¿Cuánto llevaba en esa situación? ¿Cuántas notas? ¿Cuántos bolígrafos? ¿Cuántas libretas? ¿Cuántos noches durmiendo en el pasillo o junto a la entrada? ¿Cuántos nudos que agradeció no tener que tragarse porque no tenía que utilizar su voz con él? ¿Cuántas palabras quedaron plasmadas en los papeles que guardaban sus conversaciones? ¿Cuántas veces Joonmyun no supo cómo plasmar sus pensamientos en esos papeles? ¿Cuántas veces su vecino se terminó conservando la nota con las más bonitas y acarameladas frases por parte de ambos? ¿Cuánto tiempo tardó en notar lo tierno que era el chico al otro lado de la puerta…?

Joonmyun aun no comprendía el porqué de su situación; absolutamente toda su situación, es que ¿Cómo terminó con una habitación a medio llenar de recuerdos que siente que nunca tuvo? Tiene una cama grande, pero duerme solo. En su refrigerador tiene cosas que a el no le atraen comer. Entre sus ropas resaltan un par de camisas que el sabe que nunca han sido suyas, que él sabe que no tienen su olor sino el de ese alguien que nunca conoció.

Ya se lo ha cuestionado decenas de veces a Jongin mas este niega con la calma y carisma característica de su contradictoria expresión al callar. Joonmyun insiste en que perdió a alguien pero todos niegan y argumentan que su único recuerdo perdido en su accidente fue la dirección del departamento que había comprado hacía a penas un par de meses.

Joonmyun gira el volante a la derecha manteniendo su vista fija en la carretera, no quiere volver a tener otro accidente, ya bastante fue con su estúpida caída en el baño, ya bastante fue con la sutura en la parte posterior de su cabeza, ya bastante fue con las fuertes e incapacitantes jaquecas que le aquejan cada dos por tres.

Cerca de llegar al edificio donde vive su pie se hunde en el freno del auto y su cabeza entre sus temblorosas manos, ¿Para qué pensó en sus jaquecas? Ahora el punzante dolor lo tiene al borde de las lagrimas.

Sus manos viajan hasta el bolsillo de su saco para luego sacar de este los calmantes a los que se está acostumbrando a recurrir cuando su vista está nublada por el agudo dolor en su cabeza. Traga una capsula en seco y posa su frente con cuidado en el volante soltando profundas respiraciones tratando de controlarse, tratando de mantenerse consiente.

Finalmente toma la opción de dejar el auto donde está, lo mejor será caminar hasta su casa, así se podrá calmar.

Mientras anda sigue pensando en su vecino. En el porqué había comenzado ha hablar con él por notas que se pasaban por debajo de la puerta en vez de hablar como personas normales. En porqué lo escucha llorar por las noches, en porqué ha comenzado a sentir esas cosas por él. No es lógico, es como haberse enamorado de un ser ficticio, de un dibujo, de algo que –según su vecino– nunca podrá ver en persona. Pobre idiota, nunca ha intercambiado palabra verbal y mucho menos ha podido verse con él y ya contempla romper su puerta y comer sus labios en el beso más salvaje que pueda imaginar. Mas le sería infiel a la figura que ronda su mente como una sombra sin nombre ni rostro, ¿cómo es que Joonmyun no puede serle infiel a alguien que no recuerda con alguien que no conoce? ¿cómo es que se atreve a pensar en esos dos seres como su todo y su nada, porque realmente no sabe ni que son para él? ¿cómo es que puede sentirse enamorado de melodías de un piano de cola y bellas frases en papel? ¿por qué le siguió el juego desde un principio? ¿por qué no le importó tanto desde un principio que este se negara rotundamente a que pudieran tener algo más que sus conversaciones con trozos de papel…? Y lo más importante en su mente ¿Por qué ahora deseaba tanto conocer el rostro de su vecino?

Joonmyun suspira para se dirigirse con desesperación, resignación y dolor camufladas de calma hacia su departamento. Entra al ascensor y luego de cinco pisos sale hacia su puerta topándose con la delgada figura de su adorado vecino desconocido quien entra desesperado a su departamento y cierra la puerta con fuerza. Evitando así que Joonmyun pueda observar su rostro o algo más que su figura. Su ágil figura.

-Oye –sonríe golpeando la puerta con suavidad, sus nudillos quedan pegados sobre la madera, y sus ojos en el numero diez que marca la puerta –ya llevamos casi tres meses con lo de las notas ¿podemos hablar? –suelta con esperanza de que esa barrera entre ambos abra paso a lo que desea. Conocerse físicamente, ya que su vecino conoce su voz luego de que él mismo se negase a responder por notas, siente que merece también escuchar la voz del chico de al lado.

 

No

 

La nota recién deslizada por la puerta, es clara, concisa y dolorosamente rápida.

-Eres cruel ¡ni siquiera se tu nombre! –exclama algo frustrado –vecino, no podremos vivir eternamente solo hablando por notas…

Pasa un minuto exacto para que una respuesta llegue y Joonmyun considera que tal vez la respuesta no llegará pero cuando está apunto de ir hacia su departamento el papel vuelve.

 

Solo será un par de meses más… luego ya no te molestaré con estas notas.

 

-¿Luego hablaremos?

 

Luego te dejaré de molestar.

 

-Me gustaría verte –susurra posando su frente contra la puerta.

Una nueva nota se desliza por debajo de la puerta.

 

No tiene caso. No vale la pena.

 

-¿Por qué, acaso tienes alguna deformidad? –pregunta ya harto.

 

Podría decirse que es algo así. Por eso no nos podemos hablar así como así.

 

-¿Nunca? –pregunta con ilusión e inocencia.

 

No vale la pena, yo se lo que te digo. Te vas a decepcionar de ver quien soy, no soy lo que esperas…

 

-No me conoces, no veo forma para no poder agradarte… dame una oportunidad –da suave golpecitos sobre la madera.

 

Cambiemos de tema, por favor.

 

-Esta bien ¿cómo estuvo tu día?

 

Fui a la tienda por algunos víveres y luego vine hacia acá…

 

-¿Eso es todo? –se sorprende.

 

Si. ¿tu qué hiciste hoy?

 

-Fui a la empresa y me di un año sabático –suelta una risa cuando escucha un suave chillido por parte de su vecino –quiero descansar de mis problemas y… seguir insistiendo para poder conocerte, vecino.

 

¿Es en serio?

 

-Muy enserio ¡quiero conocerte! –sonreí aunque no tuviese a quien.

-Lla-llámame… XingXing –susurran al otro lado con una dulce y melódica voz.

Joonmyun calla procesando lo hermosa que es la voz de su vecino. Su vellos se erizan al instante y su corazón aumenta su ritmo, haciendo que su respiración se entrecorte y eso no es bueno…

 

No me gusta XingXing…

 

El pelinegro comienza soltar jadeos y su vista se vuelve nuevamente borrosa, es ahí donde considera que una visita al cardiólogo no estaría mal, aunque ya lo haya visitado apenas cinco días antes.

-¿Estas bien? –pregunta su vecino luego de dos minutos por silencio.

-S-sí –responde rápido mientras pasa su mano por su cabello para echarlo hacia atrás –solo pensaba en lo linda que es tu voz –dice sincero y el silencio se alza por parte del desconocido –¿sigues ahí?

-Y-yo me… me tengo que ir –balbucea nervioso.

-Supongo que yo también tengo que irme. Me siento cansado, tengo que descansar…

-¿Seguro que está todo bien? –insiste.

-Claro, XingXing –dice con cierto agridulce en la boca –estoy bien, descansa…

-Buenas noches.

 

***

 

Y Joonmyun no es capaz de dormir; su corazón late rápido y sus manos sudan, es una sensación que normalmente relaciona con algún mal cardiaco pero ahora sabe que es de total emoción por al fin haber conocido la voz de su vecino. Haber escuchado esa dulce voz.

-Vecino –llama mirando al techo.

-¿Si? –Joonmyun no responde –¿algo pasa? –la preocupación se resalta en su voz.

-Solo quería escuchar tu voz… me tranquiliza mucho –responde con una boba sonrisa –me agradas…

-Me alegra que se sienta así… pero no debería agradarle, pronto me iré –dice suavemente.

-¿Vivirás en otro departamento? –pregunta nervioso.

-Algo así… por eso no quiero hacer mucha amistad.

-Podríamos ser amigos a distancia –insiste.

-Esa distancia es muy grande, no creo que podamos –ríen al otro lado.

-¿A qué te refieres?

-No es nada, buenas noches… –susurra el desconocido y Joonmyun comienza a temblar asustado sin saber el motivo de esto.

 

Esa distancia es muy grande, no creo que podamos…