Subiste en el taxi que llamaste hace 15 minutos, el taxista puso tus maletas en el maletero mientras tu te sentabas en el asiento trasero del taxi. El taxista se sentó, se abrochó el cinturón y te preguntó

- ¿A donde quiere ir?

- A la playa Sokcho.

- Muy bien, allá vamos.

Después de un par de horas en el coche, al fin llegaste a tu destino, pagaste el taxi y saliste de el, cogiste tus maletas y te dispusiste a buscar la cabaña donde te alojarías durante el próximo mes. Miraste al rededor y ese era el lugar mas hermoso que habías visto en toda tu vida y sabias que ahí ibas a pasar el mejor mes de tu vida. Llegaste a tu cabaña y deshiciste tus maletas, miraste por la ventana y viste unas vistas perfectas, por lo que decidiste coger un libro, una silla y relajarte en la playa. Llegaste a la playa y no había nadie y parecía que iba a seguir así durante un tiempo, lo que sería mejor para ti. Pusiste tu silla sobre la blanca arena, suspiraste y comenzaste a leer el libro. Las horas pasaban y cada vez estabas mas relajada, pero en ese momento, una voz te apartó de la relajación:

- ¡Woah! Esta playa es increíble, no me puedo creer que no haya nadie, bueno si, una persona, oero esto es increíble.

Giraste un poco la cabeza hacía la dirección de la voz y viste a un chico de espaldas hablando con un móvil “Vaya, ya no estoy sola”, pensaste mientras volvías a tu libro, en ese momento ese chico te dijo:

- ¡Hola! - Dijo el chico mientras ponía una silla junto a la tuya -.

- Hola.

- Que tranquilidad ¿Eh?

- Si

Lo miraste y viste como el chico se quitaba la camiseta descubriendo sus abdominales, apartaste la mirada rápidamente a tu libro. El chico sonrió, se sentó y dejó escapar un suave suspiro. Continuaste leyendo tu libro y el chico te dijo:

- ¿Como te llamas?

- ¿Eh? ¿Yo?

- Si, tu ¿como te llamas?

- Me llamo ______________.

- Encantado ____________, yo soy..... - Parecía que pensaba lo que iba a decir -.

- …

- Soy Jun. K.

- Wow que nombre tan extraño.

- Si, si, se que me conoces, pero... espera ¿que?

- Tienes un nombre bastante raro. Y ¿por que debería conocerte?

- Oh... nada nada, no es nada.

- Vale.

Volviste a mirar tu libro, pero de nuevo ese chico te interrumpió:

- ¿Que edad tienes?

- ¿Por que quieres saber tanto de mi?

- Perdón... solo estaba intentando ser amable.

- Si, eres amable, pero solo quiero descansar, estoy algo cansada con todo, lo siento, pero no quiero parecer antipática.

- Está bien, yo también estoy aquí por que estoy algo cansado.

- Y ahora me contaras tu vida.

- Exacto. Llevo un tiempo algo cansado de la ciudad y del trabajo, así que vine aquí para descansar.

- ¿En que trabajas?

- Tu no me dices tu edad ¿por que debería decirte en que trabajo?

- Tienes razón. - Pusiste tu mirada en el libro -.

El chico se puso de pie y fue directo al mar. A penas te podías concentrar en tu libro, intentabas no mirarle, pero era imposible, así que decidiste cerrar tu libro y darte un baño en tu cabaña. Recogiste tu silla e ibas en dirección a tu cabaña, pero ese chico te llamó:

- ¡______________! ¿A donde vas?

- ¿Eh?

- Quiero decir... ah... ¿vas a volver hoy?

- Puede. ¿por que?

- Nada.

- Vale.

Volviste a tu apartamento y aunque ese chico te parecía algo raro, era bastante guapo. Te diste un baño de 1 hora, comiste un sobre de fideos que había en la cocina y volviste a la playa. Pensabas que tal vez Jun. K ya no estaría ahí, son embargo ahí estaba, sentado en su silla durmiendo, así que pusiste una silla en la arena y te sentaste para tomar una pequeña siesta.

Un par de horas mas tarde te despertaste, te estiraste y miraste hacía la otra silla y ahí estaba de nuevo, ese chico te estaba mirando, entonces le dijiste:

- ¿Que estas haciendo?

- Nada... yo... me tengo que ir, adiós. - Se levantó de la silla y se fue -.

- Que chico tan raro... - Dijiste en voz baja -.

Miraste a tu alrededor y no había nadie, la paz y la tranquilidad comenzó a inundar tu cuerpo, te descalzaste y comenzaste a caminar por la orilla de la playa. El sonido de las olas rompiendo, era el sonido mas relajante que habías oído.

Pasó una semana y ese chico, Jun. K, hacía cosas muy raras, sin embargo te parecía bastante guapo, aunque sabias que nunca se fijaría en ti. Estabas sentada en tu silla, como siempre, leyendo tu libro. Jun. K se sentó a tu lado y dió un fuerte suspiro mientras decía:

- ¡Ahhh! Esto es genial. Oye, ¿por que nunca te he visto metida en el agua?

- Eh... por que...

- No sera que... ¿no sabes nadar? - Comenzó ha reír -.

- ¡Yah! No te rias, mucha gente tampoco sabe nadar.

- Me da igual, sigue siendo gracioso – No dejaba de reír -.

Pusiste mala cara y volviste a mirar tu libro, pero en ese momento Jun. K cogió tu libro, lo puso sobre su silla, te cogió de una de tus muñecas y empujó de ti hasta llevarte al agua, mientras gritabas:

- ¡Para! ¿Que estas haciendo? ¡Déjame!

- ¡Vamos! ¡Te voy a enseñar a nadar!

Viste como Jun. K tenía una gran sonrisa y tu corazón comenzó a latir fuertemente. Ambos estabais en el agua, Jun. K tenía sus brazos alrededor de tu cintura y tus manos rodeaban su cuello, ambos estabais muy juntos, tu aún tenías la ropa puesta, pero él , solo tenía el bañador, por lo que podías ver sus abdominales. Él te miró profundamente a los ojos y te dijo:

- Estoy aquí, no tengas miedo. Confía en mi.

Esas palabras retumbaron en tu cabeza, ese chico parecía diferente te sentías protegida a su lado. Jun. K te estaba enseñando a nadar, cuando de repente vuestros ojos se encontraron, hubo un enorme silencio, ninguno de los dos se movía, pero entonces Jun. K comenzó a acercarse poco a poco a tu cara, podías notar su respiración en los labios, cuando viste como miraba a la orilla y dijo:

- Dejemos esto para otro momento.

- ¿Eh? - estabas muy confundida -.

- No estas preparada.... necesitas un buen bañador, vas con ropa normal, así no puedes nadar. Me voy a dormir un rato, adiós.

Jun. K te ayudó a salir del agua y rápidamente se fue a su cabaña, todo era bastante raro.

Pasó otra semana y cada vez era mas cercana a Jun. K, ese día no te sentías muy bien, te pesaba el cuerpo, te dolía la cabeza y solo querías dormir, por lo que decidiste quedarte ese día en cama. Eran las 2 de la tarde, cuando alguien llamó a la puerta de tu cabaña, te levantaste como pudiste y viste a Jun. K, y dijiste:

- ¿Que quieres? No me siento muy bien...

- ¿Estas enferma? Entonces necesitas que alguien te cuide.

- No, no te preocupes, estoy bien, con un día en la cama tranquila se me pasara... - Jun. K ya había entrado en tu cabaña y se estaba sentando en tu sofá -.

- Vamos, ve a la cama, hoy cuidaré de ti.

- No es necesario, pero gracias.

- Si, si es necesario, vamos, ve a la cama, te prepararé una sopa.

- Vale...

Volviste a tu cama, parecías un zombi, pero te daba igual solo querías estar calentita en tu cama. Pasó un rato y Jun. K entró en tu habitación con un buen plato de sopa y te dijo:

- Vamos, come, es bueno para ti.

- Gracias – Hiciste una pequeña sonrisa -.

- Tienes una sonrisa preciosa.

- ¿Eh? - Te sorprendió mucho oír eso -.

- Mira, voy a dejar las tonterías, me gustas y no voy a parar hasta que te guste yo a ti.

- ¿Sabes que eso suena como un psicópata?

- No, no pienses que soy un psicópata, lo estoy haciendo... hmmm... de manera bonita.

Después de comerte la sopa, Jun. K te dejó descansar. Pasó el día y el chico había estado todo el día a tu lado, siendo muy atento y ayudándote.

Otra semana había pasado y solo faltaba otra semana para volver al estrés y la rutina diaria. Estabas llegando a la playa, cuando viste una mesa con comida y velas en mitad de la arena blanca, miraste a Jun. K, que estaba junta a la mesa y dijiste:

- ¿Que es esto?

- He preparado una comida para nosotros, espero que tengas hambre.

No podías evitar sonreír por la dulzura de ese chico, te a acercaste y Jun. K te ayudó a sentarte, el se sentó justo delante de ti y te miró con una enorme sonrisa. Cuando terminasteis de comer, os pusisteis en pie para observar el mar en silencio, pero Jun. K te rodeó la cintura con sus fuertes brazos, ese momento era perfecto, no querías que acabase nunca. Cuando de repente comenzasteis a oír ruidos de cámaras, Jun. K se dio la vuelta y te cogió de la mano y te llevo rápidamente su cabaña. Entrasteis en su cabaña y cerró todas las ventanas y puertas, parecía algo nervioso, te miró y te abrazó, muy asustada le preguntaste:

- ¿Que pasa?

- Yo no soy un chico normal.

- ¿Eh?

- Soy... un idol.

- ¿Que?

- Soy cantante y pertenezco al grupo 2PM, lo siento.

- Espera... esto no puede ser, lo nuestro no puede funcionar – Ibas a salir por la puerta, pero Jun. K te cogió de a mano -.

- No te vayas, espera.

- ...

- No te puedes ir, por que... es muy peligroso para ti y... por que te quiero y no puedo vivir si te vas de mi lado.

Lo miraste a los ojos y sabias que estaba siendo sincero, acercó su cara poco a poco a tu cara, hasta que finalmente vuestros labios se encontraron, mientras vuestras manos se entrelazaban, ese era tu primer beso. Jun. K se apartó y te dijo:

- No te voy a dejar ir, te necesito a mi lado.

Jun. K cogió su móvil e hizo una llamada, no sabías con quien hablabas, pero permaneciste en silencio junto a él, mientras vuestras manos seguían entrelazadas. Una hora después alguien llamó a la puerta, Jun. K abrió y era un hombre, entro y dijo:

- ¿Estáis listos?

- ¿Listos? ¿Para que? - Preguntaste algo confusa -.

- Vamos a escapar de aquí, si nos ven, mi reputación caerá y no te dejarán en paz. - Dijo Jun. K agarrándote la mano – Tu solo confía en mi -.

Mientras vosotros intentabais salir por la parte de atrás, el otro hombre salía por la puerta de delante para despistar a los paparazzi, había una moto en la parte de atrás, Jun. K te puso un casco y te dijo:

- Siento todo esto. – Te dio un suave beso y se puso su casco -.

Os subisteis en la moto y después de unas horas llegasteis a un edificio, entrasteis dentro y os metisteis en un apartamento, te quitó el casco y te dijo:

- De nuevo lo siento mucho, no creía que iba a pasar esto.

- No te preocupes, ha sido raro, pero tu no tienes la culpa.

- Muchas gracias por entenderlo.

- Bueno, me voy...

Jun. K te cogió del brazo y tiro de ti hasta chocarte con el, levantaste la mirada para mirarlo a la cara y te dijo:

- Nunca, pero nunca, te alejes de mi, quiero ser yo el que te proteja, el que te quiera, el que se levante junto a ti todas las mañanas, quiero envejecer a tu lado... no te vayas. Te quiero.

Lo miraste sin saber que decir, pero Jun. K simplemente te abrazo y comenzó a besarte, esta vez, un beso algo mas cálido, su mano izquierda acariciaba tu espalda suavemente, entonces pensaste: “No me iré nunca”. Apartaste a Jun. K y le dijiste:

- Yo también te quiero.

Una enorme sonrisa de formó en su cara y continuó besándote.