Pensando En Ti

Dance With My Heart

- ¿No te aburres de bailar a un ritmo tan lento? – Preguntó una voz masculina mientras entraba al casi vacío salón de baile, mirando a una alta castaña que bailaba al son de la música clásica.

- ¿No te aburres de venir a molestarme? – La chica no estaba de buenas, nunca lo estaba cuando el engreído rubio aparecía para hablar mal del ballet, ese baile que a ella le encantaba desde que era una niña.

El chico río con fuerza, acercándose a la castaña con una sonrisa confiada mientras metía sus manos en los bolsillos de sus pantalones. Su opinión sobre el ballet no era para nada buena siendo el también bailarín, pero el rubio se iba por los ritmos modernos, movidos y fuertes.

- ¿Molestarte? ¿Yo? Claro que no, cariño. Solo te digo lo que pienso. – El chico saco una de sus manos para tomar la fina barbilla de la bailarina, sonriéndole de manera engreída, esa sonrisa que ella odiaba.

- Suéltame, idiota. – La morena rápidamente le golpeo la mano al chico y siguió bailando, recorriendo el salón con movimientos delicados y llenos de gracia.

El rubio la siguió en busca de más pelea pero la chica para evitarlo comenzó a dar vueltas para evitar cualquier tipo de contacto con él. Pero en algún momento las vueltas le dieron una mala pasada a la chica, como era de esperarse, y se detuvo tambaleando. Estaba por perder el equilibro cuando el rubio la alcanzó a tomar, rodeándole la cintura con sus brazos y acercándola a él.

- Ten más cuidado. - Le musito, sonriéndole esta vez de una manera más dulce, sintiendo la suave y cálida respiración de la chica.

- Tú… - La morena se sujetó de sus brazos mientras miraba los ojos del rubio, perdida en aquellos orbes oscuros.

- ¿Mhm? – El chico soltó, acomodando un pequeño mechón del cabello castaño de su ajena de manera suave, aprovechando aquel movimiento para acortar la distancia entre sus rostros.

Parecía como si la música se escuchara más baja en el ambiente, como si ellos dos se encontraran en una habitación sin nada, conectados por la mirada y por lo que indicaba ambos rostros al acercarse más, que también por sus labios. Apenas sus labios alcanzaron un mísero roce y aquel momento acabo más rápido de lo que ambos querían. La maestra de baile de la chica entró y justo a tiempo ambos se alejaron, sintiendo una notable incomodidad.

- ¿Todavía sigues practicando, Sooyoung? – La mujer se acercó, sonriendo ampliamente ante el entusiasmo de la chica. – Al parecer estas ansiosa de la muestra en el teatro. -

- Si, realmente quiero que todo salga bien. – Contestó la alta morena, tratando de calmar su sonrojo.

- ¿Y de nuevo vienes a buscarme, Donghae? – La mujer miro al rubio, el cual estaba en la misma situación que la chica.

- Si, el camino que sigues a casa es peligroso, no quiero que te pase algo, mamá. – Contestó el rubio, esa siempre era respuesta ante su presencia en la academia.

- Que hijo tan preocupado tengo, realmente es un agrado tenerte aquí. – La maestra apretó una de las mejillas de su hijo como si este fuese un niño pequeño.

- ¡Ya, mamá! No soy un niño. – Dijo un tanto molesto Donghae, sobándose su mejilla y causando la risa de Sooyoung.

- Bueno, será mejor que nos vayamos. – Miró el reloj la mujer para luego ver a su alumna. – No ensayes hasta muy tarde, Sooyoung. – Se despidió la mujer, dirigiéndose a la puerta.

- Nos vemos, bailarina. – Se despidió divertido el rubio, desordenándole el cabello a la castaña.

- Adiós, idiota. – Dijo divertida la chica para ver como el rubio se iba junto con su madre. Luego se acercó al centró del salón y siguió bailando, sin poder evitar recordar lo que había pasado hace unos minutos atrás. – Rubio estúpido… -

- Bailarina tonta… - Pensó Donghae mientras llegaba al centro de Seúl junto con su madre, en espera de un taxi que los llevara a casa. Luego de unos minutos un taxi apareció y ambos se subieron en dirección a casa. El rubio miro a través de las ventanas como las luces de Seúl comenzaban a hacer su aparición mientras el cielo se oscurecía.

El chico estaba pensando tanto en la castaña que a su mente vino el recuerdo de cuando la conoció. Recordó las primeras clases de la bailarina, hacia los pasos mal, se tropezaba y se equivocaba la mayoría de las veces, todo un show para él que no dejaba de burlarse de ella. Pensó por un momento que Sooyoung se rendiría, de seguro ella pensó lo mismo, pero no paso y le demostró tanto a él como a ella misma que no había que rendirse y se volvió una de las mejores bailarinas de la Academia de Baile de Seúl. Y, aunque negase lo obvio, la castaña le ha llamado la atención desde el día que se conocieron, era como un diamante que deseaba atesorar, no por su valor sino por su brillo.

La chica que estaba presente en la mente del rubio salió de la academia, colocándose su chaqueta en dirección a casa. Mientras caminaba observaba la calle por su algún taxi pasaba. Por suerte, cuando ya las luces de Seúl se observaban desde la lejanía la chica tomo un taxi en dirección a casa. En el trayecto tarareaba la canción que sería su solo, el más importante. Faltaba un mes y estaba sumamente nerviosa, ¿y si lo hacía mal? No podía bajarse el ánimo ella misma, debía esforzarse hasta el gran día.

El taxi se detuvo frente a la casa de Sooyoung y está bajo del vehículo sin antes pagar, abriendo la reja para así entrar a su casa.

- Al fin llegas, querida ¿Cómo te fue hoy? – Su madre la recibió con una amplia sonrisa, dejando la cena lista sobre la mesa. – De seguro debes estar muy hambrienta, ven, comamos. –

La castaña se sentó junto con su madre, comentándole su día, excluyendo obviamente lo sucedido con Donghae. Su madre ya tuvo la oportunidad de conocer al estresante rubio y él se comportó como un angelito. Luego de la deliciosa cena Sooyoung se fue a su cuarto, recostándose en la cama. Se quedó mirando el techo, volviendo aquel recuerdo en que sus labios casi se tocan con el rubio.

- ¿Por qué eres tan tonto? – Susurró con molestia la morena, colocando uno de los cojines sobre su cara para así tratar de olvidar lo ocurrido hoy.

- ¿Qué es “eso” que tienes? – Se preguntó Donghae mientras escuchaba música, mirando las estrellas a través de la ventana.

Ambos bailarines estaban en un dilema complicado pero a vez fácil: ¿Qué es lo que pasa en realidad entre ambos? ¿Odio o Amor?

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Comments

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--serenity--
#1
No hay fanfics en español mucho pero se me hace qur ser buenísimo. Buena Suerte ; u ;