RAIN

RAIN

Ahí se encontraba parado en frente de una casa como un completo idiota bajo la lluvia. Ya es como la cuarta vez que amaga a tocar el timbre y no se atreve. –Idiota. – Susurró. –Otra vez y no te animas. – Volvió a susurrar. Da media vuelta para salir de ahí, antes que la gente que pase o los vecinos lo tomen por loco o que quiera entrar a robar la casa que por horas a estado observando. Ya en el último escalón, giró para ver por última vez la puerta antes de irse. Suspiró. Estaba a punto de girar de nuevo, cuando la puerta se abre, y detrás de ella aparece la figura de un joven de unos aproximados 25 años, unos 5 centímetros más bajo que él.
– ¿Taekwoon? – El joven parecía confundido. – ¿Qué haces aquí? – El otro joven no contesto solo se limitaba a observarlo como si su vida dependiera de ello– Jung Taekwoon te he hecho una pregunta. ¿Qué no ves que llueve? ¿Hace cuánto has estado parado ahí abajo? – Se dirigía hacia el mientras le hacía miles de preguntas el cual Taekwoon no contestó ni una. Agarro su mano. El más alto se exalto ante el contacto. El otro no pareció inmutarse ante su reacción. – Entra. – Le ordeno. Taekwoon obedeció. Como si Taekwoon no conociera la casa de su anfitrión, la observo detenidamente, mirando cada detalle, por más minúsculo que sea. – ¿Por qué te quedas ahí parado? Ve a darte una ducha caliente. Mírate estas tiritando del frio. – No se habría percatado de lo frio que estaba si él no se lo decía.  ¿Cómo no tiritar de frio sí estuvo parado casi toda la tarde bajo la lluvia? Ahí recordó el motivo de porque estaba allí ahora, empapado frente a ese chico de piel oscura. –Toma. – Le tendió una toalla rosa, que al contacto de su piel le pareció completamente suave.
– Gracias. – Hablo por fin Taekwoon aceptando la toalla.
– De nada. Entra al baño o te enfermaras y me veré obligado a cuidarte. – Empujo a Taekwoon hasta el baño y cerró la puerta dejándolo completamente solo.

Luego de haberse duchado, se dirigió hacia el living, donde se encontraba su amigo sentado en el gran sillón azul mirando televisión. Taekwoon observo su cuello, y su estómago se revolvió. – Ya era hora que salieras, pensé que me gastarías completamente el agua. – Dijo sin mirarlo.
– Lo siento.
– ¿Por qué te disculpas? – Apagó la televisión y finalmente lo miro. – Fue una broma. –  Sonrió y se levantó en dirección a la cocina. –  Tengo Latte ¿Quieres? – El asintió. Su amigo sabía perfectamente que era lo que le gustaba. Taekwoon se sentó en el sillón. Suspiró. Aún tenía la toalla en su cabeza, olía a su dueño, tenía olor a rosas, le gustaba. Estaba completamente sumergido es sus pensamientos hasta que se escuchó un ruido en la cocina. Algo se rompió. Taekwoon corrió hacia la cocina, tirando la toalla vaya saber dónde. Al entrar a la cocina se encontró con el joven moreno en el suelo recogiendo pedazos de una taza rota. Se acercó para ayudarlo, pero al acercarse más, vio que su mano estaba lastimada, de ella salía sangre, Taekwoon rápidamente tomo su mano, lo levanto bruscamente y fue directo al baño.
–Espera. – Se quejó. – Me haces daño.
–Tu mano chorrea sangre. ¿Acaso no te has dado cuenta? – El joven miró la mano que sostenía Taekwoon, y era verdad salía sangre de esta. Metió la mano bajo el agua para limpiar la sangre, se revolvió un poco por el dolor. – Alcohol. – Susurró.
– ¿Qué?
– El Alcohol ¿Dónde está? –  Dijo buscando en el estante. – Ya lo encontré. – Con el alcohol en una mano y algodón en la otra se dispuso a curar la herida. –Dame la mano. – Obedeció, le tendió la mano.  Cuando el algodón mojado en alcohol toco la herida del moreno, este se quejó y se movió un poco. – No exageres.
– Duele idiota. – Lo golpeó en el cuello. Taekwoon dejó escapar una risita.
La herida estaba curada y un silencio inundo la habitación. Taekwoon seguía sosteniendo su mano, la sostenía como si el otro se escapara o llegara a caer. Un pequeño rubor recorrió su mejilla. Soltó la mano y se levantó dispuesto a marchar.
– Creo que es hora de irme. – Taekwoon depositó el alcohol en su lugar.
– ¿Ahora? – Dijo en un tono algo elevado. Se sorprendió por eso y bajo la voz. – Pero está lloviendo.
–Si me quedo un tiempo mas no podré aguantar más. – Miraba para otro lado. El moreno lo miraba confundido.
– ¿Aguantar exactamente qué? – Taekwoon no contesto. – Taekwoon. – Lo llamo. No obtuvo respuesta. – Taekwoon. – Repitió. – ¿Aguantar qué?– Estaba agarrando la mano del más alto para evitar que se marche.
–Besarte. – Susurró. Se soltó del agarre.
– ¿Perdón? – Taekwoon no sabía si había escuchado lo que él dijo o si dijo eso por su brusquedad. – Acaso dijiste – No termino de completar la oración ya que Taekwoon lo besó, fue un beso tranquilo, solo un choque de labios con labios. Al cabo de unos segundos Teakwoon reaccionó, y se apartó bruscamente de él.
–Lo siento, no debí hacerlo. – Giro y rápidamente se marchó, cerrando detrás de él la puerta de la casa. Dejando completamente solo al joven moreno.
 

La lluvia caía rápidamente, ya era tarde y no había gente en la calle. Taekwoon se sentía un completo idiota. Estaba furioso –y a la vez no– con si mismo por lo que hizo. Lo besó y luego salió prácticamente huyendo del lugar, realmente era un tonto.
Cruzaba por la plaza principal cuando un grito llamo su atención, dio media vuelta y se encontró con un joven completamente empapado corriendo y gritando su nombre. –Está loco. – Pensó Taekwoon. No sabía que hacer el hombre a quien amaba estaba corriendo hacia él. No sabía si correr hacia él y abrir los brazos, o sí correr hacia el sentido contrario. No termino de decidir ya que se encontró con una situación graciosa pero preocupante a la vez, el chico se había patinado con el agua, y yacía en el piso quejándose del dolor. Taekwoon no sabía si reírse o correr a socorrerlo. Opto por la segunda: correr hacia él.
– ¿Estas bien? – Taekwoon dejo salir una risita al verlo todo mojado y sucio, le parecía adorable.
– No, no estoy bien Jung Taekwoon. – El nombrado le tendió la mano, este no la acepto. Opto por levantarse solo. Lo cual fallo, ya que volvió a patinarse para encontrarse con el suelo de nuevamente.
–Dame la mano. – Taekwoon volvió a tenderle la mano. – Cha Hakyeon.
Hakyeon, el nombre más hermoso para Taekwoon, el nombre que portaba la persona que amaba, la persona más hermosa a la vista de él. Un nombre que solo quería repetir hasta su último día.
–Idiota. – Hakyeon acepto su mano. – Realmente eres un idiota. – Taekwoon no entendió. Solo se limitó a ladear la cabeza. – ¿Cómo te atreves a besarme? – Lo apunto con el dedo amenazadoramente.  – ¡¿COMO?! – Hakyeon había elevado su tono de voz. Taekwoon iba a responder pero Hakyeon no lo dejo. – ¡Y ENCIMA HUYES! – Taekwoon ya no entendía nada. ¿Qué le estaba reprochando? ¿El beso o la huida? – ¡¿QUIÉN BESA A ALGUIEN Y LUEGO HUYE?! JUNG TAEKWOON ¿ME ESTAS ESCUCHANDO? ¿ACASO NO TE ESEÑARON MODALES?– A Taekwoon ya le empezaba a doler la cabeza. Odiaba cuando Hakyeon gritaba, era totalmente molesto, pero  aun así lo apreciaba demasiado. Lo besó, por segunda vez. Hakyeon estaba anonadado.
–No grites. – Dijo Taekwoon. – Haces que me duela la cabeza.
– ¿Perdón? – Taekwoon se había dado cuenta tarde de lo que hizo y retrocedió.
– Lo siento.
– ¿Lo sientes?
–Si.
–No lo sientas.
– ¿Qué?– Y  De nuevo Hakyeon confundió a Taekwoon.
– Que no lo sientas. – Hakyeon suspiró. – No creo que funcione esto.
– ¿Qué? – Repitió Taekwoon. Estaba empezando a tener miedo. Esas palabras se clavaron en su pecho impidiéndole respirar– Hakyeon, por favor, no digas – Hakyeon levanto la mano haciendo que Taekwoon se callara.
– No creo que funcione nuestra relación de amistad. – En menos de una hora Hakyeon confundió a Taekwoon tres veces seguidas.  – Taekwoon. – Ahora era Taekwoon quien levanto la mano. No quería seguir escuchando.
–Hakyeon. – Se le hizo un nudo en la boca.
– Pídemelo. – Taekwoon ya no entendía nada, Hakyeon lo confundía cada vez más, tenía ganas de golpearlo fuerte hasta que llorara o pidiera piedad. Así recordó la última vez que esas ganas de golpearlo aparecieron; fue en secundaria cuando Hakyeon salió con una chica un año mayor que él, eso lo hizo hervir de celos .Lo golpeo. Mientras jugaban futbol en clase de deportes, en la primera vez, Taekwoon tacleo a Hakyeon haciéndolo caer dejándole varios raspones en el cuerpo, la segunda, lo golpeo con la pelota justo en la cara. En ese momento se sentía satisfecho, pero luego de ver en las condiciones en la que estaba se sintió demasiado culpable. Y no podía ver a Hakyeon a la cara. Ahora. Él quería hacerlo. Pero no lo hizo.  –Taekwoon. – Hakyeon lo llamó. – ¿No te has dado cuenta? – Pregunto Hakyeon. Taekwoon lo observaba sin decir una sola palabra. – Me gustas Jung Taekwoon, estoy enamorado de ti. – Taekwoon estaba anonadado. ¿Acaso estaba soñando? Pero no, era la vida real, totalmente real, nada de esto era un sueño o un cuento, era la pura y hermosa realidad.  Vio como Hakyeon empezó a mover los labios y volvió a tierra firme. – Desde la primera vez que te vi me has gustado. – Confesó. – Pero pensé que nunca iba a funcionar, y por eso intente salir con chicas, pero no sentía nada. Es como si dominaras completamente mi mundo. –Hizo una pausa antes de seguir. Miro a Taekwoon quien lo miraba perplejo sin decir una sola palabra. – ¿Sabes? A veces me dan ganas de golpearte cuando estas callado. – Ríe algo triste – Di algo Taekwoon. – Rogó. – Por favor.
Estaba sin palabras, no sabía que decir, a Taekwoon se le ilumino el mundo aun cuando la lluvia cubría todo. Exactamente ahora se sentía volando más alto que el monte Everest. Estaba tan feliz que se sentía capaz de hacer cualquier cosa. Lo abrazó. Hakyeon saltó sorprendido ante la acción. Taekwoon no quería soltarlo. Una sonrisa le decoro el rostro. Estaba tan feliz.
– Taekwoon.
– No lo arruines. – Taekwoon tenía los ojos cerrados.
– Tu amor duele. – Hakyeon se quejó. Taekwoon lo soltó. Un rubor apareció en sus mejillas. Hakyeon rio. – Te amo. – Confeso y luego lo beso.  Taekwoon se sorprendió, ya que las dos veces que se besaron las inicio él, y ahora quien inicio el beso fue Hakyeon. Claro que correspondió. El beso fue lento, y lleno de sentimientos.  Se separaron por falta de aire, y ambos sonrieron.
– Yo también te amo. – Contestó Taekwoon.
 

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