Coffee shop.

Description

                Supuse que al resto de la gente aquella cafetería le olia igual cada dia. Pero no era asi y yo era la única que se daba cuenta. Un mes. Habia pasado un largo mes desde la ultima vez que lo había visto allí. Aquel dia, el aire olia a café recién hecho y se mezclaba con el suave olor de su perfume, tan varonil pero tan dulce, tan acido y floral a la vez. Bebi un sorbo de mi te mientras dibujaba círculos en uno de mis folios. Mire por la ventana y aspire por la nariz. El aire olia a café y a tostadas recién hechas. No olia a el. Ya no estaba su aroma. Y me preguntaba cuando volveria.

 

                Las mesas estaban llenas y una chica me pidió sentarse en la mia. Mientras ella garabateaba en su libreta, aspire disimuladamente el aire de aquel lugar. Café, tostadas, mantequilla e incluso olia un poco a mermelada de melocotón. Pero ni rastro de el. Cuando abri los ojos, la chica me estaba mirando.

                - El olor de las cafeterías es estupendo, ¿verdad?

                Asenti levemente y le sonreí. Lo era.

                - Apuesto a que es tu olor favorito. El olor a café. Pareces encantada.

                - Si, algo asi.

                No, no era mi olor favorito. Solo lo era cuando... un aroma ácido inundo mis fosas nasales. Era leve pero aun asi, podía percibirlo. Alce la vista y mire a la puerta. Un chico no demasiado alto, con ropas anchas y oscuras, acababa de entrar y se dirigía hacia la barra. No podía apartar lo ojos de el. Habia vuelto.

                Pasaron unos minutos que se me hicieron años. La chica estaba a lo suyo. Yo también estaba a lo mio. No podía dejar de mirarlo. Tenia una capucha sobre su cabeza, pero aun asi, no necesitaba ver su cara. Me bastaba su olor para estar mas que convencida de que era aquel por el que llevaba esperando mas de un mes. Pago su café y fue a salir. Su mano se poso en la puerta y en ese momento se giro, mirando directamente hacia mi mesa, hacia donde sabia que podría encontrarme. Sonrio. Yo sonreí.

 

                Todo había vuelto a la normalidad. Estaba en mi mesa, mirando fijamente mis apuntes, intentando memorizar todo aquel vocabulario. El estaba allí de nuevo. Su olor volvió a estar en el aire. Estaba sentado en aquella mesa, junto a la mia, mirandome mientras daba sorbos cortos a su café. Levantaba la mirada de cuando en cuando. Le sonreía y el hacia igual. Había vuelto con otro look diferente. Había cambiado al menos cinco veces en los últimos meses. Su pelo estaba tintado de un color violáceo. Caia sobre su frente y rozaba sus parpados. Parecía hacerle cosquillas porque a veces, cerraba los ojos mientras soplaba hacia arriba. Desee levantarme y sentarme junto a el, acercar mi mano a su rostro y apartar su cabello. Queria decirle tantas cosas... pero mientras imaginaba todo aquello, su olor volvió a desvanecerse. Mire el reloj. Eran las seis. Se había ido de nuevo, a la hora de siempre.

 

                Pasaron un par de semanas. Excepto los martes y jueves, veia a aquel chico cada dia. Todo sucedia siempre de la misma manera. Yo ya estaba allí cuando el llegaba. Pedia un café, se sentaba en la mesa de al lado, me miraba sin descanso y yo, de vez en cuando, levantaba la mirada y clavaba mis ojos en los suyos. Me sonreía con timidez. El tiempo pasaba y cuando quería darme cuenta, ya se había ido.

 

                Era jueves. El no debería de estar allí, pero lo estaba cuando llegue. Estaba sentado en mi mesa. Dude. Me quede de pie en la puerta, mirándolo. No parecio darse cuenta. Me acerque y me senté en el lugar que el solia ocupar. Me miro. Solte mi bolso y mire hacia el suelo, desconcertada, sin saber muy bien que hacer. Alguien se acerco. Era el. Se sento y dejo un te frente a mi. Sonreí sin mirarlo. Era extraño. Lo único que había hecho hasta ese dia había sido esperarlo, sonreírle desde una comoda distancia. Pero ahora lo tenia allí, frente a mi. Miro a los lados, nervioso. Sabía quién era. Y el era consciente de ello. Supuse que no seria bueno para el que lo vieran con una chica. Bebimos en silencio. El no me miraba. Para ser sincera, era incomodo. No esperaba que hiciera algo asi, por eso no supe como reaccionar cuando cogio mi mano. Lo mire. El clavaba sus ojos en nuestros dedos entrelazados.

                - El mes pasado... te eche de menos.

                Alzo la mirada y la cercanía de aquellos pequeños ojos marrones hizo que me estremeciera. El también me había echado de menos.

                - Y yo a ti. Esperaba aquí cada dia, tenia la esperanza de que volvieras.

                - Y lo he hecho.

                - Pero te volveras a ir.

                Sabia que el mes siguiente volveria a viajar, volveria a alejarse y a ausentarse durante tres largas semanas. Volvió a mirar a nuestras manos. ¿Qué había entre nosotros? No había nada. Y la dependencia que teníamos por el otro era algo difícil de explicar.           

                - Quizas por eso he decidido acercarme a ti de una vez.

                - Pensaba que nunca lo harias.

                - Tenia miedo a que me rechazaras.

                - Si cada dia vengo aquí es solo para verte. Y los días que se que no vendrás, entro aquí igualmente. Miro a esta mesa e imagino que estas aquí, mirandome, sonriéndome. ¿Cómo puedes pensar que haría algo asi?

                Oi su suave risa escapando de sus labios. Volvió a mirarme y su sonrisa se desvanecio poco a poco.

                - Te echare de menos.

 

                Laia me acompaño ese dia. Quería que la ayudara a estudiar para su examen de ingles. No pude evitar mirar hacia su mesa y suspirar. Ella lo sabia todo. Excepto quien era el.

                - ¿Aun sigues pensando en ese chico? Deberíamos haber ido a otra cafetería.  ¿Hace cuanto que no vuelve por aquí?

                - Un par de semanas.

                - Creo que tu también deberías dejar de venir. Deja de torturarte. Te has enamorado de un completo desconocido y lo único que haces es sufrir cada vez que vienes y ves que el no esta. No va a volver.              

                - Si que lo hara. Volverá.

                - ¿Cómo puedes estar tan segura?

                No podía decirle como, no podía decirle quien era el. Sabia que en una semana volveria y se pasaría de nuevo por allí. Estaba segura de que lo haría.

                - Sabes que no va a volver. Deja de venir aquí. ¿De que te sirve verlo de vez en cuando? De nada. Esta bien, te mira, te sonríe, pero quizás solo porque ve que te gusta. Si tu le gustaras ya te habría dicho algo, ha pasado casi medio año desde que lo viste por primera vez.

                Hice una mueca de dolor ante las duras palabras de Laia. Sacudi mi cabeza intentando borrar sus palabras. Pero sentí que tenia razón. ¿Cómo iba a sentir Moon Jong Up lo que yo sentía por el? No tenia lógica ninguna.

Foreword

Mi primera historia aqui. Lo marco como one-shot porque solo tendra dos partes.

MY UPPIE FEELINGS.

Estoy enamorada de este chico y de Coffee Shop. Y esto es lo que ha salido.

Espero que os guste. Y si es asi, COMENTAD. :)

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