Strawberry Bouquet
Description
No tenía sueño y esto salió; debería ponerme xD con Raindrop, pero soy una vaga total u.u
¿Quien no amo estas fotos? xD
Foreword
Apenas entra al piso donde vive, enciende las luces. Sus pies agradecen la suavidad de sus nuevas pantunflas, regalo de su madre. Se estira un poco y mueve su cuello, notando un poco de la tensión que se acumula. Y se acumulará, tiempos siempre complicados, sobre todo cuando andan de promociones. No le pesa. Es el camino que eligió.
Y ese camino, le había hecho conocer gente maravillosa.
No pudo reprimir la sonrisa, al recordar, mientras iba a la cocina y abriendo el frigorífico, para sacar un envase de zumo, que se servía ya mismo; lo acontecido ese día, durante la firma de autógrafos.
Le encantaban; la verdad es que lo pasaba muy bien, aunque después le llegase a doler un poco la muñeca; u otras partes por estar tanto tiempo sentada. Siempre era bastante lindo, ver cómo había tanta gente que las quería. Y pasaban… pasaban tantas cosas…
Solo recordarlo, le hacía sentir como sus mejillas comenzaban a calentarse.
Lo que en ocasiones comenzaba como mero fanservice, a veces, terminaba haciendo que su corazón se sintiera agitado. Cálido. Nervioso. Y entonces, no podía evitar mirar a la chica de melena más corta, con la mirada centelleante. Cualquiera que pudiera verle, notaba que en esos cruces de mirada, había cariño. Uno muy especial.
¿Cómo podía causar tanto caos y calma, Ham Eunjung en su persona?
-Yah, y mientras yo moría de vergüenza, tú como siempre, mantienes la calma y esa sonrisa confiada…- murmuró, mientras dejaba el vaso vacío sobre la barra.
Entró al cuarto de baño despojándose de la ropa que dejó tirada sobre el suelo. Lo bueno de vivir sola, era que no tenía que sentirse tan mal por dejar de vez en cuando, un poco tirado. Le apetecía un buen baño y quedarse por horas en la tina, pero eso no sería posible. Así, que se limitó a tomar una ducha con agua caliente.
Sin dejar de pensar en ella. Sin dejar de recordar una y otra vez, su expresión cuando le extendió aquel ramo de rosas. ¡Las cosas que hacía! De verdad, a veces, no entendía como era capaz de tantas cosas como esas, si era tan penosa.
Pero la respuesta era simple. Porque se sentía en confianza. Porque no era solo una persona más.
Porque, sencillamente, era ella.
Y con ese pensamiento, continuó por largo rato bajo el chorro del agua.
Hora y media más tarde, se encontraba desparramada en el sofá, con una taza de café entre las manos, mientras veía una película que daban por televisión. Una comedia.
La verdad es que si fuera una de terror, ni loca la vería sola. Y eso que ella misma había hecho el papel de fantasma.
Diiiiiing
El timbre. Deja la taza sobre una mesa.
Diiiiiing
Su ceño se frunce, mientras se pone de pie perezosamente.
Diiiiiing
¿Quién puede ser tan tarde?
Diiiiiing
¡Matará a la persona desquiciada que no deja de presionar el botón!
Con cierta molestia, abre la puerta, sin siquiera mirar quien es. Pero su expresión se dulcifica al momento, pronto una sonrisa de comercial ilumina su rostro entero.
-Perdona si… es muy tarde, Jiyeon
-Pasa, pasa. ¿Tarde? No, para nada. Es muy temprano aún…
-Faltan quince minutos para la media noche, ¿No deberías estar durmiendo?
-Nah, veía una película. –dice mientras vuelve dentro, esperando la otra joven le siga. Su corazón comienza a latir un poco más rápido. ¿Qué hace Eunjung tan tarde allí?
Esta pensando seriamente que se quedó dormida mientras miraba el televisor. Como fuere, se dirige a la cocina nuevamente, sacando una taza más- ¿Quieres algo de café? ¿Jugo? ¿Té?- Pregunta sin hacer contacto visual.
-No deberías tomar café a esta hora. No podrás dormir.- le reprende la mayor. La tiene justo a la espalda. Control. Debe hacerlo. ¿Incomodidad? Jamás. Solo… -Un poco de té…
-¿Y qué te trae tan tarde?- cuestiona, mientras pone a calentar la tetera.
-No podía quedarme atrás.
-¿eh? ¿Quedarte atrás?- algo no le cuadra, se gira para ver a su compañera de grupo. Y grande es su sorpresa, cuando delante suyo, puede ver algo que no vio una vez que le abrió la puerta.
Ham le extiende un ramo. Y no cualquier ramo. Es un ramo de ¿fresas con chocolate?
-Oh… por… por… ¿Son… para… mí? Cielos… no… no… debiste… yo…- y notaba como las palabras se hacían cada vez menos fáciles de pronunciar. El hormigueo en su cuerpo le estaba atrofiando todo de golpe. Y remataría con el tono cereza de sus mejillas.
-¡Claro que debía! Eres mi pequeña, Jiyeon. Solo quiero consentirte y cuidarte. –hace una pausa, mientras la menor sostiene las fresas, cubiertas por chocolate blanco y negro; con chispas de colores metálicos. Le gustan, son llamativas. Y huelen realmente bien.-Sabes, mi madre solía decir que el amor entra a veces por el estómago…
La menor alza la mirada y la fija sorprendida en la mayor
-¿Qué quieres decir con eso?- Ham se acerca y toma una de las fresas con cuidado.
-Que espero…-y se la ofrece cariñosamente, la más joven, atina a darle un mordisco.-… notes mi amor en cada una de ellas, bobita- Un beso en su frente, y Jiyeon sabe, que esa noche, no será el café, el causante de dejarla sin pegar ojo en toda la noche.
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