Junhyung pensó que la falta de sueño le estaba jugando una mala pasada, después de todo los gatos no hablan, ¿verdad? Porque eso es lo único que tenía delante. Una una bola de pelo negro.

 

Kikwang no sabía que hacer, presentía que algo no iba bien. Su cola se erizó y arqueó su espalda en señal de ataque.

 

“Kwa...ng...ie...” Una vocecilla murmuraba tras los arbustos.

 

Los ojos de Junhyung se abrieron como platos y apartó la vista del pequeño animal y la dirigió rápidamente hacía donde creía haber oído de nuevo una voz.

 

Kikwang volvió a sentir que algo no era normal y empezó a bufar a la vez que reculaba hacía donde el pobre Yoseob se encontraba.

 

“¿Hola? ¿Hay alguien ahí?” Junhyung preguntaba mientras avanzaba e ignoraba por completo al animal.

 

“¿Estás vi... ¡Ay!” No pudo hacer ni decir más porque sintió como unos pequeños colmillos se clavaban en su tobillo y unas zarpas trataban de llegar a su pierna. “¿Pero qué demonios?” Kikwang estaba trepando por su pantorrilla.

 

“¡Quita bicho!” Trataba de deshacerse del enfurecido animal mientras intentaba encontrar la fuente de esa dulce voz que había escuchado antes. “Si sólo quiero ayudar a tu dueño...”

 

Pero no fue su dueño lo que encontró. No. Detrás de esos arbustos lo único que encontró fue otra bolita de pelo que temblaba y gemía de dolor.

 

Se quitó la cazadora y trató de atrapar al enfurecido animal que seguía arañándole y mordiéndole las manos, cuando por fin lo consiguió cogió con mucho cuidado a la bolita de pelo naranja que acababa de encontrar y la colocó junto a su pecho. Pareció calmarse y Junhyung no pudo evitar sonreír.

 

~*~

 

“¿Qué le pasa? ¿Se pondrá bien? ¿No se va a morir, verdad?”

“Aún no sé que le pasa. Sí, se pondrá bien. Y no, no se va a morir. ¿Pero qué bicho te ha picado?”

“Esa bola negra es la que me ha picado. ¡Mira como me ha dejado la mano! Seguro que me ha pegado la rabia o algo...”

“Por favor Junhyung, cálmate. Estás perfectamente. Seguro que te has acostado con cosas peores...”

“Muy gracioso, Doojoon, eres muy gracioso.” Dijo mientras se dejaba caer en una de las sillas de la consulta sin quitarle ojo al minino anaranjado que ahora dormía plácidamente. “Y por cierto, tienes un aspecto horrible.”

“Gracias colega. Yo también te quiero.” Un desaliñado y malhumorado Doojoon le respondía mientras se acercaba a la jaula donde estaba la otra pequeña bola de pelo.

“Deberías dormir...”

“Trataba de hacerlo cuando un energúmeno ha empezado a aporrear mi puerta esta mañana. Ah, espera. Has sido tú.”

“¿Y qué querías que hiciera? Parecía estar sufriendo mucho...”

“¿Y tú desde cuándo te preocupas tanto por los animales? Pensaba que tu concepto de animal de compañía era ese compañero de cuarto tuyo.”

“De veras que eres muy gracioso. No sé que hacen que no te llaman los del club de la comedia.” Dijo dándose por vencido mientras se incorporaba de nuevo. “Tengo que ir al estudio”

“Y yo tengo una consulta que abrir pero estoy aquí, con tus gatos.” Dijo acercándose a su buen amigo y pasándole el brazo sobre los hombros. “Ve al estudio, haz lo que tengas que hacer y ¡deja de preocuparte!”

“Gracias...” Es lo único que pudo decir.

“De nada.” Puso su mejor sonrisa mientras le acompañaba a la puerta y le indicaba el camino por el cual había venido. “Ahora, largo”

 

~*~

 

Si el día ya había empezado mal para Junhyung ahora estaba yendo a peor. Tenían que acabar un proyecto para una revista que se publicaría en un par de días, pero un fallo en el suministro eléctrico les había dejado sin luz durante algo más de dos horas. Lo que implicaba problemas y más problemas. Y ya que no podían avanzar y el horario ya se les había descuadrado, había pensado en acercarse a la clínica a ver como seguía su pequeña bolita peluda, sí, era suya, y le daba igual lo que Doojoon pensase de él. Pero las cosas nunca salen como uno quiere y todo el mundo había decidido recurrir a él en busca de ayuda. Así que lo único que consiguió fueron media docenas de llamadas telefónicas en las que siempre obtenía la misma respuesta. Está bien.

 

Cuando por fin volvió la luz y consiguieron que todos los ordenadores funcionasen, recuperar algunos trabajos que se habían perdido por el repentino corte y tranquilizar a más de uno, la hora de salida había pasado y él seguía pegado a su cámara y a sus focos.

 

Doojoon le había dicho que no se preocupara, que estaban en buenas manos pero eso no evitó que llamase al culpable de que todo esto empezase.

 

“Hyung~ ¿Ocurre algo?”

“Yah, Dongwoonah, ¿Dónde estás? Tus clases han acabado ¿verdad?”

“Estoy en la biblioteca hyung, ¿dónde quieres que esté? Parece mentira que no me conoz-”

“Vale, entonces has acabado. Ve a ver a Doojoon y dile que me va a ser imposible pasar hoy, que te cuente a ti lo que hacer.”

“¿Eh...?”

“Ve, ahora” Y colgó.

 

Y Dongwoon no entendió nada pero empezó a recoger. Sabía que Junhyung no le pediría eso si no fuera realmente importante. Además, le estaba dando la oportunidad de ir a ver al increíblemente atractivo doctor con la excusa perfecta. Y no la iba a desaprovechar.

 

~*~

 

Cuando llegó a la clínica veterinaria un padre con su hija estaban saliendo de la consulta y en la sala de espera sólo quedaba una pareja. Era ya casi la hora de cerrar y se sentía un poco mal por hacerles quedarse más tiempo del debido pero... Le habían dicho que fuera y eso había hecho. La enfermera le dijo que se sentase, que el doctor le atendería en seguida. Y eso hizo. Se sentó en una de esas incómodas sillas y miró una y otra vez los posters de las paredes mientras esperaba.

 

“Espero no tener que volver a veros pronto”

“Eso esperamos nosotros también, muchas gracias, no sé que habríamos hecho sin usted”

“Nada, nada, es mi trabajo” Dijo mientras les despedía y en su cara se dibujaba una sonrisa.

 

“Dongwoonie, Jun me dijo que vendrías, pasa por favor” Le decía mientras desparecía tras la puerta. “Dile que puede respirar tranquilo, aún no tengo muy claro que le pasa pero al menos está estable. Aunque preferiría que se quedase aquí un par de días más. Por precaución, ya sabes. El otro... el otro me está volviendo loco, no para de maullar y cada vez que alguien trata de acercarse le bufa, le araña y no hay manera de tranquilizarle. No ha querido comer en todo el día, sólo da vueltas en la jaula... No sé que hacer la verdad”

“...”

“Desde que le sedamos esta mañana no hemos podido volver a tocarle y... ¿Dongwoon?”

“Hyung... ¿De qué me estás hablando?”

“De los gatos que ha traído Jun esta mañana” Dijo señalando hacia la parte trasera de la consulta.

“¿Gatos...?”

“¿No has venido por eso? Pensaba que te había mandado Jun.”

“Y lo ha hecho. Pero sólo me ha dicho que viniese, te dijese que le iba a ser imposible pasarse hoy y que me dijeras que hacer... Pero no tenía ni idea de lo que estaba hablando... jeje” Se mordía el labio inferior mientras le miraba y se rascaba la nuca.

“Ya veo... Pues eso es todo. Dile que se quede tranquilo y se pase cuando pueda. Y que deje de llamarme por favor, si pasa algo ya le llamaré yo”

“¿Y puedo verlos?”

“¿Eh?

“A los gatos...” No quería tener que irse tan pronto. Para una vez que conseguía ir sin una excusa absurda iba a tratar de estar todo el tiempo posible. Y si tenía que interesarse por unos gatos, lo haría.

“Claro, pero uno está durmiendo y el otro ya te he dicho, no hay quien se le acerque. Le hemos llevado a la otra sala porque estaba dificultándonos el trabajo.” Decía mientras se acercaban a donde el pequeño animal de color naranja dormía tranquilamente. “Ahí le tienes”

“Es pequeño. Muy pequeño” Gran frase Dongwoon, gran frase, sí señor.

“Jajajaja. Sí es pequeño sí, aunque no creo que tenga más de 3 meses”

“Es que yo sólo entiendo de cine”

“Lo sé, tranquilo” Le dijo revolviéndole el pelo mientras seguía riéndose. “Y aquí es donde tenemos al demonio de Tasmania...” Volvió a decir mientras abría la puerta que daba a la otra sala.

 

“¡Yoseob! ¡Yoseobie!”

 

“¿Yoseob?”

“¿Eh? ¿Has dicho algo?” Doojoon se volvió para mirarle.

“¿Yo? ¿No has sido tú?”

“No, no he dicho nada.”

 

~*~