Un duda

Después de la vida

La luz del día es muy brillante, así que empieza a abrir sus ojos lentamente. Se levanta despacio y comienza a mirar a su alrededor. ¿En dónde estaba?

Al instante un montón de preguntas empiezan a formularse en su cabeza.

¿Por qué tengo una bata blanca?, ¿Por qué siento que estoy en medio de la nada?, ¿Por qué me duele terriblemente la cabeza? …

Pero una cosa era seguro que sí sabía. Su nombre.

Kim Taeyeon.

Taeyeon sabía que en cualquier minuto le comenzaría a dar un ataque de pánico. Pero no tuvo tiempo, ya que en ese momento escuchó que alguien se acercaba, así que volteó para saber quién era.

-Veo que te has levantado, Taeng. Llevo mucho tiempo esperando. – Saluda un joven con una sonrisa que refleja tristeza.

Algo está mal.

-¿Quién eres?- le pregunta al extraño. Algo en ella intuía que él sabía lo que estaba pasando.

-Trataré de fingir que eso no me dolió, pero entiendo que posiblemente tengas una clase de amnesia en estos momentos. Tal vez en el transcurso del día algunos sentimientos familiares regresen a ti junto con tus recuerdos o tal vez no es así y lleve más tiempo- dice el extraño extendiéndole la mano – Pero en caso de que no me recuerdes…soy Heechul, un viejo amigo.

Taeyeon toma su mano y en ese momento siente una ola de familiaridad. Un extraño deseo de abrazar al sujeto que se encontraba enfrente de ella era fuerte, y no sabía por qué.

-¿Estoy muerta, verdad?- No sabía de dónde había salido esa conclusión de su cabeza, pero la idea simplemente llegó después de sostener la mano de Heechul.

La sonrisa triste que había visto al principio volvió a aparecer.

-Técnicamente sí, lo siento.

Taeyeon asintió lentamente, una pequeña lágrima asomaba por sus ojos.

-Te explicaré algunas cosas en el camino, pero ten esto primero – Taeyeon miró la bolsa que le había entregado Heechul, y al abrirla vio que era ropa. Lo miró confundida. – Puedes cambiarte detrás de aquel árbol, prometo que no miraré. Tengo que llevarte a varios lugares hoy.

Después de algunos minutos Taeyeon había terminado de cambiarse, el hecho de que estuviera muerta invadía su mente así que no tenía tiempo de preocuparse de cambiarse frente a un extraño.

-¿Lista? – la miró Heechul ofreciéndole su mano para que la agarrara.

-Eso creo- respondió y agarró su mano.

Él la apretó como respuesta y en un instante ya no se encontraban en aquel lugar que cegaba con su brillo, ahora era todo lo contrario. El cielo estaba completamente gris y el clima era húmedo y frío. Taeyeon supo en dónde se encontraban.

El cementerio.

Aún con las manos unidas siguieron caminando hasta que se encontraron a un grupo de personas vestidos de negro frente a una lápida.

La suya.

-Esto sucedió hace algunos meses atrás, pero la razón por la cual te traje aquí es para que se despertaran en ti esos sentimientos profundos que hicieran que recordaras a tus seres queridos. – Taeyeon dirigió su mirada al grupo de personas.

Soltó su mano y empezó a caminar entre ellos. Heechul la seguía de cerca esperando alguna reacción.

Su mirada se detuvo en una señora que tenía en su regazo a una niña que escondía su rostro en su cuello, la dos lloraban. A su lado un joven lloraba con las manos cubriendo su rostro y un hombre apoyaba su mano en su hombro. Sus caras parecían no tener vida. Entonces algo hizo click, en su mente.

-Aquella es mi madre y la niña en su regazo es mi hermanita, el joven es mi hermano mayor y aquel hombre es mi padre – dijo Taeyeon en voz baja. Heechul asintió pero ella no lo vio.

Cuanto deseaba abrazarlos.

Se hincó frente a su familia y cubrió su rostro por las lágrimas que caían. Después de unos minutos que se calmó, los volvió a mirar.

-Lo siento, lo siento, lo siento de verdad.

Pero hasta ese momento ella se dio cuenta de que en realidad no sabía cómo había muerto. Decidió buscar a Heechul entre toda la gente para preguntarle. Lo encontró con sus manos en sus bolsillos, con la mirada fija en una chica de cabellos rubios que abrazaba a alguien. Pero de alguna forma reconoció esa mirada que tenía.

-¿La amabas, cierto?

Heechul se limpió rápidamente una lágrima de su rostro y Taeyeon fingió que no lo había visto.

-La sigo amando- suspiró – La muerte no te impide dejar de amarlos.

-¿Quién es la chica que está abrazando? – En ese momento la morena se separó de la rubia que parecía estarle diciendo algo, la otra respondió asintiendo rápidamente, mientras intentaba detener las lágrimas.

Sin darse cuenta Taeyeon estaba prácticamente frente a la chica. Su mirada mostraba confusión, pero por dentro una ola de sentimientos la invadía. Siguió de cerca a la chica que ahora estaba hablando con su familia.

De pronto todas las voces de la gente se callaron, es como si se movieran en cámara lenta. Taeyeon no podía dejar de ver a la chica.

La conozco, lo sé, yo la conozco…la conozco, la conozco, la conozco.

Taeyeon sentía que la conocía, que a través de esos ojos tristes muy en el fondo podría sacar historias maravillosas de ella, como si pudiera atravesarla sabiendo cada detalle de su vida. Pero la triste realidad era que no podía ponerle un nombre a su rostro, ni a lo que sentía.

Era como si no quisiera separarse de ella a donde quiera que fuera. Era hermoso verla pero a la vez era muy doloroso y era algo que Taeyeon no podía entender.

Después de algunas horas toda la gente se había ido prácticamente, pero Taeyeon seguía mirando a aquella chica, entre las pocas que quedaban.

-Taeng, es hora de ir a nuestro siguiente destino.

Asintió cuando Heechul agarró su mano, mientras veía como la chica se subía a una camioneta y se iba.

 

-Este es el presente- le dijo Heechul

Ahora se encontraban en el centro de la recepción de un edificio. Miró a Heechul y vio que se estaba poniendo cómodo en un sofá.

-¿Y ahora qué sigue? – le pregunta Taeyeon.

-El siguiente paso lo debes hacer tú sola – la miró detenidamente – cuando estés lista yo apareceré.

-¿A dónde tengo que ir? – preguntó

-Habitación 27 – le sonrió – suerte, Taeng.

Taeyeon caminaba por los pasillos de los departamentos buscando el número  que le había dicho Heechul.

22 , 23…

-No quiero dejarla sola – dijo una voz.

-Ni yo. Todas seguimos pasándola mal, pero tú sabes que con ella es diferente. Ellas tenían una historia juntas. – habló una segunda voz.

Taeyeon alzó la vista y vio a las personas que hablaban. Había visto esas caras en el funeral, pero hasta ahora podía recordar sus nombres.

Sunny. Hyoyeon.

Lo peor de todo es que hoy es su cumpleaños – dijo la bajita limpiándose la lágrima – No me imagino cómo debe estar.

-Todos estamos pasando por esto juntos – le dijo Hyoyeon poniendo su brazo en el hombro de su amiga.

-La extraño mucho – rompió a llorar Sunny.

-Yo también – dijo Hyoyeon besándole la frente y abrazando a su amiga – pero tenemos que ser fuertes frente a ella.

-Lo sé- contestó la bajita.

Las dos siguieron caminando hasta que sus figuras desaparecieron de la vista de Taeyeon.

Yo también las extraño.

Más adelante frente a uno de los departamentos escuchó otra voz y reconoció a la chica que Heechul amaba.

-Tengo que ver a Amy porque la niñera me llamó y me dijo  que se tiene que ir. Sooyoung no tarda en llegar, pero de todas formas háblame si necesitas algo. – la morena asintió en respuesta a lo que le había dicho a su amiga.

La puerta del departamento se había cerrado y la rubia ahora se iba.

Taeyeon echó un vistazo al número de la puerta y comprobó que definitivamente era esa la que había buscado.

¿Cómo entraré?... ¿Toco?, ¿La abro? o…

Al final traspasó la puerta.

Justo como Casper haría…

Entro al departamento pero no sabía exactamente qué es lo que debía buscar ahí. La habitación estaba desordenada, había botellas de alcohol tiradas en el suelo, ropa, hojas y fotografías. Agarró una fotografía que estaba en el suelo y la miró. Era la chica que no podía dejar de ver en el funeral, pero en una versión más joven y con traje de porrista. Supuso que entonces ese sería el departamento de la chica.

Encontró una puerta abierta al fondo del departamento con la luz prendida y entró. La decoración parecía divertida, la mitad del cuarto estaba pintado de rosa y la otra de azul, la funda de la cama era rosa y las almohadas azules. Incluso aunque pareciera colorido el aura de la casa no era el mismo. Tristeza invadía el lugar.

La chica del funeral entró con el cabello mojado a la recamara, tenía una camisola negra y sus pantalones de pijama eran rosados. Taeyeon empezaba a entender el rosa en la habitación. La morena se acostó en la cama y de su libro de su mesita de noche sacó una fotografía.

-Nuestra primera foto juntas, ¿Lo recuerdas? – la chica miraba con melancolía la foto. Taeyeon la miraba con tristeza desde la oscuridad, por un lado quería abrazarla y dormirse junto a ella.

¿Quién eres?

-Nuestra primera cita, Tae.

Tae…

Su nombre sonaba como un eco en su cabeza.

Esto no puede estar pasando. No, no, no, no.

Taeyeon se llevó las manos a la cabeza. Ahora todo tenía sentido. Corrió a la sala y miró las demás fotografías tiradas. Algunas eran de ella y otras de la chica, en otras salían juntas, riendo, jugando, abrazadas y… besándose.

Ese latido loco de su corazón tenía una explicación.

Volvió a la habitación y se detuvo en el marco de la puerta escuchándola.

Su dulce voz. Taeyeon cerró los ojos.

-…Todos me miraban en la escuela por ser porrista y popular, pero nadie nunca se acercó a mirarme de la manera que tú lo hacías, porque incluso cuando tú no sabías lo que sentías yo sí podía, con tus grandes gafas y hermosa voz para cantar llegaste a ponerme en las nubes.

La historia se interrumpió por sus sollozos, en donde Taeyeon también le acompañaba.

-Por qué me dejaste Tae? Sea lo que sea que te estuviese afectando pudimos haberlo resuelto juntas. ¿Por qué nunca me dejaste ayudarte? – apagó las luces y poco a poco fue durmiéndose.

Taeyeon se acercó a la chica y rozó sus cabellos.

-Lo siento mucho Fany – dijo Taeyeon con voz rota

-Vuelve – susurró Tiffany dormida como si la hubiera escuchado.

Entendía perfectamente lo que Heechul había dicho en el funeral.

Incluso en la muerte no podría dejar de amar a Tiffany.

Agarró la foto que Tiffany había agarrado hace unos momentos y salió con ella de la habitación. Al cerrar la puerta se detuvo para mirar la foto con detenimiento.

Sin saberlo Taeyeon ahora se encontraba en los pasillos de una escuela. El sonido del timbre hizo que se asustará y se diera cuenta de donde se encontraba.

Entonces la vio. Era Tiffany pero en su versión joven llevando su uniforme de porrista.

Un golpe contra los casilleros hizo que Tiffany y Taeyeon voltearán al mismo tiempo.

-Miren que tenemos aquí –Dijo un chico en tono malicioso- es la nerd! Hey nerd, ¿dónde está tu estúpido amigo? Me gusta más fastidiar a los dos nerds cuando están juntos, pero me tendré que conformar contigo.

-Basura!- gritó otro chico.

Un gran grupo ya se estaba formando y algunas risas se podían escuchar.

Oh no. Todo esto es un recuerdo…

El chico empujó a la versión joven de Taeyeon contra los casilleros y uno de los libros que sujetaba se cayó.

-¿Sabes que puedo encontrar divertido para ti, nerd? – decía mientras acorralaba a Taeyeon contra los casilleros – Si hicieras mi tarea hasta que me gradúe. ¿Divertido, no?

-Déjala en paz, idiota.

El chico volteó molesto para ver quién le había llamado así, pero cuando se fijó quién era se sorprendió un poco, aunque rápidamente disimuló su sorpresa.

-Princesa, ¿acaso no tienes que ir a estar saltando por ahí mostrando tus lindas braguitas? – río el tipo.

Tiffany estaba a punto de contestarle cuando algo pasó que sorprendió a todos. La joven Taeyeon que parecía débil ante los ojos de los demás, había empujado al brabucón de la escuela.

-Me puedes llamar nerd, pero con ella no te metes, imbécil.

Todos estaban con la boca abierta. El brabucón, rojo de la ira, se iba a levantar para golpearla, pero Taeyeon fue rápida y jaló la mano de Tiffany para salir corriendo de ahí hacia su lugar de escondite.

 

Taeyeon sonrió ante el recuerdo, sabía lo que pasaría después. Comprarían helado y Tiffany le besaría la mejilla diciéndole “Yo te salvo, tú me salvas”.

Ahora se encontraba caminando por la calle, tenía en mente de que todavía falta mucho por recordar, y aunque poco a poco fuera recuperando fragmentos de su vida, seguía sin saber la razón principal por la cual ya no seguía viva.

-Yuri-ah, no sé cómo preguntarle. – Taeyeon se detuvo cuando reconoció su propia voz. De nuevo era una versión joven pero un par de años más grande que la anterior – Me estoy volviendo loca.

-Taeng, si no te das prisa otro chico se lo pedirá – le dijo su amiga.

Yuri.

-Pero… y si se lo pido y me rechaza? – gruñó Taeyeon, se estaba desesperando con la situación – las dos somos chicas, no funcionará.

-Taeyeon, mírame – Yuri agarró los dos lados de la cara de Taeyeon y la miró seria – que sean chicas no te debe detener, lo único que podría hacerlo es si ella te dice que no, pero aparte de eso nada más. Y recuerda que estamos hablando de Tiffany, ella nunca te diría que no.

Taeyeon sonrió un poco, su amiga tenía razón.

-Y mira que tienes suerte– Dijo Yuri, señalando con la mirada – porque ahí viene.

Tiffany caminaba hacia donde las chicas estaban, su cascada de cabellos pelirrojos caía sobre sus hombros. Taeyeon no podría creer que invitaría a esa hermosa chica a salir.

-Bueno Taeng, creo que este es mi pase de huida – Taeyeon la miro asustada, aunque Yuri le sonreía con los pulgares arriba mientras se iba – Suerte.

-Hey Tae – le saludó Tiffany - ¿Por qué Yuri se fue?

Taeyeon tragó saliva.

-Me dijo que tenía un proyecto o algo así – dijo nerviosa.

-¿En serio? Parecía muy feliz para ir a hacer tarea – Sacudió la cabeza. - bueno  no importa, que tal si vamos a almorzar, la última clase me dio hambre.

-Me parece bien, pero antes quisiera preguntarte algo – dijo con nervios mientras ponía su brazo en su nuca. Tiffany la miraba expectante – Me preguntaba si tú y yo… no sé… ¿quisieras ver conmigo una película?

Tiffany asintió, pero se sentía confundida ante su reacción. Siempre salían y ahora que Taeyeon se lo pedía, parecía nerviosa.

-Me gustaría ver Titanic, creo que soy rara por ser la única que no la ha visto. ¿Qué te parece? – sugirió Tiffany.

-En ese caso supongo que seríamos dos raras – Taeyeon tragó saliva ante lo que iba decir a continuación- Fany, cuando te pregunté por salir… si sabes que me refería a una cita, no?

Tiffany la miró sorprendida. La joven Taeyeon iba perdiendo la poca confianza que había encontrado.

-Tae, cada que salgo contigo es una cita para mí.

Taeyeon la miró con los ojos abiertos, y la chica le respondió con esa sonrisa tan única de ella. Esa sonrisa que tanto amaba.

 

Aquel recuerdo había acabado.

Se encontraba devuelta en la sala del departamento, con la misma foto que Tiffany había sacado.

La puerta del departamento se abrió y miró a la chica alta que había entrado.

-Tiffany, ¿estás despierta? – gritó la chica – traje comida!

Sooyoung vaya que tienes una voz…

Tiffany salió lentamente de su recamara brotándose los ojos.

-Siento despertarte, pequeña – se disculpó su amiga.

-No te preocupes, de todas formas tengo hambre – dijo Tiffany

Taeyeon sonrió, su amiga sí que sabía llamar la atención de su chica.

-Sé que tal vez no sea momento, pero es tú cumpleaños, veamos alguna película que tú quieras – Sooyoung le sonrío, y alzó una bolsa – Traje tu comida favorita, ¿Qué dices?

Tiffany sonrío un poco, sabía lo duro que también era para la otra chica y realmente agradecía tener a alguien como ella en su vida.

-Escoge la película mientras yo pongo la comida- le dijo Sooyoung.

Tiffany se encontraba buscando entre el estante en donde ella y Taeyeon tenían su colección de películas, al querer sacar una que le llamó la atención una pila de películas, se cayó.

-¿Todo bien Tiff? – gritó su amiga desde la cocina.

-Sí, no te preocupes- le contestó.

Entonces fue cuando una de ellas le llamó la atención. Una sonrisa triste se formó en su rostro. Era Titanic.

 Taeyeon miraba de cerca a su amada, podía sentir como su corazón se destrozaba al verla así.

-Yo también lo recuerdo, Fany – le dijo Taeyeon, aun sabiendo que no la podría escuchar.

-Nuestro primer beso- susurró Tiffany.

-¿Encontraste la película? – Preguntó Sooyoung con los platos de comida en la mano.

Tiffany asintió y se limpió la lágrima que caía por su mejilla.

-Un clásico, eh.

-Claro…- en el momento que Tiffany abrió el estuche de la película cayó un objeto que sonó al tocar el suelo.

Se agachó para recogerlo y cuando vio lo que era sus ojos se llenaron de lágrimas y se tapó la boca con su mano para no dejar salir un grito de dolor.

No me digas que es lo que creo que es.

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 2: Joder eh llorado ahhhhh!!!! Que historia!!!!!! Gracias gracias!!!!! :') TaeNy<3
alex097 #2
Chapter 2: Llore fue hermosa gracias por subirlo
Dwarf0807 #3
Chapter 2: Hermoso :')