Singing to the Moon

Description

Foreword

Que le gustaban los paseos nocturnos, no era ningún secreto. Aquella noche, la joven iba solamente vestida con un sencillo vestido blanco, sus pies eran calzados por unas cómodas sandalias. Le daban un aire de inocencia y frescura. Como una joven ninfa, una pequeña hada del bosque. O quizás un ser bajado de entre las nubes. Le gustaba vestir con aquella sencillez, por alguna razón, le hacía sentirse cómo alguien más, como las chicas que iban y venían con canastas repletas de pan, o frutas; y no como la joven que algún día, tendría que hacerse cargo de las riendas de aquel reino. Pensar en ello, le hacia sentir una opresión en su pecho. Por eso, salía... a disfrutar de aquel aire estival que le hacía sentirse libre, recordarle, que a pesar de que su futuro no estaba en sus manos, en ese momento, estaba, viva.

Alzo la mirada, y sonrió a la luna, que brillaba con tanta intensidad, que sintió por un momento, esa sensación de complicidad. Aquella soñadora mirada, muchas veces se dirigía al cielo, buscando el consuelo de aquella que tan solitaria estaba allá, como ella misma lo estaba muchas veces; como en ese momento, mientras caminaba por las zonas más alejadas de los terrenos que rodeaban el palacio.

Tras andar en medio de aquel paisaje, sin más testigo que los astros en el cielo -y quizás uno que otro insecto u ave- logró divisar a lo lejos, una superficie líquida, que imitaba los reflejos de un cuerpo celeste que emitía una luz de color plata, como si se tratase de un espejo.

Era una fuente.

Se acercó, recordando, las veces que había deseado estar allí, cuando era más niña. Antes que sus padres le enviaran a estudiar lejos. Antes que le prohibieran salir sola. ¿Sería verdad lo que decían sobre las fuentes mágicas? ¿Esas donde tiras una moneda o algún objeto preciado, para pedir un deseo? De ser así, ¿Que deseo pediría? No tenía idea sobre nada de ello, de lo que si estaba complemente segura, era de querer meter los dedos, apenas rozar tal vez... solo para interrumpir la quietud de aquella superficie.

Y eso, fue lo que hizo, mientras se sentaba sobre el borde, acomodando un mechón de su cabello tras su oreja, y se quitaba las sandalias, para sentir bajo sus pies, la frescura del verde césped.

Suspiro, mientras veía su reflejo titilante en el agua. Sentía una paz enorme de estar allí. Movió sus dedos una vez más. El agua estaba fría, sí, pero no le desagradaba. Poco a poco, comenzó a tararear una melodía, jugando con el agua, como su fuera una niña. Poco a poco, la melodía se transformó en un par de frases de una canción.

“El lago, poco a poco te lleva a él, separándonos aún más,

Las olas son tranquilas... el viento frío...

Y con la noche, mis sentimientos se hacen más profundos...

Ah.... Ya nada es como solia ser, y no puedo conciliar el sueño....”

No tenía miedo a ser escuchada. Estaba sola. Podría cantar todo lo alto que quisiera. O eso, era lo que creía, hasta el momento, en que algo le hizo detenerse. El ruido inconfundible de pisadas sobre el césped húmedo. Se giro sobresaltada, para encontrarse con una persona, que por la vestimenta, bien podria ser parte de alguna banda de esos pillos que interceptan personas en medio de los bosques. Se asusto un poco, hasta que, escuchó una voz suave -¿Ji Hyun?- preguntó aquella persona con un tono curioso. Sus ojos relucían con un brillo mitad sorpresa, mitad anhelo. Pero la aludida, no reconocía de momento a esa persona, hasta que entorno la mirada. Entonces, le recordó. Y una sonrisa enorme, se formó en su rostro.

-¿Eunjung? ¿Eres tú?- Avanzó hasta su lado, sin poder creer que le tuviera delante. Su mano diestra se movió involuntariamente, hasta tocar, con torpeza, las mejillas un poco cubiertas de polvo de la joven, quien solo atinó a sonreir con tímidez. Pronto, tomo aquella mano entre la suya, y asintió.

Qri, no podia desviar su mirada. En sus ojos, pronto asomaron pequeñas lágrimas de felicidad- ¿Qué sucedió, porque has cortado tu cabello? Recuerdo que solía envidiar lo largo y sedoso que era... aún lo es...- tenía tantas cosas que preguntarle, que decirle.

 

Pero, la menor de las dos, fue quien actuó con más premura. ¿Para que ocupar las palabras? De todas formas, estaba segura que no conseguiría decir una sola frase coherente. Estrechando su cuerpo con fuerza, intentó transmitirle su emoción. Un abrazo como nunca antes, Lee Ji Hyun habia sentido. Era demandante, dolido, temeroso, agradecido, tembloroso, pero... bastante cálido. No dudo gran cosa en devolverle el gesto. Ninguna de las dos daba señal de querer separarse. Para Ji Hyun, era un milagro volverle a ver. Y si aquello era obra de alguna alucinación, no quería abrir los ojos y darse cuenta que solo se abrazaba asi misma. Tenía miedo a ello. Tenía miedo que el deseo pedido al espíritu de aquella fuente, no se hubiera realizado.

Tenía miedo de ser una princesa sin suerte.

 

Pero no, cuando abrió sus ojos lentamente, se percató que nada de eso era verdad, mientras la otra joven suavemente, ponía una pequeña distancia entre ambas. Tomó su mejilla con una mano y deslizó su dedo pulgar por la mejilla suave de la princesa. Sus pupilas no estaban fijas en las de la mayor, no se atrevía a tanto. Fue Qri, quién rompió aquel silencio con una suave risita, mientras tomaba el rostro ajeno entre sus manos, y apoyaba su frente en la de la otra joven -¿También crees que este momento, parece un sueño?- le preguntó con tono dulce. La otra chica comenzo a sonrojarse al tenerla asi de cerca y se limitó a asentir. Poco a poco, terminaron por separarse y sentarse donde habia estado la mayor, entrelazando sus manos.

Era tan sorpresivo, que no sabían como actuar. Aquello no era como lo decían las antiguas leyendas de amores separados que se reencuentran luego de miles de dificultades. No era como ninguna lo habia soñado. Era frío para el ojo que no conoce lo que es un amor tímido, inocente. -Creí que nunca tendría la fortuna de volver a verte- murmuro Eunjung, desviando la mirada al suelo- que nunca volveria a ver tu hermosa sonrisa. El día que te marchaste... Yo no estaba para verte... No pude llegar a tiempo...

-shh... shhh- Qri posó su debo indice sobre los labios de la más joven, pidiendo que callara. No necesitaban atormentarse regresando al momento de la separación.- Lo importante, es que estás aquí... ahora... No hay nada que nos separe...- le dijo con una sonrisa. Eunjung solo azlo un momento la mirada, pero volvió a posarla sobre el suelo, sonriendo de medio lado, de manera cansada- Ji Hyun... Tú eres una princesa...

-¿Y eso que tiene que ver? ¿Acaso es eso importante? Si tú me lo pides, tomaré tu mano y huiré de estos muros. Corré lejos del calor de mi hogar, lejos de las obligaciones que yo jamás pedí, lejos del destino que me han obligado a tomar. Si tu me lo pides, doy la espalda al mundo que conocí, para recorrer cada confín más allá de las montañas del reino a tu lado....

-Jamás te pediría tal cosa. A mi lado, siempre has sabido que no tendrás... no tendrás nada. No puedo darte todo lo que mereces...

-No me importa nada, ¿vestidos caros? ¿comida caliente? ¿un techo en invierno? Todo eso lo conseguiríamos juntas... Me adptaría a ese mundo desconocido por ti...

-A mi lado nunca estarías segura.

-No digas eso, tu me protegerías tanto como yo a ti. Lo hacíamos cuando niñas. Lo hiciste cuando estuve apunto de morir ahogada en el lago... ¿lo recuerdas? Me habia alejado de los guardias y mi nana. Me habian prohibido tener una mascota. Estaba muy sola. Nunca podia salir más allá de los jardines principales. Corrí lejos, escabulléndome como un fantasma. Vague durante toda la tarde... Adentrándome entre las ramas del bosque. Mi corazón golpeaba fuerte mi pecho. Hasta que el sol se oculto, deje de correr. Pero, eso no evitó que caminara cerca de un terreno inestable. Caí, rodee. Me hice daño y caí al agua. No sabia nadar. Crei que moriría... Sola, asustada... y sin haber conocido lo que era amar....

-¿Como olvidarlo? Vivía en el bosque desde que tuve que escapar de mi padrastro. No esperaría que... rondaba cerca del lago, pues necesitaba un poco de agua... llevaba mi cubo de madera, y escuche ruido, me asuste y quise regresar corriendo a mi refugio... Pero, entonces, algo dentro de mi me hizo volverme... y buscar el origen de ese alboroto. Y entonces, te ví, te debatias en el agua. Tus brazos y piernas se agitaban con fuerza. Y gritabas pidiendo ayuda. No lo pensé y corrí hasta llegar hasta donde estabas, entonces, me arrojé al agua y logre sacarte... No fue fácil...

-Me llevaste inconsciente hasta un lugar donde pudieran verme. No esperaste, pues no querías que nadie supiera de ti, ni pudiera localizarte para regresarte con una familia a la que ya no pertenecías. Pero, yo fui capaz de volver a encontrarte...

-Recupere mi confianza en las personas gracias a tí. Vivi los mejores años de mi vida, creciendo a tu lado. Pero mi confianza se perdió, la noche en que peleamos. La última noche que te vi. Al dia siguiente te marchaste. Creí que sería para siempre. Y me aleje de la luz que tu me habias mostrado. Tú eras mi faro en medio de un mar negro y tormentoso. A pesar de que siempre supe que estabas prohibida para mí, me gustaba imaginar que... podriamos ser felices.

-¡Pero es que podemos hacerlo! ¡Podemos recuperar los años que se han perdido! -Le dijo con tono desesperado Qri, a la chica que seguía mirando al suelo. Fue entonces, cuando esta alzo la mirada, una mirada bastante triste, que se afanaba por no soltar las lágrimas. Cuando habló, lo hizo con un tono suave, apretando suavemente la mano que mantenia entre la suya. Esta vez, sin bajar la mirada.

-Prefiero que guardes de mí aquellos recuerdos. Pero no vivas por ellos, ni de ellos. Atesóralos, como yo lo haré. Resguárdalos en el calor de tu corazón. Pero no dejes que el peso de ese maravilloso tiempo pasado, te amarre. Me alegro de volverte a verte, aunque mis ojos no sean dignos de mirarte... mirate, mi querida, que parece una diosa griega... y yo... bueno, no estoy “presentable”.- sonrio un momento, antes de continuar- No sabes lo feliz que soy, de poder estar sosteniendo tu mano entre la mia... pareciera que comento un pecado al hacerlo...

-¿Como puedes decir esas cosas? Ham Eunjung, dejate de bromas- le cortó la joven, cuya expresión neutra y fuerte, se estaba tambaleando. -Regresé, y ahora, que estás a mi lado, no te dejaré. ¡Me niego rotundamente! ¿Dices que no eres suficiente para mi? ¿Cuándo importó eso antes?

-Ji Hyun, porque quiero protegerte, debo decirte adiós.- Y no habia duda, solo dolor en sus palabras. Pero estaba segura de la decisión tomada.

-¿Porque? ¿Porque quieres hacer tal cosa?

-Porque estar a mi lado, ya no es seguro. El día que te fuiste, yo también me fui. Corrí a buscarte, aún sin saber donde habías ido. Y me fuí más allá del reino. Vague, llorando como una loca, rezando por encontrarte, tenía que decirte tantas cosas.... Ni el naufragio de un barco donde viajé, me detuvo, aunque casi muero de hipotermia... Fue hasta que me topé con un la prueba en vida de algunos antiguos relatos, que decidí poner fin a mi busqueda. Pense que habia dejado de ser humana... pero por alguna razón, durante los últimos tres meses, tu recuerdo se ha hecho más intenso e insoportable. Por eso decidí regresar. Y es así, como escuché los rumores por los caminos que rodean el pueblo, que supe que la princesa Qri, que tú, Lee Ji Hyun, habias regresado a casa. Soy egoísta al haberme atrevido a acercarme a tí, pero... necesitaba volver a sentir tus brazos rodeándome. 

Entonces, la mayor arrojo sus brazos al cuello de la otra joven, quien a pesar de todo, no se aparto, si no que con cuidado, paso sus brazos alrededor de aquella cintura, enterrando su rostro en el cuello ajeno. Respirando el dulce aroma de la joven que algún día, sería reina. -No digas más esas cosas, me lastiman...- susurro Qri.- Ven conmigo, no temas... -Esa voz dulce que estaba a un paso de hacerle tambalear. Los labios suaves de la joven, se posaron sobre su cuello desnudo, suavemente. Fue la señal para separle de manera abrupta.

-No temo a nada más, que hacerte daño. Y si me quedo a tu lado, eso pasara.

-Eres una mujer joven, como yo, Ham Eunjung. No un monstruo

-Te equivocas. Ya no soy la que conociste. Ya no sé si quiera si... puedo considerarme un ser humano.- susurro con voz tremúla.

-¿De que hablas? Eunjung...- su rostro ahora se mostraba preocupado. La pelicorta se puso de pie, y le miro de forma intensa.

-¿No escuchaste los rumores? Hay una bestia que sale por las noches, parte de un mundo lleno de tinieblas y pecados. No tiene control sobre sus acciones.... No hay poblado que no halla perdido gente por su culpa. Muchos han ido a darles casa a esos seres... Ji Hyun.... - suspiro con pesadez, alzando la mirada al cielo- Ahora tengo por madre la Luna. ¿Es hermosa, verdad? Pero temo a ella... - entonces, se coloco a su altura, cortando de nuevo la distancia- Ji Hyun... nunca te voy a olvidar. Te amo, y prefiero esto, a verte muerta entre mis manos. Estas manos tan manchadas de sangre, que no merecen tocarte... No te dejaré de amar, jamás, mi querida princesa.- por las mejillas lozanas de la aludida, rodaban ya lágrimas que no se molestaba en limpiar. No podia pronunciar ninguna palabra. Se atoraban en su garganta. Sus manos temblaban en su regazo. Miro entonces, más detenidamente a la joven pelicorta. Sus mejillas sucias, tenian pequeños raspones, y sus manos, ya no eran tan suaves como antes. Los brazos también tenían pequeñas cicatrices... -Porque soy un monstruo ahora, te pido que me recuerdes como fui...

-Eunjung... no... te vayas... yo te amo... y no importa que seas...

-La Luna es mi madre ahora, te lo he dicho... Quiero que vivas una vida plena, sin preocupaciones. Llena de luz. A mi lado, solo tendrías sombras. Y a ti te gustan las cosas brillantes, no es asi?- esbozo una sonrisa triste- Cuando cantes a la Luna, en noches como esta, confio en que el viento me traiga tu voz... - Se agachó y dejo un beso sobre su frente- vive feliz, Ji Hyun, que ese corazón bondadoso, no deje de latir... Sonrie, porque, tendrás motivos para hacerlo....

No dijo nada más, si no que dio media vuelta, y corrió hacia el bosque, perdiéndose en cuestión de segundos. Tal cual habia aparecido.

Qri, miró aquel punto por un largo rato, sin detener el llanto.

-Cantaré para ti. Solo para ti, Eunjung. Visitaré los lugares por donde solíamos pasear. Miraré mi reflejo en el agua, con la Luna sobre mi cabeza, y sentiré que eres tu quien me vigila desde lo alto....

 

 

 

[Bueno, este lo subí antes en otro sitio, por si lo han visto antes]

Gracias por leer nwn

Según yo revisé mejor esta vez, pero sé que por allí se fueron de nuevo dedacillos y esas cosas. Perdón, también apenas me acostumbro XD a este sitio o,o

 

Comments

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TaeSeoSica
#1
Owww ya lo habia leido en Amor y enserio... ¡Me encanto! espero que quizas... puedas hacer un MinYeon :3 please~ *puppy eyes* jejeje... bueno me encanto y me encanto! espero leerte pronto!

Te leo luego ;) bye!