Lugares comunes

Description

No puedes besar a tu mejor amigo y esperar que NO hayan consecuencias.

 

KAI X TAEMIN

Foreword

Continuación del one shot "Lo que sucede cuando perdemos el control (y otras cosas sin sentido)" aunque, como siempre, se pueden leer independientemente.

NOTA: nada me pertenece, ni los chicos de EXO (sehun <3) ni mis protagonistas: kai es de taemin y taemin es de kai.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Lugares comunes 

 

 

 

 

 

Agosto 2013

 

 

 

Día cincuenta y seis. No había contado los segundos, pero se sentían como si fueran parte de toda una vida. Realmente costaba respirar en esos lugares comunes y cargados de recuerdos. Habían crecido juntos entre los pasillos de esa compañía, después de todo, como rivales y como hermanos y en cada rincón, en cada lugar, una palabra se quedaba estancada, una mirada o una sonrisa cuando Jongin pasaba por ellos (siempre cabizbajo, siempre en silencio porque no había nada por lo que hablar) y recordaba, tan sólo abría su caja de recuerdos y se trasladaba a aquella época en que ellos eran mucho más felices.

Y de pronto, la figura más baja y delgada de su mejor amigo aparecía por el pasillo y le sonreía en el recuerdo, de esa forma infantil que generaba las risas de todos. Una sonrisa amplia y los ojos de niño brillando con alegría contagiosa, la piel blanca, los labios gruesos y el tono despreocupado: "¡Me muero de hambre!" "Necesito un descanso, ¿tú no?" "Vamos a la cafetería, ¿quieres?" "¿Cuándo nos vamos a escapar de nuevo?"

Era su cómplice que se acercaba y que tan sólo con una sonrisa conseguía todo. Y aunque sus gestos eran del todo fraternales, el Taemin de quince, dieciseis, diecisiete años lo tomaba por el brazo y lo arrastraba y Jongin, aún en la distancia del recuerdo, sentía como su piel cosquilleaba y costaba respirar, de pronto, tan sólo con verlo. Con recordarlo, ahora que ya no lo tenía a su lado.

Aunque por entonces no lo supieran, ellos habían sido bastante felices.

Él, desde luego, ahora ya no lo era.

Y lógicamente no tenía sentido. Kai había logrado lo que quería, después de todo. Su grupo tenía popularidad y muchas personas elogiaban su trabajo. Ahora que había dejado las fiestas y las drogas (una de las desiciones más estúpidas que había tomado en el último tiempo) su cuerpo había recuperado su energía característica y podía bailar horas sin detenerse. Bailar, practicar, perfeccionar. Quince horas por día. Seis horas para dormir, dos para comer. Una hora para pensar en él y lamentarse. Una hora para recorrer los pasillos y volver a los recuerdos que hacían que todo fuera un poco mejor, al menos. Mucho más soportable.

Pero cuando se alejaba de esos pasillos y volvía a su realidad, en donde un Taemin de diecisiete o dieciocho años ya no existía, todo parecía, de pronto, mucho más incoloro.

Y dolía. Vivir en esa amargura.

Aunque sabía que alejarse de él era lo correcto.

A Taemin le iba bien. Su grupo iba bien. Se rumoreaba que el próximo año, después de la gira mundial de su banda, lanzaría su tan ansiado disco en solitario.

Kai se alegraba mucho por él.

Entonces, cuando lo veía a la distancia, sonriendo sin la alegría de antaño pero siempre rodeado de gente, siempre simpático, siempre sereno y agradable, se repetía, una y otra vez, que había hecho lo correcto.

El estúpido enamoramiento que sentía por él sólo iba a empeorar las cosas, después de todo.

Y si no lo amara tanto podría haberse conformado con el puesto del mejor amigo pero, vamos, allí las paredes tenían ojos y todo el mundo hablaba de ellos, aunque ellos jamás habían tenido nada más allá de una fraternal amistad.

La gente seguían hablando de ellos. Pero ahora de la ruptura. Veladamente. Nadie se atrevía a preguntarle qué había sucedido, porqué los mejores-amigos-casi-mellizos se habían separado.

Kai no tendría una respuesta, de todas formas.

Pero siempre había una excepción a la regla. Y la excepción a la regla en ese caso, como siempre, era Sehun.

En el día cincuenta y siete el miembro de la banda más imprudente y que mejor lo conocía se había acercado a él, al final del ensayo.

- ¿Me dirás qué demonios te pasa?- le había soltado, de esa forma tan simpática y malditamente sincera que tenía de ser.

Con los brazos cruzados y el gesto ceñudo, cansado por el ensayo, Kai le envió una mirada rápida y por un segundo le recordó a alguien. Pero no pudo saber a quién.

- ¿A qué te refieres?

- Pareces un zombie, Kai. Mírate la cara.

- Estoy bien. A diferencia de tí, no he equivocado ningún paso.

- No estoy hablando de la puta coreografía.

- ¿Entonces?

- Es por Taemin, ¿verdad?

Un tiro rápido y certero. Algo de su pecho reaccionó ante el nombre porque, demonios, una cosa era pensar constantemente en él, otra muy diferente era que el mundo se lo recordara.

Aún jadeando por las horas de baile, Kai se acercó al rincón donde había dejado su mochila, tomó la botella de agua y se la empinó de un solo golpe. El líquido corrió por su garganta como finas agujas de hielo. Los demás integrantes de EXO habían dejado la sala paulatinamente, hablando entre ellos en risas. De alguna forma habían quedado solamente Sehun y él a solas, en una escenario perfecto para una interrogación.

El moreno se aseguró de que nadie más estuviera cerca y que la última persona cerrara la puerta desde el otro lado. Sólo entonces le devolvió una mirada seria al chico de ojos castaños, quien le sonreía de forma característica y con un deje de maldad.

Suspiró.

- No hablemos de Taemin, ¿quieres?- le pidió, pero no fue brusco. A pesar de sus deseos, algo de dolor se reflejó en su voz y se preguntó cómo es que no se había dado cuenta antes, que dolería tanto hablar de él cuando llegara el tiempo determinado.

Era imposible que el mutismo se mantuviera por meses sin que nadie le preguntara.

- ¿Tan grave es el asunto que ustedes no se han hablado por meses?-Sehun se cruzó de brazos y también arrugó el ceño. Se había apoyado en el vidrio de la pared y su silueta delgada se reflejaba como una sombra.

El moreno suspiró por segunda vez, se sentó en el piso y se encogió de hombros. Bajó la mirada a la botella de agua, más que nada por hacer algo.

Lo pensaba siempre, ocasionalmente. Recordaba la pelea que ellos habían tenido, un poco distorsionada producto de la gran cantidad de alcohol que había consumido antes, días, horas antes. Recordaba a Taemin entrando localizándolo en el baño, apartándolo del tipo con el que tenía o (o algo que iba a parar en el o), arrastrándolo fuera de la discoteca hacia los estacionamientos. Recordaba que él se había soltado de su agarre de forma brusca, que ellos habían peleado, que incluso en algún momento se habían golpeado. Recordaba su voz y sus palabras, pero más que nada recordaba su mirada cuando le decía que no lo reconocía, que se estaba haciendo daño, que estaba preocupado por él. Que él, Taemin, no entendía porqué estaba actuando así...

Recordaba haber perdido el control. Y entonces Kai también recordaba haberlo tomado y empujado, recordaba haberlo besado y el sabor de sus labios... Dios santo... todas las noches recordaba el sabor de sus labios y su cuerpo, el contacto tan breve y a la vez, tan íntimo que habían tenido...

Y luego la despedida. Y luego el dolor. En ese punto Kai cerró los ojos. Volvió al presente. Por supuesto, no iba a llorar.

Sintió a su compañero de banda agacharse hasta quedar a su altura. Y entonces los dedos gentiles de Sehun le apartaron un poco de cabello mojado que se le venía al rostro.

- Él no luce mejor que tú, ¿sabes?- le comenzó a decir de forma tranquila- Jamás seré tan cercano a él ni a tí como lo son entre ustedes, pero noto las cosas, Kai. Y aunque Taemin es un tipo fuerte y que no expresa lo que siente, se le nota. Algo lo perturba.

¿Realmente era así? Kai abrió los ojos. Levantó la vista. En otro contexto la escasa distancia que lo separaba de Sehun y su gesto parecería comprometedor, pero a diferencia de sus sentimientos por Taemin, Sehun sí era como su hermano menor. Jamás podría haber algo entre ellos.

Le sonrió.

- Déjalo estar, ¿quieres? Es cosa de tiempo de que ambos nos recuperemos.

- ¿Por qué se pelearon?

- No vale la pena saberlo.

- Hace meses que te has estado comportando extraño...

- Déjalo, Sehun.

- Si no me respondes tú, iré y le preguntaré a él.

- No.

- ¿Por qué?

- Porque...- de nuevo, la obstrucción en su garganta. Kai tomó un respiro largo y profundo y se obligó a hablar- Porque soy yo el culpable de todo.

"Fui yo el que se enamoró de él"

- Ya veo, era eso- Sehun le sonrió- Hombre, te has estado acostando con cuánta mujer y hombre se te ha cruzado por delante. Te he visto más borracho que sobrio. Supongo que Taemin se hartó de tu comportamiento. ¿Pero por qué empezaste, en primer lugar? Tú no eres así, Kai.

- ¿Y cómo soy, entonces?- la voz le salió amarga. Ante el gesto del otro, Kai hizo una mueca- De verdad, te comportas como  mi madre...

- Me preocupo por tí, imbécil. Por ambos. Ya te lo he dicho. Si ustedes no fueran tan perfectos juntos intentaría algo con Taemin. Sólo un idiota no estaría enamorado de Taemin, así que más te vale no perderlo.

Se le cortó la respiración. Sehun pareció querer echarse a reír ante su gesto de sorpresa. "Vamos, admite que todo este melodrama es porque te sientes no correspondido" le dijo, mucho más animado. Y a pesar de lo agridulce de la situación, hubo algo en la despreocupación  de sus palabras que sí lo logró hacer sonreír. Un poco.

- De todas formas, te equivocas- repuso el moreno un poco más tranquilo- Yo no estoy enamorado de él.

- ¡Por Dios, Kai!

- Déjalo, en serio- Kai le dio un golpe amistoso en la rodilla, se puso de pie- Taemin no estaba de acuerdo con mi actitud y tuvimos una pelea. Es todo. Él está perfectamente bien y yo también lo estaré. Si nos quieres hacer un favor, no te entrometas en esto.

Le regaló una última sonrisa que resultó ser mucho más falsa que las anteriores. Aún sentado en el piso, Sehun le hizo un gesto adorable de suspicacia que Kai ignoró, dándose vuelta, tomando sus cosas y caminando a pasos apresurados hacia la salida. 

Con cada paso que daba sentía el corazón en la boca.

- ¡Oye! ¡Kai!

A pesar que sus instintos le advertían que no lo siguiera escuchándolo, el moreno se volteó y le envió una mirada antes de salir.

- ¿Qué me darías si te compruebo que sí estás enamorado y que Taemin siente lo mismo que tú?- le preguntó el más joven de nuevo con esa sonrisa maliciosa. Kai le contestó lacónicamente: "no te daré nada, porque eso no va a suceder". Abrió la puerta y se fue caminando fuera de la sala de ensayo.

Rumbo a los vestidores, cruzó uno de los tantos pasillos cargados de recuerdos. Casi pudo verlo como tantas otras veces a la distancia, caminando del otro lado, el cabello negro le rozaba el hombro, era bajo y delgado. Iba hablando con alguien, pero en algún momento se daba cuenta de su mirada, se detenía, sus ojos iban hacia él y a pesar de la distancia, Kai sabía que esa mirada de  lo estaba analizando. Ojos claros y una sonrisa bonita. Porque el Taemin de diecinueve años siempre sonreía. Y porque en sus recuerdos aún seguía siendo un niño, después de todo. 

 

::::::::::::::::::::::::::::::

Era el día cincuenta y ocho y Kai se llamó estúpido de múltiples formas. Había estado esperando que Sehun se olvidara de la conversación, aunque Kai lo conocía lo suficiente como para saber que no iba a hacerlo. Y el día iba tranquilo, mucho mejor de lo que había esperado. Todo hasta la hora del almuerzo, donde la mayoría de los grupos iban a almorzar al casino de la compañía.

Las horas de comida era algo que Kai continuamente trataba de evitar, sabía bien lo que le esperaba. Aunque estuvieran separados por mesas y docenas de personas la presencia de Taemin en la misma sala era tan  fuerte que lo sentía en todo el cuerpo. Y aunque la mayoría del tiempo se esforzaba en ignorarlo, aquél día sería imposible. Obviando la sorpresa de todos, Sehun había ido a tomar asiento con los chicos de SHINee del otro lado del salón y hablaba animadamente con ellos obviando por completo a sus propios compañeros de grupo.

- ¿Es mi idea o Sehun está demasiado cerca de Taemin?-  comentó Luhan en un momento determinado, sentado al lado de Kai. El moreno esbozó una sonrisa amarga, aunque estaba seguro de que los otros miembros del grupo no le prestaban en absoluto atención.

Celos. Sehun había optado por lo obvio.

- Lo dices como si te molestara, Luhan- comentó Kris casualmente, ganándose un par de risas por parte de los otros chicos.

Luhan le envió una mirada asesina.

- ¿Y a mí por qué me debería molestar? Si Sehun quiere hacerse íntimo de Taemin a mi no me importa. ¿Qué piensas tú, Kai?

Era inevitable. Kai le envió una mirada sombría sin prestar atención a la mesa en cuestión.

- ¿Por qué debería ser relevante lo que yo pienso?

- No lo sé, hasta hace poco tú y Taemin eran inseparables.

- Déjalo, Luhan- Kyungsoo intervino, sentado al otro lado de Kai. Como siempre, serio- Eso no es asunto tuyo.

- De todas formas- interrumpió Kris- Taemin es un chico agradable. Si me preguntas, yo también me volvería muy cercano a él.

- Cuidado con lo que insinúas, Kris. Cualquiera podía pensar que te van los hombres.

- ¿Y eso tendría algo de malo?

- Sí si la compañía se entera, te despedirían por eso. Además, Taemin es hétero.

-  ¿Y cómo lo sabes?

- Dicen que estuvo saliendo con su compañera del programa donde jugaban a estar casados.

- ¡Ay, por favor! Esa niña no le mueve ni el pelo. De hecho, Taemin es de gusto de hombres.

- Ustedes no deben tener muchas cosas en qué pensar si están hablando de esta tontería- musitó Kai de pronto, tomando la bandeja con su plato vacío y poniéndose de pie. Al instante sintió varios ojos puestos en él pero no le importó, salió del comedor hacia las cocinas maldiciendo un poco por dentro.

Celos. Qué estrategia tan estúpida. Pero lo peor era que estaba funcionando. Podía sentir como la ira bullía en su sangre, poco a poco, cálida, burbujeante. Sin poder evitarlo, antes de salir del casino y dejar el bullicio, le envió una mirada a la mesa donde los integrantes de SHINee almorzaban, del otro lado del salón. Taemin estaba de espaldas, pero sí podía ver a Sehun. Y el castaño, notando su mirada, le devolvió una sonrisa que era del todo menos santa.

Kai se volvió justo en el momento en que Sehun pasaba un brazo por los hombros de Taemin, en esa actitud de amigo-cercano que tanto lo enfurecía. "Maldito seas", murmuró el moreno por lo bajo, aunque sabía que en el fondo las intenciones de Sehun eran buenas. De alguna forma, el castaño pensaba que lo estaba ayudando, aunque fuera exactamente lo contrario.

Acercarlo de alguna forma a Taemin sólo conseguiría agravar aún más el problema. Y el mayor de problema de todos era lo que Kai sentía por él.

 

::::::::

Era el día cincuenta y nueve y sesenta, y los intentos de Sehun por ponerlo celoso lograron que tratara desesperadamente de estar solo, más que nada para no tener que escuchar ningún comentario al respecto. Kai sabía que Sehun no intentaría nada con Taemin, pero lo cierto era que, de todas formas, le hervía la sangre cuando los veía continuamente juntos, y lo que era peor: Sehun era de los pocos que, al parecer, podían sacarle una sonrisa.

- Si estás interesado en él sólo sé un poco más discreto, ¿quieres?- le comentó Luhan al castaño de mala leche una tarde, minutos antes de acabar el ensayo.

Sehun respondió con una mirada suspicaz. 

- Mira, me lo pensaré- dijo encogiéndose de hombros, enviándole a su vez una mirada descarada y burlona a Kai.

Lo peor de todo el asunto era que  estaba causando ruido y eso era lo que Kai temía, en primer lugar. "La compañía está pensando en darle unn debut en solitario, no le conviene estar involucrado en un escándalo ahora", recordaba las palabras del representante y algo cercano a la preocupación surgía en su pecho, porque él se había apartado de Taemin justamente para evitar eso.

Y el imbécil de Sehun no se daba cuenta.

- Me olvidaba, el jefe quiere hablar contigo- le informó Sehun minutos más tarde, mientras se cambiaban de ropa en los vestidores- Me dijo que después del ensayo fueras a la sala de canto porque tienen que hablar sobre la presentación de la próxima semana. 

Ahora que hablaban era una oportunidad perfecta para sacar el tema. El moreno vio alrededor. Los chicos aún revoloteaban por ahí, sería inútil hablar sin ser escuchados.

- ¿Tienes tiempo en un rato?

- Son casi las once de la noche, Kai, la gente común se va a dormir.

- Mañana, entonces.

- ¿Hay algo de lo que sientas urgencia de hablar?- le preguntó el castaño casi riendo. 

Cerca de diez minutos después y aún sin poder hablar con él, Kai recorrió esos pasillos que conocía casi de memoria escuchando sólo el sonido de sus pasos retumbando alrededor. Ya estaba siendo toda una costumbre eso de ser de los últimos que merodeaban de noche, tanto porque el grupo tenía ensayos en la tarde como las horas extras que Kai se quedaba ensayando. Una vez que estuvo frente a la sala, el moreno hizo un alto, con la mano suspendida para golpear. Con cierta sorpresa su bajo vientre le avisó que aquél lugar era también un lugar en común y que, a esa hora en especial, le traería un montón de recuerdos.

Acarició con la punta de los dedos la superficie de madera de la puerta.

"¿Estás seguro que aquí no nos encontrarán?"

"¿Quieres volver a casa o no?"

"Por supuesto que no"

"Entonces entra y cierra la boca, Jongin"

Podía escuchar sus voces de niños. Y sus figuras escabulléndose hacia esa sala, la sala que nunca nadie revisaba. La del último pasillo, a la derecha. La sala donde podían dormir toda la noche sin tener que salir de la compañía, para aprovechar la vigilia y seguir ensayando.

Por aquel entonces ya eran unos trabajólicos.

Sonrió ante el recuerdo. Golpeó la puerta. No recibió respuesta. Se decidió a tomar el pomo y abrir.

La luz estaba encendida.

- ¿Hola?

El cuarto era pequeño y parecía estar vacío. En la cabina de grabación la luz estaba apagada, pero el resto del cuarto estaba iluminado por la luz tenue de las lámparas. Kai cerró la puerta y caminó hacia la mesa principal. Había un montón de hojas regadas y un par de lápices. Se inclinó sobre ellas. Eran partituras. A un costado de las páginas, en una letra diminuta, sendas canciones estaban escritas. Las leyó. Eran bastante tristes.

De pronto, con un vuelco en el vientre, reconoció la letra. La había visto por años.

Y no supo qué fue primero, la comprensión o el sentimiento o quizás el sonido de su voz, mucho más claro que en la infinidad de recuerdos que lo perseguían día a día, acercándose por el pasillo, cada vez más cálido.

- Me iré en un taxi, no te preocupes, estoy terminando un par de cosas y te aviso. 

Y entonces, como en cámara lenta, aún de espaldas a la puerta, el moreno sintió que ésta se abría y una ligera corriente de aire entraba desde el exterior. Y aún sin voltearse, con el corazón latiendo en los oídos sintió su presencia como si fuera algo físico: su piel cosquilleaba, como cuando eran niños, como cuando Taemin le sonreía en la distancia en todos aquellos lugares comunes.

Tampoco necesitó verlo para saber que se había quedado sin aliento.

- Kai...

Y si alguna vez estuvo seguro de que lo amaba, quizás fue en aquel momento. El segundo exacto en que se dio vuelta, lentamente, aún con un par de partituras en la mano y le devolvió la mirada a la persona que por semanas había visto mayoritariamente en su memoria. O en la lejanía. Ahora el Taemin de veintiun años no sonreía, pero era mucho más atractivo que en todos esos putos recuerdos de niñez, porque su rostro había crecido y tenía ángulos mucho más masculinos. Y porque sus ojos eran distintos, cálidos, sí, pero con algo que aún no podía calificar y que lo estaban volviendo loco.

Taemin estaba pálido. Tenía ojeras bajo sus ojos. Como lo había visto sólo a distancia, no se había percatado antes. El cabello se le veía muy oscuro y sus ojos, increíblemente brillantes entre toda aquella palidez. Estaba delgado. Siempre había sido delgado, pero quizás ahora más que antes. Kai se preguntó, en un segundo, cómo es que podía pensar en tantas cosas y en nada a la vez mientras se sostenían la mirada, en un momento detenido en el tiempo, él, de pie, al medio de la sala, y Taemin parado bajo el umbral de la puerta, una mano con el teléfono móvil y la otra asiendo la manilla como si quisiera cerrarla de un momento a otro, dar la vuelta, irse.

La noticia buena era que Taemin era mucho más valiente que él. Recuperado de la sorpresa, dio un par de pasos, entró y cerró la puerta a sus espaldas. El sonido los envolvió como una melodía.

- ¿Qué haces aquí?- le preguntó, pero no había enojo ni sorpresa en su voz, sino simple curiosidad. Esa voz mesurada que siempre tranquilizaba a todos y que en él actuaba como un bálsamo. Hasta ese entonces Kai no se había dado cuenta que la había extrañado tanto.

Tragó saliva. 

- Te ves cansado.

Había soltado lo primero que se le había venido a la cabeza y sabía que estaba siendo un idiota. Taemin arrugó el ceño. Colocó el teléfono móvil encima de la mesa y le envió otra mirada de curiosidad. Kai lo conocía lo suficiente como para saber que estaba esperando que le explicara algo, lo que fuera. Se quedó viéndolo casi embobado. Y a pesar de que el contexto era del todo diferente, no pudo evitar recordar las formas de su cuerpo entre sus brazos, sus besos... su mirada bajó hasta esos labios.

- Tú no luces mucho mejor que yo- Taemin le respondió entonces, tal vez dándose por vencido ante su mutismo. 

Kai se encogió de hombros.

- ¿Qué haces aquí tan tarde?

- ¿Qué haces tú aquí tan tarde? Yo estoy practicando.

- Ya veo...- comprendió, de pronto, que Sehun le había mentido. Maldijo internamente- Yo me iba a ver con alguien, pero supongo que ese alguien no vendrá.

- ¿A esta hora?

- No es una cita, si lo estabas pensando.

- Por Dios, Kai- Taemin le sonrió, aunque sus ojos no sonreían- no tienes que darme explicaciones.

¿Cómo es que se veía tan tranquilo, después de todo? Kai asintió, también trató de sonreír.

- Por supuesto que no tengo que dártelas- dijo, de forma amarga. Tomó sus cosas y pasó por su lado hacia la salida. En una fracción de segundo pudo sentir su aroma a menta y el calor que transmitía su cuerpo.

Hubiese sido tan fácil acercarlo y besarlo de nuevo...

"Si realmente lo quieres, tienes que alejarte de él"

Sabía que Sehun le había dado la oportunidad perfecta para que pudieran hablar, pero tenía pánico a quedarse a solas con él mucho tiempo. "Trata de no generar comentarios que estén en la boca de todos. Lo digo por tu amistad con Sehun" repuso, sin embargo, una vez que llegó hasta la puerta. Taemin se dio vuelta y le envió una mirada inescrutable. Kai lo vio por última vez, sintiendo su presencia como un dolor constante. Bajó su mirada a sus labios por última vez e inclinó la cabeza a manera de despedida. Se dio la vuelta y salió del lugar.

Se alejó un par de pasos.

En un pasillo cercano, parte de su recorrido por lugares en común y cargados de recuerdos, se apoyó en la pared, se deslizó hasta el pisto y se sentó.

Su corazón aún renqueaba, en su pecho, fuerte, dolorosamente.

Todo sería más fácil si no lo amara tanto. 

Y todo el agotamiento físico pareció bajar sobre sus hombros, de pronto, esos sesenta y dos días estando separado de él y tratando de no pensar, para pensar más en detalle.

Levantó la mirada.

Entonces lo vio.

Y por un segundo pensó que era otro de sus recuerdos. Que las sombras lograban que la imagen de antaño y la imagen actual lucieran iguales. Pero no podía ser un recuerdo, porque también estaba el sonido de sus pasos y su aroma y su calidez envolviéndolo todo. Taemin caminó pausadamente hacia él, se quedó de pie de frente. Lo observó detenidamente. Estaba serio. Y al igual como Sehun lo había hecho días atrás, se arrodilló y le apartó un mechón de cabello del rostro.

- Tú me debes algo- le dijo, categóricamente, antes de tomarlo por el mentón, levantarle el rostro, quitarle el aliento y sellar cualquier tipo de pregunta que pudiera tener con un beso húmedo y profundo en sus labios.

 

Comments

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uxmary
#1
Necesito más :D