3:00 AM

3:00 AM

-¿Insomnio?

La puerta se cierra con un silencioso golpe, aislando de nuevo la oscura sala. Una silueta masculina se recorta allá al fondo, en la penumbra, junto a un piano de cola.

-Deberías estar durmiendo. -su voz suena ronca, cansada- No quiero dejar a los niños sin vigilancia.

-Los “niños” –dijo, haciendo énfasis en esa palabra- están roncando como Kang. Ese maldito busan wonbin tiene pulmones tanto para cantar como para respirar como un elefante. Además, no intentes darme órdenes, eres tú el que lleva días sin dormir.

-Cállate…

Himchan sonríe. Yongguk tendría que descansar, pero su mente está tan activa que nunca es capaz de conciliar más de 3 horas de sueño seguidas. Demasiada inmovilidad. Demasiado tiempo perdido.

Se acerca despacio al respaldo de la silla donde descansaba el mayor, rodeándolo con sus brazos hasta que su boca queda a la altura de la oreja. Sintió el escalofrío de Yongguk cuando rozó el lóbulo con sus labios.

-Toca para mí.

Alargó lentamente la mano hasta reposarla en las teclas del piano y dudó unos instantes antes de presionarlas con suavidad, llenando el silencio de la habitación con acordes danzantes, notas moviéndose de un lado a otro en una sinfonía de pena y temor, recorriendo su brazo, su pelo, sus sentidos, llegando a los de Himchan para su deleite. Las combinaciones sonoras se deslizaban delicadas por su piel, haciéndole reposar su cabeza sobre el hombre del pianista. No se atrevía si quiera a respirar por miedo a estropear aquella melancólica melodía.

Cuando los dedos cesaron el movimiento, aún resonaban resquicios de fas, dos y las en las paredes, en los muebles, en sus tímpanos, desvaneciéndose en la memoria, impregnando con sonido todas las partes huecas de sus almas.

Tras unos minutos, Himchan consiguió reunir el valor para articular algunas palabras, sorprendiéndose con lo áspera que podía llegar a sonar su voz tras haber presenciado tal delicadeza sonora.

-Ésta es nueva.

Yongguk asintió despacio, asimilando las palabras, paladeando aún el último regusto del acorde final.

-Es preciosa.

Giró la silla para encarar a Himchan y lo atrajo hacia sí, sentándolo en su regazo.

-Me inspiré en ti. Te ves maravilloso cuando duermes.

-¿Me miras cuando duermo? –Himchan se sentía enrojecer, agradecía estar de espaldas a él para que no viera lo débil que parecía con el carmín pintándole las mejillas- Yah, das miedo, Bang Yongguk.

-Puede, pero eso no cambia lo que tú eres.

-Ah, ¿sí? En ese caso, dime, tengo curiosidad, ¿qué soy?

Tenían las manos entrelazadas en el regazo de Himchan, acariciándose mutuamente, intentando expresar con delicados gestos lo que a las palabras les faltaba.

Yongguk volvió a girar la silla, encarando de nuevo el piano.

Acercó una de sus manos con la de Himchan, sin soltarlo, resbalando hasta poner encima la suya y la guió hasta colocarla sobre las llaves bicolores.

Colocó los dedos en una posición determinada sobre ellas, y presionó. Y el sonido más dulce que Himchan nuca hubiera escuchado emanó de aquel instrumento.

Un escalofrío le hizo removerse sobre Yongguk, lo que le provocó una sonrisa al mayor.

-Eres la música que marca el ritmo de mi corazón, Himchan. Si tú me faltases, sería como si me lo hubieran arrancado de cuajo. –seguía tocando, lento, un acorde tras otro, pequeñas notas picadas siguiendo el latido sincronizado que irradiaba del pecho de ambos.- No te vayas de mi lado. Nunca.

Himchan dio la vuelta a su mano y volvió a entrelazar sus dedos, acercándolos a su boca para depositar un beso en la muñeca de Yongguk.

-Te quiero.

-Lo sé.

El menor giró su cabeza encarando a Yongguk, quien sonreía travieso.

-Idiota creído. –Himchan le sacó la lengua, soltando una pequeña risa.

-Lo sé.

Yongguk le cogió la barbilla y la acercó hasta que sus labios se rozaron. Conteniendo la respiración, Himchan acabó con los milímetros que les separaban para saborear una vez más el néctar de su paraíso personal. Rodeó su cuello con los brazos y profundizó el beso, deseando estar así durante toda la eternidad. Que le jodan al mundo, él sólo necesitaba un corazón con piernas llamo Bang Yongguk.

 

 

El molesto reloj marcó las siete de la mañana con una melodía muy poco agradable.

En el dormitorio, todos comenzaron a desperezarse. Daehyun, el primero en ponerse en pie, observó la ausencia de dos bultos en la sala.

-Jongup-ah, levanta.

-Ngh… Un poco más…

Jongup se cubrió con las mantas, pero el vocalista se las quitó de un tirón.

-Vamos, arriba. ¿Sabes a dónde ha ido Himchan hyung?

-¿Q-qué? ¿No está aquí? –Jongup miró hacia la cama de Himchan, y efectivamente, estaba vacía. –No, no tengo ni idea… ¿Por qué iba a saberlo?

-Bueno, sólo pregunto. ¡Junhong-ah!

El menor ya se estaba estirando, intentando arreglar el nido de cigüeñas que se había formado en su cabeza al dormir.

-Dime, hyung.

-¿Escuchaste a Yongguk hyung marcharse de la habitación?

-No, no le vi ni siquiera entrar. Estará de nuevo con insomnio.

-Sí, supon-

En ese momento, Youngjae, quien se había ido antes, entró en la sala con una sonrisa de oreja a oreja, hablando en susurros a pesar de la notable agitación.

-¡Venid! Tenéis que ver esto.

Lo demás se miraron extrañados, pero le siguieron a él y a sus aspavientos a través de la casa. Cuando llegaron a las puertas de la sala de instrumentos, Youngjae se paró en seco.

-Iba a entrar antes a por mis cascos pero no quería despertarlos.

Muy despacio y poniéndose el dedo en la boca en señal de silencio, abrió la puerta al mismo tiempo que las bocas de los chicos lo hacían de par en par.

Y, la verdad, no se esperaban para nada encontrarse a sus dos hyungs abrazados en una silla, Himchan encogido sobre Yongguk con su cabeza escondida en el cuello del mayor, las manos juntas y durmiendo como osos en plena hibernación.

-¿Qué os parece si les damos un descanso por hoy? –Youngjae sonrió a los demás.- Vamos a seguir con las tareas y adelantarles trabajo, ya se despertarán más tarde. Ambos necesitan dormir un poco.

Todos asintieron despacio, y, cerrando la puerta tras de sí, volvieron a dejarlos en la penumbra, en uno de los sueños más placenteros que jamás hubieran tenido.

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Comments

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hitominyo #1
Chapter 1: Qué ternura~ <3 ¡De verdad no se como lo haces! Te ha quedado tan lindo~
MinsNaala
#2
Chapter 1: Que lindo, amo el banghim son tan... no se como decir xD
Me gusto leerlo, espero escribas más:)
GabyPc
#3
Chapter 1: no esta nada mal, Me busta :3!!