Porque todos bebían soju, en la mesa no había nada para mí. Cuando sentí que en serio tenía sed, pero todos estaban ocupados con la conversación, llegué a la conclusión que me serviría mí misma sin molestar a nadie. Entré a una cocina bastante pequeña y de pronto vi un vaso y agua mineral. Cuando el vaso estaba lleno y yo quise volver al salón, Sungmin entró a cocina con una copa de vino. A pesar de que todo ya habíamos aclarado, todavía me sentía incómoda con él.
— Sungmin-ssi, lo siento que no lo habíamos dicho al principio. Tal vez todo habría transcurrido de otra manera. Pero créame, no hemos tenido malas intenciones. Simplemente un poco nos dejamos llevar por el pánico... — me respondió una sonrisa suave:
— Kwenchana, no pasa nada. — me calmó pero por lo visto todavía tenía el aire preocupado — Tampoco te preocupas por Kyuhyun. Él toma cosas a pecho. Ahora probablemente va a pensar que ha sufrido humillación en público, pero le pasará... — asentí con la cabeza. Lo entendía perfectamente. Posiblemente me comportaría como él. Hablamos un rato más. Me sorprendió que conversar en coreano me salía bien. Aparentemente era así gracias a la falta de estrés y que no pensaba en cada palabra que quería decir. Intentaba no denotar que en realidad conocíamos SuJu mejor que lo oficialmente habíamos explicado. Esto no era demasiado difícil porque la conversación era muy natural y pienso que no producía una impresión de fan loca. Tuve la sensación que Sungmin quería decir algo pero exactamente en aquel momento miré el reloj y por lo que vi, en mi cabeza sólo apareció un pensamiento:
— ¡Omo! ¡Qué tarde! — pasé al lado de Sungmin y entré al salón. Dirigé la mirada hacia el lugar donde había dejado a Ágata e hize constar su presencia. El único problema fue que mientras tanto había dormido contra la pared. Estaba muy sorprendida, porque ya había visto algunas veces como bebía cantidades grandes de alcohol y eso nunca influía a su comportamiento, pero por lo visto las emociones de aquel día hicieron lo suyo. Leeteuk y Heechul no se preocupaban por ello, aunque unni estaba tapada con una manta (lo que atribuí al líder).
— ¿Ágata-ssi...? — en voz baja comprobé si habría alguna reacción. Miré alrededor del cuarto con perplejidad y encontre la mirada de Sungmin quien aparentemente estaba suigiendo mis pasos desde que salí de la cocina. El resto estaba charlando alegramente sin prestar ninguna atención.
— Hm... La llevamos a vuestro piso, aquí no dormirá a gusto — dijo oppa estimando la situación — Espera, tengo una idea. — Dijo de repente y antes de que pudiera decir algo fue al cuarto donde había desaparecido Kyuhyun. Un momento después la puerta se abrió y los dos salieron sin palabra. Sungmin pidió perdon a Teukkie quien tuvo que moverse, tomó la manta, abrió la puerta del piso y en aquella dirección se dirigó Kyuhyun quien llevaba en brazos a Ágata. Espero no haber tenido la boca abierta porque me ocupó un largo rato llegar a entender lo que estaba pasando. Tuve una mezcla rara de emociones. De"Omo, tengo que sacar el móvil y hacer fotos" y "No lo puedo creer, no lo puedo creer" y "¿como ella puede dormir en un momento así?" a "Hostias, no sabía que Kyu es tan fuerte". Al final me dirigé al resto, me incliné, di las gracias y rápidamente seguí al trío que ya habría estado en nuestro piso.
Sungmin me ayudó desplegar el sofá en la que dormíamos, lo que gracias a él duró un instante. Kyu acostó a Ágata con delicadeza y bruscamente dió media vuelta en la dirección de la puerta:
—¡Espera! — dije solo tan alto que él me pudiera oír y unni no se despertara. Maknae se volvió lentamente mirándome bien. Ya no tenía esta cara sepulcral pero tampoco tenía el aire amistoso.
— Gracias. En serio te agradecemos mucho tu ayuda. — Kyu asintió con la cabeza dándome a entender que lo comprendió y salió. Sungmin sonrió levemente, lo que interpreté como alabanza de mis palabras y él siguió los pasos de su compañero. Cerré la puerta detrás de ellos, me senté en el sofá al lado de unni y dije:
— ¿Qué ha pasar aquí, ha?

***

Esta vez nos despertó el despertador que preventivamente había puesto cuando iba a dormir. En las compras nos proveímos de las pijamas y en el caso de una visita inesperada más de Wookie no quería saludarle medio desnuda. Tardamos un rato en volver en sí y finalmente nos sentamos enfrente con vasos humeantes en las manos.
—¿Dónde desapareciste ayer con Sungmin, ha? — Comenzó unni con una sonrisa satánica.
— En la cocina, estábamos hablando. — Respondí intentando comportarme de una manera seria aunque llegó a mí que otra vez estuvimos solos. Ahuyenté estos pensamientos y conté a Ágata el resto de aquella noche que ella, evidentemente, no podía recordar. Cuando acabé la historia, unos minutos permanecíamos sin palabra, analizando los acontecimientos de la noche anterior. De repente Agata arrancó y empezó dar las vueltas en el cuarto. Mis palabras llegaron a ella plenamente:
— Dios, ¿en serio? — al principio en su cara se veía apuro que gratualmente se cambió en perplejidad  y así, ruborizadas como adolescentes estábamos sentadas y ensimismadas, observando por la ventana a Seúl que se estaba despertando.