-¿Has oído hablar de coex mansion?-.

-Ellos dicen que la seguridad es increíble-.

-En el que cada residente se consigue a un miembro del servicio secreto,  ¿verdad?-.

Después de largas horas de viaje al fin había llegado a la famosa mansión coex. Realmente era como todos la describían; enorme, lujosa a la vista y llena de plantas con un jardín hermoso.

Cuando bajé del taxi que me trajo hasta aquí, los empleados del camión de mudanzas empezaron a bajar mis cosas,  logré escuchar la plática de tres mujeres que apreciaban la mansión por fuera.

-Al parecer ella es un nuevo inquilino-.

-Por cierto, escuché que ella es la hija de una antigua familia, un enorme conglomerado llamado Hwang-.

Uno de los hombres de mudanza se volteó a mirarme, dejando de cargar las cajas que contenían mis cosas.

-Parece que es el centro de atención-.

Tengo un pequeño defecto, lo he tenido desde pequeña y no lo puedo controlar.

Puse en mi cara una sonrisa obstinada.

-¿Tú crees que llamar la atención de esas amas de casa aburridas me hará feliz? No quiero estar en tú círculo de chismes. ¿Por qué no solo haces tu trabajo?-.

-De…De acuerdo.-

El empleado se apresuró a continuar cargando cajas, parecía sorprendido por mi respuesta. En el fondo me arrepentía por lo descortés que fui.

Presentaré un frente valiente y abusaré verbalmente de las personas sin ninguna razón.

Este es mi mal hábito.

Cuando al fin habían terminado de desempacar, entré al jardín principal quedando justo frente a la puerta.

-Oh, Tiffany-.

Voltee para ver de quien se trataba.

-Parece que lo has hecho bien.-

-Oh, es Minho-.

Me recargué en el carrito que tenía mis cajas de mudanza y sonreí con obstinación.

-No te he visto en mucho tiempo-.

-¿Te odian por tu propia hostilidad infundada otra vez?-.

Preguntó con un rostro y un tono sereno.

Me crucé de brazos.

-¿De qué estás hablando?-.

Le pregunté tratando de sonar ofendida.

-¿Eso es todo lo que traes?-.

Preguntó sorprendido al ver las pocas cajas que llevaba conmigo.

-Los de mudanza llevaron el resto a mi habitación-.

Comenzamos a caminar hacia la mansión para llevar todo a mi habitación.

-No te preocupes tanto por mí. Vivimos cerca uno de otro, pero eso es lo único que tenemos en común-.

-Pero sé mucho sobre ti-.

Se encogió de hombros mientras puso sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

-Como lo que hiciste en to grado…-

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