*Dara*

Abro los ojos y noto que ya es de día, junto de mi cama hay una silla, la noche anterior ahí deje mi celular, así que lo agarro

-Madre de Dios –grite– ya es muy tarde son las 11:00, pensé mientras me ponía de pie

Abro la puerta de la habitación y voy al baño, tomo una ducha lo más rápido posible, termino y salgo del baño, ya en mi habitación de la maleta saco ropa y me pongo lo primero que veo, me peino y me arreglo un poco la cara. Fuera de mi habitación, camino por el pasillo, veo la puerta de la habitación de mis padres abierta, me asomo y no veo a nadie incluso su cama ya está tendida y todo arreglado. Bajo corriendo las escaleras, me dirijo a la cocina cuando entro veo a mi madre que está sentada en el desayunador con una taza en la mano.

-Buenos días dormilona –Me dice mientras pone su taza en la mesa

-Mamá, buenos días –le doy una sonrisa– ¿Cómo dormiste?

-Que te puedo decir, la cama es algo incomoda –Se comenzó a reír– En la vitrina de haya –me señala donde está la vitrina – están los vasos, trae 2

-Si claro –y hago lo que me dice, tomo los 2 vasos y me siento con ella

-Toma –me da la caja de la leche que saco de una de las bolsas que están en un mueble de la cocina– sírvete

-Si –comienzo a servirme– Si tan solo me hubiera levantado temprano, te hubiera acompañado a hacer las compras y también a hacer el desayuno

-No te preocupes hija, ya me ayudaras mañana

-Claro, amm Sang Hyun ¿aún no viene?

-Haha, ese niño, si por el fuera dormiría todo el día y el sigue en su habitación, le podrías ir a hablar por favor, que venga a desayunar contigo

Me paro de la silla y voy al cuarto de Sang Hyun, ya adentro veo y agarro la sudadera que traía el día de ayer y se la aviento

-AHHH! –grito un poco molesto

-Mono arriba –le grite– ya es tarde y tú sigues durmiendo

-AISH!, de todas las maneras que hay de despertar a alguien, porque tuviste que escoger esa, por poco y me caigo, eres una tonta Sandara –me saca la lengua

-y tu un mono, además te pudiste haber colgado de la cama, digo eres un mono ¿no?

-Este mono no es hábil mientras duerme ¿sabes?

-Bueno, párate y vente a la cocina para que desayunemos

-Me cambio y voy, ahora salte que no quiero que me veas cambiarme

-No hay nada que ver

Salgo corriendo de la habitación, cierro la puerta y siento que algo la golpea, pienso que aventó la sudadera que le avente primero, u otra cosa

-¡Fallaste! – le grito y comienzo a reír

Otra vez, voy a la cocina y me siento enfrente de mi mamá.

-Madre, ¿estás bien? Desde que entre en la cocina no dejas de mirar esa taza

-¿Huh? No, no me pasa nada es solo que…no nada

-¿Cómo que nada? Ya enserio dime –la miro fijamente–

-No es nada hija, solo que desde que supe que nos veníamos, no he dejado de pensar, en donde iré a trabajar

-Por favor mamá, para ti no será difícil conseguir trabajo, tu eres Won Eun Han, la mejor diseñadora del mundo, todas las casas de alta costura no dudarían en contratarte

-Gracias hija –me sonríe– te agradezco las palabras de aliento, hehe pero no soy la mejor del mundo

-No agradezcas mamá, sabes que si lo eres y no solo lo digo yo, también lo dicen tus diseños y las personas que han trabajado contigo y los premios que tienes y las revistas de moda y…

-Ok, ya entendí –hablo mi madre– gracias, empezare a llamar a algunas agencias, para ver donde me podrían dar trabajo

-En el primer lugar donde te pares, no te dejaran ir a otro, te contrataran enseguida, ya verás –Le digo tratando de darle ánimos y ella en el fondo sabe que todo lo que le digo es cierto, aunque es muy humilde y modesta para aceptarlo

-Ojala y lo que dices sea cierto y ¿Dijo tu hermano que ya viene?

-Si, dijo que se cambia y ya vendrá, no veo a mi padre, ¿el salió a algún lado?

-Esta mañana le hablaron por teléfono y él me dijo que lo invitaron a almorzar en un restaurante que está en el centro, solo que no recuerdo el nombre del restaurante, salió hace un rato

-Ah, ¿no dijo a qué hora