Novela adaptada a Chaera la historia no es mía :c

Capítulo 7

Dara POV

Era lunes por la noche y yo seguía en la oficina, como iba a tomar un par de días libres porque finalmente Dong Hae y yo nos iríamos de vacaciones, tenía que dejar todo listo en la oficina. Estaba concentrada respondiendo unos email cuando escuché que tocaron mi puerta, giré la cabeza y casi me da un paro cardíaco cuando vi que era Chaerin.

– ¿Tú?, ¿qué haces aquí? – pregunté más que sorprendida.

– Buenas noches, yo muy bien, aunque no tanto como tú – exclamó con una gran sonrisa entrando y se quedó de pie del otro lado del escritorio. – Buenas noches Dara, ¿cómo estás?

– Que diferencia, primero los saludos y luego lo que quieras.

– Ahora sí me puedes decir a que debo el honor de tu visita.

– Ji Yong me pidió que te entregara esto – respondió entregándome un sobre blanco en el que estaba escrito mi nombre con una hermosa letra – le has caído de maravilla ya que ha sido muy selectivo con los invitados no sé qué le hiciste, pero te quiere ahí.

– Chaerin, pero yo… ¿tú quieres que yo vaya?

– Sería divertido, va a ser en Miami, imagínate, el mar, la playa, el sol, la arena, tú y yo desnudas al anochecer – respondió mientras caminaba y se paraba junto a mí, recargada en el escritorio, yo hice un poco la silla para atrás, nerviosa – además, Ji Yong no te perdonaría tu ausencia y sabe dónde encontrarte y no querrás conocerlo enfadado, hasta asusta a Minzy, así que imagínate.

– Trataré, pero la verdad no te lo aseguro.

Me dio una de esas sonrisas arrebatadoras que elevaba mi pulso a mil y entonces recordé lo que había fantaseado con ella en varias ocasiones, mi corazón se aceleró ante semejante idea, no imaginé que pudiera cumplirla, lo bueno es que pasaban de las ocho y no había nadie más en la oficina, salvo los vigilantes pero se encontraban en la planta baja, así que decidí arriesgarme.

– Necesito ir a la oficina de mi jefa por unos papeles – dije para despistarla, quería tomarla por sorpresa.

– Está bien, te espero.

Le di una pequeña sonrisa y salí, entré a la oficina de Jessica y le agradecí su vanidad como nunca antes. Me miré en el espejo que tenía pegado detrás de la puerta y arreglé un poco mi cabello, no sé para que con lo que tenía planeado hacer. Caminé de puntas a mi oficina y la vi sentada sosteniendo y mirando una foto mía con Dong Hae, se me había olvidado que la tenía ahí. Cerré despacio la puerta de la oficina y le puse el seguro, caminé tratando de no hacer ruido y cuando estuve a su lado, le quite el portarretratos de la mano y lo puse con la foto hacia abajo sobre el escritorio.

Me miró y entonces yo me senté encima de ella, con mis piernas a sus costados, me sonrió sensualmente, adoraba esas sonrisas, puse mis manos sobre el respaldo de la silla y la besé apasionadamente, ella me abrazó y comenzó a acariciar mi espalda, devorando mi lengua, yo comencé a desabrochar su blusa sin dejar de besarla y ella me sacaba la blusa de la falda, cuando lo logró, acarició la piel de mi espalda y sentí que movía sus dedos para desabrochar mi blusa, pero la frené.

Me hice un poco hacia atrás y la desbroché yo lentamente, ella me miraba fascinada, con la sonrisa retorcida, me abrí la blusa y desabroché el sostén, de casualidad me había puesto uno que se abrochaba por enfrente, cuando destapé mis senos ella comenzó a besarlos, pasando su lengua por mis pezones, yo emití un suave jadeo y eché mi cabeza hacia atrás por las sensaciones que me provocaban sus labios.

Subió mi falda y comenzó a retirar mi ropa interior, me puse de pie para quitármela por completo y ella comenzó a sacarse el resto de su ropa, me sorprendí cuando vi que se sentó encima de mi escritorio con las piernas abiertas, me acerque a ella y me hinqué, puse mi lengua en su intimidad y empecé a lamer lentamente, Chaerin emitió un gruñido delicioso, así que seguí lamiéndole lentamente y delicadamente introducía mis dedos en ella, su cabeza la tenía hacia atrás y se lamía los labios gimiendo con sus dedos enterrados en mis cabellos.

Cuando ya no aguanté más, le suplique con los ojos que me hiciera suya, ella sonrió y se bajó del escritorio me cargo y me subió en él, comenzó a penetrarme con sus dedos pero después de unos minutos se detuvo y se subió encima de mí, las dos comenzamos a movernos mientras que nuestras intimidades se rosaban yo gemía fuertemente y tratando de controlarme comencé a morderla, Chaerin acelero el movimiento mientras gritaba por cada mordida que le daba yo tenía los ojos cerrados, concentrada únicamente en las maravillosas sensaciones que me hacía sentir, me fascinaba la forma en que me hacía perder la cabeza. Nos separamos para respirar, pero nuestros labios seguían juntos, jadeando, inundando nuestras bocas con el tibio aliento que emanábamos. Le sujeté las manos y las enlacé con las mías colocándolas en los costados de su cabeza.

– Me fascina cuando tomas el control – susurró con la voz entre cortada.

– Te haré mi esclava, entonces – dije mientras me seguía moviendo rosando nuestras intimidades.

– Hazme lo que quieras… pero, no me dejes.

Le sonreí y seguimos moviéndonos, no quería engancharme en sus palabras, no cuando estábamos teniendo o, en ese estado se dicen muchas cosas, pero no tienen el mismo valor a cuando se dicen con los cinco sentidos bien puestos.

Apreté más sus manos cuando sentí que juntas llegábamos al o y sentí como Chaerin me abrazó fuertemente.

– De verdad eres maravillosa – susurró en mi oído y una sonrisa apareció en mi cara.

Un repentino ruido nos hizo aterrizar de golpe en la realidad y me levanté a toda prisa, con los dedos temblorosos me abroché el sostén y abroche la blusa, abrí la puerta despacio y sólo asomé medio cuerpo, era uno de los vigilantes que había subido a hacer su rondín habitual.

– Buenas noches señorita Sandara, ¿todavía por aquí? – dijo amablemente.

– Sí, terminando una campaña, pero ya casi me voy.

– ¿Quiere que le pida un taxi?

– No es necesario, gracias.

Me sonrió y caminó a los elevadores, yo apreté los ojos de miedo y cerré de nuevo la puerta. Me di la vuelta y Chaerin estaba parada justo detrás de mí, con su dedo pulgar delineó mis labios y luego acarició mi mejilla y bajó a mi cuello acariciándolo también.

– Debemos irnos, los policías estarán a la expectativa de mi salida, además, deben saber que estás aquí.

– Dije que iba a otro piso, no saben que estoy aquí contigo, es una gran ventaja que las ventanas de tu oficina tengan persianas, no se dio cuenta de mi presencia – dijo mientras besaba suavemente mi cuello y acariciaba mi cintura.

– Chaerin, por favor – dije con un hilo de voz, mi cuerpo estaba reaccionando de nuevo a sus caricias haciéndome perder la perspectiva de donde nos encontrábamos.

– Sólo una vez más, haré un viaje de negocios y no sé cuándo pueda regresar a Seúl, quizá nos veamos hasta el día de la boda – anunció lamiendo mi oreja en tanto sus manos acariciaban mis senos por encima de la blusa.

– Aún no te he confirmado que iré.

– Con mayor razón, necesito hacerte mía una vez más esta noche.

Me besó apasionadamente mientras desabrochaba la blusa y la bajaba dejando al descubierto mis hombros, dio pequeños besos en uno y después siguió por mi cuello y paso hasta el otro hombro, yo tenía mis manos entre sus cabellos. Me cargó y me depositó sobre el escritorio, ella se rio y sentí como separaba suavemente mis piernas para enterrar su cabeza y besar mi parte más íntima. No pude