14. Breve interludio.
Nosotras, como tantas otras
BREVE INTERLUDIO
Descansa.
Deja tu mente en blanco, olvídate de la realidad y sueña, imagínate la vida que querrías, piensa en la mujer que amas, dibuja en la oscuridad su sonrisa, traza sus rasgos, rememora su risa, intenta evocar el perfume de su pelo, el tacto de su piel. Recuerda la pasión de sus ojos cuando te entregabas a sus caricias. ¿Las notas?, intenta sentir la sensación de sus labios junto a los tuyos, ¿son cálidos?.
Y ahora, despierta.
Contempla como los primeros rayos del sol se cuelan por tu ventana, busca bajo las sabanas su mano y abre los ojos per no mires, no aún, deja que tu corazón se calme, porque si te giras ahora, si no esperas a que tu mente empiece a funcionar, si la buscas antes de entender que todo era un sueño, no vas a poder soportar el dolor.
No te olvides de seguir.
Levántate y acuérdate de ponerte esa mascara que usas contra el mundo, ensaya tu sonrisa ante el espejo, deshazte de tu tristeza con una buena ducha de agua fría y bebe-te tu café como cada mañana, mejor no le pongas azúcar quizá así logres confundir el regusto amargo de tu soledad con su sabor.
Observa.
Mira a tu alrededor y contempla como la ciudad acoge a todos los viandantes, miles de pasos sobre sus cimientos que no dejan marca alguna, miles de corazones palpitantes, miles de historias que nadie parece querer escuchar.
Comments