What If...

Description

Soyeon x Qri

 

[T-ara]

Foreword

Y alli estaba, recostada sobre las blancas sabanas de aquella cama que era testigo de aquella noche. Tenia la mejilla apoyada sobre su brazo izquierdo, mirando a la ventana. Aquel lecho era demasiado grande para ella sola, sin importar que alli estuviera el dulce aroma de su compañera.

Ella, siempre ella, la que nunca le decia “no”. Quien estaba siempre atenta con una sonrisa, con un abrazo y con un hombro siempre dispuestos. Nunca le recriminaba esos momentos, nunca le reprochaba que fuera tan egoista y solo le tuviera relegada a ser... “la otra”. Un secreto a voces, desde hacia años. ¿Eso era, no? Y si no, era claro que para Park eso relucía cada vez que terminaban asi. Lo sabia más que nadie, y aún asi, jamás habia hecho nada al respecto.

No lo hizo cuando compartían el trabajo, cuando brillaban sobre un mismo escenario, y no la hacia ahora, varios años después que las seis, tomaran caminos diferentes.

Con personalidades tan variadas, con tantos sueños aún por cumplir, ¿por que era tan dificil coincidir ahora? Añoraba de verdad aquellos tiempos en que todo era más sencillo, por que estaban juntas. Ahora se sentía aún más culpable. Por que ella seguía acudiendo a su lado sin decir nada, asi fuera entrada la madrugada, si le hacia una llamada.

No habia nada alli, solo la necesidad. ¿verdad?  Ji Hyun nunca le habia exigido siquiera que durante esos encuentros, le dijera que le amaba. No. Se limitaba a sellar sus labios con dulces besos. ¿Como podía soportar esa situación? Para Soyeon,  en un comienzo, no significo ni el mas minimo remordimiento. Pero, con el paso de los años... ¿Como podia seguir haciendo eso? Sin duda era del peor tipo de personas. En sus tiempos dentro del grupo, Boram no se habia merecido aquello, y claro que Ji Hyun tampoco. ¿A que seguía jugando con esta última? Aquello ya no se podria sostener mucho más tiempo y lo sabia. Era un juego que se le salia de las manos, y que parecia, que no podria detener. Ya no era una niña, pero seguia siendo tan caprichosa como una.

Se giro sobre la cama, quedando de cara al techo, llevandose las manos al rostro, el cual tallo un poco, para despejar esos pensamientos que solo conseguian abrumarle y hacerle agridulce la noche. La puerta del cuarto de baño, se abrio ligeramente, y pronto unos pasos suaves, se dirigieron de nuevo hasta la cama, se dejo caer aquella persona con un suspiro, arreglando como podía su cabello.

-Bueno, creo que... es hora de irme- el tono casual y despreocupado, a veces terminaban por sacarle más dudas a Park. ¿Que pasaba por la mente y corazón de Ji Hyun?

Soyeon alzo la mirada para toparse con la sonrisa de la chica, que ahora tomaba su mano y le daba un ligero apretón- Tiempo sin verte, has debido estar ocupada. Cuidate, te noto más delgada.- Comentó antes de darle un par de palmaditas en aquella mano, ponerse de pie, tomar su abrigo y su bolso y caminar con paso resuelto hasta la puerta. Siempre era igual. Y aunque en muchas ocasiones, Soyeon quiso detenerle, simplemente, se limitaba a hundir la cara en la almohada y perderse de sueño hasta varias horas después. Esta noche, no seria la excepción. La puerta se cerro tras la joven del peculiar lunar en la nariz, dejando a Soyeon completamente sola.

La mañana asomó, y aunque no quisera, tenía horarios que cumplir. Aquel camino que eligiera, era claro que le habia costado desde que era una jovencita, infinidad de sacrificios, y su cuerpo estaba agotado. Pero, más que ello, era la incertidumbre. Si, esas malditas miles de dudas que asaltaban su pecho una y otra vez. Cuando se reunía con las chicas, sentía que era ella la única que no estaba teniendo todos los ambitos de su vida completos. Ver las miradas dulces y las manos entrelazadas de Jiyeon y Eunjung, le hacian sentirse un poco... ¿celosa? ¿Por que ella no podia tener algo como eso?

Algo como ese amor que se tenian aquellas dos, amor que naciera de manera dulce, desde mucho antes que pudieran darse cuenta. Amor que florecio durante sus años juntas. Un sentimiento que ahora expresaban abiertamente, y que antes solo era limitado a miraditas complices y uno que otro abrazo y palabras al oido llenas de timidas promesas.

Si, Soyeon quería algo como eso. Creyó poder tenerlo con Boram, pero aquello solo era una buena amistad. La pequeña ahora era madre de unos tiernos gemelos que eran la adoración de todas. ¿Es que quería formar ella también una familia? Si. Si, eso quería. Y tenía claro, que, por más que buscara, no lo encontraria. Por que simplemente, ella se negaba a ver que la respuesta siempre estuvo delante de sus narices.

 

*-*-*-*-*

 

¿Y que si aquello era un pecado? ¿Y que si eso era estar dentro de un laberinto, un lugar sin salida? No le importaba seguir corriendo en circulos. In Jung era... era algo que no podia definir. Para ella, Soyeon era una persona sumamente especial, aunque no se lo dijera jamás.

Pasaron dos meses desde la última vez que la viera. Habia estado cumpliendo un par de obligaciones fuera del pais, y desde entonces, ni una sola llamada, ni un solo mensaje. No es como si en verdad, lo esperara. Ellas no eran absolutamente nada más, solo muy buenas amigas, a fuerza de tantos años juntas, eran casi como una familia. Y por eso se sentia tan culpable.

Culpable por que siempre habia sido una cobarde, y bueno, también ella lo era. Conocía las voces de su corazón y aún asi, se habia conformado con solo ser... ¿estaria bien definirlo, como solo o ocasional? Por que eso parecían sus breves encuentros. ¿Y que si eso era una ilusión?

JiHyun se conformaba con aquellas caricias, con aquellos besos a veces un poco frios. ¿Y que si eran una mentira? ¿Y que si no se daban la oportunidad de crear una historia juntas? Preferia tener mijagas en lugar de no tener nada.

Ella sola podria tomar la pluma y plasmar sobre un lienzo, un cuento de hadas. ¿por que eso son, no? Viles mentiras disfrazadas de bellos colores. Por que los finalices felices pocas veces son posibles. Por que el amor no siempre lo puede todo. Y no importaba entonces, de quien fuera la culpa de que sus corazones pesaran cada dia mas por que ninguna se animaba a decir algo que ambas sabian perfectamente. Por que, para entonces, en realidad, nada de eso tenía sentido.

Era una pena, pero asi era, y al menos, Ji Hyun lo tenia claro.

Por ahora, lo único que tenía importancia, era que habia recibido otro nuevo mensaje.

Misma hora, mismo lugar.

Sonrió de medio lado. ¿Cansada de todo? ¿Hastiada de esas citas que podrian ser una pareja enamorada?

No solucionaba nada quejarse. No tenia sentido comenzar a sacar reprochoes. Por eso, con su mejor máscara de seguridad, totalmente resuelta e impasible, Ji Hyun habia pasado los últimos años.

 

*-*-*-*

 

Miró su reflejo en el espejo retrovisor, acomodando las enormes gafas oscuras y el flequillo, tomó su abrigo y su bolso. Todo perfecto, sin prisas. Bajó del auto y anduvo con cuidado. Un par de personas que parecían reconocerle, pero les pasó por alto, apretando solo el paso. Habia reservado una suite, como de costumbre. Dejó indicaciones. Sobre todo, discreción. La recepcionista ya le conocía, y era muy amable, toda una persona de fiar. Entro al elevador, y presionó el botón que indicaba su piso. Se recargó entonces con gesto apedumbrado sobre una de las paredes de aquel artefacto. Sacó el móvil y miró aquel mensaje.  ¿Cómo podía ser tan...? Un simple “Ok”.

¿Habia sido mala idea? Ahora se lo estaba preguntando seriamente. Si lo quería, todavía podría parar eso. Una llamada y todo se iría atrás. Solo eso. Pero su egoista necesidad de respirar su aroma, de ver esa linda sonrisa, en medio de la oscuridad, solo para ella, le daba el empuje que necesitaba. ¿Por que se sentía tan nerviosa? Llevaban años con la misma fórmula. Llego al piso deseado, y tras andar un poco por el pasillo, llegó hasta la habitación que habia reservado.

Encendio una de las luces, dejando el lugar inundado por una tenue luz. Se quitó las gafas, dejandolas sobre una mesita, junto con su bolso y abrigo. Era un bendición quitarse por fin los zapatos altos, después de un día algo ajetreado. Suspiró, mientras se dejaba caer sobre un diván que allí había. Miró su reloj, media hora faltaba para la llegada de ella. ¿Y si pedía algo de cenar? No sonaba mal. Pero quizás su estimada Qri, no tuviera tanta hambre como ella. O al menos, quería pensar que era eso, aquel vacio enorme que sentía en el estómago.

Se acercó al mini bar, tomando una botella y su respectiva copa, misma que lleno hasta la mitad, bebiendo su contenido color bermellón de un solo trago. Necesitaba calmarse, por los dioses... No era una chiquilla. Volvió a sentarse sobre el diván, aguardando. Hasta que la habitación se abrió, para cerrarse pronto, detrás de la hermosa mujer que acababa de entrar. Y si, esa hermosa sonrisa adornaba su rostro. -Hola... - dijo con tono suave y tenue, andando hasta llegar hasta ella. Saludo de rigor, un beso en la mejilla. - auhmm! Me gusta tu aroma... - comentó, tomando asiento a su lado. Miró la copa vaciía y sonrio de manera más amplia- ¿Un día díficil?

Soyeon apoyó su cabeza sobre el hombro ajeno- Un poco, nada que no se pueda superar. - buscó la mano ajena, y la entralazó con la suya, acariciando la de Qri con su dedo pulgar. - Perdona si te he llamado... supongo que has estado igualmente ocupada... Escuché que filmabas un par de comerciales fuera del pais. Soy una inconsciente... - sonrió de medio lado, ligeramente apenada. ¿Por que era tan dificil decirle un: Te llame por que necesitaba verte.

Qri suspiro, comenzando a acariciar los cabellos ajenos -No lo lamentes, sabes que jamás rechazaría una cita tuya o de las demás chicas. Son algo muy importante para mí. Fue una grata sorpresa recibir tu mensaje apenas bajaba del avión...

Si claro, solo era eso. Se querían como hermanas. O al menos, eso parecía querer decirle Qri. Soyeon podia decir casi lo mismo... verdad? Con todas lass demás, era así, sobre todo con la pequeña Jeon. Pero... ¿como decir que te enamoras de una de tus hermanas?  El o, hasta donde sabía Park, no era algo del todo correcto. Entonces, si no sentía por Qri, un amor fraternal, ¿que sentía? Tenía miedo de aceptar que podía ser... ¿Amor?

No, eso no. De dar un paso delante... temía cometer algun error y perderle.

-¿Estás bien? Te noto distraida- y alli estaba, la voz de Ji Hyun regresandole a la realidad. -Quizás sea mejor que descanses. Ven...- se levanto con gracia sin soltarle de la mano, obligandole a ponerse de pie, y encaminarla hasta la amplia cama. - Recuéstate, yo cuidaré de ti...

-Estoy bien... ahora que estás aquí- susurró, sentandose sobre la cama. Entonces, noto como la mano de Qri se separaba de la suya. Con agilidad gatuna, ésta se subió a la cama y se coloco justo detrás suyo. La piel descubierta de sus bien torneadas piernas, invitaba a acariciar con devoción cada centímetro de la misma.

-Bueno, si no quieres recostarte, dejame ayudarte a bajar esa tensión que se te nota en el rostro- comentó con tono dulce, cantarino. Las manos de Qri pronto se posaron sobre los hombros ajenos, comenzando a dar un suave masaje. Si, lentamente, en silencio, un silencio que las dejaba no con ese sentimiento de incomodidad, sino que, más bien, era el momento en que comenzaban a gritar mil cosas en su mente. Mil cosas que ninguna se atrevia a resumir en pocas palabras. Y ese silencio, era como la parada de un autobús en medio de la carretera; un momento para reflexionar.

Lo que comenzara como un inocente masaje, pronto amenazaba con convertirse en el arranque de una noche desbordante de pasión. Un beso en el cuello. Un estremecimiento. Un beso en la mejilla. Y un cambio de posiciones. Pequeñas sonrisas. Apenas miradas cruzadas. Prendas que estorban.

Y roces de dedos tibios, explorando... no más bien, reconociendo aquel terreno mil veces amado, y por siempre adorado. Por que en las pupilas dilatadas de ambas, se notaba esa devoción por la otra. En cada beso agridulce, ambas se confesaban algo: el temor a dar un paso más allá.

Minutos que pasan con la misma velocidad que los siglos cuando están juntas. La suave brisa que se filtra por la ventana, hace que sus cuerpos cálidos y sudorosos, tiemblen ligeramente ante el choque de diferentes temperaturas. Cuerpos que caen exhaustos el uno junto al otro. Respiraciones agitadas y manos que se entrelazan por debajo de sábanas blancas. Sonrisas en medio de la oscuridad.

Y lágrimas en lo más profundo de sus corazones.

Máscaras. Y más máscaras. Mentiras que crecen, mentiras dulces. Mentiras que no engañan a nadie. Ilusiones que llenan de una suave esperanza. Que hacen creer que los sueños se pueden hacer verdad, aun a si es solo en medio de una noche robada.

Qri le abrazo suavemente, como nunca antes había hecho, y ella solo atinó a asir aquella mano con más fuerza. Sus cuerpos apenas si estaban medianamente cubiertos. Y el aroma de la otra mujer le volvía realmente una persona sin pizca de cordura. Enloquecía con solo aspirar ese perfume personal.

-¿Te he dicho que cada vez que te veo, te noto más hermosa? -murmuro Ji Hyun.

-Me halagas... Pero lo mismo podría decir de ti... - Dijo recostandose sobre su costado derecho, para poder mirar a su interlocutora. No podia mirarle a los ojos en ese momento, asi que concentro su vista en aquel lunar en la punta de la nariz, que era el sello personal de la otra mujer.

-No puedo creer tus palabras, ¡Ni siquiera me estas mirando!- Qri soltó una risita divertida, mientras una de sus manos, retiraba el cabello del rostro ajeno. Soyeon entonces, cruzó una mirada con ella. Y sonrio de igual manera. Un par de minutos se quedaron observándose.

Al final, la rutina parecía volver a repetirse. La rubia se puso de pie, comenzando a vestirse con algo de prisa. Soyeon solo le miraba con gesto anhelante, pero no se atrevía a decir nada, mordía su labio inferior, mientras su corazón comenzaba a latir de una forma que no podria ser normal. ¿O sí? Nunca habia reconocido “enamorarse”, asi que no conocía muy bien esas sensaciones.

-Bueno... creo... que...- Comenzo la rubia. Otra despedida.

-Ve con cuidado, ya es tarde- le cortó de manera algo apresurada, Soyeon. Quien mentalmente, estaba deseando ahorcarse a si misma por semejante estúpidez. La otra joven, pareció sorprenderse un momento, antes de asentir. La sonrisa de protección seguía instalada en su rostro.

-¿Te parece si nos vemos pronto para desayunar? El cumpleaños de Jiyeon está cerca, tenemos que planear algo...- Soyeon se limito a asentir suavemente, Qri, solo apreto sus manos entorno a su abrigo- Te llamaré entonces... - se puso de pie, caminando aún más lentamente. Pero no paso nada. Mientras abria la puerta, se giro una última vez, con aquella sonrisa dulce- Descansa...- susurró, haciendo un gesto de despedida con su mano. Soyeon le imito.

Los corazones de ambas, latían pesadamente. Al final... todo quedaba igual. Eran todo en un parpadeo, pero al final... este demostraba ser una efímera ilusión. No eran nada.

Y una vez cerrada la puerta, dos voces, una en el pasillo y otra acallada por una almohada, en un tono demasiado bajo, susurraron un quedo...

“Te amo.”

 

 

 

 

[Bueno, este lo subí antes en otro sitio, por si lo han visto antes]

Gracias por leer nwn y perdón si hay fallos ortográficos y esas cosas u.u

Comments

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gbrujndl #1
Qri y Soyeon *-* cual es el nombre de.esta pareja! Necesito.mas fics de ellas
dregba21
#2
*-* Wow me dejaste con ganas de más.
La forma en como lo describiste fue única y fascinante, me gusto bastante XP
SayAlover #3
Estuvo precioso me quedé con el corazón ahí pensé que me daría algo estoy al punto del llanto