El silencio cómodo y sepulcral que había caído en los últimos veinte minutos, empezaba a sentirse asfixiante. Las luces tenues, colándose por las ventanas, anunciando la caída de la tarde y la salida de las estrellas, no ayudaban a remediar el pésimo humor del estudiante que aún sostenía en manos la escoba, terminando de limpiar el último salón de clases del día.

Su rostro se veía cansado, su frente se arrugaba levemente cada vez que recordaba la razón por la que había sido asignado a barrer todos los salones de la escuela, durante toda la tarde. Sus buenas notas y excelente desempeño escolar, lo habían salvado de un castigo más severo, pero aún así no estaba contento con tener que pasar la tarde, barriendo sin parar.

Sus brazos dolían y en sus manos podía sentir las callosidades que empezaban a formarse a causa de la pesada escoba.

Y todo este martirio tenía nombre y apellido. El nombre y apellido de la persona que había sido castigada a su lado. El nombre y apellido que figuraba como número uno, en su lista de siguientes víctimas por asesinar.

Eric Mun.

*Flashback*

-te gustó la sorpresa HyeSungie? – interrogó Eric con voz infantil

El rostro de HyeSung comenzó a tomar un color rojo que asustó a los demás estudiantes alrededor. Era como una caldera a punto de explotar.

Y explotó.

-ESTAS DEMENTE O QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!! – vociferó HyeSung, arrancando la cabeza del oso de felpa gigante, lanzándolo contra el estudiante que empezaba a correr por su vida.

-tampoco es para que te pongas así! Lo hice con todo mi amor!! – corría Eric, como si estuviera compitiendo para ganar los cien metros planos.

-AAARRRGGGHHH!! TE VOY A MATAAAAAAAAARRR!!!

Y así la persecución duró unos quince minutos, hasta que los profesores corrieron a los pasillos, alarmados por los gritos de ambos estudiantes.

Los docentes quedaron en shock, cuando reconocieron a su estudiante estrella, mutilando el traje del oso de felpa gigante, utilizando uno de los brazos arrancados, para asfixiar a Eric Mun.

*Fin del Flashback*

-ya es tarde, el director dice que pueden ir a sus casas – oyeron los dos estudiantes, la voz del vigilante del turno nocturno.

HyeSung dejó caer la escoba a un lado, sentándose en el piso. Su cuerpo se sentía realmente cansado después de cuatro horas de estar de pie, barriendo.

-al fin!... papá me matará por llegar tarde – exclamó Eric, guardando las escobas en los estantes correspondientes.

-HyeSungie te acompañaré a casa – se dirigió Eric a su compañero de castigo, ofreciendo una mano para ayudarlo a colocarse de pie.

-hmph! – HyeSung golpeó la mano de Eric sin ganas, girando el rostro de lado, en ademán arrogante

-no te pongas así! El que debería estar molesto soy yo!... tienes idea lo que me costará reponer ese traje que destrozaste?... – reaccionó Eric con molestia.

HyeSung regresó la mirada a su compañero, claramente asesinándolo con los ojos.

-me hiciste quedar en ridículo delante de toda la escuela!!... y sin contar que sigues con ese estúpido jueguito de proclamarte mi novio! – se levantó HyeSung del suelo, fulminando a Eric con la mirada, abiertamente.

-no es un jueguito… voy muy en serio contigo… - respondió Eric con voz fuerte y seria

-tengo novio… ya te lo he dicho – pronunció HyeSung firmemente

-y dónde está tu novio?... por aquí no lo veo… - habló Eric con sarcasmo, despertando aún más la molestia del bello estudiante.

-Jinnie volverá… el que ahora no esté, no te da derecho de acosarme! – acusó HyeSung, hincando a Eric en el pecho con su dedo índice

-de veras crees que volverá?... acaso te ha llamado desde que se fue?, cuántas veces hablan al día?, te manda e-mails?, mensajes cursis al teléfono?, video llamadas?...

-BASTA! Mi vida amorosa no te interesa! – reaccionó HyeSung, irritado por el comportamiento de su compañero

-me interesas tú – reafirmó Eric con braveza

-pues a mí no me interesas en lo absoluto… solo amaré a una persona y ese es Jinnie – estableció HyeSung, dejando a Eric solo en la oscura aula.

El fin de semana llegó rápidamente. HyeSung agradecía tener dos días, para dedicarlos a comunicarse con su amado novio y terminar sus deberes de la semana.

Muy temprano ese día, HyeSung se levantó, tomó una ducha rápida, preparó una pequeña y básica vianda para desayunar en su habitación, se arregló lo mejor que pudo y seguidamente encendió su computador, esperando encontrar a Junjin conectado, para iniciar una video llamada. Había pasado casi tres semanas desde que Junjin partió a América y HyeSung esperaba ansioso verlo al fin, después de tantos días difíciles aguantando su partida.

Diez minutos pasaron y HyeSung decidió tomar una manzana de la vianda que reposaba al lado de su computador. Quince minutos más y ahora su garganta seca empezaba a molestar, obligándolo a tomar el jugo de naranja que su madre había preparado la noche anterior. Veinte minutos más y era hora de tomar el delicioso cereal de la vianda. Veinte minutos más y los ojos del bello muchacho empezaban a luchar por mantenerse abiertos. La noche anterior HyeSung no pudo dormir, esperando que sea la hora para ver a Junjin.

El despertador ubicado sobre la mesita de noche al lado de la cama, empezó a sonar, haciéndolo saltar de su silla.

-oh rayos! Olvidé reprogramarlo! – corrió HyeSung rápidamente, apagando el aparato.

-HyeSung?... baja a desayunar! Mamá está preguntando por ti, dormilón! – oyó HyeSung la voz de una de sus hermanas, por fuera de su habitación.

-las 10A.M…. te quedaste dormido Jinnie?.... tan cansado es América? – hablaba HyeSung con el despertador en sus manos.  Pesadamente, el bello muchacho dejó el despertador en su sitio, apagó su computador, tomó la vianda vacía en manos, y salió de su habitación con la mirada baja, conteniendo la decepción de esperar en vano.

*RIIIIIINNNNNNNNNGGGGGGG!!! RIIIINNNNNNNGGGGG!!!*

-ah! Estúpido aparato! – vociferó Eric Mun, lanzando el reloj despertador al pie de su cama, silenciándolo con un solo golpe.

-Eric! Se te hará tarde para el trabajo! – llamó la madre de Eric desde el piso inferior de la casa de la familia Mun.

Pesadamente y sin ganas, Eric se forzó a salir de la cama y entrar a la ducha. La familia Mun, acababa de regresar a Corea, después de cinco largos años de probar suerte en América, y a pesar de no haberles ido tan mal, el patriarca de la familia decidió regresar a su país de origen, luego de aceptar una merecida promoción en su lugar de trabajo.

Eric era un muchacho alegre y luchador, tenaz y siempre decidido a obtener todo lo que se proponía. Y una de las cosas que más amaba, era su libertad, era por eso que Eric rogó a su padre para que le permitiera obtener un trabajo los fines de semana. Un trabajo que le aseguraría la libertad financiera para sus travesuras.

Y una distracción para no tener que pensar en esa persona en particular, que estaba robando sus pensamientos. Y sus más tentadores sueños ilegales.

-llegarás tarde otra vez si sigues así! – regañó la Sra. Mun apenas vio a su hijo ingresar a la cocina

-no es mi culpa, cada día la escuela se pone más difícil – se justificó Eric, haciendo un puchero

-no me pongas esa cara que conmigo no funciona – advirtió la Sra. Mun, colocando un plato de huevos revueltos, frente a su hijo

Eric suspiró largo, probando un bocado de la comida, recordando de pronto la razón por la que había decidido obtener ese empleo.

Y la razón no era otra más, que conseguir los fondos para contratar los servicios de una agencia de mensajes de amor personalizados, que incluían el enviar una persona con el disfraz de su elección a entregar este mensaje.

Eric masticaba su comida con lentitud, recordando lo mucho que le había costado contratar a esa agencia.  Y ahora tendría que trabajar el doble para reponer el traje que HyeSung había destrozado, sin contar los daños causados al pobre muchacho que iba dentro del disfraz.

-ahh si no me gustara tanto – suspiró Eric, dejando el tenedor sobre el plato

-te gustara quién? – interrumpió la Sra. Mun, observando a su hijo con ojos cuestionadores

Eric sintió que la comida se volvía piedra dentro de su boca. De pronto le fue pesado hasta respirar.

-no trates de engañarme, te gusta una chica en la escuela? – la madre de Eric, tomó asiento en la silla frente a él, presionando con la mirada por una respuesta.

HyeSung bajó las escaleras, oyendo de lejos los murmullos que provenían de la cocina, que le avisaban de la no tan sorpresiva visita de una de sus hermanas.

-ah hermanito! – corrió una figura femenina, asfixiando a HyeSung entre sus brazos.

Delante de ellos, los demás miembros de la familia reían divertidos por las expresiones de los dos hermanos. La muchacha presionaba muy contenta el frágil cuerpo del muchacho, mientras que éste parecía estar en una lucha eterna por librarse de los brazos de su hermana.

-es lindo verlos así nuevamente – habló la voz madura de una mujer, colocando una vianda con bocadillos, sobre la mesa de la cocina.

-mamá! Dile que me suelte! – gimió HyeSung finalmente, frunciendo los labios en un bello puchero

-aaawww! Pero si no dejas de ser un lindo niñito adorable!! – la muchacha ahora presionaba las mejillas de HyeSung sin misericordia.

-mamá!! – exclamó HyeSung nuevamente, sujetando las manos de su hermana, tratando de liberar sus adoloridas mejillas

-ya dejen de jugar, Sun Hee guarda la compostura frente al bebé – intervino finalmente la Sra. Shin, señalando al pequeño que sostenía en brazos, el hombre que sonreía a los dos hermanos.

Sólo entonces, los dos hermanos de soltaron. HyeSung inmediatamente masajeó sus dos mejillas que lucían extremadamente coloradas, gracias a la presión de las manos de su hermana mayor, Sun Hee, quién acababa de llegar de visita de Ámsterdam, junto con su familia.

HyeSung se acercó, saludando a su cuñado y tomando su turno para cargar a su sobrino, que en unas semanas cumpliría tres años.

-ah hermanito, nos preguntábamos si podrías cuidar hoy de Tim, queremos ir a visitar a la tía Jung – habló Sun Hee con voz suave y adorable. HyeSung podía intuir que algo andaba mal en esa repentina petición.

-claro, terminaré mi tarea más tarde – sonrió HyeSung, no resistiéndose a pasar el día con su adorado sobrino.

-ehhh… y para no dejarte solo con la responsabilidad del bebé… te trajimos asistencia – sonrió nerviosamente Sun Hee, dando pasos lentos hasta esconderse detrás de su esposo.

-asistencia? – repitió HyeSung confundido

-OPPAAAAAA!!! – de pronto HyeSung supo que su mal día sólo estaba por empezar.

Eric llegó sólo segundos antes que el reloj marcara las 9AM y la puerta de ingreso del personal, cerrara frente a sus narices. Casi atropellando a sus demás compañeros, Eric corrió hasta su casillero, cambiando sus ropas a una velocidad maratónica, dirigiéndose luego a la cocina, donde recibiría sus instrucciones para su jornada laboral del día.

-veo que al fin hemos llegado todos – habló el muchacho de tan sólo unos años mayor que el resto de empleados reunidos.

La pequeña reunión duró solo unos cuantos minutos, para luego despedir a los meseros y demás personal, quedando sólo Eric con el administrador del restaurante.

-ayer me llamó mi amigo… me dijo que tuvo algunos inconvenientes con el favor que le pedí… - habló el hombre, mirando a Eric fijamente

-pagaré por todos los gastos… - respondió Eric con la cabeza baja.

-sabes lo que me costó conseguir un descuento que pudieras pagar? – replicó el jefe de personal

-no sabía que HyeSungie reaccionaría así… - se defendió Eric, frunciendo los labios

-como sea… tendrás que hacer turnos extras si quieres pagar todos los gastos por el incidente de ayer – anunció el hombre, dejando a Eric solo en la cocina.

Eric suspiró profundo, se colocó el delantal a rayas rojas con el logo del restaurante impreso a la altura del pecho, y salió a enfrentar a los clientes del día.

Habían pasado dos semanas desde que Eric empezó a trabajar en ese lugar, y a pesar de la poca experiencia, ya estaba acostumbrado a recibir y atender a los clientes. Los clientes más fáciles por supuesto, siempre eran las muchachas que constantemente le sonreían y una que otra vez, dejaban pequeños papeles de colores doblados, al lado de la propina para el buen mesero. Claro que Eric nunca revisaba el contenido de estos mensajes, pues ya tenía un objetivo fijo, y nada distraería sus intereses.

-Eric! Ve atender la mesa de atrás – llamó una de las compañeras de Eric, pasando de largo con una bandeja llena de bebidas.

Eric masajeó sus hombros, y se dirigió al lugar indicado, sin saber lo que aguardaba en esa mesa.

-no, no y NO!! – HyeSung entregó el niño que llevaba en brazos, a su padre, disponiéndose a huir.

-por favor hermanito! Ya sabes como es la tía Jung, no le gustan los niños – rogaba Sun Hee, casi cayendo al suelo de rodillas

-Tim está bien, pero esa cosa diabólica NO! – seguía negándose HyeSung

Los presentes giraron sus rostros en dirección de la niña que sonreía dulcemente al furioso HyeSung.

-Clara ya aprendió a comportarse – defendió Roy, esposo de Sun Hee, a la niña

HyeSung fulminó a su cuñado con la mirada.

-nadie puede cuidar de los niños hoy, además tu hermana te pagará por cuidarlos – intervino la Sra. Shin, tratando de convencer a su hijo.

HyeSung cerró los ojos, pensando que después de todo, el dinero no le vendría mal. Las llamadas a América eran costosas y necesitaba una manera de reponer el gasto por las llamadas nocturnas que había realizado a su amado novio.

-está bien… pero si esa mocosa….

-no hará nada! Te lo prometo! – habló Sun Hee, antes que su hermano volviera a replicar.

Treinta minutos después y gozando de la gracia de la tarjeta de crédito sin límites de su cuñado, HyeSung y los dos niños se dirigieron al centro comercial más concurrido en todo Seúl. HyeSung tenía la esperanza que la niña guardara la compostura, estando rodeada de gente por doquier. El transcurso de las horas, le diría que ésa, era una misión casi imposible.

-oppa tengo hambre! – se quejó Clara, jalando a HyeSung de un brazo

-está bien – concedió el muchacho, ingresando al primer restaurante que encontró en su camino.

El trío ingresó al restaurante, tomando asiento en una de las mesas de al fondo. HyeSung sentó al bebé en una silla especial para bebés, tomando el asiento al lado y asegurándose de mantener su distancia con la niña que ya empezaba a mover su silla en su dirección.

-oppa, no te parece que este es un lugar muy romántico? – Clara abanicó sus pestañas coquetamente, combinándolas con una dulce mirada

HyeSung giró los ojos, cubriendo su rostro con la carta del menú del restaurante.

-bienvenidos a The Villa… mi nombre es Jung Hyuk y seré su mesero

La voz grave que salió de labios del mesero, hizo que HyeSung bajara la carta que sostenía en manos, con lentitud, encontrándose con lo que no quería ver.

-HyeSungie? – sonrió Eric ampliamente, al reconocer el bello rostro del comensal.

-de todos los lugares, no pensé que nos encontraríamos acá, será el destino? – hablaba Eric casi consigo mismo, sin quitar la sonrisa tonta de su rostro.

-trabajas aquí? – interrogó HyeSung con casi molestia

Eric asintió con la cabeza, mostrando orgulloso su gafete, que colgaba en el lado izquierdo de su camisa.

HyeSung pensó que su día no podía ser peor.

-qué te traigo? Te recomiendo el plato del día! Es uno de los favoritos del cocinero! – Eric tomó la carta de manos de HyeSung, señalando con emoción los platos, que iba recomendando

A un lado de los dos muchachos, el rostro de Clara no se veía contento con el comportamiento del mesero.

-disculpa pero no nos puede atender alguien más? – habló Clara repentinamente

Eric giró el rostro, notando por primera vez a la niña de dulce apariencia, sentada al lado de HyeSung.

-ah! es tu hermanita? – preguntó Eric, colocando una mano sobre la cabeza de la niña

Clara hizo un gesto de evidente molestia. HyeSung sintió que lo peor de su día estaba a punto de empezar.

-no tonto! Soy su futura esposa! – respondió Clara, retirando la mano de Eric de su cabeza, con violencia.

Los ojos de Eric se abrieron ampliamente. La niña al lado de HyeSung no tendría más de diez años, calculó Eric; a qué se refería con que era la futura esposa de HyeSung?. Qué HyeSung no tenía un novio en América?.

-ya te he dicho que dejes de decir eso! – regañó HyeSung a la niña

-pero oppa… sólo unos años más y tendré la edad para casarme contigo… - gimió Clara, sujetando un brazo de HyeSung.

-tengo novio Clara, y tú eres solo una mocosa agrandada, deja de soñar! – continuó HyeSung con el regaño

-entiendo que por ahora estés confundido, pero en unos años cambiarás de parecer, y aceptarás que soy la mujer que te conviene – respondió la niña con total seriedad

-oh por Dios! Qué les dan en la escuela?... drogas? – replicó HyeSung, evidentemente molesto con el comportamiento de la niña

Eric no sabía qué hacer o qué decir, su cabeza solo viajaba de un lado a otro, siguiendo la discusión entre los dos comensales.

-en la escuela ya nos enseñaron a tejer, oppa te gustan las chicas que sepan tejer cierto? – habló Clara, aferrándose con fuerza al brazo de HyeSung.

-eso te lo dije para que dejaras de fastidiarme… - sacudió HyeSung su brazo, como si quisiera librarse de un molesto mosquito

Eric continuaba observando, sacando conclusiones sobre la niña que continuaba sujetando el brazo de HyeSung.

-ehh… creo que lo estás lastimando pequeña… - decidió intervenir Eric.

-a ti que te importa! Y no soy pequeña! Ya soy toda una mujer! – respondió Clara, mirando a Eric con ojos aniquiladores.

-Clara! – reaccionó HyeSung con fuerza, librándose de la niña, con una expresión poco complaciente.

La niña bajó la cabeza, ligeramente atemorizada por la reacción de HyeSung.

-discúlpate con Eric ahora mismo! – ordenó HyeSung con voz firme

Minutos después y aún recuperándose de la escena vista momentos antes, Eric salió de la cocina, sosteniendo la bandeja con los platos destinados para la mesa de sus peculiares clientes. Al llegar a la mesa, Clara giró el rostro en ademán despectivo, ignorando al mesero que sólo sonrió, robando una mirada al muchacho que jugaba con el bebé en su regazo.

Los ojos de Eric de pronto brillaron. La imagen de HyeSung sosteniendo un bebé en brazos, era demasiado adorable como para no prestarle atención.

-tú qué miras! Sigue tu camino! – exclamó Clara, dirigiendo otra mirada fulminante en dirección del mesero.

-ya basta! Compórtate o juro que te dejaré abandonada en medio de la carretera – amenazó HyeSung a la niña

-él empezó! – acusó Clara, señalando la sonrisa tonta de Eric

-yo no hice nada! – se defendió Eric, lanzando una mirada mortal a la niña

Los dos, mesero y niña, iniciaron una batalla visual que enervó los nervios del muchacho que había decidido dejar de lado, la frustración por no poder comunicarse con su amado novio en toda la mañana. Ahora HyeSung solo quería que un rayo lo partiera por la mitad.

-no dejas de mirar a MI oppa! – acusó clara abiertamente

-pues tú no eres mejor, no dejas de pegártele como chicle! – respondió Eric a la niña

-es diferente porque nos vamos a casar cuando sea mayor – replicó Clara

-así? Y quién lo dice?...

-yo lo digo! Lo supe desde que nos conocimos

- no deberías estar en casa jugando con tus muñecas, en lugar de molestar a HyeSungie?

-y tú no deberías estar haciendo tu trabajo, en lugar de entrometerte en las relaciones de los demás? – se defendió Clara

-me entrometo porque molestas a uno de mis clientes favoritos – respondió Eric, sacando la lengua a la niña

-favorito mis trenzas! Tú lo que quieres es robarte a mi oppa! – exclamó Clara a viva voz, despertando la curiosidad de los demás comensales del restaurante.

El rostro de HyeSung enrojeció rápidamente al notar todas las miradas puestas en él, el mesero y la niña, que en cualquier momento se agarrarían a golpes. Al menos HyeSung estaba seguro que Clara no demoraría en usar la violencia.

-se acabó! Esta niña no puede estar más acá – señaló Eric con un brazo, la puerta de salida, fulminando con la mirada a la niña de tan sólo 11 años de edad.

-ja! Crees que te voy a dejar el camino libre con mi oppa? – Clara se puso de pie, estrellando su pie izquierdo, contra el pie del mesero, que no demoró un segundo en soltar un sonoro quejido.

-AHHH! Mocosa %$%#$$!!! – exclamó Eric en el piso

-Clara! – llamó HyeSung, tratando de sujetar a la niña que empezó a propinar leves golpes y patadas, contra el mesero que yacía en el suelo.

-no te acerques a mi oppa!! – gemía Clara, golpeando sin parar a Eric.

-ya basta, pequeño demonio! – exclamó HyeSung, tomando a la niña por la cintura, hasta separarla del pobre mesero.

El silencio incómodo cayó dentro del restaurante. Todos los clientes tenían la vista muy fija en el trío que permanecía congelado por la repentina atención.

-lo siento, Clara no conoce límites – se disculpó HyeSung tomando una motita de algodón, de la caja de primeros auxilios.

Eric hizo una mueca de dolor, soportando silenciosamente, la presión ejercida contra su rostro.  Después de la golpiza recibida, HyeSung se ofreció a atender al lastimado mesero, a manera de disculpas, encerrándose ambos en el cuarto de descanso, mientras los niños que venían con él, eran vigilados por una de las compañeras de Eric.

-de dónde sacaste a esa cosa? – se atrevió a preguntar Eric, levantando la basta de su pantalón, hasta exponer su rodilla, ligeramente sangrante.

-es hermana de mi cuñado... – respondió HyeSung sin interés, colocando otra motita de algodón, contra la rodilla de Eric.

El mesero tuvo que morderse los labios, para no soltar un quejido, por el efecto del medicamento actuando sobre sus heridas. HyeSung sonrió, viendo las expresiones de dolor de Eric, colocando luego una bandita para cubrir las heridas.

-listo! Terminé! – sonrió HyeSung, orgulloso de su trabajo.

Eric observó a HyeSung fijamente, sonriendo también.

-ahora me iré… lo siento si te causamos problemas en tu trabajo – HyeSung se puso de pie, colocando la caja de primeros auxilios en su lugar.

-no fuiste tú… fue la enviada del diablo, la que hizo todo – expresó Eric, observando sus piernas lastimadas.

-jajajajaaja!! – de pronto HyeSung estalló en risas.

Eric observó al muchacho, confundido.

-ya me imagino lo que dirán en la escuela cuando se enteren que una niña de 11 años te dió tremenda paliza! – continuó riendo HyeSung, sujetando su estómago

-yah! no es gracioso!... esa mocosa pudo lastimarme de cuidado! – se defendió Eric en vano

HyeSung cayó al piso de tanto reír. Era la primera vez en semanas que reía tan abiertamente.

Eric no resistió el momento y sin pensarlo, cojeó hasta donde se encontraba HyeSung, sujetando su rostro con una mano.

-sigue riendo así todos los días – dejó salir Eric las palabras, plantando suavemente sus labios, sobre los del muchacho que lo miró que expresión atónita.

-YAAAAAHHHHHHHHHHHH!!! QUITA TUS MANOS DE MI OPPAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

-ay no… - susurró Eric, observando con temor a la niña de aura oscura, que se encontraba de pie bajo la puerta.