Capitulo X
La maestra y sus musasSeohyun me jalo rápidamente escondiéndonos bajo un mueble, mi corazón latía con fuerza tenía miedo, ella coloco su mano sobre mi boca para que no saliera ningún sonido de ella. Escuchamos a Tae alejase, respire con tranquilidad, Seohyun por lo bajo se reía de mi.
-No te burles –le di un pequeño golpe en el hombro, pero al ver su sonrisa no pude evitar el reír también. Salimos de nuestro escondite.
-Es mejor que regreses a la habitación, no queremos que Taeyeon se moleste –me dijo acariciando mi mejilla- hablaremos mañana, descansa Yoona –deposito un beso en mi mejilla, y se alejó. Regrese a la habitación y observe a Taeyeon que había vuelto a dormir, sería una larga noche.
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/JESSICA/
Era otro largo día de trabajo, todo me parecía tan aburrido y absurdo, definitivamente tenía que cambiar de empleo, escuche a Susy llamarme, bien, era mi turno. Salí de tras de ella y vi a la bola de hombres y mujeres hablando muy fuerte, respiró hondo y continúe con mi camino, sentí la mano de un hombre al darme una nalgada, le sonríe y después le mande un beso, maldito asqueroso ¡dios nunca iba a librarme de esto!, seguí a Susy hasta llegar a la barra, me senté a su lado y pedimos un trago, la noche seria larga… Dejen presentarme soy Jessica Jung y trabajo en el Nigh Club, si, soy una a, pero yo prefiero que me llamen “Mujer de la vida galante”. Hombres y mujeres se acercaban a mi cada noche, lo mismo noche tras noche.
Era mi momento, pero no estaba de humor y menos para follar, masajee mis sienes y al momento vi que dos mujeres se acercaban a mi campaneándose por el lugar, rodé los ojos.
-Hola hermosa –me sonrieron y devolví la sonrisa- queremos proponerte algo, con muy buena paga. –les hice seña para que siguieran hablando- queremos un cuarteto –casi me ahogo con el whisky al escucharla.
-Chicas no creo que necesiten de mi si son tantas –rei leve.
-Vez aquel hombre de haya –señalaron a la mesa e hice una cara de horror, con aquel tipo yo no me metía, era de esos hombres grandes, con barbas largas y que no duraban, negué.
-Lo siento pero estoy ocupada –no les importo, siguieron insistiendo y no sabía como zafarme, eran unas mujeres insistentes mire a mi al
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