Capitulo 2: Sangre Real

Andy se despertó por la sensación de unas manos colocar un paño húmedo sobre su frente, aún con sus ojos cerrados, distinguió el goteo interminable que ese escuchaba a lo lejos, el leve soplar del viento, que despeino parte de sus cabellos, entre abrió sus ojos con dificultad y miro hacia arriba, estaba recostado, pero el lugar era diferente, ahora veía que las ramas de aquel árbol que custodiaba el lugar, pero faltaban varias de ellas, era como si se hubieran desvanecido en el aire, como si nunca hubieran existido, y ahora las ramas que recordaba secas con espinas grandes y amenazantes ahora tenían con que contrastar, de cada rama, de cada ramita se desprendía un grueso follaje de hojas cuyos colores variaban de un tono cobrizo a tonos naranjas y rojizos que se movían ligeramente con el viento, produciendo el sonido característico de las hojas al ser movidas en el piso, y algunas veces al ser pisadas y a la vez desprendían un reflejo plateado con la luz de la luna… Andy observo maravillado, el contraste de su último recuerdo del árbol, el lugar de perdición, con lo que ahora veía, un mundo de color, al menos sólo del árbol que veía, súbitamente escucho el ruido que quebró el silencio y la quietud del lago, curioso intento levantarse rápidamente ¿Y si eran quienes le perseguían? No podría esconderse si se quedaba ahí… Apoyo sus manos en la tierra y busco levantarse, pero sus piernas no le respondían por lo que cayó al suelo, unos pasos rápidos y finos, se escucharon sobre las piedras a unos metros de él, esperaba no fuera nada más que algún conejo o liebre… ¿Pero si no he visto nada con vida además de mí? … Se incorporo como pudo, quedando sentado y giro levemente su rostro para esperar a la criatura que se acercaba, el follaje de los arbustos se revolvió… ¿Follaje? Pero si él estaba seguro de que no había nada más en ese lugar que el árbol o el impacto del golpe lo dejo medio sonso.

De entre las hojas de los arbustos, aparecieron un par de pies descalzos y de un color de piel claro, unos centímetros más arriba una tela color blanco amplia con algunos pliegues cubría sus piernas, subió poco a poco y encontró la cintura de aquella joven, un listón color nube que resaltaba las caderas y la cintura de la joven… un poco más arriba y llego a ver el inicio del vestido de corte recto a pocos centímetros bajo su clavícula y a ambos lados de su cuello dos tirantes de unos 3 cm de ancho detenían el vestido en esa posición…. Miro por fin el rostro de aquella joven, un rostro ovalado, de nariz aguileña y labios finos pero carnosos, de color rosa, como aquel que ostentan las rosas en verano, sus ojos almendrados verdes lo miraban asustada mientras que sus cejas, un poco más oscuras que sus ojos pero del mismo tono de su pelo, largo y ondulado que caía parcialmente sobre su rostro, se elevaron en expectación. Se acerco rápidamente a él, pero para Andy parecieron minutos, y se hinco a su lado…

-¿Qué te sucede? ¿Estás bien?- Pregunto un poco asustada colocando su mano sobre su cabeza.

-Eh… - Andy no sabía que responder, seguramente estaría soñando. – No sé qué hago aquí, escuche un ruido y temí que fueran las personas que me persiguen… Intente levantarme pero mis piernas no me responde… -respondió aún confundido…

-No te preocupes Andy, el efecto está por terminarse- dijo ella sonriendo cálidamente.

-Ok, en ese caso esperaré…. ¡Ey! Espera un momento ¿Cómo sabes mi nombre? – pregunto poniéndose a la defensiva.

-Todos aquí te conocen, con ese nombre: Andy, príncipe del mundo de Lira*- dijo mientras le decía con una sonrisa en los labios.

-¿Qué? ¿Príncipe de Lira?, ¿Qué clase de broma es esta?- pregunto un poco más relajado… eso sería todo seguramente una mala broma…

-No es una broma, príncipe del mundo de Lira, eres el príncipe que rige ese mundo, y has logrado liberarme de mi sueño, del encanto bajo el cual estaba.- dijo la chica ahora sonando agradecida…

-Pero… ¿Quién eres tú?  Yo no te conozco…-dijo Andy intentando poner orden a sus pensamientos.

-Disculpa mi rudeza, no me presenta si quiera… Yo soy Karla, la princesa del mundo de  Anka*.

-No te conozco, me haz de estar confundiendo, yo nunca había escuchado hablar de ti…-dijo Andy aún sorprendido… o una de dos, se había vuelto loco o estaba soñando, eran las únicas explicaciones lógicas.

-No príncipe Lee Sun Ho, Andy es tu nombre en el mundo de la tierra, para los humanos sólo eso eres, pero príncipe tú tienes el poder de hacer y ver cosas que ellos no ven. ¿Acaso nunca viste algunas cosas y nadie te creyó? ¿O no has notado que eres más perceptivo y más sensible con los demás seres vivos que te rodean?

-Yo….-Andy comenzó a decir

-Espera, antes de que me respondas, por favor, piénsalo, por favor, recuerda…-dijo ella mientras tomaba asiento junto a él.

Y algo dentro de él, le dijo que la escuchara, comenzó a ver sus recuerdos, en la infancia, las veces que decía a su madre que los arboles le susurraban cosas, las veces que su madre solo decía: “¡Que imaginación tienes! Pero debes de saber distinguirla de la realidad, Andy. ” “Eso no existe”… Las veces que creía ver personas en raras vestimentas caminando por la calle, pero al ver que nadie las veía, pensaba que era por la falta de sueño… o muchas películas.

-Está bien. Te creo…. Pero ¿Por qué dormías aquí? – dijo pensando en darle una oportunidad. Estaba realmente curioso.

-Príncipe, este lugar no sólo es un lugar común y corriente, este lugar es la zona límite que conecta tu mundo con el mío y sólo en determinadas fechas se abre y permite a nuestros mundos unirse…. Y yo estaba durmiendo aquí, ya que hace unos siglos yo era la encargada de vigilar que nadie que entrara del mundo humano se quedará y que nadie de nuestro mundo faltara pasando esa fecha- lo miro y unas lágrimas acudieron a su rostro….-Pero hace unos 5 siglos, el joven heredero de uno de los reinos más importantes de nuestro mundo, quedo en el mundo de los hombres… Todos los reyes de este mundo vinieron y me pidieron que fuera a buscarle, porque yo era la culpable de que él estuviera en otro mundo… y así lo hice, pedí a los cielos y a los dioses que permitieran que el portar se abriera al menos hasta que yo regresará… así que salí y lo busque, tarde días y noches buscando por los bosques cercanos que acabas de visitar hasta que al fin en una aldea lo encontré… Aquel príncipe me miro confundido, asombrado, había comenzando a desconfiar de la magia de este mundo, de la magia misma que él poseía, comenzaba a perder y olvidar su esencia, me miro con desconfianza y una cosa paso a la otra que después de un tiempo lo convencí de que debía regresar a este mundo… me siguió después  de unos días y llegando aquí me abandono, nunca entro… Así que el portal se cerro, como los cielos prometieron, al entrar aquí sola sin el príncipe, todos los reyes decidieron dejarme aquí en espera del momento en el que el Príncipe pudiera volver a entrar a este mundo, o que yo saliera a buscarlo…por lo cual me encantaron a este árbol, yo como princesa del mundo de Anka, sólo despertaría hasta que la persona indicada, trajera al príncipe de vuelta… y después de 5 siglos, haz llegado.

-Pero ¿por qué el príncipe no entro contigo? – Pregunto Andy curioso- ¿Y qué tengo yo que ver en todo esto?

-No lo sé…. Pero cambio mucho en esos 4 días estando en el mundo del que provienes…- dijo derramando una lágrima….- Él y yo estábamos prometidos y había decidió a salir a buscar un regalo para mí, para presentarse oficialmente como mi prometido en el mundo de Anka, pero no regreso y esa vez que lo vi, él ya amaba a otra persona…

-Yo…lo siento mucho, no quería que recordaras cosas tristes- dijo Andy atreviéndose a tomar un mechón de su cabello y acariciar parte de su rostro.- Te ayudaré a encontrarlo y averiguaremos porque cambio, te lo prometo.- dijo mirándola sinceramente.

Una brizna de aire soplo y la lagrima que pendía del borde de su rostro cayó, al momento, la tierra que los rodeaba, se transformo en pasto y aquel desolado lugar no era nada comparado a la primera vez que entro ahí, el pasto creció y se extendió por toda la zona dejando un margen al lago, que sus aguas cambio de negro a un azul marino que ahora reflejaban la luz de la luna, de la periferia crecieron arboles con flores que aún se escondían en su botón y aunque a lo lejos el goteo del agua de las piedras y las telarañas seguían imperturbables, ya no daban ese aspecto tétrico, sino más bien el de un paso dejado atrás, una prueba para llegar a ese bello lugar.

Notas del autor: 

Lira*= Estrella más brillante de la Aurora Boreal 
Anka= Estrella más brillante de la Constelación: Fénix