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"Ella estará bien, la quemadura no fue grave pero necesita estarse tratando para que no se infecte, estoy dejándote pastillas para el dolor, ungüento y parches especiales que le ayudaran a regenerar más rápido la piel"

El joven suspira aliviado.

"Gracias, doctor", el joven se lo agradece de corazón y lo acompaña hasta la puerta.

Él no quiso llevar a Hana a un hospital y causar un 'escándalo', ambos son figuras públicas, ella una famosa y prestigiosa pianista, él dueño de una de las más grandes empresas de Japón, aunque a él no le importa que lo vean con ella, él sabe que para ella sería diferente.

Hace tiempo que él no ha escuchado de Hana, ni de sus presentaciones, nada, no hace poco ha regresado de un largo y ocupado viaje de negocios y lo primero que hizo al llegar fue a buscar a Hana, y regreso justo a tiempo.

Él no sabe qué hubiera pasado si no hubiera actuado a tiempo, incluso pensarlo le aterra.

El joven regresa a la habitación donde la chica yace durmiendo, y se sienta a un lado de ella admirando su frágil figura y herida figura.

"Hana...", el joven susurra su nombre y delicadamente toma su mano, es ahí cuando se da cuenta de que su mano está llena de pequeñas cicatrices que aún siguen de color rosado, sus ojos se dilatan al comprender las consecuencias de eso, toma su otra mano con sumo cuidado y también ve pequeñas cicatrices.

El joven aprieta sus dientes, enojado, esa es la razón por la que no ha escuchado de ella durante un tiempo, él sabe que las manos de un pianista deben ser cuidadas celosamente.

El joven lleva la mano de la chica a sus labios y delicadamente besa cada una de sus cicatrices lentamente.

"Oh Hana...", toma la mejilla de la chica que encaja perfectamente en su mano.

Todo en ella es perfecto ante sus ojos.

Él ha estado luchando por el corazón de Hana, él sabe que ella siente algo por él, pero está cegada por sentimientos del pasado hacia su primer amor, sentimientos que la están llevando a romperse lentamente, él no quiero que eso pase.

“Hana... yo voy a cuidarte... de ahora en adelante yo voy a protegerte, a sanar tu corazón y hacerte realmente feliz", el joven profesa sellando esa promesa con un beso lleno de tanto amor y adoración en la suave frente de la chica.

...

"Tocas muy bien"

"Lo sé", dice el niño orgulloso

Con tan sólo verlo es uno de aquellos niños de buena familia que no le falta nada y que creen saberlo todo.

Muy arrogante.

"¿Cómo alguien como tu puede tocar casi tan bien como yo?", el niño me mira de arriba abajo con una ceja levantada, "no te ves como si pudieras comprar y mantener un piano"

Él tiene razón, no tengo un piano en casa. De hecho no hay nada en mi "casa", sólo buenos recuerdos de mi madre y padre, quienes ya no están conmigo.

"No lo entenderías", le respondo.

"¿Por qué no? Soy más inteligente que todos los de tu clase", dice arrogantemente.

"Trabajo para poder tocar y aprender", por primera vez me mira confundido y fuera de lugar.

¿Ves?

No entiendes que es ganarse la vida por uno mismo.

"¿Y por qué quieres aprender?", su voz ahora ya no tiene ese atisbo de superioridad. Sino de curiosidad y ¿admiración?

“Mi madre tenía un viejo piano… su enfermedad no le permitía salir de casa, no me gustaba verla triste y enferma, así que aunque no supiera nada de música todos los días tocaba para ella, fue entonces que aprendí que la música hace feliz a las personas…”, sonrío ante el recuerdo de mi madre, “Por eso quiero aprender más y tocar, para hacer feliz a la gente”.

…

Abro mis ojos de golpe, mi respiración acelerada y hace mucho calor.

“Hana…”, unos fríos y suaves dedos tocan mi rostro, esa voz…

“¿Yuri?”

“Aquí estoy”

Trato de levantarme pero siento varias punzadas taladrar todo mi cuerpo y rostro.

“No, no te muevas”

El cuarto esta obscuro, mis ojos se tardan en acostumbrarse y poder ver el rostro de Yuri.

¿Por qué estoy aquí… con él?

Trato de hacer un recuento de mi día, estoy desorientada y cansada, adolorida.

"No sé de qué estás hablando, no conozco a ninguna Hana"

Kou…

Entonces…

Todo eso… fue real. Realmente paso.

Yo…

“Hana, no… no llores, por favor”, sus brazos rodean protectoramente mi cuerpo reconfortándome, yo se lo permito, necesito esto ahora.

Hundo mi rostro en su pecho y lloro al recordar que casi fui… no, ni siquiera puedo decir la palabra, y Kou no hizo nada para ayudarme.

Nada.

“Él… él…”, mi voz se quiebra y Yuri me aprieta más fuerte contra su cuerpo.

“Shhhh… él no merece tus lágrimas, Hana”, me susurra. Él tiene razón, pero ¿qué puedo hacer?

Mi corazón duele, mi pecho… no puedo respirar.

Me duele.

Después de varias lágrimas derramadas, mi cuerpo se da por vencido, mi pecho duele por los sollozos y mis ojos están vacíos.

El cuerpo de Yuri es cálido, extrañamente seguro y cómodo.

No sé cómo llegue hasta aquí con él, pero estoy segura que él me salvo.

Siempre es así.

En todo momento Yuri me dio suaves besos en mi rostro, tratando de calmarme y distraerme, mi piel respondió bien a sus besos y a su tacto.

¿Por qué?

No lo sé…

Claro que sí, pero no quieres aceptarlo. Quieres aferrarte al pasado, aferrarte a él. Tienes miedo de abrir tu corazón a alguien de nuevo y salir lastimada.

“Gracias”, digo con voz seca y él me responde con un gentil beso en la frente.

“Por ti… siempre”, mi corazón se contrae.

Yuri…

Nos quedamos en silencio por varios minutos, Yuri está muy metido en sus pensamientos mientras yo me concentro en respirar al mismo ritmo que su corazón y mantenerme tranquila.

“¿Te acuerdas del día en qué nos conocimos?”, su nariz se entierra en mi pelo, mi cuerpo se tensa.

Mi sueño…

Asiento con la cabeza.

“Dijiste que querías hacer feliz a la gente con tu música”, su mano toma la mía y la lleva a sus labios donde da un suave beso a mis nudillos, vuelvo a asentir.

Yuri deja mi mano, y toman mi rostro delicadamente para no lastimarme haciendo que lo mire, nuestros rostros a escasos centímetros.

Son unos ojos con un brillo diferente, un sentimiento diferente.

Mi corazón está latiendo desenfrenadamente.

“Yo quiero ser la persona que te haga feliz a ti, Hana”, su frente descansa sobre la mía, su mirada sincera fija en mí, hechizándome, “poder cuidarte, protegerte, adorarte y… amarte", sus ojos se cierran, "quiero ser esa persona para ti, Hana"

Oh Yuri…

Yo... no sé qué responderle.

"Yo-"

"No, no tienes que responderme, sólo permíteme hacerlo, déjame demostrarte", sus labios besan suavemente mi mejilla, él se acomoda mejor en la cama y me abraza, mi cabeza descansa en su pecho.

Varios sentimientos he experimentado el día de hoy. Y por primera vez en tanto tiempo me siento tranquila, en paz, segura y... querida.

Ese extraño sentimiento que al parecer es mutuo.

Yo sigo recibiendo suaves caricias de Yuri y dulces besos en mi cabello.

"¿Hana?"

Estoy a punto de quedarme dormida pero hago un esfuerzo.

"¿Hmm?", sus labios rozan suavemente mi oído.

"Te amo"