Tiffany, por su parte, optó por un rojo sirenita y sí, no había persona que no se quedara viéndola, pero le iba a su personalidad radiante.
Ella… sencillamente decidió mantener su color castaño.

Cuando la entrega de diplomas había terminado y luego de escuchar las posibles universidades a las que podía entrar con su promedio, buscó a sus dos mejores amigas.

Y no supo que dolía más.

Si su corazón o la marca.

Ahí estaban ellas abrazadas en un abrazo que para los demás podía ser de amistad pero que para Jessica quien siempre observaba de más, era muy distinto.

Por primera vez notó todas las señales.

Tiffany buscaba siempre estar del lado de Taeyeon.
Taeyeon era quien decía los planes y extrañamente la otra americana sabía de ellos con antelación.
Como ambas llegaban al colegio al mismo tiempo con ojeras marcadas pero con miradas cómplices.
Aquel chupetón morado en el cuello de la menor aquel día que había ardido más de lo normal su herida.

… Demonios…

Ahora entendía todo.

- No unnie, Jessi- unnie tomó de más y está out completamente, ni siquiera se logró quitar el vestido – Wendy desvió la mirada a su hermana quien estaba sentada en el sofá con un vaso de ron seco en su mano izquierda y sus ojos en un punto fijo. Podía notar como los bordes del nombre de Taeyeon brillaban levemente. - ¿Eh? Si, sigo aquí… Yo le digo mañana cuando se recupere de la resaca… Claro, no creo que se lo pierda… Si, después de un largo sueño de belleza estará en buen estado, se esforzó mucho para los últimos exámenes y es por eso que parecía un zombie. Esta bien, nos vemos mañana, cuídense por favor.

La menor colgó el teléfono para luego dejar escapar un gran suspiro y dejarse caer en el mueble más próximo.

- Están preocupadas por ti, debiste de haber ido… Pronto se van a otras ciudades a estudiar y tienen que aprovechar el momento que les queda juntas. Unnie, por favor di algo
- Buenas noches pequeña.

***

Dicen que te tienes que enamorar tres veces para por fin conocer a tu alma gemela. No obstante, tu alma gemela necesariamente tiene que ser el amor de tu vida con quien compartirás el resto la eternidad, puede ser tu mejor amigo y resultará ser lo más increíble que pase en tu vida.  

Cuando su padre murió, dejando a su mamá en el peor de los estados y con su nombre marcado en un rojo sangre pensó que no quería pasar por ese dolor pero tiempo después cuando vio que su mamá sonreía cada cierto tiempo al ver esa cicatriz supo que o pasa o te acostumbras a esa molestia.

Para Jessica resultó ser eso último.

Porque depende de cómo lo veas, el tiempo pasa extremadamente rápido.

-

Durante una de las largas noches en aquella gran ciudad, dos enamoradas compartían más que su piel, mechones negros y rojos se confundían entre sí, jadeos llenaban la habitación.

De pronto, un dolor incomparable las detuvo en medio de su actividad ual. Asustadas y con lágrimas rodando sus mejillas notaron como en una más que hermosa caligrafía y de un color rojo sangre, debajo de sus nombres en un purpura perlado se marcaba el nombre de su mejor amiga.

Segundos después el móvil de la menor empezaba a sonar.

- ¿A-aló? ¿Wendy?

Nota de Autor: si llegaron hasta aquí y esto no les parecio una kgada, se darán cuenta que pasaran los años y todavía una de las otp más trágicas del k-pop será el taenysic y todos los fans estaremos llorando por algo que pudo ser(?).

Sin mas que decir.

Nos leemos

D'As.