End

Faults
1/1
 
 
 
 
 
 
 
Sólo hay dos camas en el cuarto. Sólo dos. Una apegada al ventanal de aquella gélida habitación, la otra frente a ella junto al muro igual de frío. Hay tantas cosas por decir, pero tantas otras por callar. Tantas promesas por cumplir, pero otras por olvidar. De esas camas que en algún momento estuvieron unidas, sólo queda el trazo que las separaba. Ese que evitaba el ser una sola por completo. Ese trazo que parecía ser irrelevante a los besos y abrazos, a las palabras y momentos. Ese trazo, que poco importaba mientras mantuviese unido el confort. De esos días soleados, de esos días de amor y sonrisas, ya nada queda. Ya no hay risas por compartir. No hay soles por ver nacer. No hay separaciones porqué unir. No hay días. No hay horas.
 
 
 
 
"Debemos terminarHabía dicho una vez. Como si nada, había expuesto las palabras que para sí eran como dagas y fuertes bofetadas al rostro.
"No es que ya no te quiera, pero las cosas no están bien y lo sabes. Ya no lo soporto más. Me duele todo esto"
Tan suave su voz era, tan delicada como siempre, tan dulce que él mismo se sorprendía que esa sutileza fuese la que le desgarrase por dentro. La que se hiciese de sus pulmones, de su corazón, de su vitalidad.
"Si no tiene sentido vivir teniéndome a tu lado, entonces, tampoco lo tiene el que permanezca aún aquí"
No sólo sus ojos lloraban. No solo él lloraba. No sólo su corazón se oprimía. No sólo el aire le faltaba. Dentro suyo algo moría. Dentro suyo algo nacía. Así como perdía, sabía ganaría. Es la decisión correcta. Se decía. Es lo mejor. Repetía. Para ambos, es lo mejor.
 
 
 
 
 
 
¿Entonces...
por qué ya se arrepentía?
 
 
 
 
 
 
 
¿Cuándo Daehyun había comenzado con los problemas?
 
 
 
 
¿Cuándo había sido tan descuidado de no notarlo?
 
 
 
 
 
 
 
 
El sol apenas se deja ver. Los rayos con cautela se adentran por los pequeños orificios de aquella persiana. Parecen pudorosos, cargados de vergüenza. Se dejan ver poco a poco...Y escucha la cama sonar. Voy a dormir ya Jongup pretende estar dormido, sordo a aquellas palabras y al mismo aviso. Buenos días Le susurran a lo lejos.
A veces le es inevitable llorar. Teniéndole tan cercano y sintiéndole tan lejano a su vez. Hay otras, dónde se encuentra respondiéndole, aunque la ira y el rencor recorran su ser.
Porque así es. Aunque un Buenos días a ti también sea causa de la sonrisa en el rostro del mayor, Jongup aún vive reprochando el hecho de que éste le haya dejado. Aunque en realidad haya sido él quien hubo dejado en principio al mayor.
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuando Daehyun comenzó a perder interés en sus deseos, cuando su apetito se vio olvidado, cuando el tono de su piel perdió color...Entonces las cosas comenzaron. El mal humor constante. Los reproches a su estilo de vida. El odio al canto. El odio a la comida. El llanto usual. Las marcas. Las cortaduras. Las píldoras.
 
“No quiero seguir así. No quiero vivir así...Ya no quiero siquiera vivir”
 
Exactas habían sido las palabras una noche de tormenta. Como si hubiese sido ayer. Jongup lo recuerda. Recuerda como los relámpagos hacían resplandecer la ciudad el doble que las luces a cada calle. Como su ropa completamente húmeda se apegaba a su cuerpo. Como sus apuntes se veían afectados por el agua...Como la cena era un solo asco. Lo recuerda con lujo de detalles. Recuerda. Como el cuarto yacía a oscuras. Como nadie respondía a sus llamados. El llanto, la sangre, el cuerpo tendido al suelo cubierto de lágrimas y marcas.
 
“No me dejes, por favor”
 
¿Pero qué otra cosa podía hacer? No había mentira en sus palabras. No había mentira en sus Te amo. Lo amaba. Con locura lo amaba. Daehyun era su mundo. Su amor. Pero verle poco a poco destruirse, acababa con su propia vida.
 
Aunque en un principio buscó ayuda e intentó de todo para salvar a su pareja de ese oscuro sitio, tan difícil se hacía día a día el poder seguir. Era sofocante el salir y pensar en lo peor. Perder clases. Perder atención a lo esencial. Vivir atado a la oscuridad.
¿De qué servía todo aquello? El mayor parecía no presentar mejoras, y al contrario, cada vez se hundía más y más. La depresión le consumía, pero no tanto como el cansancio y el desgaste consumían al menor.
 
 
 
 
 
 
 
 
Y entonces Jongup halló la respuesta.
 
 
 
 
 
 
 
La peor de todas.
 
 
 
 
 
 
 
 
Hey, hyung. Hace frío hoy también. ¿Compartimos la cama?
Sólo el canto de los pájaros le responde. Le cantan desde afuera lo que tanto odia oír. Detrás de su ventana, le susurran al viento las palabras más dolorosas que una puñalada, que un disparo...Le afirman su soledad.
 
 
 
 
 
 
 
 
Dejar a Daehyun había la peor opción de todas. No debía de haber sido siquiera una, ni la última, ni la primera. Dejar solo aquel ser tan débil y carente de fuerza propia, había sido un acto de cobardía y Jongup, no lo sabía. Tanto le hubo costado darse cuenta de ello. De que privar de su ayuda a quién más lo necesitó en su momento, podía haber salvado dos vidas. La de su amado y la propia.
 
 
 
 
 
 
 
 
Y cada que la cordura le visita. Y cada que las pastillas le dejan. Y cada que lee aquella invitación de velorio y entierro sin lágrimas ni convulsiones...Se lamenta.
Porque comprende. Entiende. Puede vivir en carne propia lo que aquel difunto padeció.
Como la vida te deshace los sueños. Como las mañanas te despiertan sin soles. Como los días te lloran. Como la enfermedad te quita el deseo de vivir...
Como un simple estado, te quita lo más preciado.
 
 
 
 
 
 
 
 
Lo siento tanto...
 
 
 
.
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
No comments yet