My love is a Ghost

My love is a Ghost

Se había convertido en un hábito…

Me acostumbré a esto…

Era lo único que podía calmar mi alma de ese despiadado destino que me arrebató todo…

 

Froté mis manos cubiertas por los guantes. Un invierno crudo que quería comerme como lo había hecho con mi madre. Suspiré indiferente al mundo que continuaba hablando a mis espaldas, o solo me había vuelto completamente loca y solo escuchaba sus voces. Claro, eran únicamente las voces que continuaban sintiendo lastima de mi persona. “Tenía solo 14 años cuando tuvieron ese accidente.” “Solo vivió ella, cubierta por los brazos de su madre ensangrentada.” “Debió haber muerto junto a su madre, no tiene a nadie en el mundo.” – Levanté la vista al cielo y cerré mis ojos, quería permitirle a esas tímidas lágrimas que volvieran a escapar.

 

                - No sabes cuanta falta me haces… me siento muy sola – Susurro sabiendo que nadie más que mi madre en el cielo me escuchará. Deposito el ramo de flores que he venido a dejarle. – Ya han pasado 7 años desde que te fuiste, y sigue sin ser agradable este tipo de aniversarios. Sé que la señora Kim es la mujer que dejaste encargada de mí, y ella me trata como si fuera su hija. Toda su familia me trata de la misma manera… pero tú eres mi mamá y te necesito – Derramo lágrimas incontenibles y tapo mi cara, los espasmos son más fuertes que yo y necesito arrodillarme frente a la tumba de mi madre.

 

Al marcharme de ese lugar, me detengo a observar cada nombre. ¿Cuántas personas llorarán de la misma manera que lo hago yo? ¿Estas personas tendrán alguien que los ame aquí en la tierra? Y cuando voy a doblar por un camino a la salida del cementerio, detengo mi vista en una muchacha, vestida de negro. Observa con detenimiento la placa de una tumba específica, está tan tranquila, tan inmutable y sé que no debería interesarme pero no puedo evitar acercarme a ella, quería reconfortarla, deseaba decirle lo que yo deseé que me dijeran cuando perdí a mi madre.

 

                - ¿Estás bien? – Pronuncié y sentía miedo de equivocarme con cualquier otro palabreo con el que hubiese comenzado. La observé y ella seguía en silencio, sin despegar la mirada de esa placa. Intenté tímidamente observar el nombre inscrito en la placa pero sentía que podía invadir su privacidad y solo volví a atreverme a abrir mi boca – No quiero ser entrometida, ni mucho menos molesta pero… ¿no sientes frío? – No había podido evitar darme cuenta, vestía unos pantalones negros ceñidos a su piel que seguramente eran muy helados y una blusa del mismo color traslúcida. Levanté la vista cuando ella giró su vista y me observó. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo y por primera vez sentí algo más que miedo con una mirada así.

                - ¿Me hablas a mí? – Se señaló nerviosa y levanté una ceja extrañada. Asentí lentamente y ella desvió la mirada. Sus manos temblaron y todo su ser, intenté tocar su hombro, pero me evadió – No me toques.

                - Lo siento, yo solo quería…

                - No te me acerques de nuevo. ¿De acuerdo? – Fueron palabras tan molestas que no sabía si sentirme apenada por haberme acercado o enfurecerme.

                - L-lo siento… te vi y pensé que estabas a punto de llorar, quería apoyarte pero…

                - No existe apoyo para mí… - Susurró y salió corriendo lejos de mí. Quería simplemente huir y se lo permití, era clara la razón.

 

Día tras día, comencé a visitar la tumba cercana a la de mi madre, esperaba volver a verla y no tenía idea del porqué. La noche después de que la conocí, comencé a soñar con ella y solo quería volver a verla para que me explicase que me estaba pasando. – Me senté frente en un banco del cementerio y solo observé todo el lugar.

 

                - ¿Por qué me estás buscando? – Sin siquiera darme cuenta, ella estaba sentada a mi lado. Fijé mi vista en ella y suspiré bajando la vista, llevándome mis manos al rostro. - ¿Qué buscas de mí?

                - Quiero saber… ¿por qué estoy soñando contigo? – Pronuncié con vergüenza, la miré y ella no cambió su semblante – Desde que te vi…

                - ¿Por qué? – Me callé cuando habló. Pero ella no desvió su vista del vacío. A veces no podía evitarlo, en mis sueños la pillaba desorientada, mirando a un vacío sin fin y aunque estuviese frente a ella, no me miraba, quería descubrir quién era ella - ¿Por qué puedes verme?

                - ¿Qué? – Un temblor recorrió mi cuerpo.

                - ¿No te has dado cuenta? ¿No me reconoces? – Me mira, me muerde con su mirada y siento miedo al darme cuenta de quién es, inevitablemente me levanto, como una reacción retardada – Ahora me tienes miedo ¿verdad?

                - … No – Digo apenas aquella pequeña palabra compuesta por dos letras, pero ella sonríe desviando su vista y no puedo evitarlo. Mi corazón da un vuelco. – N-no te tengo miedo.

                - ¿Cómo podrías no temerle a un muerto? – Pregunta y se levanta acercándose a mí, retrocedo y ella vuelve a sonreír despectiva – O… ¿te causo asco? – No sé cómo poder emitir alguna otra palabra que no demuestre mi hiperventilación, estoy sorprendida pero no quiero que se aleje de mí – Fantástico, eres el único ser humano que me puede ver, la única chica que puede hablarme y no tiene ningún sentido. No nos conocimos en vida y no sé por qué te acercaste a mí ahora que estoy muerta.

                - Pasé por una experiencia cercana a la muerte a los 14 años… Supongo que eso me permite verte…

                - Lees mucho o ves muchas películas de ciencia ficción ¿no es verdad? – Pregunta y una de sus manos se dirige a mi cabeza, me toca y aunque siento un escalofrío, su golpe me hace retroceder un paso. Me mira sorprendida y ve su mano – Increíble, por más que quisiera tocar a alguien, nunca lo había hecho. ¿Realmente tuviste una experiencia de ese tipo?

                - Mi madre me protegió de morir en un accidente automovilístico. Y me salvaron en un hospital.

                - Vaya, eso es muy doloroso. Sé que debió ser terrible para ti pero… ella seguro está en un lugar feliz ahora y sé que debe estar haciendo milagros para cuidarte – La miro fijamente y no puedo evitar sentir un aleteo en mi corazón. Sin importar que ella realmente no esté viva, es la primera persona que me dice las palabras que deseé escuchar. Caigo de rodillas frente a ella y no puedo evitar ponerme a llorar – Oye ¿e-estás bien? – Pregunta nerviosa y se arrodilla a mi lado, siento un escalofrío recorrer mi espalda y sé que ha puesto su mano en mi espalda.

                - ¿Por qué? ¿Por qué eres la primera en decírmelo? – Realmente quería preguntarle por qué no estaba viva. Por qué no alcancé a conocerla cuando aún estaba viva.

                - Lamento no haber tenido el placer de conocerte antes… quizás no estaría muerta si te hubiese conocido – Pronuncia y detengo mis lágrimas cuando la observo, la herida que ha sanado por sus palabras, abre una nueva en mi pecho y es que no sé qué estoy haciendo porque estoy comenzando a sentir algo por ella.

                - ¿Puedes quedarte a mi lado? – Ruego porque no se aleje de mí, quiero tenerla a mi lado, no me importa si nadie más la ve.

                - Te voy a decir que no – Me dice y abro mis ojos como platos – Ni siquiera me has dicho tu nombre y quieres que permanezca a tu lado, aunque eso conlleve a un par de problemas.

                - ¿Problemas como cuáles? – Ella sonríe y mis mejillas por primera vez arden más que en un caluroso día de verano.

                - Comenzarán a creerte loca por hablarle a la nada – Inquiere y me detengo a pensarlo, pero le sonrío abiertamente, niego moviendo mi cabeza.

                - No me importa nada… soy Hwang Miyoung – Y ella asiente sonriendo. Es la primera vez y no me importan todas las demás cosas, solo sé que es la primera vez que me he enamorado.

                - Era Jung Sooyeon en vida…

                - Lo eres todavía.

 

Y desde esa primera vez. Descubrí que no me importaba nada más en el mundo. No había nada que desease más que sentir el contacto de sus manos, el calor de sus brazos apretándome. No quería a nadie más que a Sooyeon.

 

Abandoné mi rutina, dejé lentamente de ir al cementerio porque ya no importaba, mi madre seguro estaba feliz por mí. ¿Qué importaba lo que el mundo creyese de mí? Era la primera vez que me sentía más viva que nunca y todo sucedía porque Sooyeon estaba a mi lado, sin importar nada, ella siempre estaba a mi lado y aunque nadie más pudiese verla, era feliz. – Un escalofrío recorrió mi espalda y sonreí bajando la vista, sus brazos rodearon mi cintura y su pecho se pegó contra mi espalda.

 

                - ¿Sabes qué es lo más divertido de esto? – Preguntó y yo la miré desde un lado. Soltó su agarre y me di la vuelta, la miré y ella acarició sus brazos. Alcé una ceja – Eres la única persona que me ve y que me siente, por medio de escalofríos pero me siente.

                - Quisiera realmente sentir tu calor – Pronuncio y me mira afligida, baja su vista y sé que quiere desvanecerse, no puedo hacer mucho más que lamentar mis palabras – Pero no importa nada, solo quiero tenerte a mi lado – Hablo torpemente y ella vuelve a mirarme suspirando.

                - Siempre intentas buscar la manera de que no salga herida y no puedo salir herida. No poseo un cuerpo que sangre por las heridas…

                - ¡¿Por qué siempre tienes que decir eso?! – Grito y sé que ella no tiene la culpa, ha estado tanto tiempo vagando por el mundo como un fantasma que son simples palabras para ella.

                - ¿Miyoung? – Me congelo al escuchar esa voz, salgo de la cocina y allí está mi hermanastra, mirándome extrañada. Se lleva las manos a sus brazos contrarios, los siente entumecidos porque cada vez que Sooyeon está aquí… todos sienten el frío fantasmal - ¿Te encuentras bien?

                - Sí – Contesto y nada más sé que me mira como que estuviese loca. Es nuestra relación desde que Sooyeon comenzó a habitar entre las cuatro paredes de mi hogar.

                - ¿No quieres encender el calefactor? – Pregunta y me acerco al artefacto, mi fantasma ha dejado el lugar, huyó lejos de mí, y todo fue mi culpa, nunca debí haber dicho esas palabras – Mamá me ha pedido que te traiga comida de camino a la universidad.

                - Gracias Taeyeon, no tenías que preocuparte…

                - Me preocupas mucho Miyoung – No me deja continuar y me mira con esa aflicción que solo ella puede utilizar – Te he oído gritarle al vacío, te distraes del mundo… ¿Hay algo que necesitemos hablar? – Muerdo mi labio y ella se acerca, lleva su mano hasta un mechón despeinado de mi cabello, alisándolo con sus dedos – Sabes que puedes confiar en mí.

                - No hay nada que decir.

                - Miyoung… por favor – Entrecierro los ojos y me separo de ella – No solo estoy preocupada yo, nuestra familia también lo está.

                - Yo no tengo familia – Aprieto mis puños y soy consciente de que debería arrepentirme de lo que dije, estoy a punto de perderlo todo.

                - ¿Cómo puedes decir eso? Eres mi hermana… te recibimos cuando perdiste todo y…

                - Lo perdí todo como has dicho – Vuelvo a hablar, estoy hablando cosas sin sentido que simplemente la rabia de haber metido la pata hace unos momentos con Sooyeon, me provocan.

                - No le diré a nuestros padres lo que has dicho… - Sé que está molesta, lo veo en sus ojos, pero Taeyeon es un mar desconocido para mí, y no voy a navegarlo – Pero no vuelvas a decir esas cosas. Quizás necesites pensar con la mente fría, si me necesitas. Sabes dónde encontrarme – Estaba saliendo de mi hogar, temblé de miedo cuando habló. ¿Podía confiar verdaderamente en ella sin que me creyese loca?

                - Espera, Taeyeon – Salí detrás de ella y mi hermana volvió a mirarme, trago saliva nerviosa y sé que seguro el miedo me comerá – Tengo algo que decirte.

                - … De acuerdo – Entra nuevamente a mi hogar y se sienta en un sofá, la sigo y al sentarme a su lado la miro. Tengo miedo - ¿Entonces?

                - ¿Tú crees que los fantasmas estén vagando en nuestro mundo? – Ella me mira, alza una ceja y se pone de pie – Por favor, no me creas una demente, pero yo…

                - Aguarda un segundo – Me calla nuevamente y saca su teléfono – Sé que estoy estudiando psicología, y que esto me suena completamente extraño… pero creo que debo llamarla a ella.

                - ¿A… quién? – Pregunto y marca rápidamente un número.

                - De acuerdo, te necesito ahora en la casa de Miyoung, por favor no te tardes – Habla tan rápido, no entiendo nada pero ella simplemente no deja de mirarme – Permíteme esto y voy a confiar absolutamente en tus palabras – Mis ojos se iluminan y ella camina de un lado para el otro – No pensé que esto iba a ocurrir.

 

Con el tiempo, supe que tenía razón en mi teoría de que podía ver a Sooyeon a causa de mi experiencia cercana a la muerte. Yoona, la amiga médium de Taeyeon, vino aquel día y comenzó a hablarme sobre situaciones por las cuales un fantasma aparece alrededor de una persona y mientras mi mente continuaba buscando alguna razón por la cual Sooyeon hubiese aparecido delante de mí, ella cada vez comenzaba a sentir más frío o calor.

 

Y yo ya no sentía escalofríos cuando intentaba tocarme, ya no la sentía…

 

Yoona me visitaba día por medio, quería conocer bien la historia de cómo nos habíamos conocido. Y yo le relate que simplemente la había conocido luego de encontrar su espectro en el cementerio. No había nada más que me conectara a ella o era lo que creía hasta ese punto.

 

                - ¿De qué hablas? – Dejo mi taza de café sobre el delicado plato de porcelana y la miro, estoy intentando interrogarla con la mirada, pero sé que no puedo sacar nada de Yoona de ésta manera.

                - Bueno…, me refiero a que durante realizaba mis estudios sobre espíritus encontré algo muy importante que debías saber – Asiento y ella tras tomar otro sorbo de café, se aclara la garganta – La razón por la que Sooyeon puede que esté rondando alrededor tuyo es porque en vida tenía algo pendiente contigo – Siento que me voy a desvanecer por aquella revelación – Es la única razón y la más verídica por la cual ella debe estar cerca de ti.

                - Pe-pero… Ni siquiera la conocía cuando nos vimos en el cementerio. Es simplemente una coincidencia que aparezca delante de mí y…

                - No Miyoung, no existen las coincidencias en este tipo de mundo. Ella debía conocerte en vida y no alcanzó a hacerlo. Ella ahora debe conocerte, pero no cumplirá por completo su tarea referente a ti – La miro, estoy helada, no sé qué decir porque no asimilo la conclusión de Yoona – ¿No lo habías pensado? ¿No te has dado cuenta de que ella comienza a sentir frío o algo?

                - ¿Qué? – Pregunto, sé que la he visto frotarse los brazos - ¿Q-qué significa eso? – Tartamudeo, sé que tengo miedo de saber la verdad.

                - …Pronto desaparecerá.

 

A pesar del dolor que sentí cuando me contó aquello, mi mente comenzó a buscar la verdad. Y quería que tuviese razón, pero también deseaba que no. No quería sentirme culpable de haber cumplido su último deseo antes de morir. – Pasé mis manos por el rostro, y limpié las pequeñas lágrimas que se habían asentado en las comisuras de mis ojos. Había decidido que para saber cómo comenzó todo esto, debía conocer su verdad.

 

                - ¿Por qué vuelves a este lugar? – Pregunta sentándose a mi lado. Miro fijamente la placa en la que está inscrito su nombre. Ella había muerto un año atrás y la fecha realmente no calzaba dentro de mi cabeza. Bajo la vista y me estremezco al saber que ella ha puesto su mano sobre la mía – ¿Ya… no me puedes sentir verdad?

                - … ¿Sabes realmente la razón por la que estás aquí? – Pregunto cerrando mis puños sobre mis rodillas, no quiero llorar frente a ella, pero soy débil y mis ojos rápidamente se tornan cristalinos – Sé que has escuchado todas las conversaciones que he tenido con Yoona. Sooyeon… dime la verdad – Derramo una lágrima al momento en que la miro. Sus ojos vacíos, por primera vez me observan con dolor y se estremece asintiendo.

                - Cuando morí sabía que debía buscarte… siempre he estado observándote y no me atreví a estar cerca de ti porque creí que no me verías… cuando tú me hablaste, sentí mucho miedo – Está llorando y comienzo a sentir más frío al notar que sus emociones invaden el único lugar en el que me encuentro – No sabía que esto sucedería y deseaba poder estar cerca de ti. No eres la única que ama a alguien que no pertenece a su mundo – Sonríe débilmente y yo sigo llorando sin dejar de mirarla.

                - ¿Por qué no te conocí cuando estabas viva? – Pregunto, siento el dolor carcomerme y ella lo sabe. Baja lentamente la vista.

                - … S-si nos conocimos – Susurra y no sé cómo entender la nueva información. Rebusco entre mis recuerdos algo que me indique que ella estuvo en mi vida, pero no encuentro nada. Se levanta y camina hasta su tumba. Señala la inscripción - ¿No recuerdas nada verdad?

                - N-no – No dejo de observarla, estoy sentada en el mismo lugar y ella solo me mira a un lado de su tumba, donde reposa su cuerpo. Observo con detenimiento la placa, su nombre y la fecha que data su muerte.

                - Dos días antes de que muriera en el hospital… hubo una fiesta de la facultad de arquitectura… una fiesta a la que asistían todos los estudiantes de cada carrera, allí estaba yo, disfrutando de un buen inicio en mi cuarto semestre de la universidad – Su mirada vacía me lleva hasta donde sus recuerdos alcanzan y estoy tocando el borde de la locura. Comienzo lentamente a recordar.

 

Yo también estaba allí

 

                - Me pidieron que conociera a una chica de diseño y me negué a hacerlo.

 

Me pidieron que conociera a una estudiante de arquitectura y evité a mis amigas toda la noche para no tener que conocer a alguien más que acabaría aburriéndose de mi vida inútil.

 

                - Y esa eras tú – Susurra y me muerdo el labio hasta sentir un poco de sangre entre ellos. Levanto la vista y dejo que mis lágrimas corran – Toda la noche evité acercarme a los estudiantes de diseño porque no quería encontrarme contigo. No tenía sentido mi vida en esos momentos y no deseaba conocer a nadie más… pero por accidente te cruzaste en mi camino – Los músculos de mi rostro tiemblan porque sé que seguiré llorando – Derramaste tu bebida en mi vestido e intentaste disculparte de mil maneras…

                - Pero te negaste con una sonrisa cariñosa y solo desapareciste de mi vista – Comienzo a recordar y vuelvo a apretar los puños.

                - Esa noche, un auto golpeó estrepitosamente el auto en el que viajábamos tres amigas y yo, y la nieve había hecho lo suyo con el asfalto… Mi cuerpo no resistió dos días más de vida – Se aclara la voz y me pongo de pie, quiero tocar su mejilla, abrazarla. Al acercarme, toco la placa en la que está inscrito su nombre.

                - ¿Por qué? ¿Por qué solo no me atreví a tomar tu brazo? – Acaricio con la punta de mis dedos cada relieve que da forma a las letras de su nombre – Te perdí, fue mi culpa…

                - No fue tu culpa… fue mía, no me conocías hasta hace tres semanas atrás, no te culpes de nada – Intentó tocarme pero lo único que hacía era atravesarme y le miré, lloraba, estaba destrozada como yo.

                - Es mi culpa… por no amarte en ese momento como lo hago ahora – Caigo sobre mis propias rodillas y continúo llorando, estoy acabada - ¿Podrías perdonarme?

                - Te perdono porque me has hecho feliz este último tiempo – Sonríe sin dejar de llorar y siento que mi corazón se muere a cada segundo un poco más. Lentamente comienza a desvanecerse y me paro, tengo miedo, intento tocarla.

                - ¿Qué está pasando? ¡Sooyeon… dime algo! – Grito desesperada.

                - Poder estar en la tierra… dependía de que no te dijera la verdad – Confiesa sonriendo suavemente y niego sin dejar de llorar – Este tiempo he sido muy feliz contigo Miyoung.

                - No digas eso… suena como una despedida, no puedes irte… me prometiste quedarte a mi lado – Aprieto mis puños – No quiero volver a estar sola, no lo hagas por favor.

                - Gracias por este tiempo Miyoung – Se acerca y su mano toca mi mejilla. Mis lágrimas siguen rodando pero por última vez siento un leve escalofrío, cuando sus labios tocan los míos suavemente. Cierro mis ojos por inercia, no puedo dejar de llorar y al momento de abrir mis ojos. Sooyeon ya no está.

                - ¡Sooyeon vuelve por favor! – Gritó desesperada sin poder dejar de llorar bajo una lluvia que cubre mis lágrimas.

 

Cada intento… cada vez que intento hacer algo para acabar con mi vida es impedido por todo aquello que se cruza delante de mí. Intentar saltar de un edificio no surtió efecto, tomar pastillas me causaba que las devolviera al instante. Cuando intenté que me atropellasen, el auto freno a menos de un centímetro de mi cuerpo y sabía quién estaba detrás de esto.

 

                - Sooyeon va a impedir de todas las maneras posibles que te suicides Miyoung – Yoona responde vaciando su vaso de café. Estamos en un café, porque mi familia ya no me permite vivir sola. Estoy condenada por mi estupidez.

                - No puede impedirme que quiera morir, no estoy de acuerdo con eso. Solo quiero… solo quiero volver a estar con ella – Lloro sin más frente a Yoona y ella atrapa una de mis manos. Sé que comprende mi dolor. Perdió a su hermana menor y de mil formas intentó comunicarse con ella. Pero ella solo le pidió que fuera feliz porque la cuidaría desde el cielo.

                - Quisiera ayudarte pero no existe nada al alcance de mis manos… solo soy una médium – Responde y asiento. Estoy agradecida de toda su ayuda y no voy a culparla de nada. Solo soy yo la culpable de todo.

 

El final llegó… había emprendido un viaje que no tenía retorno. Era lo que pensaba, no había vuelta atrás para mí, pero como era de esperarse. El destino me daba la espalda nuevamente y me hacía volver por mis pasos. – Despierto de una noche en la que por primera vez descanso tras llorar antes de dormir y me quedo sobre mi cama. Observo el techo, como si intentase encontrar algo diferente de la noche pasada.

 

                - Nihil Novum Sub Sole – Pronuncio sabiendo que es la constante de mi vida desde que ella se fue. Definitivamente no hay nada nuevo bajo el sol. Pero una vez que me levanto, detengo mi vista en un papel, depositado con suma delicadeza sobre mi mesita de noche. Lo agarro temerosa y leo cada letra sin entender nada, solo sé que debo hacer lo que me han pedido, no puedo evitarlo.

 

Ve a la tumba de Sooyeon, encontrarás a una chica llorando frente a ella a las 12:30 PM.

 

Me abrigo, una chaqueta y una bufanda cubriendo mi cuello lo más que puedo, quiero salir corriendo, pero debo parecer lúcida. Cuando salgo de mi habitación, mis padrastros me observan y me detengo a mirarlos fijamente. Taeyeon realmente no les dijo esa vez lo que dije sin pensar. Aún me siento mal frente a ellos.

 

                - ¿Vas a alguna parte? – Pregunta mi padrastro preocupado y asiento.

                - Es el aniversario… - Respondo con claridad, curioso destino que me impulsa a caminar nuevamente a ese cementerio en esta fecha.

                - ¿Quieres que te acompañemos? – Pregunta nuevamente y doy un paso atrás, no quiero que me vean caer tan bajo por una insignificante hoja de papel que me dice que debo o no debo hacer.

                - Yo la acompañaré papá – Taeyeon aparece detrás de un umbral y camina a mi lado – Vámonos.

                - Cuida de tu hermana – Habla con claridad mi padre y Taeyeon asiente agarrando mi mano. Me saca de casa y caminamos juntas hasta su auto. Entro y la observo al sentarse a mi lado.

                - Haz lo que tengas que hacer menos perder la vida – Habla sin mirarme y comienza a conducir camino al cementerio.

 

Corro por los largos caminos que me llevan hasta aquella tumba, necesito encontrar esa placa. Mi corazón late desesperado y tengo miedo de lo que pueda encontrar. El tiempo se detiene, no hay nadie frente a ese lugar, miro mi reloj de muñeca y no es la hora. Dejo caer el papel de mis manos y me giro sobre mis talones, no hay nada que pueda cambiar mi destino. No podré estar cerca de ella, jamás la alcanzaré y sin embargo, mi corazón alberga una esperanza de que muy pronto nos volveremos a ver.

Deposito un ramo de flores en la tumba de mi madre, y suspiro largamente, apoyo mi mano en un borde de su tumba y me imagino que ella acaricia mi espalda de la misma manera protectora como siempre lo hizo.

 

                - Perdóname por rechazar tanto mi vida… ya no lo haré más – Sonrío débilmente – Continuaré viviendo, seguiré mi camino para ser una mejor persona – El viento suavemente roza mis mejillas y sonrío nuevamente cerrando mis ojos. Como si estuviera acariciándome.

 

Camino lentamente devuelta al auto de Taeyeon, me rendí al instante de bajarme de su auto. Sabía que no había un destino que alcanzar pero estaba tapando el sol con ambas manos para evitar la verdad. Respiro hondamente y antes de girar por el pasillo a la salida, levanto la vista. Una muchacha vestida de blanco, llora sin dejar de tocar la placa que tiene la inscripción con el nombre de Sooyeon. Mis manos tiemblan y bajo la vista. No puedo creerlo y vuelvo a encontrar ese papel, está debajo de mi calzado, lo tomo entre mis manos y lo que está escrito ahora, es distinto a lo que estaba escrito esta mañana.

 

Cuida de ella por mis padres y por mí. No tiene a nadie más en el mundo.

 

Mi corazón da un vuelco y lentamente me acerco a ella, temo que sea un error, que se aleje corriendo de mí, pero quiero cumplir con ese último deseo.

 

                - Disculpa… ¿te encuentras bien? – Pregunto y ella deja de llorar, sus ojos me miran directamente y me estremezco. Su rasgos son tan parecidos a los de Sooyeon que no entiendo cómo puedo seguir de pie sin que me tiemblen las piernas – Yo…

                - Oye… ¿tú conocías a mi hermana? – Pregunta y lo comprendo todo. La única persona en el mundo que puede encargarse de ésta chica, soy yo… es por eso que no me dejaste acompañarte en el cielo. Asiento lentamente - ¿Eres Miyoung?

                - … Sí – Respondo y ella sin contar hasta tres se lanza a mis brazos, llora amargamente y rodeo su espalda. Acaricio su cabello y susurro a su oído – Todo va a estar bien, podemos seguir adelante…

                - Soojung – Suavemente responde y asiento.

                - Vamos a salir adelante Soojung.

 

Pude darme cuenta ahora, de la decisión que tomaste. No querías destrozarme, solo querías ser feliz y pude ser parte de tu felicidad. Cumpliré tu último deseo y cuidaré de tu hermana. Lo haré hasta el momento en que volvamos a encontrarnos. Mi único y gran amor.  

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
maquiza #1
Chapter 1: Me encanto, me puse muy sensible en varias partes T.T Jessica es tan hermosa <3
jesshyomin #2
Is there english ver of this story?
DollySweet
#3
Chapter 1: TT.TT Waaa mis ojitos se cristalizan, hermosa historia
iam_maryjoyce #4
is there an english version for this?
YoonJiSic
#5
Chapter 1: That's Beautiful <3
jessjung_dew
#6
Chapter 1: T_T it's so sad!! T_T

My Jessi T_T I'm crying!!!
Shizuma #7
Chapter 1: Estoy llorando dvbsgva Me gustó, me gustó muchooo! -La masoquista- afdasd Gracias por compartirlo :'D <3
Ajumma29
#8
Yo ya te lo comenté por Kakao pero esta historia merece ser leída y comentada miles de veces. Creo que nunca antes había leído un punto tan serio, maduro y a la vez conmovedor en tus historias. Tienes talento y lo sabes, y es bueno que lo demuestres al mundo con nuevas historias.
Sentí muchas sensaciones diferentes mientras lo leía, hay puntos desgarradores -cuando Jessica desaparece por completo después de besar a Tiffany, o el pensar que Tiffany intentó suicidarse más de una vez-, pero también hay puntos preciosos como el final, cuando Tiffany decide cumplir la última voluntad de Jessica y se queda con Krystal. En ese punto sentí unas ganas inmensas de llorar, porque te hace pensar que Tiffany podría ser mala dejar que Krystal sufriera lo que ella sufro -sin amor ni comprensión quiero decir, al estar sola y eso en el mundo- pero el amor es muy fuerte y me alegré mucho que la acogiera entre sus brazos. Sin duda es una historia maravillosa llena de diferentes sentimientos y con una potencia emocional muy fuerte.

En verdad te felicito, tus historias siempre me han gustado pero esta se ha convertido en mi preferida. Te deja un punto esperanzador y cálido muy bonito.
Como siempre, esperaré nuevas historias tuyas, valen mucho la pena <3
gbrujndl #9
Chapter 1: Pensé que Tiffany terminaría internada en un hospital psiquiatrico.
Soojung <3
L_ight_ #10
Chapter 1: Lloré como magdalena

La verdad me gustó mucho!! :D