La llegada

Kija (versión española)

El areopuerto Incheon ya siempre va a significar para mí "airport fashion", o sea las fotos de las estrellas coreanas hechas después de su vuelta del extranjero, cuando vestidas de ropa casual, con gafas de sol y gorras intetan escabullirse sigilosamente. Por eso al salir del terminal, mirando al tablón con el nombre del areopuerto dije a Ágata: "¡Selca!". Quise fotografiar cada momento de nuestra estancia en Corea.

¿Porqué Corea? Es una historia larga, pero lo más importane es que al final, y por casualidad, llegamos allí. Cuando estaba escribiendo un artículo sobre la gente que se dedica a encontrar ocasiones en páginas de empresas de transporte y viajar por poco dinero, conocí a Jack, un experto absoluto. A pesar de que la revista para la cual estaba escribieno era solo un trabajo para aprobar la asignatura "Talleres periodísticos", quise que saliera genial y me puse a acumular materiales. Sobre el foro de viajeros-apasionados me habló mi amiga. Muy pronto encontré allí muchas informaciones y, lo que es más importante, a una persona que estaba en todo. Jack era un estudiante de politécnica, optimista que ya ha recorrido medio mundo solo con el dinero de becas. Pronto nos dimos cuenta de que teníamos un montón de temas en común, lo que resultó en más encuentros e intercambio de experiencias. Para mi, periodista con aspiraciones, el chico era una fuente de temas. La cantidad de aventuras que tuvo, gente que conoció y países que visitó era inagotable. No sabía en cambio que su experiencia viajera sería la causa de poner mi vida patas arriba.

— ¿Tienes planes para la semana que viene? — una mañana lluviosa me sorprendió la pregunta. Repasé en mi cabeza la agenda y no encontré nada notado.
— Pues oye, hay tres plazas libres para el vuelo: la capital- Dubái- Seúl, ida y vuelta el lunes por... ¿estás sentada? Por 100 — Jack me explicó que la mitad de vuelos baratos lo debemos al error humano. Alguien probablemente olvidó añadir un cero. — El avión aterriza para 9 horas y después vuelve. No es mucho tiempo, pero la ocasión es increíble. Iría si no la última oportunidad para aprobar el análisis...

No tuve que convencer a Ágata. Quien tuvo dudas fue yo, pero ocasiones como esta no se rechaza. Más dinero gastaríamos para llegar a la capital que para viajar al otro fin del mundo. La proporción entre el tiempo de viaje y el tiempo de estancia allí era poco atractiva, pero fue posibilidad única de visitar este país maravilloso.

"Selca"— las dos empezamos a buscar los móviles en las bolsas para cumplir la promesa hecha en el borde y de acuerdo con la regla general de los asiáticos: capturar cada momento. Nueve horas es mucho y poco a la vez. Nos enteramos del viaje demasiado tarde para planificarlo bien. Estábamos estudiando la guía en el borde pensando como organizar el tiempo. Elegimos algunos lugares obligatorios pero también unos sitios en Seúl importantes para nosotras y conocidos de dramas o variety shows, si tuviéramos tiempo. Pensamos si tendríamos tiempo para beber un café en Kona Beans o Mouse Rabbit (o preferiblemente en las dos). No queríamos ocultar el hecho de que nuestro interés en Corea debemos a Super Junior, por lo tanto visitar Seúl era importante pero no pudimos prescindir de los lugares relacionados con el grupo.

El tiempo volaba y nos quedama mucho para ver. Al final decidimos visitar Kona Beans, sobre todo porque estaba cerca y las dos necesitamos una dósis de cafeína. Como no hubo mucha gente dentro, supimos que nuestros ídolos tampoco estuvieron. De todas formas beber un café donde trabajaban las madres de tres de ellos era simbólico.

— ¿Recuerdas Full House, la escena con despedida de Anya y Eva? ¿Ese lugar? Boys Over Flowers también fue rodeado allí. Me encantaría tomar este teleférico. ¡La vista debe ser estupenda! — me ensimismé mirando en los restos del cáfe en el vaso.
— Pero qué... ¿No conseguiremos hacerlo? — El torre Namsan también era un símbolo. Acudimos allí muy pronto y corrimos hacia el teleférico que estaba a punto de partir. El panorama realmente era estupendo. Como la hora era temprana, estabamos sólas en el vagón y pudimos comentar todo sin tapujos. También pudimos sincronizar nuestro "¡Mierda!" cuando el vagón se detuvo y repetirlo cuando quedó así un largo rato. Eché un vistazo al reloj. Nuestra visita en Namsan era calculada para el tiempo exacto. No pudimos permitirse un retraso para el avión.

Perdimos mucho tiempo. Un error en la alimentación eléctrica nos inmovilizó para una hora. Por lo menos las vistas maravillosas suavizaron un poco nuestro estrés. Tan pronto como conseguimos salir del vagón, corrimos hacia la parada de taxis. Al entrar en primer vehículo que encontramos, gritamos "AIRPORT". El conductor era eficiente pero nuestro tiempo se acababa muy rapidamente. Sentí el latido del corazón, por la carrera a través del terminal y por el estrés.

"Lo siento"— dos peores palabras que he oído en mi vida. Llegamos tarde.

Durante la hora siguiente en el areopuerto pasé por etapa de pánico, búsqueda racional de una solución, risa medio tonta y otra vez pánico. No es que no hubiera otros vuelos sino que estaban fuera del nuestro alcanze. El retraso fue nuestra culpa y por eso no nos concedieron ningún reembolso. En las pantallas de nuestros móviles empezamos a buscar vuelos más baratos. Tuve en mi cuenta algún dinero para "cuando llegue la hora" y la hora llegó antes de que lo esperara. Con este dinero tuvimos que volver al país y sobrevivir en Seúl hasta entonces. El vuelo más barato saldría en una semana. El precio era bastante bajo para que no nos asustáramos con tres transbordos. Compramos billetes inmediatamente y acordamos estar en el areopuerto el próximo lunes tres horas antes de la partida. 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Lu-i-Hernandez
#1
Chapter 4: *--* esta... GENIAL! *o*! Creo que deberías poner algún fondo o imagen,para que se vea mas llamativo *w* .Esta genial!