Two As One

Description

Foreword

¿Cómo podía dormir tan tranquilamente?

Un mechón de cabello caía sobre su rostro graciosamente, tenía los labios ligeramente entreabiertos y su respiración era rítmica y tranquila. Su pecho subía y bajaba al compás de esta. Parecía una niña pequeña durmiendo tranquilamente sin temor al monstruo del armario o alguna cosa parecida. Totalmente perdida en un mundo que solo le pertenecía a ella misma. 

Suspiró, girándose para quedar de cara al techo, su ceño se frunció ligeramente, con pesadez, giró levemente el rostro, para seguir torturándose con la imagen de la joven que dormía plácidamente. Envidiaba esa habilidad de la mayor para caer dormida donde y a la hora que fuera, sin importar nada más. Su cuerpo estaba cansado por el show de aquel día, pero su corazón agitado, le impedía poder conciliar el sueño.

Porque si, su corazón estaba vuelto loco; como siempre lo estaba que compartía habitación con ella. No es que le incomodara tenerla cerca, de hecho, se llevaban la mar de bien; a veces hasta perdían la noción del tiempo charlando o viendo alguna película, reían juntas. Podía llevar la situación bastante bien. Pero, cuando estaba en una situación como la presente, no podía acallar los deseos de su mente. Porque así, durmiendo, se le antojaba tan vulnerable, que era un milagro que no hubiera saltado ya sobre la mayor, en un ataque impulsivo y fugaz, para...

Se llevó las manos al rostro moviendo su cabeza ligeramente de un lado a otro. No podía estar pensando esas cosas. No era una psicópata. Era una persona más madura, no era ya una pequeña. Tenía que comportarse. ¿Pero cómo hacerlo cuando los labios de Ham Eunjung se veían tan apetecibles pasada la media noche? Las mejillas arreboladas le daban un aspecto tan tierno, que no pudo menos que esbozar una sonrisa, y ponerse de pie con cuidado, para acercarse de puntitas y poder mirarla desde más cerca. Sí, claro, apenas dos segundos atrás se decía que no lo haría y allí estaba, de cuclillas, observándole con gesto ensoñado.

Con cariño, retiró aquel mechón del rostro de la mayor, reprimiendo el deseo de acariciar su mejilla. La joven durmiente, no se movió; su sueño era pesado. La menor, se acercó un poco más, admirando aquel sereno rostro. Mordió su labio inferior para reprimir sus deseos. ¿Por qué la necesidad tan fuerte de sentir un pequeño contacto en ese momento?
Tenía años conviviendo con ella. Más de una vez se tomaron de las manos, hubo abrazos cariñosos y consoladores, palabras tiernas, miles de horas platicando, ensayando... luchando y disfrutando; codo a codo. En más de una ocasión compartieron habitación, como en esa misma noche. ¿Por qué ahora, su corazón se encontraba tan inquieto? Se lo negó durante mucho tiempo. “Solo es un amor casi como de familia. Es como mi hermana, solo eso”
Aquella frase, ya no podía tranquilizarle. Ya no podía seguir diciéndose aquello, no podía seguir negando sus sentimientos de esa forma. Ese era el motivo por el cual, se encontraba allí, velando el sueño de la mayor, cariñosamente. Con sólo eso, se conformaba.

Salió de su estado ensimismado, cuando se dio cuenta que un par de pupilas oscuras, le miraban fijamente. Se asustó. Su mano se había quedado congelada cerca del rostro ajeno, ¿En qué momento había despertado? No le había ni tocado. Y ahora no podía moverse y huir a esconderse debajo de las cobijas de su cama. Sentía el nerviosismo apoderarse de su cuerpo. ¿Cómo explicar que se encontrara tan cerca? Temía confesar lo que sentía. Tenía miedo al rechazo, temía a que ella no le volviera a ver como antes; temía que comenzara a alejarse. Tragó saliva con dificultad, intentando componer una expresión neutra, o cuanto menos “graciosa”. Presentar un aspecto como ese... ¿bastaría?

-Jiyeonnie....- susurro Eunjung, con voz juguetona, componiendo un pequeño pucherito divertido, tomando la mejilla de la menor afectuosamente, mientras le daba una pequeña caricia con su pulgar, con suma suavidad, a la vez esbozaba esa hermosa sonrisa que poseía- ¿Tienes frio?

La menor agradeció que fuera ella quien rompiera el silencio. Su cuerpo se relajó casi al momento, pero aun así sentía un peso enorme en el estómago. Junto sus manos sobre sus rodillas. Apartándose ligeramente, asintió. -Poquito... ¿Me... dejas.... dormir contigo?- pregunto, con una expresión adorable, a la cual nadie podría ser capaz de negarse. Mordió su labio inferior y le miró tímidamente.

La sonrisa de Ham, se hizo más amplia, mientras asentía con presteza, y se incorporaba un poco -Debiste despertarme antes- le dijo, mientras se movía y le hacía lugar. La menor, desvió la mirada y farfullo algo incomprensible que solo logro hacer reír un poco a la mayor, que le alboroto el cabello con cariño- Anda, ven, que no quedan muchas horas para descansar. 

Jiyeon obedeció, asintiendo con gesto infantil, colándose dentro de las cobijas de la cama ajena. Ambas chicas quedaron de espaldas, mirando el techo. Jiyeon sintió de nuevo su cuerpo ponerse rígido. Así como estaba su cabeza en ese momento, se daba cuenta que lo menos prudente, era precisamente eso que acababa de hacer. Pero... aunque fuera solo de esa manera, quería sentir el calor ajeno junto al suyo. Sus manos estaban aferradas con fuerza al borde de la cobija, cosa que no pasó desapercibida para la joven Ham. Quien con gesto de extrañeza, se giró para quedar recostada sobre su lado derecho, apoyando su mejilla sobre su mano. “¿Qué le sucede? No es normal que actúe de esa manera”. Pensó la joven, al tiempo que con su dedo índice, picaba la mejilla de Park.
-¿Ahora no puedes dormir? ¿Sucede algo, Jiyeon? ¿Quieres que consiga un poco de leche tibia?- preguntó con ese gesto atento y ligeramente preocupado, digno de una hermana mayor.

La menor negó con fuerza- No... no es necesario... - y cerró los ojos con fuerza, deseando que Eunjung lo dejara pasar, y volviera a sumirse en un sueño profundo. Pero no corría con suerte, pues la mayor soltó un suspiro y se acercó aún más, inclinándose levemente sobre ella, podía sentirla aunque no tuviera los ojos abiertos. 
-¿No confías en mí? Vamos, sabes que puedes contarme cualquier cosa...- le animó. Fue entonces cuando la menor se giró, para quedar de frente a la mayor, mirándole fijamente. No quería hacerlo, no quería tener que hablar, solo dormir y esperar la mañana, y el tener que cumplir con un horario... Estar rodeada del staff y las demás chicas, corriendo de un lugar a otro. Así podría no pensar mucho en...

-Solo abrázame hasta que duerma- dijo con un tono ligeramente aniñado, girándose del lado contrario, pegándose aún más así, al cuerpo ajeno, casi haciéndose un ovillo. Eunjung volvió a suspirar, aquello no era muy normal, pero cumplió pronto con la petición de su pequeña Dino. Apegó su cuerpo al de Park, pasando un brazo por la cintura ajena, abrazándole- No temas. No pienses en nada. Yo te cuidaré siempre.... que pueda hacerlo, justo como ahora, Jiyeon. Velaré tu sueño. ¿Velabas tú el mío, no es así? - susurró. Jiyeon estaba haciendo un soberano esfuerzo para reprimir a su cuerpo de estremecerse ante el golpe del tibio aliento de la mayor contra su piel que quedaba al descubierto. Se limitó a asentir levemente, demasiado torpe, pero servía de cualquier forma.

Eunjung solo le apretó con más fuerza –Duerme...- volvió a susurrar de manera dulce. Jiyeon eraconsciente de que no podría pegar ojo en toda la noche si se quedaba sobre esa cama, rodeada por los cálidos brazos de Ham. Con timidez, llevó sus manos a la de la joven, aferrándose a esta con fuerza, mordiendo salvajemente su labio inferior, podría hacerse sangre, pero tenía que afrontar las cosas de frente. Apartó la mano de Eunjung y se levantó, dándole la espalda. La joven se sorprendió por tan abrupta reacción, incorporándose de igual manera, rodeó la cama y se colocó frente a la joven que se había quedado de piedra, pero con la mirada decidida.
-¿Qué demonios sucede contigo, Park Jiyeon? Si no quieres hablar conmigo, dime con quien si puedes... ¿Hyomin? ¿Qri? Dime e iré a buscarlas. Hago cualquier cosa por ti, Jiyeon, pero deja de asustarme; te alejaste de mi como si... como si mi tacto te quemara. ¿Te doy miedo acaso? ¿He hecho algo mal?- le pregunto, con la preocupación resaltando en su expresión. Sus manos se cerraban en puños, impotente. 

El labio inferior, de Jiyeon, enrojecido, tembló un poco, antes de que la joven negara suavemente y respondiera a esas preguntas que caían sobre ella. -Eunjung... No es que no confíe en ti, todo lo contrario. Sabes que... yo pongo mi vida totalmente en tus manos. Creo ciegamente en ti... Siempre... en todos estos años, no me ha faltado tu cuidado... Me siento... Eunjung... ciertamente, es verdad que no confío... no confío en alguien... y esa persona, soy yo misma.-un nudo comenzaba a amenazar con cerrar su garganta;y dejo escapar un suspiro, mirándole, con la disculpa brillando en sus orbes chocolate.- Perdóname... Siempre te hago preocupar... Nunca hago nada por ti, ¿verdad? Perdóname, Eunjung...- “por dejar que mi corazón quedara prendado de tí”. Dicho aquello, la joven, cruzo la habitación con paso largo y presuroso, para salir de la habitación.

Más fue detenida, pues la mano de la mayor se cerró entorno a su muñeca izquierda, evitando así que pudiera huir. -No me detengas... No puedo... estar en esta habitación... al menos, esta noche no...-susurro con voz trémula, apenas un murmullo temeroso; más pronto, Ham le jaló con suavidad, y le abrazó, rodeando de nuevo su cuerpo por la espalda, apoyó su mentón sobre su hombro, y no le soltó.
-¿Perdón...? ¿Por qué habría de disculparte por algo, Jiyeon?- El tono en que le hablaba era tan dulce, que Jiyeon se rendía, no forcejeaba, simplemente, dejaba que la mayor le abrazara con fuerza- Me gusta cuidarte. Cuando te vi por primera vez, eras apenas... aún eras una niña. Inocente, algo tímida, pero decidida y llena de energía y positividad. Trabajadora como la que más desde el primer día. Eras para mí, como la hermana que no tuve. Tú y las demás chicas, en verdad, son algo preciado para mí. 

Hermana… solo eso seré siempre para ti, y aunque debería conformarme con ese tipo de cariño fraternal, soy tan egoísta, que siempre quiero más. Quiero ser la razón de tus sonrisas, quiero ser yo, aquella persona a la que des tu amor”. Jiyeon no dijo ni una palabra. No tenía nada que decir, de cualquier forma. El mutismo de Jiyeon comenzaba a desesperar a la mayor.
-¿Jiyeon? ¿He dicho algo que te moleste? ¡Por favor, di algo!- en ese momento, le abrazó con más fuerza y la menor no pudo más, forcejó un poco más y logro soltarse, para reanudar sus pasos. ¿Boram estaría dispuesta a ser su confidente esa noche, era muy tarde para hacer llamadas? Igual, ya encontraría un lugar donde poder estar sola y calmarse.
Estaba a un paso de llegar a la puerta, mientras su mano se estiraba en dirección a la manija, cuando, de nuevo, la mano de Eunjung se cerró entorno a su muñeca, esta vez con más fuerza, tanta, que estaba haciéndole daño.
-De esta habitación no sales hasta que me digas que demonios pasa contigo, Park Jiyeon. Me despierto y te veo a ti delante de mí. Dices tener frio, y cuando nos acomodamos para dormir, te alejas. Y te pones de esta manera. No puedo leer el pensamiento, así que te guste o no, tenemos que conformarnos con las palabras.

Al diablo con todo, con la cordura y la razón que le decían que eso no estaba bien. La menor se giró y con la mirada en el suelo, y los puños apretados, hizo acopio de todas sus fuerzas y voluntad para poder articular un par de palabras.- ¡No te puedo decir los motivos de... esto! ¡No quiero!- sus ojos comenzaban a escocer, pero no dejaría una sola lágrima salir- ¡Me llevaré esto a la tumba!

-¡Por los dioses, Jiyeon! ¿Por qué dices algo así? Tranquilízate... ¿Sí? - pidió en un tono menos duro que al principio. Se daba cuenta que allí no saldría nada bien si comenzaban a gritarse; alguien debía mantener la calma. Y ese papel le tocaba a ella, claro estaba. Entonces, Jiyeon hizo amago de querer moverse nuevamente, y sin pensarlo, llevó sus manos a las mejillas ajenas, cortando la distancia que las separaba. Un beso demasiado rápido que tomo desprevenida a la menor, quien no actuó deprisa por que no creía siquiera que acabara de pasar eso. Eunjung se separó de ella, y se llevó las manos a la cara, girándose, ¿Que acaba de hacer? Jiyeon le miraba de hito en hito, observando aquella espalda como si estuviera a mitad de un sueño. Y Ham no entendía como era que la chica no se iba de una vez por todas, como había querido hacer.

-¿Eunjung? ¿Por qué...? - Listo, allí estaba, si le daba una bofetada o algo más, no haría nada por frenarle; Park estaba en pleno derecho. Escuchó los pequeños pasos de la menor, quien se detuvo a su espalda.- ¿Eunjung...? -Llamó- ¡Eunjung!

La aludida se giró de nuevo y le encaró- ¿Qué quieres Ji...?- No terminó la frase pues fue esta vez Park quien buscó sus labios. Sorprendida, le separó enseguida- ¿Jiyeon... tú?

La menor puso su dedo índice sobre sus labios.-Tú me besaste primero... ¡Me besaste! entre todas las cosas que pudiste haber hecho para retenerme en esta habitación... elegiste justo esa. ¿Por qué? ¿Acaso... yo... te gusto? - le pregunto con tono dulce, y la mirada brillando, como la de una niña pequeña llena de ilusión. Ese gesto confundía a Ham. Sin duda, Jiyeon era un enigma.

-¿Gustar de ti?- repitió, entonces sus mejillas se encendieron y la tensión de aquel ambiente, se relajó. Se acercó, tomando a la otra de la cintura y su mentón con la mano libre, besándole esta vez con más ganas. Jiyeon reaccionó con maestría a aquel beso, degustando los labios de la mayor. Poco a poco, comenzaron a dar pequeños pasos torpes, sin dejar de besarse, hasta la cama de Ham. Allí, la primera en caer fue Park, llevándose consigo a la joven de cabellera corta; quien se apartó un momento, provocando un mohín en la otra que terminó apoyándose sobre sus antebrazos- ¿Te parece esta una buena respuesta?

El puchero se transformó en una enorme sonrisa, y asintió con ganas, atrayendo de nuevo a la mayor, enterrando sus manos en el cabello ajeno, que era tan suave, y olía de manera divina. Y aunque no era la primera vez que se tenían tan cerca, si era la primera en que de verdad, sus acciones estaban más pensadas. En que eran más ansiosas-No sé, no sé... - dijo con tono aniñado la pequeña Dino.

La sonrisa amable de Ham, se entintó de picardía -Me estas obligando a sacar mis mejores armas, Park Jiyeon...- susurro de manera seductora, a la par que una de sus manos comenzaba a colarse debajo de la parte superior de la pijama de la chica debajo de ella. La menor se sonrojo, y fiel a su personalidad, sonrió de manera amplia, con ganas de cubrirse el rostro, pero simplemente lo dejo en darle un par de golpecitos juguetones a la mayor en el hombro.
-Yah! Ham Eunjung ¡Quieta!- dijo riendo. Las caricias de la mayor eran cálidas y le hacían un poco de cosquillas... o quizás solo estaba nerviosa y feliz.

-¿Por qué me detienes?- pregunto la mayor con gesto inocente, mientras sus manos seguían paseándose por encima de la piel debajo de la playera de la menor, lentamente- ¿Acaso no te gusta que te toque? ¿No quieres que te demuestre cuanto te... quiero?

-Hay otras maneras de demostrarlo. ¿Y si te doy mí...?- la joven desvió la mirada apenada.- Capaz que luego terminas dejándome y liándote con alguien más. Y no me dirás que no eres coqueta, Ham Eunjung.- el tono acusador era acentuado por el hecho de que sus ojos se convirtieron en dos finas ranuras.

La expresión de asombró que se dibujó en el rostro de Ham, era un auténtico poema. ¿Coqueta? No, no, solo era demasiado cariñosa… demasiado expresiva. Pero sonrió de medio lado, acomodando un mechón de su cabello detrás de su oreja. Apoyo sus manos a cada costado de la joven, observándole fijamente –Eres una pequeña Dino celosa- susurró, aunque no hubiera motivo. Solo estaban ellas dos. ¿Para qué andarse con esas cosas? La pelicorta se inclinó un poco más hasta rozar su nariz con la de Park -Todas las veces, que me ves con alguien más… ¿Sientes esa sensación tan terrible? - preguntó, realmente curiosa. Y hasta cierto punto, se sentía bastante ¿orgullosa? No era exactamente eso, pero saber que Jiyeon sentía algo así y que ella era la causante, le ponía extrañamente feliz.

-¿Y cómo si no? Yo solo deseo que me abraces a mí. Solo quiero que tu mirada busque la mía. Quiero que sea mi hombro donde apoyes tu cabeza para descansar. - la menor tenía las mejillas sonrosadas y su tono era algo atropellado. Estaba nerviosa en extremo, pero a la par contenta.- Así que… sí, Eunjung, verte con alguien más en actitud cariñosa, desata el veneno de los celos por todo mi cuerpo. - sus manos tomaron las mejillas de la mayor suavemente - ¿Es muy egoísta, quererte solo para mí?

Eunjung movió su cabeza de un lado a otro, negando suavemente, con una sonrisa tierna y comprensiva en los labios. Jiyeon aún era, la casi niña de la que se había ido enamorando desde tiempo atrás. Pero mirar su cuerpo debajo del suyo… Ese cuerpo no era el de una niña, era el de toda una mujer. Mordió su labio inferior reprimiendo los pensamientos lujuriosos una vez más. No quería asustarla, no quería presionarla. –No Jiyeonnie, no es egoísta; cuando se quiere, solo existe ese sentimiento de afecto y protección. Quizás aparente estar mal, pero yo creo que cuando tu corazón está involucrado, esas cosas se perdonan… un poco al menos- le dijo de forma dulce, besando su frente, para recostarse a su lado. –Además, al menos a mí, saber que me celan de esa manera tan… cariñosa, me hace sentir especial. No espere llegar a provocar tales sentimientos en nadie -su mirada estaba posada en el techo y sus manos descansaban debajo de su cabeza, sirviéndole de almohada –Y saber que un corazón tan inocente y bueno, como el tuyo, siente eso por mí, creo que es algo que sólo creí llegar a tener en mis sueños.

Las mejillas de Jiyeon se tiñeron violentamente al escuchar aquella confesión, sus ojos se abrieron ampliamente y no supo si llorar de alegría o poner a saltar y gritar por toda la habitación. Aunque ese alboroto quizás fuese escuchado en las habitaciones contiguas, no estaba segura. Y no quería experimentarlo. Por una vez, no le apetecía la compañía de nadie más que de la joven que estaba acostada a su lado. Tomó la mano de esta fuertemente, y la llevó a sus labios, dejando pues, un beso en el dorso. - ¿Y tu corazón, Eunjung, se pone celoso?

La mayor río suavemente -Por su puesto. Pero no... no conocía que tu sentías algo por mí. Creí por años que... me convencí que sólo debía... que lo único que me correspondía, era el poder cuidarte y quererte como a una hermana. Confíe en ello, y enterre mis verdaderas intenciones, bajo palabras cariñosas. Mi amor siempre estuvo esperando a poder revelarse ante su razón. Tú, mi pequeña Dino. - Apretó entonces un poco más aquella mano. Ambas se reincorporaron, girándose solo un poco para quedar de frente la una la otra. No tenían por que decir nada más. Las miradas se comprendían plenamente.

Siempre lo hicieron, no había duda de ello.

Fue entonces, que Eunjung buscó los labios de Jiyeon, atrapando el acto su labio inferior suavemente, era exquisito. No quería despertar, si aquello solo era mala pasada de sus sueños más profundos. Los brazos de Park se enrollando en su cuello, mientras esta respondía al contacto. Tierno, sencillo. Apoyaron sus frentes. Sus miradas brillantes se encontraban y sus labios se curvaban en sonrisas cómplices.

Quizás aquello no fuera para siempre. Pero, aunque solo durase esa noche, ambas sabían que eran la una para la otra. El futuro no importaba. Solo el aliento del presente.

Fue entonces, que Jiyeon se dió cuenta que no dormiría aquella noche.

¿Pero quién piensa en dormir, cuando la persona que amas, te arrastra con ella debajo de las sábanas de su cama?

 

 

 

 

 
[Bueno, también lo subí antes en otro sitio]
Espero les halla gustado.
nwn

 

 

 

 

Comments

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Hedle19
#1
^w^... amo el EunYeon es tan tierno... me gustó mucho :3
denizhi #2
Uyyy q lindas... me encantó son syper sweets
AnonimaNaMas #3
Adoro el Eunyeon
Son jodidamente tiernas *u*
desfachatados
#4
Me encantó. Cada vez que lo leo me gusta más*-*
Qso1110
#5
Hermosamente genial, me encanta
ParkImNaLiz
#6
owo me encanto en vdd como se desarrollo la historia en una noche :3 me encanta eunyeon :) gracias por hacer un one short hay pocos de eunyeon en español